Por la devaluación y la inflación, varias provincias comenzaron a realizar fuertes ajustes

GOBERNADORES
En Corrientes, Río Negro, Neuquén, Catamarca, Mendoza y Córdoba se paró la obra pública. Además, congelaron salarios, interrumpieron el ingreso de personal y hay demoras con los pagos. Colombi insiste con las cuasimonedas.

El 27 de diciembre, la Nación suscribió un acuerdo con 18 provincias para refinanciar sus deudas el cual les traerá «un alivio significativo en las cuentas públicas provinciales», según destacó ese día el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Ocurre que los convenios rubricados implican un «ahorro neto para las jurisdicciones provinciales mediante compensaciones por 11 mil millones de pesos», precisó el funcionario.

Sin embargo, el rápido encarecimiento del costo de vida que no cesa -sumado a la devaluación del 20% que convalidó el Gobierno hace 11 días y la cercanía de las paritarias- obligó a varias provincias a reacomodar sus números y planificar ajustes.

En regiones kirchneristas, o aliadas al Ejecutivo, como Río Negro, Catamarca, Neuquén y Mendoza iniciaron el año con anuncios públicos de recortes en sus gastos. Otras jurisdicciones, como Santa Fe, no retocarían en principio su presupuesto, pero se aseguraron un aumento del impuesto inmobiliario.

En Córdoba, luego de la protesta policial de diciembre pasado, que obligó al gobernador José Manuel de la Sota a otorgar enormes aumentos a los agentes, fuentes oficiales anticiparon que habrá una reducción en la obra pública, consigna el diario La Nación.

Por su parte, ayer, el gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, volvió a agitar el fantasma de que las provincias emitan cuasimonedas. «Es una posibilidad la emisión de bonos. Si la Nación sigue tensando la cuerda no nos queda otro camino», sostuvo el mandatario, que indicó que «varios gobernadores» coinciden con él, «pero no pueden decirlo».

En Mendoza, el gobernador oficialista Francisco «Paco» Pérez aún no cuenta con el presupuesto provincial de este año por hallarse frenado en la Legislatura. La UCR objetó el pedido de endeudamiento por 1780 millones de pesos y reclamó una reducción del gasto público.

El mes pasado, Pérez emitió un decreto que congela la planta de personal y acelera las jubilaciones de empleados que estén en edad de retirarse; también elimina el otorgamiento de cualquier tipo de adicionales al sueldo.

De forma similar, la también kirchnerista Lucía Corpacci, gobernadora de Catamarca, dispuso en enero un paquete de medidas de ajuste del gasto provincial, entre ellas el congelamiento de los salarios de todos los ministros y secretarios de Estado; un pedido para que se achique la cantidad de cargos políticos y dispuso un tope en la utilización de los teléfonos corporativos.

El gobernador de Neuquén, Jorge Sapag (Movimiento Popular Neuquino), aliado al Gobierno, anunció en diciembre último la suspensión por un año de designaciones de personal en los organismos y empresas del Estado. «Resulta conveniente mantener las medidas de austeridad, racionalidad y lineamientos de gestión destinados a una mejor aplicación del gasto público», justificó.

Mientras tanto, en Río Negro, el gobernador kirchnerista Alberto Weretilneck anunciará hoy un paquete de medidas para reducir el gasto: achique de la planta de funcionarios a la mitad y la baja del 15% de sus sueldos junto con una reestructuración presupuestaria con la quita de un 25% en todas las áreas (sobre todo en la obra pública), excepto en la masa salarial de los estatales.

«No queremos agravar la situación financiera, por eso tomamos estas medidas correctivas para impedir la cesación de pagos o atrasos en los sueldos», explicó Weretilneck al matutino y añadió que existen «algunas demoras en los pagos a proveedores de servicios sanitarios y obra pública».

infobae.com

Advierten que, tras la devaluación, creció el número de pobres en el país

pobreza
Un informe que realizó el Observatorio Social de la Confederación General del Trabajo (CGT), del ala opositora que conduce Hugo Moyano, indicó que en los últimos meses se detectó un incremento significativo de personas que no pueden solventarse servicios indispensables y básicos.

509 mil personas serían pobres en la Argentina, de acuerdo con un informe del Observatorio Social de la Confederación General del Trabajo (CGT), del ala opositora que conduce Hugo Moyano.

La cifra habría crecido, sobre todo, tras la devaluación registrada en las últimas semanas de enero.

De acuerdo con una nota que publicó Clarín, un 12,5 millones de argentinos serían pobres a partir del informe mencionado.

Asimismo, se indicó que pobres serían las personas -y sus familias- que disponen de un ingreso monetario, por trabajo, jubilación, programas gubernamentales u otros, pero no les alcanza para comprar los bienes y servicios indispensables y básicos.

La medición dejó entrever que debido a la disparada de precios registrada en enero de 2014 -donde la canasta familiar trepó a 6.396,73 pesos-, el total de pobres que calculó la central obrera de Moyano se elevó a 12.459.000, contra los 11.950.000 que había al cierre del año pasado.

Según recuperó el matutino porteño, a partir del informe en cuestión, ello representó un incremento de 509.000 personas en apenas un mes, y ahora la tasa de pobreza llega a 30,9% de la población, de acuerdo al relevamiento.

En su medición anterior, la CGT había informado que entre octubre y diciembre (3 meses) 550.000 argentinos se habían sumergido en la pobreza.

En la actualidad, casi el mismo aumento de pobres se alcanzó en solo 30 días por la fuerte devaluación y su correlato en la inflación, como recuperó el portal de noticias Infobae.com.
Mdzol.com

Enero cerró con la mayor devaluación de los últimos 12 años; en el último año el peso se cayó un 38%

bcra
Fue la mayor pérdida de valor en un mes desde 2002, una depreciación sustentada y administrada por el Gobierno; Hoy registró una devaluación de 18,63%.
moneda local cerró hoy a 8,01 pesos en el mercado mayorista, con lo que registró una devaluación de 18,63% en enero. Fue la mayor pérdida de valor en un mes desde 2002, una depreciación sustentada y administrada por el Gobierno.

La profunda devaluación se concentró en enero , los días 23 y 24, cuando el tipo de cambio pasó de 6,912 a 8,0183 pesos por dólar, con picos en 8,40, tras lo que el Banco Central salió a vender reservas para equilibrar el valor de la divisa estadounidense en torno de 8 pesos.

La moneda local cayó 37,87 % desde el cierre de 4,9768 pesos de enero de 2013, un lapso en que el dólar oficial saltó 60,95%. La intervención del Banco Central en el mercado de cambios aceleró la caída de las reservas internacionales, que se hundieron el jueves de 250 millones hasta 28.270 millones, un acumulado de 7,61 por ciento ó 2.329 millones en el mes, según datos provisorios de la autoridad monetaria.

El dato consolidado de reservas al 29 de enero -difundido hoy- arrojó una cifra de 28.201 millones de dólares, 320 millones por encima de la cifra provisoria informada ese día (28.520 millones).

Fuentes de la autoridad monetaria informaron hoy que el Banco Central debió vender 40 millones de dólares de sus decrecientes reservas internacionales para abastecer la demanda de divisas.

Desde el cierre del 22 de enero hasta el 30 siguiente, las reservas del Banco Central perdieron 1.055 millones de dólares en seis ruedas, a un promedio de 176 millones por día.

El dólar mayorista cerró hoy con una baja de medio centavo, pero registró en enero una ganancia de 22,90 por ciento, desde los 6,518 pesos del cierre de diciembre de 2013.

La estampida del dólar oficial no frenó el alza del dólar paralelo, que saltó 26,50 por ciento a 12,65 pesos en enero, una devaluación del peso de 20,95 por ciento en este segmento, en el mismo lapso.

La brecha entre el dólar paralelo y el que se ofrece en pizarras de bancos y casas de cambio cerró en 57,93 por ciento, un mes en que el Gobierno decidió autorizar, en forma limitada, la compra de divisas para atesoramiento, con un recargo de 20 por ciento a cuenta de Impuesto a las Ganancias.

El dólar que surge de las operaciones de atesoramiento quedó en torno de 9,62 pesos, una brecha de 31,50 por ciento contra el paralelo.

El volumen operado en el mercado de contado (spot) se limitó a 166 millones de dólares y a 515 millones en el de futuros.

Las operaciones de contado con liquidación se pactaron en alza, a 12,05 pesos, mientras el tipo de cambio implícito en transacciones con bonos soberanos -dólar MEP- se encareció hasta la zona de 11,50 pesos.

Por su parte, el real brasileño, una moneda clave para el país por la magnitud del intercambio comercial con la Argentina, caía a 2,413 por dólar en San Pablo y quedó a 3,86 pesos en pizarras y a 5,21 pesos el «turista».

Por último, el euro caía a 1,3499 dólares, mientras en la plaza local cedió seis centavos a 11,34 pesos, mientras que el «turista» quedó a 15,31 pesos.

Información de DyN

El cristinismo perdió de antemano la guerra contra los mercados

dolares
El punto de equilibrio sería un dólar oficial a $ 10 y la tasa al 45% anual.

El mercado le viene doblando el brazo a Cristina Fernández de Kirchner, que dijo que nunca devaluará y que sí hubiera que aplicar un plan de ajuste lo debería hacer otro presidente. Sin embargo, lo hizo ella, no porque le gustara sino porque se lo impusieron y además, si se va antes de terminar su mandato, será juzgada seguramente por los numerosos casos de corrupción de su marido fallecido y sus sucesores, para empezar ella misma y sus dos hijos. La presidente puede aspirar, aunque sin seguridad alguna, a no ser juzgada por corrupción, si entrega el poder el 10 de diciembre del 2015. Aunque también es muy probable que adelante la entrega, porque el 15 de octubre del 2015 vence el Boden 2015, por el cual el Estado tiene que pagar 6.000 millones de dólares. Visto esto, hoy en día, con la pérdida de reservas diarias, el mercado duda que la Argentina tenga con qué pagar ese bono más uno de 1.000 millones de dólares de la Provincia de Buenos Aires y otro de 500 millones de dólares de la Ciudad de Buenos Aires, estos dos últimos con la modalidad del dólar linked, es decir, ajustado por la devaluación oficial inventada por pablo Tomasevich, el presidente de Puente Hermanos. Para algunos, éste es el Fernando de Santibáñez del 2014, en referencia al ex banquero y ex jefe de la SIDE, quien siendo el principal accionista del Banco de Crédito Argentino inventó la operatoria de prestarles a las gobernaciones durante la convertibilidad con la garantía de los fondos coparticipables, lo que terminó fundiendo a todas las provincias.

Un fracaso más

Volviendo al día a día, el intento del gobierno de levantar el cepo parcialmente a las personas físicas que ganen más de 7.200 pesos con el fin de bajar el dólar blue ya podemos decir que fracasó. Ayer cerro a $ 12,50 pesos, cuando el viernes pasado lo hizo a $ 11,70, mientras el oficial se mantuvo un poquito arriba de los $ 8 sin el 20% y el gobierno tenía esperanzas de que ayer martes el Banco Central absorbiera pesos con las letras con un interés del 26%, o sea 6% más que la semana pasada. Y sin embargo sólo logró quedarse con 5.100 millones de pesos y las letras en dólares al 4% anual sólo lograron captar 19 millones de dólares, por lo cual está claro que el 26% es una tasa baja para el 6% real que crecieron los precios en este enero y deja un arrastre del 1,9% para febrero que puede llegar al 4%. Así las cosas, los asalariados entre diciembre y fin de febrero perderán por el aumento de precios un 15% de su poder adquisitivo y con una inflación esperada del 40% para todo el año 2014. Entonces el nivel de tasa de interés que impida que el público se dirija al dólar blue debe ser de no menos del 40/45% y con un dólar oficial cuyo equilibrio hoy está en los 10 pesos, o sea, 2 pesos más que su valor actual. Mientras tanto, la pérdida de reservas sigue y ayer pasó de los 100 millones de dólares y las ventas que se levantaron llegaron a casi 100 millones. El diario El Cronista estima que en el año el público comprará por lo menos 8.000 millones de dólares con la nueva operatoria de atesoramiento. No hace falta decir que con esta operatoria la pérdida de reservas es alarmante y no le queda mucho tiempo al equipo económico para dar vuelta esta tendencia. Porque si no, pronto se planteará por lo menos la posibilidad de un nuevo ministro de economía. Se perdieron ayer 188 millones de dólares y las reservas quedaron en 28.710 millones.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com

Sergio Massa: «Queremos que el Gobierno nos escuche, todos tenemos cosas para aportar»

massa
El líder del Frente Renovador solicitó que el oficialismo analice los proyectos confeccionados por su equipo de economistas, muchos de ellos ex integrantes del kirchnerismo. «Todos tenemos cosas para aportar para este momento de la economía argentina», alegó.

Tras la devaluación de cerca del 15% que se produjo la semana pasada y la hasta ahora imparable pérdida de reservas que sufre el Banco Central, Sergio Massa salió a reclamar que el gobierno nacional analice las propuestas del equipo de economistas del Frente Renovador.

«Queremos que escuchen y evalúen nuestra propuesta para que vean que todos tenemos cosas para aportar para este momento de la economía argentina», señaló el diputado nacional, en diálogo con el periodista Marcelo Longobardi en radio Mitre. En ese sentido, Massa destacó la pericia de su grupo de asesores, integrado por un numeroso grupo de ex integrantes del kirchnerismo: «Han demostrado experiencia y solidez desde el punto de vista de la puesta en práctica de medidas que sirvan a la economía».

El ahora ex intendente de Tigre vinculó la situación actual que atraviesa la economía con los desmanejos que dejó el otrora secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno: «La sociedad está pagando la vocación de Moreno de tapar el sol con la mano, de emparchar situaciones estructurales, de mentirse sobre la situación real de la economía».

Por eso, pidió «pisar la pelota para pensar seriamente» y «entender que cuando la gente busca atesorar en otra moneda es cuando perdiste la confianza». «Hay que trabajar fuerte en la recuperación de confianza de tu economía y de tu moneda», evaluó.

De todas formas, a diferencia de otros dirigentes de la oposición, Massa optó por evitar las comparaciones de la situación actual con la que atravesó el país en 2001: «Son situaciones y condiciones distintas en términos de ocupación y niveles de depósitos en el sistema financiero».

«Me parece que no hay tiempo para la polémica en términos de lo que significa este contexto macro y microeconómico. Lo que está en juego es el sueldo de la gente. Lo que tenemos que hacer es ser reflexivos, serios y prudentes», apuntó.

Por último, Massa consideró que «la Argentina tiene un defecto: cada vez que tiene un problema busca culpables, pero le tiene que buscar soluciones». «Tengo la actitud de pensar qué aporto yo y no pensar cómo me subo al fracaso de los demás, porque me parece que hay un cambio de paradigma en la política argentina. Hay que construir sobre lo construido y no sobre lo destruido», concluyó.

infobae.com

Por devaluación del peso, el IBEX se hundió 3,6%

bolsa
La Bolsa española se vio fuertemente golpeada por la crisis del peso argentino, situación que desplomó un 3,64 por ciento al Ibex 35, su peor caída desde hace casi un año, lo dejó al índice bursátil muy por debajo de la barrera psicológica de los 10.000 puntos.

Prácticamente todas las grandes empresas que cotizan en el Ibex 35, el principal indicador del mercado español, tienen negocios en América latina, y muchas de ellas en la Argentina, lo que generó incertidumbre en los inversores. Por eso, según coinciden los analistas, la Bolsa de Madrid fue el mercado del Viejo Continente que más sufrió por la fuerte devaluación del peso de los últimos días.

Todos los valores del indicador selectivo cayeron: BBVA se desplomó un 5,14 por ciento; Telefónica, un 4,55 por ciento; Repsol perdió un 3,65 por ciento y el Banco Santander, un 3,53 por ciento. Inditex bajó un 3 por ciento e Iberdrola lo hizo un 2,28 por ciento.

Un día después de que la moneda argentina sufriera su mayor devaluación en una jornada desde la crisis de 2002, la de hoy fue la quinta caída consecutiva del Ibex 35, la baja más fuerte de la semana y la mayor desde el 4 de febrero de 2013.

Cerró en 9.868 puntos una semana en la que ha perdió un 5,7 por ciento, la peor desde septiembre de 2012, cuando aún agitaba las aguas la posibilidad de un rescate de la economía española. Sin que enero haya finalizado, acumula ya pérdidas anuales del 0,48 por ciento.

La prima de riesgo española, por su parte, se disparó hasta los 214 puntos básicos, 10 más que la víspera y su nivel más alto en lo que va de año, como consecuencia de las tensiones en los mercados. El interés del bono español a diez años terminó la jornada y la semana con una rentabilidad en un 3,796 por ciento.
Ambito.com

DEVALUACIÓN

DOLAR
El dólar mantiene las subas: suma otros 13 centavos y cotiza a $7,26.
Con un salto de 23 centavos en un sólo día, la devaluación de la divisa en el mercado oficial de ayer fue la mayor en 12 años.
Otro día de subas para el dólar. Luego del récord diario de 23 centavos registrado ayer, la divisa estadounidense sumaba hoy otros 13 centavos para cotizar a $7,26 en el mercado de ventas autorizadas por la AFIP. El salto de ayer representó una devaluación de 3,3% en un sólo día, la más importante desde junio de 2002.

El Gobierno pretende a hacer lo que no hizo durante años: corregir el atraso del tipo de cambio. En lo que va de enero y hasta ayer el dólar trepó un 9%, casi el doble del ritmo que había registrado en diciembre. Uno de los problemas que tiene es la disparada del blue, que ayer también llegó a un récord: $12,15.

En la city porteña coincidían ayer en que el Gobierno quedó acorralado en su propia trampa. Durante los primeros meses de 2012 apenas dejó que el tipo de cambio avanzara a un ritmo mensual de entre el 1 y el 1,5%. Hasta la propia Presidenta negaba en sus discursos una aceleración del ritmo de devaluación. “Los que quieran ganar plata con la devaluación, que esperen otro gobierno”, dijo el 6 de mayo de 2013.

Las medidas poco simpáticas como la suba del dólar se postergaron durante el año electoral pero el costo fue un grave atraso cambiario que se gestó durante la era Marcó del Pont y que hoy explotó en manos de Juan Carlos Fábrega, el nuevo presidente del Banco Central.

La principal preocupación de la autoridad monetaria hoy es terminar con la expectativa de devaluación. El mercado opera sabiendo de antemano que mañana el tipo de cambio será mayor, lo que genera un doble efecto: por un lado, mayor demanda en el paralelo, el único mercado al alcance de los pequeños ahorristas; y por el otro, retraso de la liquidación de divisas en el oficial.

Nada frena la caída de reservas, que bajaron a 29.443 millones de dólares. Como consideran que el dólar oficial a la larga va a subir, los importadores acrecientan su demanda de pedidos para anticiparse a los mayores precios. Por el mismo motivo, los exportadores se retraen. Sólo en enero el Central perdió más de US$ 1.000 millones, intentando abastecer al mercado y poniéndole un freno a la suba del dólar.

El Central cambió ayer de estrategia para intentar sorprender al mercado. Así, a diferencia de lo que sucedía cada vez que el billete amagaba con escalar estrepitosamente, no intervino. Dejó que la oferta y demanda hicieran lo suyo, lo que elevó rápidamente al tipo de cambio oficial a $7,14.

Aunque el billete oficial quedó pintado en las casas de cambio tras las restricciones para su compra, sí influye en los costos de los importadores y también de todo aquél que viaje al exterior. El dólar turista, por ejemplo, cerró ayer en $9,63. Mientras el blue avanzó a $ 12,15, 70% por encima del oficial.
clarin.com

Lo que Cristina no dijo: problemas sin resolver y la devaluación cada vez más presente

cristina volvioLa presidenta reapareció ayer en un acto oficial después de 40 días de ausencia, con más penas que glorias. No se hicieron comentarios al respecto de la inflación, del dólar, de las reservas del BCRA, de la falta de servicios esenciales… básicamente, no se habló de nada de lo que le preocupa al país.

Finalmente Cristina Kirchner reapareció ayer en público y trajo consigo el anuncio de la implementación del «Plan Progresar», destinado a jóvenes de entre 18 y 24 años que no trabajan ni asisten a la universidad. Sin más ni menos… todo giró en torno a ella y a la mística del modelo.
«En una década no se puede hacer todo». «Se van a necesitar muchas décadas para recuperar tanto daño social, tanta desesperanza» afirmaba la presidenta con elocuencia, palabras hermosas pero vacías para un país preocupado por los salarios licuados por la inflación o la crisis energética que castiga hace más de un mes.

«Los diarios decían ‘reaparece’, y ¿qué es lo contrario? Lo contrario es ‘desaparecer’. Es un acto fallido, está muy vinculado a las desapariciones», agregó trayendo el fantasma de la década del ’70, un sinsentido colosal que sólo lleva a pensar ¿quién le escribe los discursos?

«Reaparece» es «volver a aparecer», según el diccionario de la RAE,  así que me pregunto qué otra palabra preferiría la presidenta que los diarios utilicen para describir la situación, sin que ella se sienta asolada por el fantasma de la dictadura.
«Querían crear una sensación de que yo ya no podía más, y es cierto que tuve algunas dificultades, pero me gustaría ver a algunos, si tuvieran esas dificultades, si podrían gobernar a los 40 millones de argentinos» dijo mientras recibía los vítores de su séquito que, por algún motivo, no parecen tener las mismas inquietudes que el resto de los argentinos.
¿Qué es lo que Cristina no dijo? ¿Qué es lo que los argentinos esperan escuchar? La crisis energética que sigue sin resolverse es un buen ejemplo, ya que a un mes después todavía continúan pasándose facturas entre empresas y el Gobierno sin ofrecer, aunque sea, una solución.
Pero hoy por hoy la disparada del dólar y las caídas furiosas de la reservas del Banco Nación son el centro de la escena ya que preocupa una posible devaluación y nuevas alzas en el índice de inflación. Desde hace semanas que el dólar se negocia al alza, alcanzado ayer su mayor valor en 12 años: el oficial sube dos centavos y se vende a $7,16 en la City mientras que el libre superó la barrera de los 12 pesos.

bcraPero no fue la presidenta la que salió a despejar los temores de la devaluación (ella sólo hizo comentarios erráticos sobre los supuestos «titulares golpistas»), sino que fue el jefe de Gabinete en su conferencia de prensa de esta mañana.

Allí, Capitanich afirmó que la suba del dólar «no es una devaluación inducida por el Estado» y que la decisión del Banco Central de no intervenir «es un acto de administración» del tipo de cambio, de modo que la suba es un resultado de la libre dinámica entre la oferta y la demanda.

Pero la realidad es que el BCRA no para de perder reservas de hecho ayer cerraron en u$s 29.443 millones después de una caída de u$s80 millones por pagos de obligaciones varias. Es decir que en tan apretada situación el Nación no puede sacrificar más de sus arcas para controlar el dólar y no le queda otra que correrse del mercado. Capitanich lo negó, pero la realidad es que a Cristina la acecha más el fantasma de la devaluación que el de la dictadura. La pregunta es si alguien se lo habrá explicado.

SUBA DEL DÓLAR OFICIAL

jorge-capitanich
En el mundo de Capitanich, el Estado no indujo la devaluación.

Este jueves 23/01, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich habló sobre la suba del dólar oficial que registró ayer (22/01) la mayor devaluación del peso en una jornada al menos en los últimos 12 años. Para el chaqueño, la depreciación del peso «no fue inducida por el Estado».

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Este miércoles (22/01) el Gobierno nacional permitió la mayor devaluación del peso en los últimos 12 años, registrada durante una sola jornada, con una suba de unos 23 centavos en la divisa oficial.

«En definitiva, no ha sido una devolución inducida por el Estado. Para aquellos amantes del libre mercado, la oferta y demanda de divisas es la que se expresó ayer en el mercado de cambios», opinó el Jefe de Gabinete en su habitual conferencia de prensa este 23/01.

Capitanich ratificó que el sistema de cambio es «de flotación administrada», por lo que el Banco Central ayer «no compró ni vendió dólares» y la cotización oficial subió hasta $ 7,14.

Hace menos de un año, la Presidenta había descartado la posibilidad de que el Gobierno devaluara: «Los que pretendan ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar a otro gobierno», afirmó.

«No intervenir es un acto de administración. No se compraron ni se vendieron dólares», abundó Capitanich en la Casa Rosada.

La devaluación se aceleró a un máximo del 45% anual

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Ayer la divisa de EE.UU. ganó otro centavo en las pizarras y quedó a $ 6,12 para la venta. El dólar blue cedió a $9,72.

La libertad que le está otorgando últimamente el Banco Central (BCRA) al avance del dólar hizo que el ritmo de devaluación del peso llegara al 45,2% anualizado en l o que va de noviembre, el máximo alcanzado en el año.

La moneda estadounidense cerró $ 6,11 ayer en mercado mayorista, es decir que en el mes creció casi 20 centavos de peso «exactos 19,8 centavos» bajo la mirada del BCRA, que si bien avaló el ascenso debió sacrificar unos u$s 1.350 millones de sus reservas, divulgó El Cronista.

No obstante, ayer el Central no participó de la rueda, en su lugar se ubicó el Banco Nación, que entregó entre 80 y 100 millones de dólares según indicaron los operadores. Con ventas mínimas de parte de los exportadores y sin la autoridad monetaria para abastecer a la demanda, la intervención del banco público solo sirvió para que el alza del dólar no fuera superior al centavo y medio que finalmente ganó.

El ascenso en el terreno mayorista impulsó una vez más el precio de las pizarras, hasta dejar el billete verde un centavo arriba, a $ 6,12 para las ventas autorizadas por la AFIP.

Por su parte el mercado informal sigue muy débil. El dólar blue cedió a $9,72 mientras que el «contado con liqui» se hundió 40 centavos, a $ 8,45, a causa de la presión de la Anses, según fuentes de la plaza porteña.

El último gran avance del ritmo de devaluación del peso se dio en agosto pasado, cuando la entidad monetaria lo aceleró para que la moneda doméstica no perdiera competitividad frente al real, que se desplomba durante ese mes a mínimos de cinco años. Sin embargo, en agosto la caída anualizada del peso había sido de un 35,7%, la más alta en lo que iba de 2013.

«Antes lo que veíamos eran semana de una fuerte suba del dólar, pero luego el Central lo compensaba y planchaba el precio por unos días. En cambio este mes lo dejó subir semana tras semana», comentó un operador que no dio su nombre.

A diferencia de lo que podría esperarse, darle «rienda suelta» al mercado de cambios acarreó también un empobrecimiento de las arcas. Ayer las reservas terminaron en los u$s 31.300 millones. Es decir que si el BCRA no hubiera intervenido con casi u$s 1.400 millones el peso de hubiera depreciado con mucha más profundidad.

Desde otra mesa de dinero, un operador sostuvo que si bien «están dejando correr mucho» el precio de la divisa estadounidense, este fue precisamente el mensaje que quisieron dar los nuevos funcionarios, el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, que si bien no habrá «megamedidas» se iba a incrementar la devaluación del peso.

La rueda de ayer contó con un volumen superior a los u$s 300 millones, en línea con el monto de las ruedas previas. En el Siopel se negociaron u$s 234 millones y en el Mercado Electrónico de Cambios (MEC) 72 millones de dólares.

En tanto, en el terreno de los futuros, el monto operado se acercó a lo negociado en el contado: u$s 276 millones. El mismo importe demuestra que hubo participación del BCRA. De hecho la entidad ofreció tasas de 26,1% a diciembre, y de 28,4% a julio.

Las consultoras esperan suba de tarifas, mayor devaluación y desdoblamiento cambiario

consultora

Coinciden en pronosticar una quita gradual de subsidios y una depreciación del peso. Critican las consecuencias que traerá un tipo de cambio diferenciado.

Los economistas del sector privado comienzan a dar por hecho un escenario de ajuste. Coinciden en augurar una suba de tarifas de los servicios públicos, un mayor ritmo de devaluación y un desdoblamiento cambiario para el turismo.

Así se desprende de distintos informes en los que los consultores analizaron la situación económica poselectoral. Al igual que el Gobierno, los economistas sostienen que el goteo de divisas por el turismo es uno de los principales problemas de la agenda económica inmediata y, quizás, el más fácil de solucionar, si se compara con los déficits de los sectores energético y autopartista. Además, entienden que el Ejecutivo deberá avanzar de una vez por todas en una quita de subsidios a los servicios públicos. Y que la devaluación del peso avanzará a un mayor ritmo.

Los consultores entienden que el Gobierno no cambiará el rumbo de la política económica, lo que lo llevará a hacer algunos ajustes en el tipo de cambio e intentar un progresivo quite de subsidios a las tarifas de electricidad, gas y transporte.

La primera consultora que en negro sobre blanco la hipótesis firme del desdoblamiento cambiario fue Econométrica, la firma de Mario Brodherson. En un informe que el economista radical firmó con Rodolfo Rodil, advirtió que, en 2014, “Se requerirá (…) proteger las reservas creando un mercado cambiario con una amplia variedad de tipos de cambio”.

Y prosiguió: “Se propondría un dólar oficial para las importaciones y exportaciones que se devaluará gradualmente por encima de la inflación, un dólar más alto para el turismo, un dólar más cercano al paralelo para estimular acuerdos con empresas que ingresen capitales del exterior. Además poner límites al uso de tarjetas de crédito en dólares así como crear un dólar especial para importaciones suntuarias, en particular autos”.

Sobre el esquema de tipos de cambio diferenciales, Finsoport advirtió: “La Argentina ha vivido prolongadamente bajo un sistema de desdoblamiento cambiario durante el extenso lapso de 1934 a 1958 y en un par de períodos en las décadas de 1970 y 1980. Nada particularmente positivo emergió de esos períodos”.

Analytica, la consultora de Ricardo Delgado, también mencionó las distintas “alternativas” que contempla el Gobierno para reducir el déficit del sector turismo. Además del desdoblamiento y el cupo a los gastos en el exterior, esbozó “el pago de los consumos con tarjeta a la cotización de algún bono utilizado para las operaciones de “contado con liqui”.

Elypsis pronosticó, en un informe de octubre, un “ajuste real de tarifas”. Este sería “gradual” y provocaría “menor gasto en subsidios y mejoría de las cuentas fiscales”. Los subsidios representan entre el 4 y el 5% del PBI, según distintas estimaciones. Para 2014, la consultora aventuró “mayor devaluación, (…) baja liquidez de los bancos y (…) política monetaria menos expansiva”, que provocará una suba de tasas.
cronista.com

El país camina hacia una dura crisis cambiaria

dolar
Profundizar el control del dólar sería negativo a largo plazo para la economía del país. El Gobierno debe tomar decisiones difíciles para incrementar la confianza. Tipos de cambio múltiples, una alternativa.

Argentina se acerca a una crisis cambiaria que podría golpear su economía, a menos que el Gobierno tome decisiones difíciles pero necesarias para incrementar la confianza en la tercera economía de América Latina y frenar la salida de dólares de las reservas internacionales.

Desde 2003, el Gobierno vino abandonando las políticas económicas de mercado y adoptó una actitud más populista con generosos subsidios, que abarcan desde el transporte público hasta los programas sociales.

Esa estrategia llevó a una aceleración de la inflación, que consultoras privadas estiman en alrededor de un 25% anual, una de las tasas más altas en el mundo. El Gobierno, que ha sido reprendido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) por sus datos macroeconómicos poco precisos, aseguró que la inflación es apenas superior aun 10%.

En un intento por controlar los precios, la presidenta Cristina Fernández mantuvo la tasa de cambio oficial en un nivel artificialmente fuerte, algo que abarató las importaciones pero dañó la capacidad de las fábricas locales para competir internacionalmente y redujo los niveles de inversión privada.

Argentina se vio forzada a usar las reservas internacionales del Banco Central (BCRA), que son principalmente generadas por la exportación de granos, debido a las restricciones que tiene para financiar sus importaciones y pagos de deuda con dinero prestado desde el default de 2002.

Las reservas cayeron un 20% este año, a U$S 34.400 millones, su menor nivel desde principios de 2007.

Si la tendencia continúa, la Casa Rosada podría quedarse sin suficientes reservas para honrar sus vencimientos de deuda o para costear sus enormes importaciones energéticas, algo que podría llevar a un colapso económico.

El Gobierno reaccionó limitando el acceso a los dólares, algo que impulsó un mercado paralelo en donde la divisa norteamericana se vende a casi el doble de la cotización oficial.

Después de las elecciones legislativas previstas de este mes, el Gobierno podría verse tentado a lanzar otras medidas poco populares para endurecer el control de cambios.

Más control cambiario
A fines de 2011, Argentina comenzó a prohibirle a empresas y personas la compra de dólares con fines de ahorro. El año pasado, además, impuso un impuesto de un 20% a las compras con tarjetas de crédito realizadas en el exterior. A pesar de todo, esas compras aún drenan unos U$S 700 millones por mes de las reservas del Banco Central.

El Poder Ejecutivo podría ajustar esos controles aún más, subiendo la tasa o imponiendo un límite a las compras en el exterior. También podría complicar los requisitos para obtener dólares para el ingreso de bienes.

El impacto de controles monetarios adicionales sería negativo en el largo plazo. Con un acceso restringido a la divisa de Estados Unidos, a las compañías se les complicará cada vez más importar los insumos que necesitan para producir, y eso podría llevar a algunas firmas a cerrar o a despedir trabajadores.

Mantener el curso
El Gobierno podría optar por no actuar ante las preocupaciones cambiarias. En ese caso, el resultado sería un mayor deterioro económico del país.

Por ahora, los funcionarios nacionales mantienen los dedos cruzados y esperan que una cosecha de granos récord en 2013-2014 genera dólares para país.

El Gobierno también podría tratar de comprar tiempo pidiendo líneas adicionales de crédito al Banco Mundial, al Banco Interamericano de Desarrollo o al Banco Popular de China. En cualquier caso, el país necesitará atraer inversiones extranjeras para recuperarse, pero eso dependería de cómo los inversores ven al próximo líder del país, que deberá asumir en 2015.

«El Gobierno argentino es visto tanto local como internacionalmente como un mentiroso crónico», dijo Nicolás Cachanosky, un economista argentino de la Universidad de Denver. «Se necesita un shock institucional, una señal fuerte política e institucional de que las cosas van a ser diferentes», añadió .

Cambio «múltiple»
El Banco Central podría establecer un tipo de cambio oficial para el flujo de capitales como el turismo y otro para el comercio, haciendo una suerte de devaluación parcial. La entidad podría debilitar la demanda de dólares ofreciendo un precio oficial para el turismo más cercano al del mercado paralelo. La tasa cambiaria para importaciones podría mantenerse en los niveles actuales para moderar la demanda y controlar la inflación. También podría imponer diferentes tipos de cambio para ciertas industrias en un intento por impulsar la competitividad de las fábricas locales y atraer dólares.

Fuerte devaluación
El Gobierno podría tomar la decisión de modificar drásticamente el tipo de cambio oficial a un nivel que se acerque más al mercado negro, para impulsar la competitividad manufacturera e incrementar las exportaciones.

Una de las desventajas de esa alternativa sería que los precios se dispararían, erosionando la capacidad de compra de los argentinos y reduciendo en consecuencia el consumo.
lagaceta.com.ar

El billete más grande vale 10 dólares

El progresivo ritmo de devaluación de la moneda nacional durante los últimos años colocó al billete de mayor denominación entre los que menos dólares valen en el continente americano.

El progresivo ritmo de devaluación de la moneda nacional durante los últimos años colocó al billete de mayor denominación entre los que menos dólares valen en el continente americano.

Hoy, el billete de $100 argentino es el tercero más depreciado de América, sólo superado por los bolívares de Venezuela o los dólares de Guayana, según un informe del economista Damián Di Pace.

En lo que va de 2013 $100, al tipo de cambio oficial, equivalen a U$S 19,20, mientras que en 2008 valían U$$ 31,75. La pérdida de valor desde 2008 fue del 46,77%, dado que el Banco Central aumentó la emisión de dinero.

«A tipo de cambio paralelo, el billete de mayor denominación argentino, solo vale 10 dólares.»

Mientras que los billetes de $100 hoy representan el 60% del dinero circulante de la economía, en 2003 representaba solo el 28%.

Di Pace realiza un interesante análisis de compra comparando un billete de $100 en 2003 y en 2013.

Bienes de consumo masivo

-Pancho:

Por ejemplo, el precio de un pancho en un local al paso, hoy cuesta $ 10 en promedio, con dos salsas y papas pay. En el 2003, con ese dinero, se podía comer seis panchos, ya que su precio era de $ 1,50.

-Pizza:

Una pizza, por estas horas, tiene un precio promedio, en un local sentado, de $60, mientras que en 2003 de $20, o sea se podían comer tres pizzas.

-Carne:

Con la carne los resultados no son muy diferentes. El precio promedio del asado hoy va desde $33 en oferta a $ 30, y de una buena faena a $ 38. Hoy, por $ 100 se pueden comprar dos kilos y medio.

En el 2003 con $ 100 podían comprarse 12,5 Kg de carne, ya que el precio era de $ 8 el kilo.

-Pan:

Con respecto al pan, actualmente el kilo cuesta $17. Hoy con $100 se pueden adquirir 6 kilos de pan. En el 2003, con la misma cantidad se compraban 125 kilos, ya que el precio era de 80 centavos.

Bienes durables

-Autos:

Un Fiat Uno, en la actualidad, cuesta $55.000, mientras que en 2003 $15.000.

-Nafta:

La nafta, hoy, con $100 se puede cargar 14 litros de nafta súper, y en 2003 podía llenarse el tanque e incluso sobraba, ya que rendía 54 litros.

En relación al poder adquisitivo en pesos, en 2003 en promedio, per cápita, correspondía $1.160. En 2012, en promedio, per cápita, correspondía $7.700.

Al mismo tiempo, esta situación hace que gran parte de la sociedad acuda a la moneda extranjera para minimizar el impacto en la pérdida de su poder adquisitivo, lo que también presiona sobre el tipo de cambio.

La semana pasada, el diputado nacional Carlos Heller, titular de la comisión de Finanzas del Parlamento, habilitó la discusión para la emisión de billetes de 200 y 500 pesos, proyecto presentado el año pasado, y autoriza la posibilidad de que el Banco Central de la República Argentina ponga en circulación billetes de una denominación superior a la existente.

Mientras tanto, el dólar paralelo alcanzó los $10,45 durante la semana pasada, con subas y bajas intermitentes. El viernes el dólar ‘blue’ perdió 42 centavos y terminó la rueda a $10,03, en medio de rumores de fuertes inspecciones a los locales de cambio, que practicaron un improsivado «feriado».
mdzol.com

Cristina: «Los que quieran una devaluación que esperen a otro Gobierno»

La presidente Cristina de Kirchner descartó de cuajo que durante su Gobierno se vaya a devaluar al señalar «los que pretendan ganar plata a costa de devaluaciones que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar otro gobierno, no con nosotros», ratificando que no modificará la actual política cambiaria.

Continuó explicando por qué tan rotunda afirmación: «Y no se trata solamente de una cuestión de sensibilidad social ni nada, simplemente de inteligencia y lectura correcta de lo que ha pasado en la Argentina en los últimos 50 años con los procesos devaluatorios recomendados e impulsados por un grupo chiquito de argentinos».

Según la jefa de Estado este grupo de argentinos durante 50 años «lucraron y mucho con el hambre, la miseria y la desindustrialización del país».

Estas definiciones, en momentos en que el dólar «blue» se mantiene muy cerca de los 10 pesos, las efectuó la Presidente en el marco de un acto (que no estaba previsto) donde se anunció un beneficio para incentivar la producción de trigo.

Según su visión, explicó que la devaluación contribuye a la desindustrialización del país. Cabe recordar que con la convertibilidad que fijaba una paridad fija entre el dólar y el peso tuvo como consecuencia que vastos sectores industriales tuvieran que cerrar sus fábricas. La devaluación del 2001 provocó que no fuera conveniente importar beneficiando a los sectores fabriles que comenzaron a producir en el país.

En otro tramo explicó, que el tipo de cambio en la Argentina no se encuentra retrasado y puso como ejemplo el valor que tenía el dólar en Brasil, Chile, Perú y Uruguay – en diciembre del 2002 ajustándolo por la inflación acumulada hasta fines del 2012. Según señaló Cristina, «Brasil debería llevar el dólar a 6 reales con 40, y está a 2, 2, el último fue de 2,01 es decir un retraso cambiario del 215%».

Siguió enumerando los retrasos cambiarios para luego considerar que «en cualquiera de estos países estarían con un retraso cambiario- con ese criterio – mucho mayor que el que ellos dicen que tiene la Argentina».

La jefa de Estado fundamentó su firme posición de no devaluar porque, ese grupo pequeño de argentinos que a través del Fondo Monetario Internacional lograba imponer sus recetas económicas buscaban también «esa desindustrialización, con largas colas de desocupados, cuando hay muchos desocupados haciendo cola, los salarios bajan y además, cuando hay gente que no tiene plata se come menos y cuando se come menos se puede exportar más de todo, de trigo, de carne, de harina, de maíz, de lo que fuere», acusó.

Culpó también a este grupo pequeño de argentinos de utilizar a los políticos y que luego resultaban culpables ante la sociedad «de las cosas que pasaban» y agregó «por eso los cambiaban, que seguían haciendo lo que querían los sectores económicos y la política seguía pagando los costos de las cuestiones o de la política económica impulsada por otros».

Tal como viene haciendo en sus últimos discursos volvió a ratificar el modelo que «privilegia la producción y la industrialización, porque genera trabajo»

Para el Gobierno y así lo expresó Cristina la suba del dólar y los escándalos (en alusión a las denuncias televisivas) se producen siempre cuando se está frente a un proceso electoral. «Es típico: si uno mira, tal vez en algún momento pueda hacer un cuadrito de cuáles fueron los momentos así pico, cada vez que hay una elección, o pasa algo, están con…por un lado la economía y, por otro lado, los escándalos. Es típico de cada elección», afirmó Cristina.

Antes había criticado a varios exministros de Economía, entre ellos a José Luis Machinea; Domingo Cavallo y Martín Lousteau por sus errores al frente de la economía. Ironizó al decir «un vaso de agua y un economista que hable sobre lo que va a pasar no se le niega a nadie en la República Argentina?, provocando la risa del auditorio.

En otro tramo volvió a darle un respaldo al secretario de Comercio cuando estaba presentando el beneficio para incentivar la siembra de trigo: «Además, a algunos funcionarios los han acusado – sí levante la mano, que a usted lo han acusado – de jugar para las grandes cereales. Hablo de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio, que lo acusan de las cosas más terribles en este país, sí más terribles que jamás hayan sucedido y le hayan ocurrido a nadie».

Cabe señalar que, Moreno justamente es quien sostiene que para defender el modelo y mantener en caja la inflación se debe controlar los precios y las los márgenes de ganancias de las empresas. Asimismo, y para que el Banco Central no pierda reservas Moreno utiliza el mecanismo de frenar las importaciones.
El objetivo y el corazón del modelo es preservar el empleo y por tanto defender la industrialización. Para que no haya dudas Cristina reiteró «nadie espere por parte de este Gobierno medidas diferentes o contradictorias con el corazón mismo del modelo». En este modelo, a juicio del gobierno, no cabe la devaluación.

La presidenta, para que no quede duda alguna, lo explicó así: «El corazón mismo del modelo, rechaza todo lo que signifique transferencias de ingresos compulsivas de los sectores mayoritarios, de la mayoría del pueblo», y se preguntó, ¿A dónde quedaría ese proceso de reindustrialización con un dólar que se dispara cuando, en realidad, todavía dependemos en gran medida de la importación de insumos básicos para seguir reindustrializando al país?»

Finalmente y con la intención de llevar un mensaje de tranquilidad explicó que los mensajes o declaraciones negativos de la economía se dicen para «asustar a la gente, para lograr títulos escandalosos, para hablar de la economía», dijo la primera mandataria.

Concluyó señalando que el eje del modelo es que «ya no puede haber más una separación donde unos poquitos vivan bien y el resto viva como la mona, eso no puede ser en la Argentina. ¿Por qué saben qué? Este no es un Gobierno contra nadie, este es un Gobierno para todos», prometió Cristina.
ambito.com

Devaluación: Aníbal F. acusa a banqueros y empresarios

El senador oficialista aseguró que «no vamos a hacerle pagar un costo a los más vulnerables y para eso estamos dispuestos a dar batalla con la retención de la divisa».

El senador del Frente para la Victoria Aníbal Fernández volvió a negar una posible devaluación de la moneda y cuestionó a aquellos que la plantean como única salida a la suba del dólar ilegal.

«No vamos a hacerle pagar un costo a los más vulnerables y para eso estamos dispuestos a dar batalla con la retención de la divisa», argumentó en declaraciones radiales.

Fernández consideró que «hay empresarios y banqueros que quieren la devaluación en la Argentina» pero ratificó la decisión del Gobierno de no dar lugar a ese pedido.

Las declaraciones del senador van en el mismo sentido que las de la presidente Cristina Fernández, que aseguró que «los que quieran ganar plata a costa de la devaluación y del pueblo, van a tener que esperar otro gobierno. No con nosotros, no con nosotros».

De esta manera salió a cruzar a quienes desde la oposición reclaman desde hace varios días y a raíz de la fuerte suba que experimentó el dólar ilegal, una devaluación del peso frente al dólar con la excusa de que existe un fuerte atraso cambiario que afecta a la competitividad de la economía argentina.

En relación a la situación inflacionaria, el ex jefe de gabinete admitió que «puede ser que haya unos 10 o 15 productos del supermercado que hayan aumentado más de lo que dice el Indec, que son productos que pueden tener mayor impacto y es posible que eso suceda, que lo tironea más el consumo».

No obstante, Fernández, sostuvo que » eso pasa porque el excluido antes se cagaba de hambre y ahora participa del consumo y eso impacta en el producto».
minutouno.com

Frente a la suba del dólar “blue”, Cristina dijo que no devaluará

En un acto en la Casa Rosada, la Presidenta aseguro que el dólar oficial no se equiparará con la suba del paralelo.

“Mientras yo sea Presidenta los que quieren ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo, van a tener que esperar a otro Gobierno”. Esta fue la frase que utilizó ayer Cristina Kirchner para descartar cualquier posibilidad de una devaluación durante su gestión.

Esta advertencia presidencial llegó en medio de un clima enrarecido por la fuerte suba del dólar -que el viernes superó los 10 pesos- y que la mandataria atribuyó a la coyuntura electoral: “Cada vez que una elección están con la economía y los escándalos”, aseguró, sin precisar a quiénes se refería. Cristina aprovechó el acto en la Casa Rosada para referirse al tema del dólar y de paso anunciar una mejora del tipo de cambio para los productores de trigo, lo que implicaría técnicamente una devaluación selectiva.

Asimismo, al negar al devaluación, la Presidenta señaló que “nadie espere de este Gobierno medidas diferentes o contradictorias con el corazón del mismo modelo, que rechaza las transferencias compulsivas de ingresos”. Y remarcó que lo que motiva su decisión “no es sólo sensibilidad social, sino una lectura correcta de lo que pasó en la Argentina en los últimos 50 años”.

El tema económico fue el eje del acto en la Rosada, inclusive Cristina tuvo tiempo para mandarle un mensaje al ex ministro de Economía, Martín Losteau: “Escuché el otro día a alguien que fue el que me aconsejó sobre la 125. En ese momento le pregunte ¿estás seguro? Y me dijo: ‘A ellos lo único que les importa es el trigo y el maíz’. Y mirá vos el lío que se armó”, lanzó.
larazon.com.ar

Dólar paralelo: cuando los caminos conducen a una devaluación

Con el incentivo al consumo se reactivó la economía pero se detuvo el crecimiento. ¿Cuáles son las salidas al panorama inflacionario de la Argentina? Economistas aportan algunas claves.
Pensar en pesos, uno de los objetivos sustanciales del modelo económico K, se hace cada vez más complicado. Se disparó el dólar blue y la sensación de que la inflación no da tregua complican el escenario económico del país. Analistas coinciden en que la primera puerta de salida está en el Indec, en plantear un sinceramiento económico presentando el verdadero índice de inflación.

En un contexto socio-económico inflacionario con caída en el crecimiento económico son tres los caminos a seguir, según indicaron algunos analistas en diálogo con MDZ Radio, reconocer el problema, arreglar el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) y realizar un acuerdo de precios y salarios.

“Es claramente difícil pesificar en este contexto. Hay que hacer una lucha contra la inflación de manera integral y no parches como se viene haciendo”, opinó el economista y titular de Analytica consultora, Ricardo Delgado.

El director de dicho organismo explicó que en el último año el dólar blue, paralelo o marginal ha crecido casi un 80 por ciento y que, por tanto, es un síntoma de que hay muchas cuestiones por resolver.

En ese marco, enfatizó, en diálogo con Te digo lo que pienso, que: “Primero, hay que reconocer el problema y tener un índice creíble que lo diga”.

En esa línea, Delgado se refirió al Indec cuyo índice inflacionario viene marcando valores muy por debajo de lo real. En segundo lugar, consideró que si el Gobierno reconociera el problema económico que transita, haría que los formadores de precios pensaran que se va a tomar una medida y de ese modo bajarían las expectativas.

Y por último consideró que debiera darse un acuerdo de precios y salarios pero un marco integral, donde exista un plan antiinflacionario que ataca todas las aristas del problema.

Por su parte, Jorge Remes Lenicov, economista y ex ministro de Economía –presidencia de Eduardo Duhalde, 2002- coincidió con Delgado en “arreglar el Indec” aunque apuntó a recuperar los “cuatro pilares macroeconómicos que se establecieron en 2002, esto es: superávit, dólar competitivo, equilibrio fiscal y superávit en balanza de pagos”.

En el mismo orden, Remes Lenicov explicó en MDZ Radio, que cuando una economía de un país presenta desequilibrio en el gasto público y en el balance de pagos es correcto incentivar el consumo pero, aseguró, que esa medida reactivará la economía pero no la ayudará a crecer.

“No está mal que el Gobierno incentive el consumo pero tiene que incentivar las inversiones y las exportaciones”, consideró Remes Lenicov.

Según retomó el ex ministro de Economía justicialista, el modelo keynesiano cuya base está en incentivar el consumo no sirva para el crecimiento de una economía.

“Si no aumentan las inversiones, esa mayor demanda, generada a partir del incentivo al consumo, choca contra una oferta limitada de bienes y contra la falta de infraestructura. Esto genera a su vez aumento de precios. Al mismo tiempo si no aumentan las exportaciones no hay divisas para importar los bienes que necesitamos, si no tenemos divisas pasa lo que pasa con el tipo de cambio”, puntualizó Remes Lenicov.

Además dijo que aunque se diga, desde el oficialismo, que todo responde a una “puja distributiva” no hay que olvidar que “siempre hay un problema de oferta y demanda y poner que esto es lucha distributiva es huir a la discusión principal”.

Bajo ese panorama consideró que lo de que debe hacerse, en consonancia con lo que planteó Delgado, es un “sinceramiento de la economía”.

“A mí me tocó sincerar la economía y entiendo que es doloroso porque a la gente no le gusta escuchar la verdad. Lo primero es que hay que arreglar el Indec, lo segundo es que hay que volver a los cuatro pilares macroeconómicos establecidos en el 2002 –superávit, dólar competitivo, equilibrio fiscal y superávit en la balanza de pagos- y, por último, en ese contexto, realizar acuerdos de precios y salarios”, enumeró el economista.

Finalmente, Ricardo López Murphy, ex ministro de Economía -2001-, si bien esquivó el término devaluación, habló de “hacer un saneamiento de precios”. En tal sentido dijo que debe lograrse que gastos e ingresos “marchen a una tasa equivalente”. Coincidió con los anteriores analistas en que la suba abrupta del dólar paralelo –está en 8.75 pesos- es un síntoma de errores que se han ido cometiendo durante los años del modelo k.

“Creo que lo que está reflejando es el desequilibrio que tenemos y me da la sensación que la suba del blue es el síntoma. Pero no es tan dramático, lo que tenemos que hacer es normalizar el problema externo y eso se hace liberando”, dijo López Murphy.

Fuente: MDZ Radio, FM 105.5.

El Central hizo posturas de dólar a fin de año con una devaluación del 23% anual

En lo que va de marzo, la suba marca un ritmo de devaluación anualizado cercano al 20%. Había caído al 15% en enero tras trepar al 25% en diciembre. En las últimas ruedas comenzó a fijar posiciones a fin de año a $6,15, un valor por encima de las estimaciones previas

El Banco Central (BCRA) alternó compras y ventas durante la rueda de ayer para regular la suba de la moneda estadounidense en la plaza mayorista. El dólar en el mercado interbancario subió dos milésimas hasta $5,0799, una ganancia de 3,29% en el año que acerca la velocidad de deslizamiento sl 19% anualizado, en lo que va de marzo.
Tras reducir la velocidad de devaluación en enero y febrero, la meta de la entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont parece volver a acercarse al 25% anualizado de diciembre pasado.
Con ventas tempraneras que buscaron marcar la cancha, la autoridad monetaria gobernó una rueda que gozó del mejor volumen operado en lo que va de marzo. Entre el Siopel y el MEC cambiaron de manos u$s265 millones durante la jornada de ayer, un nivel modesto pero destacable dentro de la sequía de divisas que sufre el mercado y que drenan las tenencias internacionales del BCRA.
“Fueron unos u$s60 millones que volcó temprano por la mañana y que contuvieron las subas, por suerte para ellos apareció algo de oferta y pudieron reponerse de las ventas”, comentó un analista cambiario.
Aprovechando la mayor disponibilidad de divisas, la entidad fue recuperando de a poco lo vendido hasta cerrar con un saldo positivo de entre alrededor de u$s20 millones.
Según estimaciones del mercado, en lo que va del mes el Central compró apenas unos u$s15 millones. Las reservas cerraron ayer en u$s41.403 millones, casi u$s 1.800 millones menos que al cierre de 2012.
La divisa en el mercado mayorista subió 1,5 centavos esta semana, casi todo lo que avanzó la semana anterior, 1,6 centavos.
La mayor velocidad de deslizamiento del dólar, según El Cronista, alteró también los contratos a futuro. El índice de dólar futuro a diciembre llegó a $6,12 en diciembre, una tasa de depreciación implícita del peso del orden del 23%.
“El BCRA está retornando a ritmos superiores al 20% (anualizado), luego de reducirlo al 15% en enero. Sigue por debajo del 25% alcanzado en diciembre, pero al menos reduce el ritmo de apreciación cambiaria real”, explicó un informe de Empiria Consultores distribuido ayer.

Fuente: iProfesional

El G-20 se compromete a no devaluar sus monedas

Las economías desarrolladas buscan sosegar los temores de que los gobiernos utilicen el tipo de cambio como arma económica.
Los titulares de finanzas de las 20 principales naciones industriales y en desarrollo del mundo intentaron el sábado sosegar los temores de que los gobiernos utilizan el tipo de cambio como arma económica y se comprometieron a no devaluar sus monedas para sacar ventaja en el comercio global.

La reunión de dos días en Moscú concluyó el sábado con un comunicado conjunto en el que los integrantes del Grupo de los 20, o G20, se comprometió a «no aplicar devaluaciones competitivas» así como a «oponerse a todas las formas de proteccionismo y mantener nuestros mercados abiertos».

En fecha reciente se ha propagado el nerviosismo entre los inversionistas y políticos sobre los acontecimientos en torno al yen japonés, que se ubicó en su nivel más bajo en casi tres años, informa AP.

Japón afronta las acusaciones de que intenta primordialmente reducir el valor del yen para estimular su economía y sacar ventaja comercial sobre las demás naciones.

Si muchos países intentaran debilitar sus monedas en pos de una ganancia económica -provocando una llamada «guerra de divisas»- eso podría estropear la frágil recuperación global.

«Reiteramos que la volatilidad excesiva en los flujos financieros y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen implicaciones adversas para la estabilidad económica y financiera», dijo el G20, que utilizó el mismo tono que el grupo de las siete principales economías del mundo expresó a principios de semana en un comunicado.

Ninguno de los dos comunicados señaló a algún país en particular.

En conferencia de prensa posterior a la firma del comunicado, el ministro de finanzas de Rusia, Anton Siluanov, dijo que todas las naciones del G20 coincidieron en la necesidad de concentrarse en lograr un fuerte crecimiento económico en lugar de «manipular los mercados».

La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, minimizó las preocupaciones de que es inminente una guerra de tipos de cambios, y afirmó que ella veía «preocupaciones cambiarias, no guerras cambiarias».

Una funcionaria de alto rango de Estados Unidos que solicitó el anonimato porque no estaba autorizada a hacer declaraciones públicas dijo que el G20 examinó la importancia de evitar las habladurías sobre los tipos cambiarios, aunque este punto no quedó plasmado en el comunicado.

Diversas economías en desarrollo han criticado recientemente el programa de política monetaria no convencional de Estados unidos para aumentar el valor de las monedas de esas naciones.

Mediante la compra de bonos, la Reserva Federal incrementa el circulante con el efecto colateral de una baja del valor del dólar en relación a otras monedas.
mdzol.com

Devaluación en Venezuela no podrá invadir de contrabando a Colombia: Minhacienda

El gobierno está preocupado por la entrada al país de productos muy baratos que ya afectan al comercio de Cúcuta.
En entrevista con www.caracol.com.co el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, expresó a nombre del Gobierno su preocupación por la devaluación del Bolívar y sus efectos en la frontera común con Venezuela.

Cárdenas, quien hoy viaja a Cúcuta, aseguró que el Gobierno Nacional revisará la operación de puntos de control de contrabando, para evitar que la oferta de productos venezolanos afecte la industria nacional.

“No podemos dejar que a raíz de la devaluación en Venezuela se nos inunde el mercado colombiano de contrabando”, aseguró Cárdenas.

El ministro explicó que ahora el dólar está a 20 bolívares, lo que quiere decir que los productos son mucho más baratos para los colombianos.
caracol.com.co

Mega devaluación en Venezuela: el bolívar se deprecia casi un 32%

Será desde el miércoles, una vez finalizados los feriados de carnaval. Así, la cotización de la moneda local pasará de 4,3 a 6,30 por dólar. Así, Caracas busca frenar el fuerte déficit estatal. Ocurre en ausencia de Hugo Chávez, quien sigue internado en Cuba por su tratamiento contra el cáncer.
Fuerte caída del bolívar en Venezuela. El gobierno del vicepresidente Nicolás Maduro, en ausencia de Hugo Chávez quien se encuentra internado en Cuba tras su cuarta operación de cáncer, comenzó con los ajustes económicos en el país antes de lo previsto. Esta tarde, aplicó una drástica devaluación del bolívar de casi 32 por ciento, para tratar de reducir el enorme déficit público.

Con esta medida, la primera desde 2010, la cotización de la moneda pasará a ser de 6,30 por dólar, contra los 4,30 por dólar oficiales en vigencia hasta esta mañana.

El ministro de Finanzas y Planificación, Jorge Giordani, informó que la medida entra en vigencia el miércoles, el primer día de actividad bancaria después del asueto de carnaval.

En su breve discurso, Giordani explicó además que se decidió eliminar el tipo de cambio secundario de 5,3 bolívares por dólar, manejado por el Banco Central de Venezuela.

El banco emisor estableció un sistema de bandas de precios para fijar el precio de los bonos, y ha mantenido la tasa de cambio implícita del mercado paralelo en alrededor de 5,30 bolívares fuertes por dólar.

Si bien este es el quinto ajuste del tipo de cambio que realiza el gobierno venezolano desde que impusieron el control de cambio hace 10 años, es el primero de esta magnitud.

Sin duda la medida impactará muy fuerte sobre la economía cotidiana de los venezolanos, ya que el 80 por ciento de los alimentos que consumen son importados.

Poco antes del anuncio de Giordani, el Banco Central venezolano había informado que la inflación en el país, medida de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), se ubicó en 3,3% en enero, más del doble que en el mismo mes del año pasado (1,5%), dejando la tasa interanual en un 22,2%.

El martes pasado Venezuela cumplió una década bajo el rígido control de cambio, que según expertos ocasionó un boom de las importaciones pero no logró frenar la fuga de capitales ni la inflación.

El vicepresidente Nicolás Maduro, a cargo del Ejecutivo ante la ausencia de Hugo Chávez que se encuentra internado en Cuba por su tratamiento contra el cáncer, afirmó hace unas semanas que el control de cambio ha «funcionado bien»,
aunque aceptó que «se puede mejorar».

Días atrás, el primer vicepresidente del Banco Central de Venezuela, Eudomar Tovar, había dicho que «no hay condiciones para un ajuste cambiario». La situación cambió esta tarde.

En febrero de 2003, el gobierno de Chávez puso en vigencia el sistema de control de cambio para frenar una aceleración de la fuga de capitales tras el paro en la industria petrolera.

Cuando se implementó el mecanismo, el país importaba menos de 15.000 millones de dólares al año y en 2012 las compras venezolanas cerraron en un récord de 56.000 millones de dólares, según el Banco Central.

Lo cierto es que, como en Argentina, el cepo cambiario también ha generado un mercado negro en el que las divisas se venden muy por encima del valor oficial.

El país caribeño tiene una inflación anual del 20,1 por ciento, la segunda en América después de Argentina –según datos privados nuestro país supera largamente el 20 %-y una de las tres más grandes del mundo después de Sudán.

Fuente: Agencias ANSA; EFE, AP, AFP

Economistas opinan: la devaluación del peso, el cepo al dólar y el dilema que enfrenta el Gobierno

La crisis de las economías regionales y las restricciones para comprar, ahorrar y operar en moneda extranjera. El sector productivo reclama por políticas diferenciadas y la pérdida de competitividad. Daniel Rada, Jorge Sansone, Alejandro Trapé y Daniel Garro analizan lo que está pasando. Apuntes entre tanto desconcierto.
Las economías regionales reclaman a gritos por la competitividad perdida, fruto de una alta y sostenida inflación interna y tipo de cambio estancado. El cepo al dólar y el desdoblamiento cambiario dejan en evidencia, también, que nadie cree en un billete verde a $4,67. El dólar y tu economía doméstica. En medio de todo esto, el Gobierno insiste en seguir como hasta ahora y en sumar cada vez más controles al uso de moneda extranjera para evitar la fuga de capitales en tipos de desaceleración de la economía y alta inflación.

MDZ Dinero consultó a economistas referentes del sector empresario, productivo, académico y privado sobre si la devaluación en el actual contexto es o no una salida para las economías regionales y para descomprimir el cepo cambiario. Y ahí no más también se los consultó sobre por qué consideran que el Gobierno avanza por la actual senda. Explicaciones en primera persona:

Daniel Rada, economista.
Daniel Rada
Economista. Observatorio Vitivinícola de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar).

Creo que a partir del primer trimestre del 2010 cambió la estructura del modelo económico afectado tanto por elementos externos como internos. El modelo de superávit externo basado en un tipo de cambio subvaluado, acompañado del superávit fiscal explicado por una política fiscal expansiva sustentada en una inflación controlada, se tornó insostenible en un contexto complejo de la economía internacional.

Hoy, el foco de la política económica parece estar centrado en controlar la inflación y, siendo el tipo de cambio nominal un factor que incide por distintas vías en esta variable, la devaluación del peso a un mayor ritmo no parece ser un escenario posible. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el nivel de reservas internacionales (del Banco Central) es importante y los compromisos (pago de deuda pública) en dólares para el 2013 son menores que durante 2012, con lo cual la acumulación de divisas tampoco aparece como un objetivo de política determinante.

Por otra parte, la evolución del gasto público y el déficit fiscal que comienzan a presentar las cuentas nacionales, tiene como contracara un financiamiento sesgado a la emisión más que al endeudamiento, con lo cual el crecimiento de la cantidad de dinero en la economía, solo admite una vía si se pretende mantener la inflación controlada. Esta situación refuerza el escenario de tipo de cambio con un ritmo bajo de devaluación ya que si se devaluara significativamente, el superávit comercial requeriría compra de divisas y eventualmente crecimiento de la cantidad de dinero con las consecuentes presiones inflacionarias.

Daniel Garro, economista.
Daniel Garro
Economista y consultor de Estudio Valor www.estudiovalor.com

La situación económica es complicada para lo que resta del 2012 y el 2013, porque se terminó el colchón cambiario, no se pueden seguir sosteniendo los subsidios que hay en toda la economía, y la tasa de inversión disminuye. En síntesis, se terminó la ficción y llegó la realidad. De ahora en más, de forma más lenta o más rápida, los precios de la economía se irán ajustando cada vez más hacia arriba, dejando en el camino muchas empresas que se crearon gracias a una estructura de costos ficticiamente baja desde el 2003 hasta el 2008 y el viento de cola internacional por altos precios de los granos (soja). Hubo un respiro en el 2010, pero en el 2011 comenzó en marzo/abril la desaceleración que hoy es casi recesión.

Las medidas de octubre del 2011 y febrero del 2012 (cepo al dólar) lo que hicieron es acelerar algo que ya venía mostrando la economía.

La devaluación no arregla el problema de largo plazo que es inversión genuina nula, sobre todo en infraestructura y servicios públicos (gas, agua, energía, etc.). Se van a necesitar muchos años de estabilidad jurídica y macroeconómica para que Argentina pueda re-encontrar un rumbo de crecimiento sostenible y sea un país serio. Hay que recordar que la devaluación la hace el mercado no los gobiernos; y la hace para sincerar precios relativos pero a costa de más pobreza.

Si el Gobierno convalida una devaluación mayor al ritmo actual, tendrá una inflación más alta que la actual, que ya es del 30% anual; y eso que todavía falta que los precios regulados de la economía despeguen (quita de subsidios).

Lo único viable sería bajar el gasto público, bajar la presión tributaria, prohibir que los gobiernos puedan endeudarse a futuro y liberar la economía. Cualquier otra cosa es pan para hoy y hambre para mañana, y ya llevamos así desde 1930. Argentina tenía en 1930 el 90% del PBI per capita de EEUU, y hoy no llega al 8%. Este es el resultado de las políticas económicas de todos los gobiernos desde esa fecha a la actualidad, que han sido básicamente las mismas: mucha intervención estatal, mucho gasto público, mucha inflación y mucha presión tributaria, sumado a un cada vez mayor endeudamiento público (ahora no hay desendeudamiento, sino simplemente un cambio de acreedor, la deuda pública total bien medida es mayor que en el 2002).

El crecimiento de la emisión monetaria va del 30% al 40% anual en los últimos meses, generando más tensión inflacionaria.

Alejandro Trapé, economista.
Alejandro Trapé
Economista, consultor de A+D Consultores y docente de la Faculta de Ciencias Económicas de la UNCuyo.

Para entender lo que pasa hay que hacer un poco de historia, muy breve. Desde 2003 hasta 2001 hubo salida de capitales todos los años, mientras hubo balance comercial positivos no había mayor preocupación por la falta de dólares, incluso el Banco Central (BCRA) hasta los compraba porque sobraban. Hacia 2011 el superávit comercial disminuyó y pintaba que en 2012 se acercaría a cero, con lo cual si la salida de capitales seguía (como efectivamente sucedía) las presiones sobre el precio del dólar iban a ser fuertes. La salida en ese momento era dejar que subiera el dólar o perder muchas (pero muchas) reservas intentando mantener estable la cotización del billete verde. Como dejar subir el dólar iba a traer más inflación y mantenerlo hacía perder reservas, se optó por una salida no tradicional: dejarlo subir muy de a poco y «cerrar» las salidas con los cepos y las restricciones a las importaciones. Obviamente, esto no hace desaparecer la «presión compradora» sobre el dólar (al contario, la hace peor por la desconfianza), que se canaliza hacia el mercado paralelo (dólar blue).

Ya en noviembre de 2011 el mercado cambiario empezó a desdoblarse y en ese momento advertíamos que la brecha dependería de cuán duro se pusiera el Gobierno en los controles: si apretaba los cepos, más iba a crecer y la brecha. Y viceversa. Porque la presión compradora sobre el dólar no desapareció, se canalizó de otra forma.

Hoy el dólar verdadero es el blue y para algunas operaciones (como liquidación de exportaciones, indexación de fondos comunes de inversión o lo poco que te liberan para viajar) se usa un «blue con descuento», que es el de pizarra. Para las operaciones inmobiliarias, autos, precios, alquileres, etc. se toma como referencia el blue. Con este esquema algunos ganan y otros pierden: quien exporta pierde, porque recibe ingresos con el oficial pero sus costos viajan con el paralelo. Quienes viajan al exterior sólo pueden adquirir una pequeña parte con descuento, el resto es blue. Quienes importan insumos podrían hacerlo al blue con descuento, pero los atrapan los otros cepos: las restricciones para importar. Los únicos sectores que algo ganan son los que producen sustitutos de importados, siempre que no sean intensivos en insumos importados o en capital.

Ahora el Gobierno se ve en una encrucijada: si sigue desdoblado el mercado cambiario, la competitividad seguirá sufriendo cada vez más, pero si devalúa de golpe la inflación va a saltar. Devaluar de a poco no sirve de mucho porque el blue también sube y la brecha persiste.

El problema no es que falten dólares sino que sobran pesos (y cada vez se emite más). El Gobierno se concentra en mirar el mercado del dólar y trata de que la gente no compre para que no se vuelva escaso (de allí todos los cepos) y suba su precio. Sin embargo, descuida absolutamente la cantidad de pesos, emitiendo a tasas de 35% anual. Así, no es que la gente «quiera dólares» sino que lo que quiere es «no-pesos», porque tener pesos en el bolsillo no es negocio.

Para mi la solución es dejar de emitir pesos y tomar un fuerte compromiso en ese sentido. Eso descomprimiría el mercado de dólares pues la gente no estaría urgida por desprenderse de los pesos. Caería la inflación esperada y se empezaría a desinflar la brecha entre el dólar oficial y el blue.

Jorge Sansone
Economista y consultor en MasConsulting
El cepo al dólar es una consecuencia no la causa del problema. Es preciso atender a la causa para evitar que la consecuencia exista o se agrave.

La causa del problema es la inflación y ésta tiene varios motores, pero el principal es el nivel de gasto público y de emisión para financiarlo (la emisión crece al 40% anual). El crecimiento en el gasto público tiene un componente esencial que son los subsidios, en 2005 ascendían a 6.400 millones y según el proyecto de presupuesto de 2013 serían más de 80.000 millones de pesos.

De allí que sea necesario reconocer que el problema no son los que viajan, ni los que compran con tarjetas en el exterior. Me resulta difícil entender que alguien prefiera comprar el mismo bien o servicio pagando más cuando lo puede comprar más barato.

El actual sistema impide o limita mucho el acceso a la compra de moneda extranjera, pero lo hace creando un factor adicional que es la incertidumbre por la arbitrariedad del método aplicado.

En este contexto, una devaluación que recupere el atraso tendría sólo costos para la política económica pues se trasladaría a precios (se generaría más inflación). Además una devaluación sin un plan de política económica creíble no traería mayor competitividad sino lo contrario.

Eligiendo el mal menor, la existencia de tipos de cambios múltiples puede ser una salida de la encrucijada en la cual está el Gobierno. Esto permitiría eliminar la incertidumbre y la arbitrariedad en la actual política económica. Habría reglas de juego conocidas para exportadores e importadores, para quienes libremente deseen hacer turismo en el extranjero, para inversores extranjeros que traen sus divisas y quieren enviar dividendos y para actores de las diversas actividades económicas (agro e industrias en sus diversas vertientes).

Sin reconocer las causas del problema y actuar sobre ellas, cualquier acción sobre las consecuencias es simple maquillaje (o engaño). Mientras tanto, el perjuicio más grave no está en dónde vacacionamos los mendocinos, sino que los perjuicios a las economías regionales son mayores (pues no tienen margen). Lamentablemente, los tiempos de quienes toman las decisiones no urgen a modificar el esquema, pues las economías regionales son proporcionalmente pequeñas en el PBI y en los porcentajes de votos en una elección.
mdzol.com

Boudou aseguró que no habrá devaluación

El ministro de Economía y vicepresidente electo, Amado Boudou, rechazó hoy de manera enfática que el Gobierno prevea implementar una devaluación del peso, y garantizó que pueden tener «mucha tranquilidad» los ahorristas «que compran dólares en blanco».
Boudou destacó que «buscamos un mayor nivel de formalización» con las limitaciones que hoy entraron en vigencia para la compra de moneda extranjera, que deberá ser autorizada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), y afirmó que «lo que es ilegal lo vamos a combatir con toda la fuerza».

Consultado por radio La Red respecto de si el Gobierno estudia una eventual devaluación del peso, el titular del Palacio de Hacienda contestó tajante: «No hablo de cosas que no existen».
Fuente: lapoliticaonline.com

Brasil enciende luces amarillas que condicionan a la Argentina

DEVALUACION-La menor actividad económica en el país vecino afecta a las exportaciones locales y resta competitividad de algunos sectores. Los argentinos miran cada vez más a Brasil, más precisamente la cotización del real y la marcha de la actividad económica, por sus posibles efectos negativos sobre la Argentina. Y no ponen la mira en el impacto doméstico de la crisis internacional, que va más allá de la cotización del real o de la soja, porque la cadena mundial de pagos está comprometida por la deuda de buena parte de los Estados, el deterioro patrimonial de los bancos y el escenario recesivo.

De todos modos, Brasil es una correa de una crisis que cada vez se expande más, sin que se vislumbre una salida. Y que impacta porque el vecino país fue, durante todos estos años, una plaza financiera de primer orden, por los altos rendimientos especulativos que ofrecía, de la mano de una altísima tasa de interés y la revalorización de su moneda.

Justamente, la preocupación con Brasil se aceleró a partir de los primeros días de septiembre, cuando el gobierno de Dilma Rousseff decidió bajar la tasa de interés y anunciar que la seguiría bajando. Lo hizo para introducir una variante en su política cambiaria como consecuencia del crítico escenario internacional y de la fuerte revalorización que tuvo en todos estos años su moneda, el real. Así, en pocos días, el dólar subió en Brasil de 1,59 a más de 1,90 reales –un incremento de más del 20%– y sus efectos se hicieron sentir, y muy fuerte, en la Argentina.

“El cambio de la política llevada adelante por Dilma Rousseff obedece, fundamentalmente, al proceso de pérdida de competitividad que viene arrastrando Brasil desde 2008, con una constante apreciación de su moneda, a causa de la importante afluencia de capitales y a la apreciación del tipo de cambio real”, reconoce Dante Sica, director de la consultora abeceb, quien precisa que “la economía brasileña mostró una merma en el crecimiento, con una variación de apenas el 0,3% con respecto al primer trimestre de 2011 y un 3,1% en la comparación interanual durante el segundo trimestre, por debajo del 7,5% de 2010”.

“Esta desaceleración la lidera la industria manufacturera, que no sólo hace un año que no crece, sino que no logró superar el pico de 2008 previo a la crisis internacional”, señala el último informe de Econométrica. Esa desaceleración también se refleja en las ventas de inmuebles nuevos en San Pablo, que cayeron un 14,3% en julio con relación a igual mes del año pasado, mientras que por la acumulación de stocks, varias terminales automotrices suspendieron por varios días al personal para desagotar las unidades acumuladas en las concesionarias y en las playas de las empresas. Al mismo tiempo, empezó a registrarse una retracción del turismo brasileño por la devaluación del real y el encarecimiento de los precios “en dólares” en la Argentina.

Más importante es que, por primera vez en mucho tiempo, la semana pasada hubo una salida neta de capitales de US$1.191 millones, revirtiendo el flujo positivo por US$2.614 millones que se había acumulado en los 12 primeros días del mes, según informó el Banco Central do Brasil. El jueves pasado tuvo que vender “dólares a futuro” ante la evidencia de que el dólar podía alcanzar los 2 reales. Esta fuga de capitales de Brasil realimenta la salida de divisas de la Argentina.

Estos datos son centrales porque Brasil tiene un fuerte déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, equivalente a 2,3% del PBI, ya que los servicios y los intereses de la deuda son muy superiores al superávit del comercio exterior. Y ese rojo –que en los 7 primeros meses de 2011 sumó casi US$29.000 millones– se financió, y con exceso, con inversiones directas y el ingreso de préstamos y créditos, aprovechando la alta tasa real de interés. Ahora, con la perspectiva de una menor actividad y menor tasa de interés real, esas inversiones directas podrían disminuir y reducirse –y más bien retirarse– una parte de los capitales especulativos.

La guerra se acerca Con este escenario, y previendo una mayor “guerra comercial” en un mundo marcado por la recesión económica, la ministra de Industria, Débora Giorgi, confirmó que la protección del mercado interno que se estableció por la vía de las licencias no automáticas para productos importados será acompañada de un acuerdo con Brasil para subir el arancel externo común a productos que ambas naciones importan desde China y el Sudeste Asiático. La propuesta es que cada país pueda modificar y ampliar el listado de productos que tienen exención arancelaria e implementar algún mecanismo en el marco de la OMC de “salvaguardia cambiaria” que permita resguardar al mercado regional del ingreso de capitales especulativos originado por las fluctuaciones de las monedas de los países desarrollados.

Esta preservación del Mercosur no alcanza a sus integrantes porque, por ejemplo, el 20% de las exportaciones argentinas van a Brasil, y una desaceleración de la actividad brasileña contraerá las ventas argentinas, con su reflejo en la actividad doméstica.

“A la hora de analizar el impacto que puede tener sobre la Argentina el movimiento cambiario de Brasil y la merma de su nivel de actividad, es importante tener en cuenta, primero, que los flujos comerciales con Brasil dependen mucho más del ciclo económico y de la capacidad de la oferta local que del tipo de cambio real”, asegura Sica.

También Rodrigo Alvarez, de Ecolatina, reconoce que “más que la depreciación del real, nos preocupa la desaceleración de la actividad brasileña como consecuencia de su mayor integración a la economía internacional. Por cada punto de desaceleración de Brasil, las exportaciones argentinas se reducen en unos US$700 millones, sobre todo las ventas industriales. Por otro lado, es probable que también se reduzcan las importaciones, con lo que podría neutralizarse el efecto sobre el saldo comercial, pero en ambos casos, eso se va a traducir en una menor actividad en la Argentina”.

Alvarez asegura que, con todo, no es Brasil el principal problema de la Argentina, sino la menor oferta de divisas que se vislumbra, porque difícilmente el precio de la soja siga subiendo –“podría mantenerse, pero no subir más”–; el superávit comercial se sigue achicando y continúa el proceso de fuga de capitales. Estos factores pesan tanto o más que Brasil en la visión del economista de Ecolatina.

Por su parte, Maximiliano Castillo Carrillo, de la consultora ACM, señala que “en la medida en que las condiciones financieras internacionales continúen deteriorándose, evento que cada día parece más probable teniendo en cuenta, entre otros factores, la evolución de los mercados, probablemente seamos testigos de una depreciación del real todavía más importante, tal cual ocurrió en 2008/2009”. Y agrega que “la depreciación de la moneda brasileña naturalmente impone mayores desafíos a la economía argentina, ya que afecta la competitividad de algunos sectores industriales que destinan su producción a este mercado”.

Con relación al impacto sobre el sector automotor argentino, el IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) sostiene “que la devaluación de la moneda brasileña, sumada a las perspectivas de desaceleración de crecimiento de la economía del país vecino, abren un nuevo interrogante acerca de qué sucederá con el sector automotriz de la Argentina, fundamentalmente teniendo en cuenta que un 51% de la producción local de automóviles se destina al mercado de Brasil”. Y agrega que “es factible que algunas terminales automotrices comiencen a aplicar algún tipo de medidas restrictivas, al menos hasta ver si la situación se consolida o si se trata de algo pasajero. Resultará clave analizar qué sucede no sólo en materia cambiaria del país vecino, sino también en cuanto a las expectativas de desempeño de su economía, puesto que el combo de ambas variables pueden impactar negativamente en la expansión de sector automotriz argentino”.

Todo esto indica que la nueva fase de la crisis internacional, su impacto en Brasil y la eventual incidencia sobre los precios de las materias primas, irán marcando el ritmo a la economía argentina que arrastra desequilibrios propios, como el creciente déficit fiscal, el achique del superávit comercial, la salida de divisas, la merma de las reservas y las dificultades para afrontar “con reservas” los pagos de 2012, sin un fuerte ajuste del tipo de cambio o el incremento de la tasa de interés.
Fuente: infobae.com

Preocupación empresaria por la devaluación de Brasil

El real cayó un 20% en un mes. Ayer, hubo un nuevo salto en la cotización. En las empresas argentinas temen una caída de demanda desde ese país, o un ingreso fuerte de productos brasileños.
Cualquier estornudo de Brasil hace que los empresarios a este lado de la frontera preparen los pañuelos, escaldados como están luego de la devaluación del real en enero de 1999 y la brusca caída de actividad en el país vecino -a causa de la crisis financiera internacional- en septiembre de 2008. En ese sentido, la depreciación de la moneda brasileña, que acumula una devaluación de 20% en lo que va del mes, ya encendió luces amarillas tirando hacia anaranjado entre los fabricantes de maquinaria agrícola y productos textiles y es objeto de una profunda preocupación entre la mayoría de las empresas grandes que integran la Unión Industrial (UIA).

Ayer el dólar llegó a cotizar en Brasil a 1,96 reales , si bien la intervención del Banco Central brasileño hizo que la cotización de la divisa estadounidense terminara en 1,90 reales.

Una apreciación del real podría volver menos competitivas las exportaciones industriales argentinas, que hoy están encabezadas por los vehículos y, muy atrás, por productos metalmecánicos, plásticos y químicos. Pero además encendió la alarma entre los fabricantes locales que quieren mantener a raya la competencia desde el país vecino.

“Hoy casi me queman el teléfono, de la cantidad de llamadas que recibí de mis colegas, porque con un real 20% más competitivo es muy posible que las multinacionales que están en Brasil quieran mandar más unidades hacia la Argentina” , dijo José María Alustiza, dueño de la fábrica de cabezales para cosechadoras Maizco y presidente de la CAFMA, la cámara que agrupa a los fabricantes locales de maquinaria agrícola.

Ausente de viaje José De Mendiguren, el titular de la Unión Industrial, ayer ningún otro directivo de la principal entidad fabril del país quiso hacer comentarios en voz alta. “La verdad es que hay una preocupación fuerte, con todo tipo de consultas cruzadas . La verdad es que a pesar de que Dilma Rousseff llevó el real a un piso más alto, la balanza comercial con Brasil es cada vez más deficitaria.

Y esta depreciación preocupa mucho”, dijo uno de sus directivos.

También desde Pro-Tejer, la entidad que promueve activamente la protección de la industria textil local, están en alerta. “La paridad con Brasil es un tema tiplea A para cualquier industria”, dijo Aldo Karagozian, titular de la entidad y accionista de la fabricante de hilados TN Platex. “Nosotros estábamos exportando a Brasil hasta hace dos o tres meses y la demanda ahora se cortó a cero ”, dijo Karagozian.

En Puerto Iguazú, donde se desarrolla la convención del Instituto de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el real brasileño fue ayer el tema prioritario. “El nivel de depreciación del real fue rápido y violento. Por ahora, es un fenómeno que seguimos de cerca ”, dijo Gustavo Macchi, titular del IAEF. Pero aun con una depreciación brusca, la paridad entre el real y el peso sigue siendo hasta el momento mejor que en diciembre de 2008, según un estudio de la federación industrial de San Pablo (FIESP) que manejan en la Cámara de Exportadores argentina. “En realidad, la clave no pasa tanto por el tipo de cambio sino por el nivel de actividad” , dijo Enrique Mantilla, titular de esa cámara, quien está más atento a la evolución del PBI brasileño. “Si Brasil sigue creciendo, nuestras exportaciones van a andar razonablemente bien”, agregó el ejecutivo.

Un día antes, el titular de General Motors de Argentina, Segio Rocha, había dicho que en la planta de Rosario ya habían corregido sus estimaciones de exportaciones hacia Brasil y tiró una ecuación precisa: “ Con un real de 1,85 se complica la competitividad ” de los autos argentinos. Varios ejecutivos de automotrices confirmaron ayer a este diario que están observando con preocupación la evolución de la demanda desde el país vecino: ocurre que las exportaciones a Brasil en este momento representan en promedio 65% de la producción automotriz local.

Fuentes oficiales aseguraron que la ministro de Industria, Débora Giorgi, se está reuniendo con empresarios locales por el tema Brasil. “Todavía no hay alarma, sí alerta”, dijeron. “Estamos monitoreando el nivel de actividad brasileña, más que el tipo de cambio”.
Fuente: ieco.clarin.com

Otra vez el fantasma de la devaluación del real

En Brasil todos descartan un cambio de política monetaria. El real, en relación al dólar, está en los niveles más bajos desde hace décadas. Una devaluación del real impactaría negativamente sobre la economía porque restaría competitividad.
Los economistas dicen que los gobiernos nunca eligen devaluar. Es el mercado el que decide por ellos. Por eso hay quienes descartan que la jugada del Banco Central de Brasil de bajar la tasa de interés sea el paso previo a una devaluación planificada. En la semana, el Comité de Política Monetaria del BCB bajó la tasa de referencia medio punto hasta 12%. El recorte sorpresivo en el costo del dinero ayudaría a revertir la tendencia a la apreciación del real, que más allá del retroceso de casi 3% que mostró en agosto, acumula una suba de 4,5% contra el dólar en lo que va del año.

La jugada fue seguida desde cerca en la Argentina. Una devaluación del real impactaría negativamente sobre la economía porque restaría competitividad. Y encontraría a las autoridades sin la capacidad de reaccionar como años atrás. José María Fanelli le dijo a El Economista hace un tiempo que el margen de maniobra de la Argentina ante una devaluación de Brasil es menor que en 2008.

Real 2012-2015

En Brasil todos descartan un cambio de política monetaria. El economista jefe del Banco Itaú dijo la semana pasada durante una exposición en Buenos Aires que el real seguirá en los valores actuales, independientemente de alguna fluctuación momentánea. “El real quedará apreciado en los niveles que lo vemos hoy, entre 1,60 y 1,70 por dólar”, dijo Ilan Goldfajn. “No hay razones estructurales para que se mueva de donde estuvo en los últimos años. La industria seguirá quejándose pero el mercado de consumo continuará moviéndose a tasas importantes”.

El real, en relación al dólar, está en los niveles más bajos desde hace décadas. Según un cálculo de Ecolatina el tipo de cambio brasileño hoy es 12% menos competitivo al mínimo registrado durante los 90. La apreciación fue significativa en estos últimos años. Por eso se especuló con que Dilma Rousseff devaluará no bien asumiera, para enfriar los reclamos de los industriales. Sin embargo ello no sucedió.

“El Gobierno no alterará artificialmente el valor de la moneda”, dijo Goldfajn. “Podrá haber alguna corrección ligera, producto de los movimientos de mercado, pero no esperamos que el real se devalúe de cara al mediano plazo”. El Plan Plurianual 2012-2015 enviado por el Gobierno la semana paasada al Congreso le da cierta razón a Goldfajn: el real se ubicará en 1,64 el año próximo y 1,72 en 2013.

Modelo agotado

El economista del Itaú cree que hay dos motivos por los cuales administrar una economía con una moneda apreciada conlleva ventajas. El primero es que los capitales internacionales seguirán eligiendo a los países emergentes como refugio ante los más avanzados. El segundo es que un tipo de cambo apreciado dinamiza el consumo porque aumenta el poder adquisitivo en dólares.

Según Goldfajn muchos indicadores de la economía brasileña están en niveles parecidos a los de antes del colapso de Lehman Brothers (“el dinero en el mercado interbancario de Europa hoy cuesta lo mismo que en agosto de 2008”). Y eso quiere decir que está en peligro el modelo exportador por el cual las economías emergentes crecieron en la última década.

“Los países avanzados crecerán menos. Las economías en vías de desarrollo deben procurar de aquí en más de expandir sus mercados. China ya se está moviendo en esa dirección”.

Para la Argentina

El ex secretario de Finanzas y director de Econviews, Miguel Kiguel, dijo que “un real apreciado” es uno de los factores que explicará el crecimiento de la economía argentina entre 2011 y 2012 .

Un real caro es una noticia excelente para la Argentina porque le permite postergar algunas correcciones sobre su economía. Una de ellas, la más urgente, bajar la tasa de inflación. Hoy el 50% de las exportaciones industriales argentinas y el 80% de las exportaciones automotrices van a Brasil. Por el contrario, un debilitamiento del real preocuparía a los empresarios.

Autor de Nota: El Economista