Dilma y Pepe: ex guerrilleros contra la inflación

Dilma Rousseff en Brasil y José Mujica en Uruguay, son jefes de Estado que no ocultan su extracción de izquierda radical y que exponen propósitos de distribución de ingreso como forma de lograr una sociedad más igualitaria; pero ante el rebrote de precios, no dudan en salir al cruce con medidas contractivas.
Gobernantes latinoamericanos, de extracción marxista y con pasado guerrillero, no dudan en declararle en el siglo XXI la batalla a la inflación. Y para esa lucha, no apelan a controles de precios o a otras medidas de tipo dirigista con incidencia del Estado, sino que instruyen a los técnicos de sus equipos económicos para que se manejen con políticas ortodoxas. La visión monetaria de la inflación ha sido reivindicada por gobiernos de izquierda en Sudamérica.

Dilma Rousseff en Brasil y José Mujica en Uruguay, son jefes de Estado que no ocultan su extracción de izquierda radical y que exponen propósitos de distribución de ingreso como forma de lograr una sociedad más igualitaria; pero ante el rebrote de precios, no dudan en salir al cruce con medidas contractivas.

Incluso Rousseff en Brasil y Mujica en Uruguay acceden a enfriar sus economía para favorecer el freno al repunte de precios. En otros tiempos, la reacción de la izquierda latinoamericana respecto a la inflación era muy diferente. No les resultaba preocupante que la inflación estuviera en torno a 50% y la meta de una tasa anual de un solo dígito les parecía un capricho tecnócrata de economistas más inquietos por cuidar los equilibrios que por los verdaderos problemas de la gente.

También se decía que había que echar leña a la caldera del mercado interno, para activar la economía y en todo caso contribuir con gasto público, que si iba “bien dirigido”, más que gasto era inversión. Nunca podía haber preocupación por equilibrio fiscal y mucho menos por equilibrio monetario. Eso era mala palabra.

Ahora, los dos gobiernos están comprometidos con una política monetaria contractiva y en los últimos días anunciaron medidas de contención fiscal, para lograr consistencia de políticas y para favorecer el combate a la inflación. ¿Cuál es el ritmo de aumento de precios que tanto inquieta a gobiernos de izquierda? ¿Están por llegar a la hiperinflación? ¿Se acercan a cifras de tres dígitos? Nada de eso. Luchan para mantener la tasa de inflación en un nivel de un sólo dígito.

Inflación en Brasil

En Brasil han venido sin cumplir la meta fijada. Para 2010 había una pauta proyectada de 4,5%, con un piso de 2,5% y un techo de 6,5%. Ese año los precios al consumo aumentaron 5,91%, lo que mostró un aumento respecto al año anterior (había sido 4,31% en 2009) y además un alejamiento de la meta oficial, aunque manteniéndose entre los márgenes de desvíos.

Pero este 2011 comenzó con una tendencia alcista inquietante, con inflación de 0.83% en enero, de 0.80% en febrero y de 0.79% en marzo. De esa forma, la tasa anual móvil subió a 6,3%, muy cerca del techo de la banda y lejos de la meta oficial de 4,5%.

Pero más que la tasa de doce meses móviles, que en realidad es historia porque contempla datos desde abril del año pasado, que ya no están en línea con la presión inflacionaria actual, lo que importa es ver el nivel de precios de este año.

El trimestre dio una inflación de 2,44%, que de repetirse en los otros tres trimestres del año, arroja una tendencia de 10,12%.Por eso, se precisan acciones ya y contundentes, tanto para frenar el ritmo como para afectar positivamente la expectativas.

Inflación en Uruguay

En Uruguay, la inflación ha venido con igual presión. El año pasado cumplió ajustada la meta oficial que era con una franja de 5% a 7%: fue 6,93%. El equipo económico ha fijado para este año una meta de inflación con un piso de 4% y un techo de 6%.

Para cumplir con eso, es necesario que el aumento de precios al consumo de cada mes sea desde 0,33% (para el primer valor bajo) hasta 0.49% (para el porcentaje más alto). Dicho de otra forma, para cumplir con una inflación anual de 6% -y no más de eso- en cada mes no puede haber más aumento que 0,49%; y si lo hay, debe compensarse con algo menos en otro mes.

Pero la realidad es otra. Ya en diciembre del año pasado, el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó 0,53%. Y en ese 2011, los aumentos de precios fueron de 1,25% en enero, 0,94% en febrero y 1,42% en marzo.

El trimestre dio una inflación de 3,65% por lo que sin pensar ya en la meta más baja (4% para todo el año), para llegar al objetivo de máxima inflación, que es 6%, el aumento de precios en cada mes no puede ser mayor a 0,25% (o si es más en uno, debe ser compensado en otro). Eso no está en los cálculos posibles.

Por lo tanto, el nuevo objetivo es que la inflación no vuelva a los dos dígitos, o sea que sea como máximo nueve y pico por ciento. El Índice de Confianza del Consumidor presenta bajas en los últimos registros y los uruguayos perciben que la inflación seguirá en alza.

Pero los consultores privados, en las proyecciones nuevas que están enviando a sus clientes, sostienen que eso tampoco es sencillo, aunque no arriesgan porcentajes mucho más altos. En la encuesta de abril, la media de los pronósticos dio 7,51%: los más optimistas dan una estimación de 6,4% y los pesimistas arrojan un máximo de 9,6%.

Ataque frontal, ortodoxo

“No voy a permitir que la inflación vuelva a Brasil”, dijo Rousseff al diario “Valor”. Fue contundente en asegurar que “no habrá negociación con la tasa de inflación”, y para eso no tuvo problemas en apelar a soluciones ortodoxas de política fiscal.”Vamos a contener el gasto del gobierno, estamos enfriando al máximo la expansión del gasto”, pero también “vamos a mantener la inversión alta”, medidas con las que el gobierno espera impulsar el crecimiento y contener la inflación, afirmó la mandataria.

La presidente de Brasil dijo que respeta la autonomía del Banco Central, que ha aumentado la tasa de interés de referencia para controlar la inflación, medidas de restricción monetaria que afecta a los productores nacionales. “Creo en un Banco Central extremadamente profesional y autónomo”, declaró Rousseff.

En Uruguay, el gobierno dio luz verde al equipo económico para un aumento de 100 puntos básicos de la tasa de política monetaria (de 6,5% a 7,5%), lo que tiró el precio del dólar más debajo de lo que ya estaba (el tipo de cambio estaba en $24 al inicio de 2009 y ahora ha caído a menos de $19).

El gobierno de Mujica ha transmitido que si es necesario subir más la tasa, así lo hará. Pero el jueves pasado, el jefe de Estado anunció restricciones fiscales para eliminar el déficit y llegar a un equilibrio. Mujica definió la “inflación” como “una anguila enjabonada” difícil de combatir, pero se comprometió a hacer lo necesario para enfrentarla. “No habrá inflación descontrolada”, aseguró.

Anunció un plan para lograr equilibrio fiscal y dijo que el gobierno soportará todas las “broncas” para poder defender los “intereses generales, porque la inflación es una lacra, una expropiación sobre todo a los más pobres que tienen ingresos congelados, como trabajadores jubilados”. “Hay que agarrarla ahora porque estamos en un nivel que la podemos controlar”, dijo Mujica.

Brasil y Uruguay son países que han modernizado su democracia, con rotación de partidos políticos en el poder, una izquierda que gobierna dejando al costado los planteos líricos de otras épocas y asumiendo responsabilidad de gestión.

La inflación tiene causas monetarias y los gobiernos de izquierda así lo comprenden, sin que les pese las cuestiones ideológicas. Y para que haya consistencia de la política monetaria con la fiscal, tampoco dudan en anunciar restricciones de gasto público. No ocurre esto en toda la región, pero esta actitud de dos gobiernos de izquierda, con presidentes que en los sesenta se embarcaron en guerrillas para impulsar revoluciones socialistas, marca un mojón histórico en la política latinoamericana.

Autor de Nota: Infolatam

Brasil tiene una «inmensa» preocupación por el aumento paulatino de la inflación

La presidenta Dilma Rousseff reiteró su compromiso para reducir la suba de precios que alcanzó el 6,44% en los últimos doce meses. El Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central subió el miércoles la tasa de interés referencial, Selic, a un 12% desde un 11,75%, un alza menor a la que pronosticaba la mayoría de los economistas, en un esfuerzo por reducir el avance de los precios.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo el lunes que está «inmensamente preocupada» por la inflación, que casi alcanza el tope del rango de la meta oficial para este año y sostuvo que el Gobierno actuará para impedir que los precios sigan subiendo.

«Estamos inmensamente preocupados respecto a la inflación y no existe una situación bajo la cual el Gobierno baje su guardia cuando se trate de controlar la inflación», declaró Rousseff a la prensa en Brasilia.

Los precios han subido este año en Brasil debido a una economía local robusta y por una ola de inflación impulsada por las materias primas que ha causado preocupación entre las autoridades de mercados emergentes de todo el mundo.

La inflación interanual de Brasil alcanzó un 6,44% a mediados de abril, que es la cifra disponible más reciente.

El rango de la meta de inflación del Banco Central es de un 4,5%, con una tolerancia de más o menos dos puntos porcentuales.

El Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central subió el miércoles la tasa de interés referencial, Selic, a un 12% desde un 11,75%, un alza menor a la que pronosticaba la mayoría de los economistas, en un esfuerzo por reducir el avance de los precios.

En tanto, según La Nación, los economistas elevaron sus pronósticos para el índice referencial de inflación de Brasil de este año a un 6,34% desde el 6,29% de la semana previa, según un sondeo semanal del banco central publicado hoy. Para 2012, mantuvieron su cálculo de una inflación del 5,0 por ciento.
Fuente: mdzol.com

La inflación en Mendoza 3 veces más que el Indec

La inflación pegó un salto con el inicio de clases. Los servicios educativos fueron lo que más aumentaron, con subas del 15,4%. Pero los alimentos también tuvieron un alza importante: 3,9%. Por primera vez una medición oficial arroja un número superior que la de las consultoras privadas.
En Mendoza la inflación se aceleró según la medición oficial realizada por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas. Según ese estudio, la inflación de marzo fue del 2,5%, muy superior al 0,8% medido por el Indec en Buenos Aires.

El rubro que más aumentó fue la educación, que superó el 15% de aumento. Los alimentos tuvieron un aumento promedio del 3,5% y indumentaria del 3,9%. Esos rubros son de los que más afectan al “bolsillo” de los consumidores.

Contrariamente a lo que ocurre a nivel nacional, esta vez la medición oficial del Gobierno arrojó una inflación superior a la que indicaron algunas mediciones privadas.

Es el tercer informe que publica el Gobierno desde que volvió a medir la inflación local.
Fuente: www.agenciacna.con

EL COSTO DE VIDA: LA INFLACIÓN ES TRIPLE EN EL INTERIOR


Varias direcciones de estadísticas provinciales informaron subas de precios en marzo muy superiores a las del Indec. Las direcciones de estadísticas de las provincias de San Luis y de Mendoza publicaron sus respectivos índices de inflación locales correspondientes a marzo, que fueron tres veces superiores al informado por el controvertido Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec).

Mientras que para el Indec, en marzo los precios al consumidor subieron en promedio un 0,8%, para la provincia de San Luis (gobernada por el opositor Alberto Rodríguez Saá) el alza fue del 2,7%; y para la provincia de Mendoza (a cuyo frente está el oficialista Celso Jaque), fue del 2,5%. Además, los datos de ambas jurisdicciones son coincidentes respecto de los rubros que más empujaron la suba de los precios y en los respectivos porcentajes de incremento.

El índice de precios al consumidor de San Luis (IPC-SL) registró en marzo un aumento de 2,7% con relación a febrero, y de 21,7% respecto al mismo mes de 2010, de acuerdo con lo publicado ayer por la Dirección Provincial de Estadística y Censos.

El informe indicó que el capítulo que más incidió sobre el nivel general fue alimentos y bebidas, con 3,2%, a partir de la suba en diferentes cortes de carnes. También el rubro indumentaria (5,6%) influyó en gran medida, por el ingreso de ropa invernal. Educación, 10,7%, y equipamiento y mantenimiento del hogar, 3,3%, fueron otros de los capítulos que incidieron en el IPC-SL correspondiente a marzo, provocando además que la variación acumulada anual se eleve a 4,9%.

En tanto, en Mendoza, la inflación de marzo fue del 2,5%, según las mediciones realizadas por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia. El incremento en el índice de precios al consumidor registrado durante el mes pasado fue impulsado, según el informe, por los aumentos en rubros como educación, alimentación e indumentaria.

En educación, el incremento fue del 15,4%, seguida por la indumentaria, con un 3,9%, y los alimentos y bebidas, en un 3,5%. En cuanto a los alimentos, la carne subió un 4,3 por ciento, mientras que los productos panificados lo hicieron en un 5,7 por ciento. Las frutas, en cambio, registraron una baja del 2,9 por ciento respecto del mes anterior. En la comparación interanual de la dirección de estadísticas mendocina, la inflación tuvo un incremento del 18,2 por ciento.
El Indec, tres veces menos

Para marzo, el Indec había señalado una inflación del 0,8%, impulsada por educación e indumentaria. El valor oficial se encuentra por debajo de los cálculos de las consultoras privadas, que habían ubicado la variación de precios entre el 2 y el 2,5%. Ante la persecución de la Secretaría de Comercio Interior, que aplicó fuertes multas, varias de esas consultoras ya no informan los datos o lo hacen sólo si no se las identifica. Según el Indec, el primer trimestre del año cerró con una suba de precios de 2,3%. Con relación a marzo de 2010, la variación de precios ascendió a 9,7%.

El Indec está intervenido extraoficialmente desde 2007 por la Secretaría de Comercio Interior. La auditoría técnica encargada por el propio Gobierno a universidades nacionales concluyó que «no es posible considerar al IPC elaborado por el Indec como una medida fiable del nivel agregado de los precios del consumo, ni como un indicador adecuado para emplear como deflactor a efectos de estimar variables como el tipo real de cambio o el salario real o los niveles de pobreza».

2,7% Inflación en San Luis
El mismo dato, en Mendoza, fue del 2,5%, mientras que para el Indec fue del 0,8%, siempre para el mes de marzo.

Fuente: lanacion.com

Para el FMI, la alta inflación argentina puede provocar un ajuste y detener el crecimiento

En su asamblea anual, el organismo también advirtió sobre la expansión de la base monetaria y otros factores que fuerzan un «sobrecalentamiento» de la economía.
Nicolás Eyzaguirre, director del departamento del hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, advirtió hoy en la asamblea del FMI sobre las consecuencias de la acelerada inflación en Argentina. Si el país no puede detener su proceso inflacionario, «la consecuencia puede ser que, al final del camino, haya que aplicar un ajuste fiscal», consideró,

El chileno defendió así un informe realizado por el staff técnico del Fondo, que fue presentado en Washington el lunes. Allí se dijo que la Argentina seguirá creciendo a tasas robustas, pero que el desempleo puede aumentar del 7,7% al 9%. La conclusión de ese estudio parecía contradictoria, ya que cuando un país crece crea más empleo y no menos. Sin embargo, Eyzaguirre advirtió que «puede ser una consecuencia de crecer tanto si la inflación continúa acelerándose».

Una misión técnica del Fondo estuvo en el país para dejar recomendaciones sobre cómo elaborar un nuevo índice de precios. El Gobierno aún no opinó al respecto. Argentina también encabeza el ranking de los países cuyos indicadores hablan de una economía «sobrecalentada». «Para que el crecimiento sea sustentable (en el largo plazo), el ritmo de crecimiento debería ser aminorado», consideró Eyzaguirre.

En relación a la inflación, Gilbert Terrier -Consejero del FMI- advirtió que es un tema «complicado». Que las diferencias entre las cifras del Indec y las estimaciones privadas son «grandes». La expansión de la base monetaria «que está entre el 20% y 30%» es un factor que preocupa al Fondo, que lo considera una razón para alertar sobre los riesgos de sobrecalentamiento de la economía y la alta inflación de precios.
Fuente: clarín

INFLACIÓN, INDEC Y OTRAS MENTIRAS

Lo que no se cuenta sobre la política fiscal del kirchnerismo – Según se desprende de los estudios realizados a nivel privado, en la Argentina la inflación anual real supera el 30%.
Desde la rotunda negativa inicial, pasando por el reconocimiento de algo incipiente que solo podría afectar a los sectores de más alto poder adquisitivo, el Gobierno nacional no tuvo más remedio que acceder a las auditorías exigidas por el Fondo Monetario Internacional.

La excusa, claro, fue tan increíble como los desesperados manotazos de ahogado que está dando el oficialismo para conseguir dinero que reemplace las nunca captadas inversiones que le permitirían seguir sosteniendo el famoso “modelo”; por eso insisten en querer instalar la versión de que las Comisiones del FMI han venido a “colaborar” en la determinación de un procedimiento de cálculo que refleje mejor el índice de precios.

En todo caso, si todo estaba tan bajo control luego de haber separado a parte del personal realmente idóneo del INDEC, ¿para qué vinieron los técnicos del Fondo?

El interrogante podría empezar a responderse considerando la imperiosa necesidad de recursos que requiere el Gobierno para seguir con el festival, más aún en un año electoral; y las chirolas que van quedando en la lata, sumadas a las inversiones que nunca llegaron porque el régimen, no es creíble.

La presión que está ejerciendo la AFIP no es casual, como no lo son el resto de las medidas que se vienen implementando en materia monetaria desde la instauración del kirchnerismo en la Argentina.

Los ejemplos de esto superabundan, y al intentar comprender los razonamientos que sustentan las medidas, aparecen curiosidades tales como que el BCRA en lugar de defender la moneda local, defiende la divisa norteamericana y la tiene clavada en algo más de $4 por unidad, incrementándola a cuenta gotas, a lo que se suma la persecución en todos los frentes, inclusive la AFIP, controlando el dólar paralelo.

Otro ejemplo de razonamiento falaz es la aplicación de multas a las consultoras que informan la inflación real, cuando lo más coherente sería buscar la solución al problema, en lugar de matar al mensajero.

Hacia el año 2007, el desaparecido Néstor Kirchner podría haber aspirado a consolidar un acuerdo con el sector empresarial y sindical, a efectos de lograr una regulación de precios y salarios y a la vez, intentar promover las inversiones por un mínimo de dos años, extensible quizás a tres o más. Pero si se pretende controlar la inflación y mantenerla en el nivel más bajo posible, no resulta coherente implementar políticas fiscales y monetarias que la eleven a más del 30%. La razón es clarísima, la gestión del Gobierno no luce para nada confiable, o en todo caso, padece esquizofrenia.

Para ilustrar mejor el tema, es posible comparar nuestra situación con lo que pasa en China, donde la inflación esperada era de unos 4 puntos y se les disparó alrededor de 5, frente a lo cual inmediatamente tomaron medidas en materia fiscal y monetaria.

En términos de política monetaria, se revaluará la moneda de manera muy gradual, ya que de hacerlo más aceleradamente, eso atraería más dinero especulativo, lo que acrecentaría la presión inflacionaria.

Asimismo, hace unos días se ha elevado la tasa de interés, siendo ésta la cuarta vez que se practica desde el mes de octubre pasado. La demanda de dinero genera inflación. Si sube la tasa de interés, habrá menor demanda y por ende, debería empujar la inflación hacia abajo.

En materia fiscal, mientras la gestión K ha ido incrementando la presión tributaria con el transcurso de los años —lo que en definitiva termina afectando la capacidad contributiva— China se ha propuesto reducirla. La acción concreta de éste último consistirá en bajar los impuestos a las importaciones y otorgar subsidios a los sectores productivos más necesitados para promover la producción de mayores cantidades de alimentos.

En el modelo K, el incremento de la presión tributaria, mayor persecución a los sujetos obligados, inflación en más de un 30%, carencia de políticas coherentes en materia económica y monetaria, constituyen la fórmula perfecta para desalentar el cumplimiento de los contribuyentes.

Sin embargo, en medio de todo este dislate e inflación —que para los asalariados, jubilados, beneficiarios de subsidios y planes, es una calamidad— para el oficialismo sigue siendo sumamente útil, en tanto le permita con el tipo de interés negativo, el señoreaje, la relación entre inflación e ilusión monetaria, facilitar los ajustes en los salarios reales; seguir con el demencial convencimiento de que se está construyendo un país en serio.

Lo peor de todo, no son las aberraciones cometidas y el desastre que dejarán, sino la creencia ciega de que son brillantes hacedores de insuperables genialidades.

Fuente: Nidia G. Osimani/periodicotribuna.com

Lo que no se cuenta sobre la política fiscal del kirchnerismo


Según se desprende de los estudios realizados a nivel privado, en la Argentina la inflación anual real supera el 30%. Desde la rotunda negativa inicial, pasando por el reconocimiento de algo incipiente que solo podría afectar a los sectores de más alto poder adquisitivo, el Gobierno nacional no tuvo más remedio que acceder a las auditorías exigidas por el Fondo Monetario Internacional.

La excusa, claro, fue tan increíble como los desesperados manotazos de ahogado que está dando el oficialismo para conseguir dinero que reemplace las nunca captadas inversiones que le permitirían seguir sosteniendo el famoso “modelo”; por eso insisten en querer instalar la versión de que las Comisiones del FMI han venido a “colaborar” en la determinación de un procedimiento de cálculo que refleje mejor el índice de precios.

En todo caso, si todo estaba tan bajo control luego de haber separado a parte del personal realmente idóneo del INDEC, ¿para qué vinieron los técnicos del Fondo?

El interrogante podría empezar a responderse considerando la imperiosa necesidad de recursos que requiere el Gobierno para seguir con el festival, más aún en un año electoral; y las chirolas que van quedando en la lata, sumadas a las inversiones que nunca llegaron porque el régimen, no es creíble.

La presión que está ejerciendo la AFIP no es casual, como no lo son el resto de las medidas que se vienen implementando en materia monetaria desde la instauración del kirchnerismo en la Argentina.

Los ejemplos de esto superabundan, y al intentar comprender los razonamientos que sustentan las medidas, aparecen curiosidades tales como que el BCRA en lugar de defender la moneda local, defiende la divisa norteamericana y la tiene clavada en algo más de $4 por unidad, incrementándola a cuenta gotas, a lo que se suma la persecución en todos los frentes, inclusive la AFIP, controlando el dólar paralelo.

Otro ejemplo de razonamiento falaz es la aplicación de multas a las consultoras que informan la inflación real, cuando lo más coherente sería buscar la solución al problema, en lugar de matar al mensajero.

Hacia el año 2007, el desaparecido Néstor Kirchner podría haber aspirado a consolidar un acuerdo con el sector empresarial y sindical, a efectos de lograr una regulación de precios y salarios y a la vez, intentar promover las inversiones por un mínimo de dos años, extensible quizás a tres o más. Pero si se pretende controlar la inflación y mantenerla en el nivel más bajo posible, no resulta coherente implementar políticas fiscales y monetarias que la eleven a más del 30%. La razón es clarísima, la gestión del Gobierno no luce para nada confiable, o en todo caso, padece esquizofrenia.

Para ilustrar mejor el tema, es posible comparar nuestra situación con lo que pasa en China, donde la inflación esperada era de unos 4 puntos y se les disparó alrededor de 5, frente a lo cual inmediatamente tomaron medidas en materia fiscal y monetaria.

En términos de política monetaria, se revaluará la moneda de manera muy gradual, ya que de hacerlo más aceleradamente, eso atraería más dinero especulativo, lo que acrecentaría la presión inflacionaria.

Asimismo, hace unos días se ha elevado la tasa de interés, siendo ésta la cuarta vez que se practica desde el mes de octubre pasado. La demanda de dinero genera inflación. Si sube la tasa de interés, habrá menor demanda y por ende, debería empujar la inflación hacia abajo.

En materia fiscal, mientras la gestión K ha ido incrementando la presión tributaria con el transcurso de los años —lo que en definitiva termina afectando la capacidad contributiva— China se ha propuesto reducirla. La acción concreta de éste último consistirá en bajar los impuestos a las importaciones y otorgar subsidios a los sectores productivos más necesitados para promover la producción de mayores cantidades de alimentos.

En el modelo K, el incremento de la presión tributaria, mayor persecución a los sujetos obligados, inflación en más de un 30%, carencia de políticas coherentes en materia económica y monetaria, constituyen la fórmula perfecta para desalentar el cumplimiento de los contribuyentes.

Sin embargo, en medio de todo este dislate e inflación —que para los asalariados, jubilados, beneficiarios de subsidios y planes, es una calamidad— para el oficialismo sigue siendo sumamente útil, en tanto le permita con el tipo de interés negativo, el señoreaje, la relación entre inflación e ilusión monetaria, facilitar los ajustes en los salarios reales; seguir con el demencial convencimiento de que se está construyendo un país en serio.

Lo peor de todo, no son las aberraciones cometidas y el desastre que dejarán, sino la creencia ciega de que son brillantes hacedores de insuperables genialidades.
Fuente: Nidia G. Osimani/periodicotribuna.com.ar

Europa subiría las tasas de interés por la inflación

La fugaz fortaleza que muestra el euro en los mercados tiene una razón: se espera que hoy el Banco Central Europeo suba su tasa de interés de referencia en 25 puntos, a 1,25%, en lo que será la primera medida de política monetaria que apunte a combatir una potencial inflación fogoneada por la suba de los alimentos y la energía.

Todo sube en Argentina. El euro, también. Bajo el frente de incertidumbre que abrió el pedido de Portugal por ayuda financiera, la moneda europea registró ayer su máximo valor en los últimos 14 meses al cotizar a u$s 1,43 en los mercados internacionales. La traducción en nuestro país sirvió para alejar aún más a la moneda europea de la argentina. El euro cerró en $ 5,82 para el tipo vendedor, lo que constituyó un nuevo piso para los registros domésticos.

La fugaz fortaleza del euro tiene una razón: se espera que hoy el Banco Central Europeo (BCE) suba su tasa de interés de referencia en 25 puntos base, a 1,25%, en lo que será la primera medida de política monetaria que apunte a combatir preventivamente una potencial inflación fogoneada por el aumento de los alimentos y la energía.

Los funcionarios del BCE ya habían agitado en público la posibilidad de un alza en la tasa, que será la primera desde julio del 2008.

Al BCE le preocupa que los precios del petróleo (que se encuentran cerca de máximos de dos años y medio) puedan aumentar las expectativas de inflación. Para los analistas, el desafío es que en la entidad puedan ser lo suficientemente «cuidadosos» para no herir a las economías periféricas con un alza apresurada, lo que influiría negativamente en la perspectiva de crecimiento. Tanta expectativa ha generado que una masiva corriente de inversores se posicione en activos nominados en euros, que prometen pagar una mejor tasa de ahora en adelante. También se han activado operaciones especulativas sobre un probable incremento de las tasas a futuro.

El euro viene de apreciarse más de un 11% desde enero, cuando alcanzó su mínimo de cuatro meses, en u$s 1,286. La escalada se generó a la par de un constante bombeo de recursos por parte de la Reserva Federal (Fed), que puso en marcha un programa de recompras de bonos del Tesoro para deprimir la tasa, desalentar inversiones, debilitar al dólar y fortalecer la competitividad del sector exportador.

La economía de la zona euro creció un 0,3% en el cuarto trimestre del 2010 y se espera que se haya expandido un 0,5% en los tres primeros meses de este año, pero para los analistas, los datos indican que la fortaleza de la economía alemana ha «enmascarado» la debilidad de los miembros de la periferia del bloque de los 17 países que componen el bloque.

Fuente: Cronista.com

Moreno imputó a la consultora que fundó Lavagna por medir la inflación

Valiéndose de los mismos argumentos con los que sancionó a cinco consultoras hasta el momento, la Secretaría de Comercio Interior imputó ayer al estudio Ecolatina por considerar que sus informes de inflación y sus estimaciones sobre el valor de la canasta básica contienen inexactitudes e sinconsistencias.
La información fue difundida ayer por la agencia oficial Télam. Según el despacho, la Dirección de Lealtad Comercial, que depende del secretario de Comercio Guillermo Moreno, señaló que los informes dados a conocer por Ecolatina dan cuenta de numerosas inexactitudes, inconsistencias y contienen “debilidades metodológicas”. Ecolatina tiene diez días para realizar su descargo.
La imputación se realiza luego de que el Indec analizara la metodología con la que la consultora estima la inflación mensual. El Indec utilizó los mismos términos para rechazar las presentaciones de otras consultoras, como el Estudio Bein, una de las firmas multadas.
Hasta el momento, cinco consultoras fueron sancionadas con multas de $ 500.000: Bein, Finsoport (de Jorge Todesca), Gabriel Rubinstein y Asociados, Graciela Bevacqua y FIEL. Otras tantas fueron imputadas: Abeceb.com (de Dante Sica), Econviews (de Miguel Kiguel) y el Estudio Orlando Ferreres. Además, recibieron intimaciones Economía & Regiones (de Rogelio Frigerio) y M&S (de Carlos Melconian).
Ecolatina, al igual que el resto de las firmas, “puede haber incurrido en una presunta infracción al artículo 9 de la ley 22.802 de Lealtad Comercial, que prohibe la realización de cualquier clase de presentación, publicidad o propaganda que mediante inexactitudes u ocultamientos pueda inducir a error, engaño o confusión respecto de, entre otras cosas, el precio y condiciones de comercialización de bienes muebles, inmuebles o servicios”, según la resolución que difundió Télam.
Ecolatina, cuya denominación legal es Latín Eco S.A., fue fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna hace más de treinta años.
Representantes de todas las consultoras participaron la semana pasada de una audiencia en la Cámara de Diputados y recibieron el respaldo de legisladores de distintos bloques de la oposición, que también acordaron pedir la interpelación ante el Congreso del ministro de Economía, Amado Boudou y emitir un proyecto de resolución que repudie las intimaciones a los estudios.
Fuente: cronista.com

Inevitable crisis del comercio con Brasil

Con importaciones duplicando el ritmo de crecimiento de las exportaciones comenzó a preocupar el continuo debilitamiento del superávit comercial. Así, poor la extensión de las Licencias No Automáticas Previas de Importación quedó sujeto a autorización oficial US$ 1 de cada US$ 5. Los productos de origen brasileño son los más afectados pues un tercio de las importaciones bajo el régimen de LNAPI provienen desde ese mercado.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). En 2010 el volumen de importaciones alcanzó su máximo registro histórico en términos del PBI constante (15,3%).

La sostenida demanda interna por sobre la capacidad de la oferta nacional, en un contexto de apreciación del tipo de cambio real, impulsaron fuertemente las compras argentinas en el exterior.

En la obtención de tan elevada participación de las importaciones sobre el producto, contribuyó también la relajación de los controles aduaneros que habían sido establecidos a fines de 2008 en el marco de la crisis financiera internacional. Esa flexibilidad fue posible gracias al abultado ingreso de divisas derivadas de la excelente cosecha de soja y a una menor fuga de capitales que permitieron aliviar las presiones en el balance cambiario.

Sin embargo, el continuo debilitamiento del superávit comercial –como consecuencia de importaciones duplicando el ritmo de crecimiento de las exportaciones– comenzó a preocupar. La tendencia actual llevaría a perforar rápidamente los US$ 10.000 millones que estableció el Gobierno como objetivo.

Se implementó entonces otra medida aduanera para desincentivar el ingreso de productos extranjeros. La base de mercaderías alcanzadas por las Licencias No Automáticas Previas de Importación (LNAPI) fue ampliada en febrero de 400 a 600 ítems.

Si antes de la nueva disposición se controlaba por este régimen a 6% de las importaciones del país, ahora se fiscaliza 18%, o sea: está sujeto a autorización oficial US$ 1 de cada US$ 5 destinado a la compra de productos extranjeros.

En esta oportunidad se apuntó a los bienes intermedios (insumos industriales), de capital y sus partes. Aunque de los 600 productos incluidos en el régimen de LNAPI los bienes de consumo siguen siendo los más controlados (43%), seguidos por los intermedios (32%) y los de capital y sus partes (25%).

Los productos de origen brasileño son los más afectados pues un tercio de las importaciones bajo el régimen de LNAPI provienen desde ese mercado. De hecho, antes se controlaba por este medio sólo 8% de las compras argentinas en Brasil, pero con la reciente extensión se interviene sobre 21% del total importado desde el principal socio del Mercosur.

Este tipo de medidas resiente las relaciones comerciales con los socios más relevantes en el intercambio, aunque el mayor problema se genera cuando la autorización de los permisos se torna discrecional.

Por caso, India reclamó por el freno en la aduana de 70 tractores originarios de ese país y advirtió que en represalia podría suspender la compra de aceite de soja argentino.

En cifras, se amenazan exportaciones por cerca de US$ 1.200 millones (según los envíos de ese aceite a ese destino en 2010) por controlar importaciones estimadas en sólo US$ 4 millones.

Además, la tesis de resguardo de la producción nacional es exigua: la fabricación local de tractores en 2010 creció 77% y superó su mayor nivel desde 1998.

Un elevado superávit comercial es fundamental, por ejemplo para apuntalar la Cuenta Corriente y permitir un proceso de desendeudamiento. Pero cerrarse al mundo es un paliativo de corto plazo para problemas de fondo.

En sentido opuesto, deberían promoverse incentivos para fomentar la inversión, mejorando la competitividad de los productos nacionales y su inserción internacional.

El objetivo sigue siendo minimizar la salida de divisas

La economía argentina está casi tan cara como en la convertibilidad. El tipo de cambio real bilateral se ubica actualmente en $ 1,14 por US$ 1 y avanza hacia el US$ 1 = US$ 1, pues la inflación local supera ampliamente a la de los Estados Unidos y la paridad nominal se mantiene prácticamente fija.

Esta situación resta competitividad externa a las exportaciones y simultáneamente abarata los productos extranjeros. De hecho, el deterioro del superávit comercial explicó casi la totalidad del déficit que arrojó la Cuenta Corriente en el último trimestre de 2010 (US$ -194 millones vs US$ +1.406 millones en el mismo período de 2009).

Por suerte, con la recuperación de la situación financiera mundial mejoró el clima de inversiones, por lo que en 2010 se pudo volver a exhibir un ingreso neto en la Cuenta Capital después de 3 años. Esta situación permitió incluso abultar el stock de reservas internacionales en mayor medida a lo que se había conseguido en 2009 (US$ 4.157 millones vs US$ 1.346 millones) ya que la fuga de capitales de ese año había absorbido 80% del superávit de Cuenta Corriente.

Pese a que se consiguió revertir la salida de capitales en 2010, no hay garantías de que se mantenga el flujo positivo este año. Por un lado, las elecciones presidenciales suelen incrementar la incertidumbre de los inversores (mayor dolarización). Por el otro, el Gobierno aún no logró retornar a los mercados internacionales en condiciones aceptables para ambas partes.

Así, con una Cuenta Corriente en retroceso y una Cuenta Capital incierta, se decidió minimizar la salida de divisas por el intercambio de bienes y servicios con el objetivo de desactivar cualquier tipo de presión cambiaria. En este marco surgieron por ejemplo las nuevas trabas a las importaciones y la prohibición para que las compañías de seguros se reaseguren en el exterior.

Estas medidas pueden elevar la oferta de divisas en el corto plazo, pero no brindan soluciones de fondo y pueden empeorar la situación general de la economía, afectando la provisión de insumos industriales, generando represalias comerciales o incluso elevando las presiones inflacionarias.

En una economía donde el consumo crece a mayor ritmo que la oferta local las importaciones evitan un mayor recalentamiento de los precios internos: la menor competencia externa tiende a exacerbar la inflación profundizando a su vez la pérdida de competitividad cambiaria.

Doce provincias ya miden su propia inflación

SUS MEDICIONES DUPLICAN A LAS DEL INDEC – Las provincias descreen de las cifras de inflación que mes a mes informa el INDEC y ya son doce las que relevan sus propias canastas y miden el encarecimiento del costo de vida de sus contribuyentes.

A través de sus direcciones de estadística, de sus secretarías de comercio interior y de acuerdos con comerciantes, la mitad de las provincias argentinas envían decenas de inspectores a las calles para relevar precios y estimar la inflación.

Mendoza, Santa Fe, Chaco, San Luis, Misiones, Entre Ríos, Río Negro, Jujuy, Neuquén, Chubut, Salta y La Pampa llevan la delantera a la hora de desmarcarse del organismo nacional y establecer la suba generalizada de precios en sus economías.

Ocho de estas retomaron las mediciones de inflación después de enero de 2007, cuando tomó fuerza la polémica por la intervención del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, al INDEC y las denuncias de «manipulación estadísticas».

La última en sumarse a esta lista fue Chaco, donde recientemente el Gobernador ultrakirchnerista, Jorge Capitanic,h facultó a los municipios para que comiencen a medir la inflación en alimentos a través de una canasta de 70 productos que inicialmente costará 225 pesos.

Los municipios comenzaron a controlar el abastecimiento de carne vacuna, porcina y caprina, y también de productos hortícolas con oferta local, cuya producción se realice a través de proveedores chaqueños.

Cinco municipios ya firmaron el convenio, pero la administración Capitanich confía en que más de las 68 comunas se sumarán a medida que los relevamientos avancen.

Días antes se había sumado Mendoza y en su primer informe señaló que en los últimos doce meses a enero pasado, en la provincia los precios acumularon un alza del 20,7 por ciento, casi el doble del 10,6 que informó el INDEC para Capital y GBA.

Con una brecha del 95 por ciento, las mayores diferencias se concentran en los alimentos y bebidas, transporte y comunicaciones y educación, todos rubros de fuerte impacto sobre los asalariados y la clase media.

La medición que hizo la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), que depende la gobernación mendocina, que arrancó en enero con un índice nuevo confeccionado sobre la base de lo que consumen los contribuyentes.

Fuente: NA/Redacción de Tribuna de Periodistas

Ahora Chaco también mide su inflación (y el caso Mendoza como testigo)

En medio de la desconfianza que generan las estadísticas emitidas por el INDEC desde que fue intervenido en enero de 2007, Chaco se sumará a la lista de provincias que miden su propio Indice de Precios al Consumidor (IPC). En Mendoza se hace desde enero y esas mediciones arrojan una inflación en los últimos 12 meses casi un 100% mayor a la de Capital y el Gran Buenos Aires tomadas por el INdEC.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Tal vez sea momento de sincerar las estadísticas. O al menos así empieza a hacerse en algunas provincias. Tal es el caso del Gobierno de Jorge Capitanich que ordenó a los municipios del Chaco para que empiecen en a medir la inflación en alimentos a través de una canasta de 70 productos que inicialmente costará $225. Así, los municipios deberán controlar el abastecimiento de carne vacuna, porcina y caprina, y también de productos hortícolas con oferta local, cuya producción se realice a través de proveedores chaqueños.

De esta manera el Chaco se sumará a la lista de provincias que miden su propio Indice de Precios al Consumidor (IPC) en medio de la desconfianza que generan las estadísticas emitidas por el INDEC desde que fue intervenido en enero de 2007.

El Indec difundió ayer (15/03) la evolución del IPC que, según sus cálculos, en febrero se registró una variación del 0,7% respecto del mes anterior. Esa medición vuelve a distanciarse de las proyecciones que algunas de las consultoras privadas, que sobrevivieron a la represalia oficial, han calculado para el período y que oscila entre el 1,4 y el 1,7%.

Misiones, San Luis, Mendoza y Santa Fe son las provincias que venían midiendo el impacto de la inflación en el costo de vida de los contribuyentes, y en todos los casos las cifras superan a las que respalda la Casa Rosada. Incluso, en la mayoría de los casos los índices duplican o triplican los datos del INDEC.

El caso Mendoza es testigo: Desde este año se sumó a la legión de provincias que tiene índices de inflación muy superiores a los del INDEC.

En los últimos 12 meses a enero pasado, en Mendoza los precios acumularon un alza del 20,7%, casi duplicando el 10,6% que informó el INDEC para Capital y GBA.

Según el informe realizado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), las mayores diferencias se concentran en los alimentos y bebidas, transporte y comunicaciones y educación, todos rubros de fuerte impacto sobre los asalariados y la clase media.

Las principales diferencias en los rubros básicos son: Con el 31,3% los alimentos lideraron la suba de los precios en Mendoza. En Capital Federal y GBA, según el INDEC, subieron solamente 13,1%.

En Mendoza la carne subió 55,9%, promedio, contra el 24,7% de Capital y GBA.
Lo mismo pasó con el azúcar y dulces que en Mendoza registraron una suba del 49,3%, frente al 21,6% de Capital y GBA. Y los precios de los lácteos subieron en Mendoza el 31,7% y en Capital el 12,7%.

Para Mendoza los alquileres se encarecieron el 20,7% y en Capital y GBA el 5,7%. Así podría seguir la lista.

El Ministerio de Economía del Chaco, a través de la Dirección de Comercio Interior, firmó un acuerdo con varios municipios por el cual las comunas se comprometieron a controlar los precios y el abastecimiento de alimentos y productos de limpieza.

La Cámara de Supermercados del Chaco es la tercera integrante del acuerdo y fue la que propuso que los precios se releven y controlen a través de una canasta de 70 productos por un valor de 225 pesos, lo cual fue aceptado por el Gobierno y las comunas.

Cinco municipios ya firmaron el convenio, pero la administración de Capitanich confía en que otras de las 68 comunas se sumarán a medida que los relavamientos avancen.

La provincia delegará a los diferentes municipios las tareas de control del cumplimiento de los convenios que estipulan una canasta básica que incluye alimentos de primera necesidad, artículos de limpieza y productos de fabricación chaqueña.

Desde la intervención sobre el INDEC dispuesta en 2007 por el Gobierno nacional, varias provincias habían dejado de medir sus propios índices de inflación. Sólo algunas, como Santa Fe, San Luis, La Pampa y Tierra del Fuego, entre otras, mantuvieron su independencia en ese sentido. Esa decisión de los distritos permite confirmar, mes a mes, que el aumento del costo de vida en el interior duplica y hasta triplica la medición del organismo nacional.

Los dichos de Boudou

El ministro de Economía, Amado Boudou, admitió ante la Embajada de Estados Unidos algunos «problemas» de la política económica oficial, entre las que mencionó el Indec, pero advirtió que corregir esas cuestiones implicaría un «enorme costo político».

Las palabras de Boudou aparecen en un cable enviado a Washington y firmado por la embajadora estadounidense en Buenos Aires, Vilma Martínez, luego de una reunión mantenida en enero del año pasado con el funcionario nacional.

Los nuevos cables diplomáticos difundidos por el sitio Wikileaks y publicados hoy por el diario La Nación señalan que el titular de la cartera económica reconoció que «el Gobierno no está en posición de afrontar aspectos controvertidos de sus políticas económicas, tales como los problemas asociados con la agencia oficial de estadísticas, Indec».

Según Boudou, enfrentar esos problemas conllevaría «un enorme costo político para el Gobierno dadas las agresivas campañas de la prensa local».

Inflación de febrero sería de 0,5% para el INDEC

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) difundirá esta tarde el Índice de Precios al Consumidor de febrero, que habría aumentado un 0,5 por ciento, dos décimas menos que en el arranque del año.

Para los analistas privados en cambio, la inflación del mes pasado habría sido de 1,4 por ciento.

En febrero se produjeron aumentos estacionales en alimentos como frutas, verduras, lácteos y derivados, además de incrementos en peajes, garajes, taxis y otros servicios, según los relevamientos privados.

Para Estudio Bein & Asociados, la suba de precios de febrero fue de 1,4 por ciento, cuatro décimas inferior a la que había medido en enero y un punto menos que doce meses atrás. y Buenos Aires City, el centro de estudios coordinado por la ex directora del IPC del Indec, Graciela Bevacqua, la repunte fue de 1,5 por ciento en febrero, dejando el acumulado del primer bimestre en 3,6 por ciento.

Por otro lado, Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, acusó a las consultoras Abeceb, Efimak y a la Asociación de Dirigentes de Empresas (ADE), de «inexactitudes y debilidades metodológicas verificadas en la elaboración del índice que refleja el aumento de precios».

Para la secretaría, las consultoras habrían «incurrido en una presunta infracción al artículo 9º de la ley 22.802, de lealtad comercial, que prohíbe la realización de cualquier clase de presentación, publicidad o propaganda, que mediante inexactitudes u ocultamiento pueda inducir a error, engaño o confusión respecto de entre otras cosas, el precio y condiciones de comercialización de bienes».

La Secretaría que dirige Moreno ya aplicó multas de 500 mil pesos a las consultoras Finsoport y Estudio Bein ante la supuesta violación de la ley de Lealtad Comercial, sanciones que serán recurridas.
NOSIS

Inflación: un problema que no se resuelve con controles

La inflación está nuevamente ente nosotros. La evolución del IPC la ha recolocado como un tema de preocupación cotidiana, sin que por el momento se muestre un plan efectivo para controlarla. Despejado el horizonte económico para el año en curso -tal vez también para más adelante- pasada a segundo plano la cuestión de la deuda, la inflación ocupa el centro de las discusiones.
La inflación está nuevamente ente nosotros. La evolución del índice de precios al consumidor (IPC) la ha recolocado como un tema de preocupación cotidiana, sin que por el momento se muestre un plan efectivo para controlarla.

Despejado el horizonte económico para el año en curso -tal vez también para más adelante- pasada a segundo plano la cuestión de la deuda, la inflación ocupa el centro de las discusiones.

Se trata de un dato recurrente de la economía nacional, agravado en esta coyuntura ya que desde la intervención del INDEC nadie puede decir con certeza cual es el dato cierto. Los datos oficiales, 12 por ciento, no son confiables pero los privados, 22 al 26, tampoco.

Un documento de los Economistas de Izquierda de principios del año pasado señala el carácter estructural del alza de precios bajo el sistema del capital “…en toda formación social capitalista la inflación es resultante de tensiones contradictorias al interior del proceso de producción que se expresan de distintas maneras según la coyuntura.”

No todo es como antes

Precisamente la particularidad en esta coyuntura es que el comportamiento de ciertos precios básicos de la economía sobre los que cualquier gobierno puede operar no influyen mayormente en el ascenso inflacionario actual.

El tipo de cambio está prácticamente anclado, su evolución es negativa respecto a cualquier índice que se tome. Las tarifas de los servicios públicos están contenidas merced a generosos subsidios estatales, que por un lado sostienen la tasa de ganancia de los capitalistas y por el otro mantienen bajo el valor de servicios esenciales para la población. El superávit o equilibrio fiscal actual, según los ingresos que se quieran computar, desestima toda explicación basada en la emisión descontrolada o en el exceso de gasto público, objetivo predilecto de los neoliberales para promover ajustes en la economía. Por si algo faltara la deuda ya no opera como una fuerte restricción externa como sí lo hacía años atrás con los condicionantes y presiones alcistas conocidas.

Ninguna de estas variables que en los años ‘80 y ‘90 impulsaran los descalabros hiperinflacionarios que hemos padecido estan presentes en la coyuntura.

¿Cuales son entonces las causas?

Hay que buscarlas en la combinación de diversos factores:

a) Ganancias extraordinarias: Las elevadas tasas de ganancias de que gozan los capitalistas en este ciclo expansivo de la economía es hoy el principal motor de la inflación. Según un trabajo del investigador de FLACSO Pablo Stancanelli la ganancia promedio en el período 2002/06 fue del 35.8 por ciento, mientras que bajo el régimen de convertibilidad era del 23.9. De acuerdo a los registros de la AFIP la rentabilidad sobre ventas del año 2009 fue del 7.4 por ciento, en la convertibilidad apenas alcanzaba al 4, casi se duplico. Los balances presentados por numerosas empresas en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires permiten confirmar estas apreciaciones.

b) Concentración económica: De acuerdo con un reciente informe del INDEC las 500 empresas grandes del país explican algo más del 30 por ciento del PBI, dentro de estas las 50 mayores aportan más de la mitad de ese porcentaje. Esta concentración, tanto en la producción como en la distribución y comercialización, facilita el comportamiento oligopólico de las empresas formadoras de precios que controlan los mercados en que operan y explica su enorme capacidad para preservar ganancias. La intermediación no solo acompaña esta tendencia sino que la incentiva Como puede comprobarse siguiendo la evolución de los precios mayoristas, cuya brecha con los minoristas tiende a achicarse.

c) Limitada inversión reproductiva: Otro informe del INDEC da cuenta que en diversas ramas la utilización de la capacidad instalada es superior al 80 por ciento, esto determina la existencia de los llamados “cuellos de botella” en sectores de la producción y los servicios que presionan sobre los precios por escasez de oferta. Esto pone en evidencia que los capitalistas solo invierten para acompañar la demanda pero no mucho más.

d) Presión del mercado mundial: El mundo atraviesa una fase de escasez relativa de materias primas y productos energéticos. Esta escasez impulsa los altos precios del mercado mundial que arrastran a los del mercado interno, esta tendencia es particularmente significativa en un país como el nuestro, tradicional exportador de “bienes salarios”, léase alimentos.

Puja distributiva

Cuando por estos días comienza a hablarse de la reapertura de las paritarias, y se barajan incrementos salariales que van de un 20 a un 30 por ciento según quien los promueva, no son pocas la voces de empresarios y analistas del establishment que vuelven a la carga con el viejo argumento de la puja distributiva, que los salarios son fuente inflacionaria o que la demanda creciente empuja los precios al alza. Que hay una recuperación salarial a partir del 2004, que especialmente a partir del 2007 esta recuperación del salario horario real supera a la de la productividad es un hecho comprobable, como lo muestra un reciente trabajo del investigador de la UNLu, Fabián Amico. Como también lo es que diversas medidas tomadas por el gobierno: AUH, Plan Argentina Trabaja, estímulos variados al consumo o la recuperación de la tasa de empleo por mayor actividad, impactan positivamente en la demanda, valoración en la que coinciden analistas de diversas tendencias. Sin embargo este reconocimiento no implica automáticamente que el peso de los salarios en los productos terminados (hoy no son un porcentaje determinante en el costo final) o que la mayor demanda existente, impulsen los precios al alza.

Además, estos aspectos positivos no se reflejan en mejoras en la distribución de los ingresos, por el contrario la desigualdad se mantiene y se profundiza, esto es no se expande pero es más aguda es los sectores que arrastran pobreza desde hace tiempo. En definitiva el modelo en curso es concentrador de la riqueza y también de la pobreza.

La necesidad de un programa antiinflacionario

Puede decirse no sin razón que los gobiernos pueden actuar implementando políticas que estimulen o acoten la inflación, pero esto no puede obviar que son los capitalistas, y no otros, quienes remarcan los precios. En todo caso lo que muestra la coyuntura actual es el fracaso del control burocrático-administrativo implementado por el Secretaria de Comercio o la superficialidad de las explicaciones en cuanto a que se trata de reacomodamiento o dispersión de precios.

La inflación no es un problema que pueda resolverse con medidas técnicas o conciliábulos de gabinete. Es un problema claramente político cuyas soluciones requieren afectar el actual modelo de acumulación y reproducción de capitales con un programa concreto.

Intervención estatal y control social

Un programa para atacar de raíz la inflación requiere combinar la intervención estatal con la participación social en las instancias de producción, distribución y comercialización, en al menos tres aspectos:

a) Implantar un sistema que contemple tanto el control de la estructura de costos del centenar de empresas formadoras de precios con el de los valores de venta al público, transparentando las ganancias empresarias e imponiendo criterios de razonabilidad de las mismas o bien porcentuales de inversión reproductiva. Extender este control a las cadenas de distribución y comercialización, reduciendo la intermediación al mínimo indispensable. Desvincular los precios locales de las exportaciones con mecanismos impositivos, recuperando la plena intervención estatal en el Comercio Exterior.

b) Eliminar el IVA a los artículos de la canasta familiar imponiendo precios máximos para los productos de primera necesidad. Establecer Centros Populares de Distribución que garanticen esos precios y que los productos lleguen a los sectores más necesitados. Imponer clausulas de ajuste automático periódico para preservar la capacidad adquisitiva de salarios, jubilaciones y planes sociales. Estimular formas de contralor social, obreras y populares, tendientes a garantizar tanto precios como abastecimiento.

Estas medidas de intervención inmediata debieran acompañarse de una profunda reforma tributaria que haga que mas paguen los que más tienen, reduciendo gradualmente el IVA al conjunto de la economía compensando con mayores gravámenes a Ganancias, Bienes Personales y otros. Si el capital privado no avanza con inversiones reproductivas que rompan el estrangulamiento de la oferta será el sector público quién deberá asumir la responsabilidad, comenzando por la inversión en sectores estratégicos (ferrocarriles, energía, petróleo…)

En definitiva un programa para enfrentar eficazmente las tendencias inflacionarias en el país requiere de una fuerte decisión política en cuanto al rol del Estado y el mayor protagonismo obrero y popular posible. Claro que un punto de partida indispensable será recomponer la confiabilidad del INDEC, comenzando por reponer en sus cargos a los trabajadores, profesionales y personal calificado, injustamente desplazados.

Fuente: Eduardo Lucita. Integrante del Colectivo EDI-Economistas de Izquierda/ww.agenciacna.com

La inflación en las provincias triplicó la del Indec

Los índices de precios que difundieron los organismos provinciales de estadísticas superaron ampliamente el relevamiento del organismo nacional. En Chaco, el IPC ascendió a 1,4% en enero, liderado por el aumento de los alimentos.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC), correspondiente al mes de enero, que calcularon los organismos de estadísticas provinciales duplicó y en muchos casos triplicó los guarismos que difundió el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

Según el Indec, la inflación se ubicó en 0,7% en el primer mes del año, pero ese relevamiento poco coincidió con la situación en el interior del país.

En el caso de Chaco, donde los relevamientos se realizan en la ciudad de Resistencia y sus alrededores, el IPC ascendió a 1,4% en enero.

El aumento estuvo impulsado por el sector de los alimentos, que registró una suba de 1,7%, contra el 0,2% que percibió el Indec, publicó el diario Clarín.

Chaco acumuló un alza de 26,1% en los últimos 12 meses, según el informe de su organismo oficial de estadísticas que asemeja más a los datos de las consultaras privadas que a los del Indec, donde la inflación en ese período fue de 10,6%.

Una situación similar se registró en las provincias de La Pampa, donde el IPC de enero se ubicó en 1,8%, y en Jujuy, donde ascendió a 1%.

Fuente: infobae.com

Las expectativas de inflación llegan al 33,3% en febrero

Así lo informó el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, al revelar los resultados de la Encuesta de Expectativas de Inflación (EI) de febrero. El dato marca un nuevo máximo histórico.
Los consumidores argentinos consultados para una relevamiento de la Universidad Torcuato Di Tella esperan una inflación del 30 por ciento para los próximos doce meses, por lo que ese índice alcanzará su máximo nivel histórico.

Así lo informó el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, al revelar los resultados de la Encuesta de Expectativas de Inflación (EI) de febrero.

Guido Sandleris, director del CIF, indicó que de acuerdo a la medición de febrero, a nivel nacional, la inflación esperada por la gente para los próximos doce meses vuelve a su máximo histórico, que es 30 por ciento según la mediana de respuestas.

Esa cifra superó en 5 puntos porcentuales a la de igual mes del año anterior.

Si se toma el promedio, las expectativas de inflación ascienden a 33,3 por ciento.

Sandleris aclaró que la inflación esperada según la mediana es homogénea en las distintas regiones del país y en los estratos de mayores y menores ingresos.

Al menos nueve de cada diez argentinos esperan para los próximos doce meses una inflación superior a la proyectada por el Gobierno en el Proyecto de Ley de Presupuesto.

Al mismo tiempo, la brecha entre el pronóstico de los analistas consultados en el REM (BCRA) acerca de lo que medirá el dato oficial del IPC GBA y la inflación prevista por el público en general se ubica en 18 puntos porcentuales.

«Esta diferencia continúa siendo muy elevada, reflejando la escasa credibilidad de las estadísticas oficiales», dijo el experto a cargo del estudio.

Los resultados corresponde a una encuesta mensual de 1.200 consumidores -relevados en todo el país- realizada por Poliarquía para el CIF.

Fuente: Ambito.com

Inflación, lo que más inquieta

La expectativa de los argentinos por el futuro de la economía creció en comparación a diciembre, a pesar de que ocho de cada 10 considera que los precios seguirán aumentando durante los próximos 12 meses, según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA). De acuerdo con la UCA, las expectativas económicas de los argentinos exhibieron una significativa mejora en la primera medición del año, revirtiendo las caídas registradas en los últimos meses de 2010. «Este resultado responde a las subas observadas en todos los indicadores, especialmente en el que refleja la percepción de población sobre el momento para la compra de bienes durables, que en enero registró su máximo histórico», explica el trabajo. También puntualiza que el índice General de Expectativas Económicas llegó a 108 puntos en la última medición, con una variación positiva de un 4,5% respecto a diciembre de 2010. (NA)

Por la inflación, faltan billetes de $10 en los cajeros

En los bancos confirman que cada vez son más extrañas las oportunidades donde se decide “alimentar” a un cajero automático con billetes de $ 2, $5, $10, todos ellos hoy considerados de “menor denominación”. De los $ 125.700 millones que hoy circulan en efectivo, $ 113.200 millones están en billetes de $ 100.
¿Cuánto hace que un cajero automático no le da un billete de $ 10? ¿Y uno de $ 5? Si bien una prueba indirecta del fuerte deterioro en el poder adquisitivo del peso es que los cajeros automáticos se están quedando cada vez, y con mayor frecuencia, sin billetes de $100, la pregunta del comienzo es casi una cruda declaración de la dinámica inflacionaria y de la política que algunas entidades bancarias han implementado para ponerle parcial remedio.

En los bancos, y bajo estricto anonimato, confirman que cada vez son más extrañas las oportunidades donde se decide “alimentar” a un cajero automático con billetes de $ 2, $5, $10, todos ellos hoy considerados de “menor denominación”. La idea no resulta descabellada: como en los cajeros, el “reparto” en el sistema financiero también es desigual: de los $ 125.700 millones que hoy circulan en efectivo, $ 113.200 millones están en billetes de $ 100; y sólo $ 12.500 millones en el resto de los valores (menos del 10%).

Uno de los argumentos que manejan en el mercado bancario sostiene que “el primer objetivo con los cajeros es abastecer de billetes a la mayor cantidad de personas posible”. Esto se ve limitado por la capacidad máxima de los cajeros y por la dinámica inflacionaria de la economía doméstica. Así, señalan que “el público necesita cada vez más billetes para comprar lo mismo y los cajeros tienen una capacidad limitada”. En general, los cajeros automáticos aceptan hasta 4.000 billetes y que se recargan una vez por día como máximo.

Para los consultados, si se cargan con billetes de $ 50 y de $ 100, el número de clientes y usuarios de cajeros que podrá contar con dinero en efectivo será mayor al que se generaría si el cajero estuviera cargado en forma más heterogénea. “Si yo colocara todos billetes de $ 10, es probable que las primeras diez personas experimentaran una gran alegría, pero los que vienen atrás se quedarían sin dinero”, señaló el gerente de una entidad.

En otra entidad, sostienen incluso que la opción de los billetes de $ 50 todavía se mantiene pero que es probable que en algunos meses, y de persistir la maquinaria de la inflación, sean todos billetes de $ 100 los que se entreguen en algunos puntos.

Al margen, son muchos los consultados que confirmaron la tendencia creciente a no alimentar los cajeros con billetes de $ 10, si bien decidieron mencionar que existen excepciones. “En determinadas zonas de la ciudad y la provincia de Buenos Aires donde viven familias de ingresos medios y medios bajos, muchas veces decidimos colocar mayor cantidad de billetes de $20 y $ 50 que de $ 100”, dijeron. Sostienen que a esto se lo llama “carga selectiva”, y que “cada vez es más frecuente”.

Otra referencia obligada de varios consultados fue lo que sucedió en las últimas semanas ante la falta de billetes de $100. En este sentido, desde un banco de capital nacional, señalaron que se dio una situación paradójica e inversa: “Como no teníamos billetes de $100 para ofrecer al público, decidimos cargarlos a todos con billetes de $20 y $ 50”, dijeron.

De todas formas, el fenómeno también se relacionaría con los costos que operan para el banco. “En general, los cajeros automáticos se cargan una vez al día; colocarle billetes de menor denominación obligaría a recargarlos con mayor frecuencia”, señalaron. Si bien algunos analistas habían advertido que frente a un escenario de escasez de billetes podían experimentarse trastornos referidos a la escasez de los billetes más chicos, en el BCRA señalan que la provisión de billetes de baja denominación es “absolutamente normal”.

Fuente: Cronista.com

Se acelera la inflación de la canasta básica

La inflación no cede y, en este comienzo de año, el ritmo acelerado se reflejó en el costo de los bienes básicos. Según una medición privada, una familia tipo necesitó en enero ingresos por 2118,2 pesos para no ser considerada pobre.

Ese umbral, fijado en base a la canasta básica total compuesta por alimentos y servicios, trepó un 2 por ciento respecto de diciembre, según estimó la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). En enero de 2010, ese paquete de alimentos y servicios básicos se había ubicado en los 1721,8 pesos.

La fundación elabora su canasta con un relevamiento propio, y recientemente fue objeto de la intimación de la secretaría de Guillermo Moreno para informar sobre los detalles de esa medición.

Por otra parte, FIEL informó que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) con la que se mide el nivel de indigencia alcanzó en enero un valor de $ 1141,5 para un matrimonio con dos hijos, lo que significa un aumento de 1,7 por ciento frente al mes anterior. Esa misma canasta requería en enero de 2010 un desembolso de 858,4 pesos.

Las dos canastas de FIEL contrastan con las oficiales medidas por el Indec, de 578,58 pesos y 1252,54 pesos, según los datos oficiales de diciembre. El viernes próximo serán publicados los nuevos valores.

El costo de la CBA de FIEL trepó en enero 33 por ciento con respecto a igual mes del año pasado. Ese porcentaje muestra cómo la inflación golpea sobre todo los bolsillos de los sectores de menos recursos que destinan la mayor parte de sus ingresos a cubrir el gasto de alimentos. La CBT de la fundación, en cambio, se encareció un 23% interanual.

Las proyecciones de FIEL están en sintonía con las previsiones de otras consultoras privadas, como la Asociación de Dirigentes de Empresa, que calculó que la CBA y la CBT aumentaron en enero 36% en relación a los registros de enero de 2010.
Fuente: lanacion.com

Ironías para esconder el desconcierto


Moreno exige que le digan cómo el sector privado calcula la inflación, mientras prohíbe la importación de autos de alta gama. Por su parte, Boudou y De Vido hablan de dispersión de precios. Todo refleja que hay cierto desconcierto, aunque se rían de la gente.
En los últimos días, hubo declaraciones y medidas por parte de funcionarios públicos que muestran cierto grado de desesperación ante el desborde inflacionario y las complicaciones cambiarias que podrían llegar a producirse.

Por un lado, el ministro de Economía Amado Boudou volvió a afirmar que no había inflación sino dispersión de precios. Luego, al debate inflacionario se sumó Julio De Vido, quien afirmó que estaba de acuerdo con Boudou y dio su extraña teoría de la inflación: dijo el ministro de Planificación que técnicamente hay inflación cuando la inversión es insuficiente o cuando hay déficit fiscal y que, como esos dos problemas hoy no existen, lo que tenemos en realidad es una dispersión de precios.

Vayamos a los hechos. En primer lugar, hay déficit fiscal, ya que dentro de los ingresos corrientes del sector público computan utilidades del Banco Central, la ANSES y otros organismos estatales. Esas utilidades, que son ficticias, tendrían que ser realizadas: es decir, esos organismos deberían vender los activos para conseguir el efectivo y transferírselos al Gobierno. Si los activos no se realizan, el Central simplemente emite moneda para financiar al Tesoro. Y es justamente eso lo que estuvo ocurriendo. En todo el 2010, el Gobierno contabilizó transferencia de “utilidades” por $ 33.000 millones. Corrigiendo los datos del Ministerio de Economía, hubo un déficit fiscal de $ 30.000 millones.

En segundo lugar, sería bueno conocer qué inversiones contabiliza De Vido para afirmar que en ese rubro no hay problema. ¿Serán las casas de telgopor que Hebe de Bonafini quiere venderle a Dilma Rousseff?

Otro dato que muestra la preocupación del Gobierno por el tema inflacionario vino por el lado de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior. Empezó la semana intimando a diferentes instituciones privadas para que informen cómo elaboran el IPC. Curiosa presión cuando el kirchnerismo se ha negado sistemáticamente a que el FMI revisara cómo se calcula el IPC oficial y Boudou haya ignorado el informe de cinco universidades que fue lapidario con el INDEC. Dudo que Moreno tenga atribuciones legales para requerir semejante información, después de todo cada uno hace las estimaciones técnicas que mejor le parecen: si se equivoca, pierde credibilidad en el mercado, y si la acierta, gana prestigio. La única razón por la cual Moreno puede exigir semejante información se explica como un intento para coartar la libertad de expresión y evitar que se denuncie la distorsión de la información que proporciona el INDEC. Distorsión que, dicho sea de paso, no sólo afecta a los tenedores de bonos y las estimaciones de pobreza e indigencia, sino también la tasa de aumento del PIB.

Veamos un ejemplo sencillo y simplificado para entender por qué no se estaría creciendo a tasas chinas como dice el Gobierno. Supongamos que las unidades producidas en un año pasan de 100 a 105 y que, por efecto de la inflación, esas 105 unidades equivalen a $ 136,5 de PBI en el año (el PIB se calcula multiplicando la producción por los precios pagados en el mercado). Ahora bien, para poder comparar y determinar la variación porcentual, es preciso llevar los datos del PBI a valores constantes de 1993, es decir que hay que deflactarlos. Si deflactamos por un índice trucho de, digamos, el 10%, los $ 136,5 llevados a valores de 1993 serían $ 124 en moneda constante de 1993, lo que reflejaría un aumento del PIB del 24% si la base de comparación fuera 100.

Pero supongamos que usamos una inflación verdadera del 30%. Esos $ 136,5 llevados a valores de 1993 serían $ 105, con lo cual el PIB no habría aumentado el 24% sino el 5%. Difundir la inflación verdadera significaría, además de un fuerte impacto político contra el Gobierno, un nuevo descubrimiento. No estaríamos creciendo a tasas chinas como se cree comúnmente. Por supuesto que hay sectores que crecen muy fuertemente (como los automóviles), pero hay otros que no crecen tanto o directamente no crecen (como el rubro alimentos).

No conforme con tratar de esconder como sea el problema inflacionario y el cuento chino de que crecemos a tasas chinas, Moreno acaba de trabar la importación de automóviles de alta gama. ¿Por qué? Es improbable que esa importación afecte la producción local, más bien están tratando de evitar que el saldo de balance comercial siga cayendo.

En 2010, las exportaciones superaron a las importaciones en U$S 12.057 millones, mientras que en 2009 la diferencia fue de U$S 16.888 millones. ¿Cuál es el problema? Que gracias al dólar barato en Brasil y a la soja, hubo un saldo de balance comercial positivo en todos estos años, saldo que permitió financiar la fuga de capitales. Entre el tercer trimestre del 2007 y el tercer trimestre de 2010, la fuga de capitales llegó a los U$S 55.000 millones. En el mismo período, el saldo de balance comercial fue positivo en U$S 53.000 millones. Es decir, el mercado de cambios no explotó como en otras oportunidades porque el ingreso de divisas por exportaciones de autos a Brasil y de soja, entre otros factores, permitieron financiar esa fuga de capitales de U$S 55.000 millones.

El punto es que el saldo de balance comercial sigue cayendo y en un año electoral puede haber mayor demanda de divisas. Si la fuga de capitales llegara a superar el saldo de balance comercial, el Central se vería en un serio problema para poder dominar el mercado. Y ni qué hablar si la presidenta de Brasil decide devaluar el real.

Obviamente que restringiendo la importación de automóviles de alta gama no va solucionarse la continua caída del saldo de balance comercial, pero sí es un claro indicador del pánico en que están entrando en el Gobierno ante la evolución que está tomando el sector externo de la economía. Si las cuentas públicas ya son deficitarias, el sector externo comienza a complicarse.

Po eso, medidas de este tipo reflejan manotazos de ahogado de un Gobierno que está desconcertado y no sabe qué dirección tomar ante los destrozos de política económica que han venido cometiendo.

Negar la inflación como lo hacen Boudou y De Vido, presionar a instituciones privadas para ver cómo calculan el IPC, prohibir los aumentos de naftas, de los servicios de televisión por cable y la importación de automóviles de alta gama sólo muestra a un Gobierno que ya no sabe qué inventar para tratar de disimular el deterioro de la economía.

En definitiva, cuando uno ve estas medidas, analiza los datos económicos y le agrega los continuos fracasos de Nilda Garré en el tema seguridad, no puede menos que preguntarse: ¿quién está a cargo? Porque, francamente, las cosas que vienen haciendo y diciendo desde el Gobierno muestran a gente desconcertada que sólo atina a burlarse de la población diciendo que no hay inflación o a afirmar que la inseguridad es un problema de sensación, cuando no culpan a los medios por difundir lo que pasa.

La verdad es que el kirchnerismo nos ha llevado al ojo de la tormenta y, encima, no tiene ni idea de cómo evitarla. Más bien se los ve desesperados, aunque esconden esa desesperación detrás de ironías como la teoría de la dispersión de precios.

Fuente: Roberto Cachanosky

La inflación que el gobierno no mide

Consultoras privadas aducen que la inflación de enero rondará el 2 por ciento, algo distante del 0,8% que esgrimen desde el gobierno nacional. Los precios aumentan sin que se haga nada desde el Estado para controlarla. Los nuevos incrementos en los precios que se esperan para esta semana.
El gobierno dará a conocer esta semana las cifras de inflación de enero que, según estimaciones de consultoras privadas, osciló entre 1,7 y 2%, impulsado por una aceleración en el precio de los alimentos, y un alza estacional por el rubro turismo.

El dato oficial será difundido el viernes a las 16, por el Indec, pero se prevé -como sucede desde inicios de 2007 cuando comenzó la intervención del organismo- que estará muy por debajo de las proyecciones privadas.

Para esta semana, se espera que los precios de los cigarrillos de Massalin Particulares (marcas Marlboro y Philip Morris), aumentarán un 5 a partir de hoy. Según informó la empresa, el Marlboro Box subirá a $ 7; los Philip Morris, Le Mans Suaves, y L&M Box pasarán a costar $ 6,50; y la marca Chesterfield se venderá a $ 6,25.

En setiembre de 2010, Massalin había aplicado un aumento similar. Se espera que Nobleza Piccardo disponga un aumento similar para Camel, Parisiennes y Lucky Strike.

Por otro lado, el directivo de Quickfood, Luis Bameule, advirtió ayer que si continúan las actuales condiciones para la actividad ganadera “vamos a tener carne cara en Argentina por un buen lapso”.

El empresario de la carne juzgó que el precio de la media res es “exorbitantemente alto” frente a otros países competidores. “Argentina tiene hoy una media res de $ 12,50 a $ 15, lo que en dólares está en U$S 3,70 a 4. En el mundo ese precio es 20 a 25 % más bajo”, afirmó.

Fuente: www.agenciacna.com

Moreno volvió recargado, y las empresas se defienden

Una semana de vacaciones fue suficiente para recargar las pilas de Guillermo Moreno. Polémico por sus métodos y por disposición, ya que es el único encargardo de «sujetar» el mayor problema: la inflación. Pero las empresas también arrancaron con todo, y están dispuestas a llegar a la Justicia.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Una semana de descanso, tras 4 años sin vacaciones, fue suficiente para que el incansable secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, volviera a escena recargado… Aunque muchos lo prefieran agotado.

Tanto así que después de arremeter contra las empresas que importan productos de USA, tras el anuncio de Barack Obama de realizar una visita a la región sin tocar territorio argentino, apunto a la compañía Shell que aumentó su precios luego de que se diera de baja la resolución que impedía aumentos, también fue directo contra Techint, Cablevisión, las consultoras privadas que miden precios, etc. etc. Todo en cuestión de días.

Cierto es que ningún enemigo puede negarle su intensa aunque indeseable actividad.

Pero las empresas no se han quedado atrás:

Shell, siempre rebelde frente a las indefendibles medidas oficiales, sostiene hoy las subas que había dispuesto este lunes. Esta petrolera fue uno de los principales blancos del Gobierno desde la presidencia del difunto ex mandatario Néstor Kirchner, y aún lo sigue siendo. Cierto que los enfrentamientos que tuvieron no sólo verbales, sino también judiciales, partieron de una actitud activa de la compañía para no someterse a reglas inconsistentes.

Por otra parte, junto a Techint (hoy enemiga del Gobierno), y Cablevisión (principal «enemiga»), se convierte en los primeros casos de la ofensiva K contra las empresas para generalizar luego las sanciones por aumentos de precios a laboratorios, prepagas, petroquímicas, entre otras.

La presión se redoblan claro para frenar subas desmedidos en un año electoral.

A Cablevisión, prestadora del servicio de televisión por cable del Grupo Clarín, se la obligó a suspender el aumento de 17% en sus precios. Moreno envió ayer inspectores para corroborar si la empresa cumplió con la resolución 50 de esa cartera, que está cuestionada en la Justicia, para calcular los nuevos abonos.

Por otra parte, según dijo una fuente oficial al diario ‘El Cronista’, «el plan de este año es ir caso por caso, verificando cuando aumente cada empresa, estudiándolo y aplicando sanciones si no cumplen con lo acordado. No queremos aumentos con fines políticos».

Moreno se puso en contacto telefónico también con los timoneles de los laboratorios Bayer, la fabricante de insumos para la protección de cultivos Syngenta, la productora de polietileno Dow y la petroquímica Cuyo para reclamarles que mantengan los acuerdos de precios tácitos convenidos en diciembre. En aquella oportunidad había acordado con diversos sectores subas escalonadas para el primer trimestre.

Petroken, otra firma petroquímica dedicada a la fabricación de polipropileno, un insumo muy utilizado en la industria automotriz, recibió una dura reprimenda de Moreno porque aumentó los precios en las últimas semanas. La empresa justificó la decisión en una suba de materias primas. Frente a eso, el titular de Comercio Interior le reclamó el nombre de sus proveedores con la intención de presionarlos para que bajen los precios, explicó un empresario de diálogo frecuente con el funcionario, que pidió reserva.

Las empresas de medicina prepaga también están en la lista de sectores a «consultar» que Moreno tiene en su poder. Los citaría en los próximos días a su despacho. Este sector aplicó aumentos en torno al 15% en enero.

De paso, se van construyendo íconos del «odio al Gobierno popular» (??) sobre los cuales sujetos como el ministro de Economía, Amado Boudou, deposita la inoperancia: «esto no es inflación, es aprovechamiento de empresas para jorobar a los consumidores».

¿Qué hay entonces de las presiones a las consultoras privadas que elaboran índices de inflación? ¿Son cómplices de aquellas empresas «jorobadoras»?

Como sea, las consultoras tampoco están dispuestas a quedarse de manos cruzadas. Si acaso se duda aún de la eficacia de las encuestas, ¿qué sería de las mismas si terminasen como en el intervenido INdEC? Ciertamente, ya no tendrían razón de existir.

Lo que hizo Moreno fue intimar a al menos 9 de ellas, a que le envíen información metodológica y de recolección de datos referente a las mediciones de inflación.

Como ocurre en el caso de las petroleras, la mayoría de los economistas entregará la información que solicitó el funcionario, sin embargo otros piensan iniciar acciones legales por eventual abuso de autoridad.

Tal como publicó ayer ‘Clarín’, el secretario de Comercio se funda en la ley de Lealtad Comercial -sancionada y promulgada por el último dictador que tuvo el país, Reynaldo Bignone- e intima a los economistas a entregar información sobre sus Índices de Precios al Consumidor (IPC) en un lapso máximo 48 horas. Hoy vence ese plazo. La ley prevé multas de entre $100 y 500.000 si las consultoras no enseñan los datos solicitados.

Los estudios Ferreres, Bein, Abeceb.com, Economía & Regiones, Rubinstein, Melconian & Santangelo, Ecolatina, Finsoport y FIEL recibieron la misiva. Todos están incluidos en un mismo expediente.

Consultados por el diario ‘El Cronista’, economistas de las distintas consultoras manifestaron sorpresa. El titular de Abeceb.com, Dante Sica, afirmó: «la intimación no es clara. Habrá que tomar vista del expediente para ver de qué se trata. Estamos preparando la contestación».

Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein dijo: «vamos a contestar todos los puntos en función de la metodología, con la aclaración de que ninguna consultora puede replicar el trabajo del INdEC y trabajamos con muestras chicas».

Jorge Todesca, titular de Finsoport, fue más duro: «nuestros abogados pidieron la vista del expediente. Si hay algún funcionario que ha abusado de sus funciones, lo vamos a denunciar». Opinó que «nuevamente, el Gobierno se mete en un terreno que es el trabajo privado. Y lo más preocupante es la voluntad manifiesta de afectar la libertad de expresión y de trabajo».

Sin dudas, para las compañías, los controles de Moreno violan en varios casos la ley. Sobre todo los controles de precios. Por ello, fue y será inevitable que la pelea llegue a la Justicia.

Techint acudirá a los tribunales porque considera «ilegal» el freno al aumento. Cablevisión no dará marcha atrás con la suba y también iría a la Justicia

Vista la tozudez de Shell, y la experiencia, ésta volvería también a presentarse ante los tribunales.

El holding siderúrgico Techint, la compañía más grande del país, una de las dos transnacionales argentinas importantes, junto con la alimenticia Arcor, liderará la respuesta del sector privado. Según el mismo matutino, y aunque no lo comunicaron de manera oficial, allegados a la compañía que timonea Paolo Rocca reconocieron que «la empresa y la Cámara Argentina del Acero evalúan las medidas legales que deberían adoptarse para resguardar sus derechos por la ilegal medida adoptada por la Secretaría de Comercio».

Un empresario del sector, que pidió reserva, acusó al Gobierno de no cumplir con lo pactado. «En diciembre habíamos acordado incrementos tope en el año de hasta pasos, según el tipo de producto», dijo.

Cablevisión también salió a ratificar el incremento del 17% para sus 3,5 millones de clientes. Carlos Moltini, gerente General de la empresa, señaló que el aumento «es inferior a los reales niveles de inflación». Y además aclaró que «no se trata de un sector regulado por el Estado, por lo cual se maneja con precios libres».

También advirtió que las declaraciones del ministro Amado Boudou «forman parte de la animosidad del Gobierno con el grupo, porque nada dijo cuando los otros opera dores de cable aumentaron sus abonos a fin de año, ni cuando lo hicieron las prepagas o las empresas de telefonía celular».

Por esto, el ejecutivo de la operadora de TV paga aseguró que la empresa no dará marcha atrás y que recurrirá a la Justicia si es necesario.

Para rematar: el titular del Sindicato de Peones de Taxi y mano derecha de Hugo Moyano en la CGT, Omar Viviani respondió ayer a las críticas de Cristina Fernández por los paros y la falta de coherencia que ponen en riesgo el actual modelo. En su defensa aclaró: «nosotros somos coherentes» pero dijo, «los números del INdEC no cierran». Y he aquí la justificación para los reclamos de aumentos de salarios de los sindicatos que responden a la CGT del aliado Hugo Moyano, que parten de bases de al menos el 30%.
Fuente: urgente24.com

Boudou no habla de inflación, sino de dispersión de precios

Jueves 27 de Enero de 2011 | Confirmó que ya viajó la delegación técnica que negociará el pago al Club de París. «No es el Gobierno el que sube los precios, sino algún sector empresarial o comercial», aseveró. Prometió que este año el superávit comercial será similar al de 2010.

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ampliar | LA MIRADA EN EL CENTRO DEL PAÍS. Amado Boudou sugirió a la ciudadanía que compre en el Mercado Central, que está ubicado en Buenos Aires. DYN
«La gente tiene que buscar (los mejores precios) porque hay una gran dispersión de precios», aseveró el ministro de Economía de la Nación, Amado Boudou, quien una vez más evitó mencionar la palabra inflación. El funcionario, además, sugirió a la ciudadanía comprar en el Mercado Central de alimentos, que está ubicado en Buenos Aires. «Tiene precios claritos y que se mantienen», dijo. El ministro formuló estas declaraciones, tras inaugurar una sucursal del Banco Nación en la sede del Palacio de Hacienda.

La definición de Boudou, se da en un marco en el cual, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación de 2010 fue de un 10,9%, mientras que estimaciones de las consultoras privadas arrojaron un aumento de precios superior a un 25%. La brecha entre la medición oficial y los cálculos de las consultoras privadas empezaron a inicios de 2007 cuando comenzó la intervención en el directorio del Indec, con funcionarios cercanos al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Boudou también deslindó responsabilidades del Gobierno por la suba de precios, y culpó nuevamente a los empresarios.

«Cuando hay alguna dificultad con algún precio, el Gobierno sale a atenderlo, pero no es el Gobierno el que sube los precios, sino algún sector empresarial o comercial», argumentó.

Balanza

Boudou se refirió también a la caída de un 28% del superávit comercial de 2010. «Esos cambios tienen que ver con una dinámica de crecimiento. Está claro que el superávit de 2009, que fue récord, no fue un superávit de equilibrio para nuestro país; fue demasiado grande e implicaba que había una recesión internacional», evaluó, con relación a la gran brecha lograda entre las exportaciones y las importaciones, debido a que el Gobierno nacional tomó medidas para proteger a la industria nacional.

«Este año vamos a tener un superávit similar al del 2010, que es el relevante y el adecuado para un sendero de crecimiento como el que está transitando la Argentina», sostuvo Boudou.

A su vez, confirmó que ayer viajó un misión argentina para conciliar cuentas con el Club de París, pero prefirió no hacer comentarios sobre la información acerca de que la Argentina admitiría una deuda cercana a los U$S 9.000 millones con ese organismo multilateral de crédito.

«Cuando tengamos alguna información para dar, lo vamos a hacer», se excusó Boudou, al ser consultado sobre la información publicada en el matutino porteño Página 12 respecto de que la Argentina reconocería una deuda cercana a ese valor, incluyendo intereses y punitorios. (DyN)

Boudou no habla de inflación, sino de dispersión de precios

Confirmó que ya viajó la delegación técnica que negociará el pago al Club de París. «No es el Gobierno el que sube los precios, sino algún sector empresarial o comercial», aseveró. Prometió que este año el superávit comercial será similar al de 2010.
«La gente tiene que buscar (los mejores precios) porque hay una gran dispersión de precios», aseveró el ministro de Economía de la Nación, Amado Boudou, quien una vez más evitó mencionar la palabra inflación. El funcionario, además, sugirió a la ciudadanía comprar en el Mercado Central de alimentos, que está ubicado en Buenos Aires. «Tiene precios claritos y que se mantienen», dijo. El ministro formuló estas declaraciones, tras inaugurar una sucursal del Banco Nación en la sede del Palacio de Hacienda.

La definición de Boudou, se da en un marco en el cual, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación de 2010 fue de un 10,9%, mientras que estimaciones de las consultoras privadas arrojaron un aumento de precios superior a un 25%. La brecha entre la medición oficial y los cálculos de las consultoras privadas empezaron a inicios de 2007 cuando comenzó la intervención en el directorio del Indec, con funcionarios cercanos al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Boudou también deslindó responsabilidades del Gobierno por la suba de precios, y culpó nuevamente a los empresarios.

«Cuando hay alguna dificultad con algún precio, el Gobierno sale a atenderlo, pero no es el Gobierno el que sube los precios, sino algún sector empresarial o comercial», argumentó.

Balanza

Boudou se refirió también a la caída de un 28% del superávit comercial de 2010. «Esos cambios tienen que ver con una dinámica de crecimiento. Está claro que el superávit de 2009, que fue récord, no fue un superávit de equilibrio para nuestro país; fue demasiado grande e implicaba que había una recesión internacional», evaluó, con relación a la gran brecha lograda entre las exportaciones y las importaciones, debido a que el Gobierno nacional tomó medidas para proteger a la industria nacional.

«Este año vamos a tener un superávit similar al del 2010, que es el relevante y el adecuado para un sendero de crecimiento como el que está transitando la Argentina», sostuvo Boudou.

A su vez, confirmó que ayer viajó un misión argentina para conciliar cuentas con el Club de París, pero prefirió no hacer comentarios sobre la información acerca de que la Argentina admitiría una deuda cercana a los U$S 9.000 millones con ese organismo multilateral de crédito.

«Cuando tengamos alguna información para dar, lo vamos a hacer», se excusó Boudou, al ser consultado sobre la información publicada en el matutino porteño Página 12 respecto de que la Argentina reconocería una deuda cercana a ese valor, incluyendo intereses y punitorios.
Fuente: DyN

El FMI advierte sobre inflación en países de Latinoamérica

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre los riesgos que representan la inflación y un recalentamiento de la economía para Latinoamérica, en un foro sobre la región celebrado en París.

Ministros de Finanzas latinoamericanos y economistas internacionales destacaron hoy el papel de América Latina como nuevo motor económico mundial pero recordaron la necesidad de aumentar la coordinación para aprovechar su expansión.

En la clausura del III Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe coincidieron en que se deben ajustar las políticas macroeconómicas para tratar de mantener el ritmo de crecimiento.

Así lo afirmó el «número dos» del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, según el cual «hay que manejar con cuidado esta fase de abundancia en el continente para asegurarse de que los beneficios actuales con capital extranjero pueden canalizarse a largo plazo».

En la conferencia participaron el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; el secretario mexicano de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero Arroyo; el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno; y el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría.

Para Santos, los países desarrollados y emergentes que conforman el G20 deben tener en cuenta ese nuevo rol latinoamericano en su agenda y «no menospreciarlo ni ahogarlo», porque a su juicio si se quiere «salir de la recesión con exportaciones dinámicas, la mejor receta es hacer crecer a quienes importan».

Precisamente hoy el presidente galo, Nicolas Sarkozy, cuyo país ejerce la presidencia rotatoria del G20 y del G8, presentó las prioridades durante su mandato, y abogó por la reforma del sistema monetario internacional y la puesta en marcha de mecanismos innovadores de financiación del desarrollo.

El ministro de Economía dominicano, Juan Temístocles Montás, instó a que «desde el G20 se traten de sentar las bases para ver cómo conseguir una activación económica rápida», porque «la gran preocupación que hay en América Latina» está vinculada, según dijo, con la situación económica fundamentalmente de la Unión Europea (UE).

«Europa es un destino para los productos que exportamos y, en la medida en que la economía europea se resiente, afecta a la latinoamericana», dijo a EFE tras su participación en el panel «América Latina y el Caribe ante el programa del G20».

Por su parte, Moreno sostuvo que la educación, el cambio climático y las infraestructuras, «que tienen una conexión enorme con la productividad», son temas que también deben formar parte de la agenda internacional para no salirse de la senda del crecimiento, o alcanzarla.

Esa opinión fue compartida por el ministro mexicano, país que ostentará la presidencia de turno del G20 en 2012, quien destacó que «el crecimiento verde ha llegado para quedarse» y se deben canalizar los recursos e interiorizar esa política en la agenda macroeconómica.

Arroyo abogó por «hacer un catálogo de políticas públicas que genere certidumbre», y alabó que el sistema financiero latinoamericano está en su conjunto «muy sano y bien capitalizado», no por la inteligencia de sus respectivos gobiernos, según destacó, «sino a base de haber aprendido de crisis financieras pasadas».

El foro, de un día de duración, contó también con la presencia del director de la división de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Mario Cimoli, según el cual «en este periodo de gran oportunidad para la región hay que saber intervenir con políticas adecuadas».

«La política industrial es esencial», estimó el argentino, considerando que «hay que combinar una política educativa con otra industrial capaz de generar recursos con los que poder competir».

El encargado de cerrar este encuentro fue Lipsky, que no obvió que «los riesgos siguen siendo numerosos a nivel macroeconómico y por ello una de las prioridades debe ser la consolidación presupuestaria».

Para el «número dos» del FMI «el proceso de coordinación es relativamente elevado», «es importante acordarse de qué factores estructurales llevan a un mayor ingreso de capital», y «no hay que olvidar la estabilidad de las cuentas públicas para que no exista una demanda disparada».

Lipsky finalizó su intervención afirmando que pese a todo «lo que haga América Latina no es suficiente para llegar a un crecimiento sostenible», y animó a «no esperar a un consenso mundial para ver cómo actuar, porque -según indicó- se puede hacer mucho ya basándose en las experiencias de cada país por separado».

Fuente: Diaro Hoy

Boudou atribuye la inflación al «crecimiento» del país

El ministro de Economía, Amado Boudou, atribuyó la escalada inflacionaria al «crecimiento» del país, y aseguró que para frenarla, el Gobierno nacional no va a «enfriar la economía» ni avalar la «importación indiscriminada» de artículos, sino que buscará «incorporar más ciudadanos al consumo».

Al respecto, remarcó que «los problemas de inflación hay que remediarlos con políticas concretas».

El viernes pasado, el INDEC dio a conocer que el índice oficial del costo de vida de 2010 fue del 10,9 por ciento y en diciembre subió apenas 0,8 por ciento.

Otra vez, para el INDEC los precios subieron un tercio de lo que reflejan las consultoras privadas, que estimaban un alza de entre el 26 y el 30 por ciento para el año pasado.

«Una economía que incluye y que crece genera tensiones y dificultades en los precios», explicó el titular del Palacio de Hacienda en declaraciones televisivas, pero remarcó que «los precios no los sube el Gobierno, sino que los suben los empresarios y los industriales».

Como opciones para paliar esta situación, Boudou señaló que no se debe «enfriar o abrir más la economía, con importación indiscriminada», sino por el contrario «es necesario incorporar más ciudadanos a la economía».

Y agregó: «La política de enfriamiento de la economía o importación indiscriminada hizo que la gente perdiera trabajo».

Fuente: El Día

El INDEC dará a conocer esta tarde la inflación oficial de todo el 2010

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundirá este viernes el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que se registró en diciembre último y el de todo 2010.
Desde el sector privado anticiparon que, en términos anualizados, el costo de vida se incrementó alrededor de 30%, casi el triple de lo que informará el organismo público.

Durante noviembre, la inflación «oficial» llegó al 0,7%, y de esta manera, en once meses los precios minoristas acumularon un aumento de 10 por ciento.

Sin embargo, desde el sector privado argumentan que los índices de precios que elabora el INDEC no son reales.

En particular, la consultora Ecolatina, estimó que 2010 cerró con un alza acumulada de 26,6%, casi un 11% más que en 2009.

«Uno de los rasgos distintivos del actual proceso inflacionario es la extraordinaria suba en el precio de los alimentos. Desde 2007 este rubro creció más que ningún otro, superando todos los años el aumento acumulado por el resto de los capítulos que componen el Índice de Precios al Consumidor», explicó la consultora.

Fuente:InvertirOnLine.com

Inseguridad e inflación, el punto débil del Gobierno


El consultor político, Hugo Haime, dialogó con Agencia CNA sobre el oficialismo y lo que le deparará el destino a Cristina Fernández de Kirchner. Para el analista, el Gobierno perdería si solamente se cometen errores relacionados con la seguridad o la inflación.
El analista político, titular de la consultora Haime y Asociados, Hugo Haime, dialogó con Agencia de Noticias CNA y se refirió al oficialismo.

Dentro de su análisis no quedó afuera la muerte de Néstor Kirchner, a tal punto que Haime aseguró: “En noviembre todos eran Cristinistas. Crecer 20 puntos en dos días, o tres, es difícil que se sostengan en el tiempo. Vamos a necesitar un tiempo para dilucidar que es lo que era la espuma, que es lo que era ser solidarios con la presidente”, señaló.

El consultor le explicó a Agencia CNA dicho fenómeno: “Hay mucha gente que lo hace por quedar bien, por pensar que no es momento para hablar mal. Ante cualquier tipo de situación de pistas que las cosas no estén del todo bien vamos a tener la opinión negativa de los que ya opinaban negativamente”, manifestó y pidió tiempo: “Hay que esperar hasta marzo”.

Por estos días el gran conflicto interno que hoy viven el kirchnerismo y la oposición, es el futuro candidato a presidencial del oficialismo. Hugo Haime dijo que será “la presidente quien decida si va o no”, y al momento lanzó un análisis: “En caso que acepte ir, el problema no va a ser ganar sino que no tiene sucesión K o no está clara. Si fuese Scioli podría ser por ocho años”, sentenció.

Para el consultor, “la oposición está muy lejos del oficialismo”, aseguró y agregó: “El oficialismo tendría que pensar en no cometer errores. El kirchnerismo sube por aciertos propios y baja por errores, no por acción de la oposición”.

Pero advirtió: “SI el oficialismo comete errores relacionados con política de seguridad o inflación, puede generar una ola de opinión pública que concentre en algún dirigente de la oposición. Pero tendría que haber grandes errores”, finalizó el consultor político Hugo Haime.

Fuente: www.agenciacna.com

La inflación argentina en el mapa mundial

The Billion Prices Project es una iniciativa académica que recoge precios de cientos de comercios online en todo el mundo, sobre una base diaria, para llevar a cabo una investigación económica. Actualmente monitoreamos las fluctuaciones diarias de precios de 5 millones de productos vendidos por 300 comercios online en más de 70 países.

Esta webpage muestra ejemplos de índices de inflación promedio que hemos creado para ilustrar el tipo de trabajo estadístico que se puede realizar con este tipo de datos. Nuestro equipo está trabajado actualmente en el desarrollo de modelos econométricos que utilizan los datos para prever la evolución futura y realizar la investigación económica.

Fuente: INFORMADOR PÚBLICO

Para consultoras, inflación de 2010 tuvo un piso de 22%

Este viernes, el Indec divulgará el aumento de precios de diciembre y la inflación acumulada a lo largo de 2010, que los analistas ubican entre 10,8 y 11 por ciento, la mitad de lo que registraron las mediciones privadas.

Diversas consultoras emitieron en los últimos días informes con cálculos que ubican el aumento del costo de vida durante 2010 entre 22 y 26 por ciento. Es el caso del Estudio Bein (22,9 por ciento), Economía y Regiones (26,3 por ciento) y Ecolatina (26,6 por ciento), por citar algunos ejemplos.

«La variación de los precios superó el dígito por cuarto año consecutivo, confirmando que la inflación se ha vuelto un problema crónico», advirtió Ecolatina. Y alertó que «desde diciembre de 2006, el nivel de precios minoristas más que se duplicó, dado que acumula un incremento del 126 por ciento».

En ese marco, para el año que recién empieza los analistas vaticinan que la inflación será igual o superior a la de 2010, con algunas estimaciones que bordean el 30 por ciento.

Uno de los factores que acelerarán la inflación en 2011 la política económica. «En un año electoral, esperamos una política fiscal expansiva para dinamizar la demanda y mejorar los ingresos. Además, el déficit fiscal obligará al Gobierno a financiar parte del gasto a través de la emisión monetaria, retroalimentando la inflación», evaluó Ecolatina.

En la misma línea se pronunció Economía y Regiones: «En 2011, teniendo en cuenta que se trata de un año electoral con una política fiscal fuertemente expansiva y una política monetaria que financiaría al Tesoro Nacional, se espera una inflación en torno al 28 por ciento».

En diciembre último las subas de precios se moderaron, de la mano del amesetamiento (e inclusive retroceso en algunos casos) en los valores de los alimentos, en particular de la carne. «El menor aumento en el mes se explicó fundamentalmente por la fuerte desaceleración registrada en los precios de los alimentos, con una suba de sólo 0,7 por ciento. Particularmente se registraron caídas a lo largo del mes en los precios de algunos productos frescos como carnes y verduras, puntualizó un informe de Estudio Bein reseñado por el diario El Cronista Comercial.
Fuente: nosis