La inflación oficial casi no se mueve

El índice de precios del Indec cumplió un año y medio ubicándose en el 0,7 o el 0,8% mensual; un punto por debajo de la tasa real. Para el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el alza de los precios no depara sorpresas: el índice oficial cumplió ya un año y medio ubicándose inalterablemente en el 0,7 o en el 0,8% mensual. Según se difundió ayer, en septiembre pasado, el cuestionado Indice de Precios al Consumidor (IPC) del organismo arrojó una variación del 0,8% en comparación con el de agosto, en tanto que en lo que va del año se acumula un alza del 7,3 por ciento.

Y una vez más, el cálculo del Gobierno se ubica en alrededor de un punto por debajo del índice difundido por legisladores de la oposición en el Congreso nacional. Esa tasa, que fue dada a conocer anteayer, resultó en septiembre del 1,89% mensual y surge de un promedio de los índices estimados por varios centros de estudios no gubernamentales.

Mientras que para ese cálculo de fuentes privadas la inflación interanual al mes de septiembre resultó del 24,04%, para el Indec la variación de ese período llega apenas al 9,9 por ciento. Claro que, más allá de la adhesión de los sindicatos al gobierno kirchnerista, es el primero de los índices y no el segundo, el que actúa como referente a la hora de la negociación de los salarios de convenio, en la búsqueda de que los ingresos laborales no pierdan su poder adquisitivo. De hecho, algunos convenios homologados por el Ministerio de Trabajo citan explícitamente índices alternativos al oficial, al referirse a la inflación que desgasta el valor de los billetes.

La difusión del índice de las consultoras por parte de un grupo de legisladores es una práctica que se instaló meses atrás, luego de que los economistas recibieran sanciones y multas por parte del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por la difusión de sus datos. A su vez, los centros de estudio habían comenzado a hacer sus cálculos propios, luego de que el dato del Indec perdiera credibilidad, tras su intervención política en enero de 2007 y la manipulación de datos denunciada por parte del personal.

El informe difundido ayer por el Indec señala que el rubro que tuvo el mayor incremento de precios de sus bienes y servicios es el del equipamiento y mantenimiento del hogar, con un 1,5% mensual, seguido por el de indumentaria y la atención médica (con índices del 1,2 por ciento en cada caso).

Además, el instituto comunicó un alza de la canasta básica de alimentos del 1,16% mensual y del 11,96% interanual. Así, para el Gobierno no son indigentes los integrantes de una familia (matrimonio joven y dos hijos pequeños) que logren un ingreso mensual de $ 616,65 (ése es el valor estimado para esa canasta familiar de alimentos básicos).

LA POBREZA

En cuanto a la canasta de pobreza (que agrega otros productos además de alimentos), el informe oficial señala que hubo un aumento del 1,14% respecto de agosto y del 13,76% en comparación con septiembre de 2010. Según los números absolutos, no son pobres los miembros de una familia (de acuerdo con la integración del hogar descripta en el párrafo anterior) a la que le llegan por mes por lo menos $ 1362,73.

Sin considerar ninguna modificación al contenido de la canasta (que está definida por el Indec desde hace varios años), las mediciones privadas de precios ya ubicaban los umbrales de la indigencia y la pobreza en cifras bastante más elevadas, aunque esos cálculos fueron discontinuados. En abril de este año, por caso, los estudios de FIEL ya ubicaban el valor de la canasta básica de la pobreza para una familia en $ 2246,60.

Esa diferencia en los precios de los productos más básicos produce una fuerte brecha en la estimación de los índices de pobreza, que para el Indec afecta al 8,3% de la población.

9,9%

Variación interanual
Según los datos del Gobierno, entre septiembre de 2010 y de este año la suba de precios no llegó a dos dígitos.
lanacion.com.ar

Los precios de los 0 km siguen el ritmo que marca Moreno

Los autos de gama media han aumentado sus precios hasta un 20% desde enero a la fecha, en sintonía con lo que viene ocurriendo con la inflación real. Esto ocurre mientras que en los modelos de gama más baja, que son los que más se venden como el Volkswagen Gol o el Chevrolet Clasic, estos aumentaron sólo entre 4% y 7% en el año.
El precio de los automóviles cero kilómetros ha crecido hasta 20% en algunos modelos desde enero último. Sin embargo, entre los modelos más vendidos y de gama baja, las subas han sido menores, destaca hoy el diario La Nación.

Chevrolet posee los modelos que más se encarecieron. El Aveo 4 puertas 1.6, fabricado en Corea del Sur, aumentó 20,2% entre enero y octubre: en enero se pagaba $55.830 y ahora se consigue a $67.000. En los primeros nueve meses este auto vendió 17.681 unidades y se posiciona como el octavo más vendido del país en lo que va del año. También, el Agile 5 puertas 1.4 LT, de fabricación nacional, creció 18,4% hasta $72.900.

Ford también posee dos modelos en la cima del ranking y dentro del segmento de gama media: el Focus 5 puertas 2.0 creció 18,3% hasta $131.300 y la Ecosport 5 puertas 1.6, quinta más vendida del mercado y atractiva por su diseño simil-camioneta, escaló 14,4% hasta $80.100.

Casualmente, los dos autos que encabezan el ranking de ventas en el país son los que menos modificaron sus precios. El Volkswagen Gol 3 puertas 1.74 creció sólo 4% en precio desde enero y se pacta a partir de $45.400; esta línea es la más vendida del país y posee el 9,25% de las ventas.

También se suma el Chevrolet Classic 4 puertas 1.4 -heredero del Corsa-, que aumentó 7% en los diez primeros meses hasta $48.800. Este es el segundo más vendido del país, con el 6,98% del mercado local.

El Banco Central dice que la inflación caerá en Brasil, pero no por debajo de la meta

Sao Paulo- oct (EFE).- El presidente del Banco Central (BC) de Brasil, Alexandre Tombini, afirmó que la inflación caerá en octubre, pero descartó que a corto plazo alcance un nivel inferior a la meta mínima del 4,5 por ciento, informó hoy la prensa digital.
«La inflación va a retroceder en octubre y de ningún modo superará el nivel de septiembre», cuando llegó al 7,3 por ciento interanual, aseveró Tombini en declaraciones publicadas en la edición en internet del diario Folha de Sao Paulo.
El titular de la autoridad monetaria indicó que la reducción se dará a pesar de un eventual agravamiento de la crisis mundial.
«Estamos acompañando eso. Tenemos datos diarios y ellos están viniendo con un margen entre el 0,30 y el 0,40 por ciento», frente a una tasa mensual del 0,53 y el 0,75 por ciento en octubre de 2010, apuntó Tombini.
En septiembre, el IPCA, que es el índice oficial de la meta de inflación, subió al 7,3 por ciento para los últimos doce meses, el nivel más alto para un período interanual desde 2005.
No obstante, a pesar de la previsión favorable para octubre, Tombini señaló que el emisor no puede adoptar una «política imprevisible» y, a corto plazo, Brasil no alcanzará una meta inflacionaria por debajo del 4,5 por ciento.
Para 2011, el Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, fijó una meta de inflación entre el 4,5 y el 6,5 por ciento, mientras que la tasa de crecimiento de la economía estará entre el 4,5 y el 5,0 por ciento, según Tombini.

La muy difícil batalla de Brasil para bajar su inflación

La inflación en Brasil se disparó en septiembre: 7,31% en los últimos 12 meses, lejos de la meta oficial. Es el nivel más alto acumulado en 12 meses desde junio de 2005, cuando fue de 7,27%, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La inflación de septiembre fue de 0,53%, por encima del 0,45% del mismo mes del año anterior y del 0,37% registrado en agosto, informó el IBGE. Para Brasil es casi una catástrofe. Para la Argentina de Cristina Fernández sería una delicia…
N. de la R.: Un país con ambiciones no podría aceptar la inflación vigente en la Argentina, tan imposible de explicar para las autoridades gubernamentales como la fuga interminable de divisas que escapan del peso para convertirse en dólares. Irresponsables, Amado Boudou y Mercedes Marcó del Pont afirman que todo será superado luego de los comicios, como si los agentes económicos no hubiesen descontado ya el resultado electoral ampliamente favorable a Cristina Fernández el 23/10. En cambio Brasil tiene ambiciones de protagonista de la economía global. Y por eso le importa la inflación, tema de gran debate público. El Índice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), principal indicador inflacionario de Brasil, superó en los últimos 12 meses la meta fijada por el Banco Central de 4,5% con un margen de variación de dos puntos porcentuales, lo que llevaría el tope a 6,5%. Pero llegó a 7,31%. Según el IBGE, la inflación de septiembre se vio presionada por el incremento en los precios de alimentos, que subieron 0,64% y son el grupo de más peso en el IPCA. El sector transporte subió 0,68% a causa del incremento en los pasajes aéreos y los combustibles, mientras que el grupo de vestimenta tuvo un incremento de precios de 0,8%. El IPCA es utilizado por el Banco Central como instrumento para determinar variaciones en la tasa referencial de interés Selic, actualmente de 12% anual. La tasa Selic fue reducida en septiembre en medio punto porcentual luego de que el Banco Central anticipó una reducción en los precios al consumidor como efecto de la crisis global, pero tal disminución no se dio en el último mes. En Brasil, acaba de pasarse de una política fiscal flexible con política monetaria rígida, a una política fiscal más rígida con política monetaria flexible. Para muchos economistas eso provocará más inflación, nunca menos.

Sin embargo, el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, dijo en reiteradas oportunidades que la inflación medida a 12 meses llegó a su máximo nivel en septiembre y se desacelerará el próximo año. Tombini apuesta que la inflación convergirá al centro de la meta en la medida en que el deterioro de la economía global reduce los precios en el exterior. El Banco Central prevé que la inflación terminará este año en 6,4%. Sin embargo, los economistas consultados en el más reciente sondeo semanal Focus del Banco Central entre entidades financieras estiman que la inflación se ubicará en 6,525 a fin de año, un poco por sobre el rango de la meta.

La siguiente entrevista tiene algunos meses pero ayuda a comprender la idea sobre la inflación del gobierno de Dilma Rousseff, que está resultando errada. Y que hasta le podría complicar las elecciones 2011 a la coalición gobernante.

por CONSUELO DIEGUEZ

S. PAULO (Piauí). La sede del Banco Central es el edificio más alto de Brasilia. La pesada caja de vidrio negro, cortada por cuatro columnas enormes de hormigón, comenzó a construirse durante el régimen militar, en pleno milagro económico. Su arquitectura afirma el poder de la centralización, el poder del Estado como guardián de la moneda. No había independencia, el Banco Central hacía lo que mandaba el ministro de Finanzas. Cuando el edificio fue terminado en 1981, la dictadura estaba en declive y la moneda, el cruceiro, erosionado por la inflación, perdían valor semanalmente. Con el milagro convirtiéndose en ruina económica, lo imponente del Banco Central quedaba limitado a la fachada.

A su regreso al poder, los civiles mantuvieron al banco en un papel subordinado. Su situación sólo comenzó a cambiar con el Plan Real, a mediados de los años ’90, cuando la política de valuación del tipo de cambio de Fernando Henrique Cardoso, que determinaba que el valor del real fuera igual a un dólar, dependía del ajuste fino realizado por el banco. Su transformación en pieza clave del engranaje económico se produjo a finales del siglo, cuando le llegó la responsabilidad de mantener la inflación dentro de un objetivo establecido previamente por el Consejo Monetario Nacional. Si la inflación sube por encima del objetivo, es responsabilidad del presidente del Banco Central, que gestione a través de los siete directores.

Desde los primeros días de 2011, el encargado del índice es un economista gaúcho de 47 años, Alexander Tombini, un empleado jerárquico del banco que pasó por el Fondo Monetario Internacional. Con el rostro ameno de un niño grande, mejillas rosadas y cabello grisáceo y muy corto, le quedaría bien un uniforme de fusilero naval estadounidense. Fue una mañana clara de febrero, de traje negro, de camisa blanca y corbata roja que, desde su oficina en el piso 20, miró al lago Paranoá, suspiró casi imperceptiblemente y se preparó para la entrevista.

No era un buen día para hablar con los periodistas. Los periódicos anunciaban aquella mañana que el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio, el IPCA, que sigue la evolución del valor de los alimentos, transporte, vivienda y ropa, entre otros artículos de primera necesidad, era el mayor desde 2005. La inflación acumulada en un año había pasado a 5,99% y los analistas habían predicho, con base en el resultado, que el índice superaría el límite máximo del objetivo de 6,5%. A ese ritmo, el banco central difícilmente podría colocar la inflación en el centro del objetivo, fijado en 4,5% para 2011.

Tombini se sentó en una silla de cuero negro, pidió agua y café y rebatió los pronósticos pesimistas. «Trabajamos con instrumentos conocidos, no hay que dudar de la realización de nuestro objetivo», dijo. El principal instrumento del que dispone Tombini es la tasa de interés. Fue a lo que recurrió el 19 de enero, en la primera reunión del Comité de Política Monetaria, Copom, en el Gobierno de Dilma Rousseff: la tasa básica de interés pasó de 10,75% a 11,25% anual, el más mayor nivel desde marzo de 2009. «El banco necesita operar dentro de un sistema de metas y para eso utiliza su capacidad operativa, que es principalmente la tasa de interés a corto plazo», afirmó.

A excepción de los banqueros, que ganan con la medida por ganar más por los papeles que compran del gobierno, el aumento de las tasas de interés suele ir acompañado de un importante reclamo contra el Banco Central. A Tombini no le gusta el papel de villano. «El Banco Central tiene que ser bien visto por la sociedad debido a que es un órgano de control que tiene la misión constitucional de garantizar el poder de compra de la moneda», dijo.

El deber principal de un Banco Central es evitar que la moneda del país pierda valor. Para ello, la inflación debe estar bajo control. Cuando la inflación aumenta, se necesita más dinero para comprar los mismos productos que se compraban antes. En los peores años de la inflación, el trabajador brasileño recibía su salario a final de mes y ya no podía comprar lo que se compra en un primer momento debido a que los precios habían aumentado de manera exacerbada.

Esa es la misión primordial del Banco Central. Sin embargo, también realiza otras actividades vitales, tales como la determinación de la cantidad de dinero que hará la Casa de la Moneda. Al final de cada día, el BC comprueba la cantidad de dinero que los bancos tienen en caja y determina cuáles de esos fondos serán retenidos por la institución. Esta operación evita que los bancos cuenten con mucho dinero disponible para realizar préstamos. Para los bancos, el préstamo es la mejor opción, ya que cobran intereses de 160% anuales por determinadas operaciones, diez veces más que la tasa de interés pagada por el BC. En el caso de que una institución necesite dinero para cubrir cualquier incapacidad temporal, debe recurrir al Banco Central a través de las operaciones de redescuento.

El BC también es el regulador del sistema bancario. Determina la cantidad de dinero por encima de su patrimonio, que sus instituciones financieras de capital podrán prestar, y qué tipo de operación pueden realizar. «Las reglas de operación del sistema financiero son el producto de la disputa permanente entre los técnicos del Banco Central y los grandes bancos», repite siempre João Sayad, profesor de economía en la Facultad de Economía y Administración, Universidad de Sao Paulo y presidente de TV Cultura. “Los técnicos quieren que la economía funcione de una manera ordenada y previsible, y los grandes bancos quieren beneficios mayores».

También es tarea del banco supervisar a 2281 las instituciones financieras existentes en Brasil, incluyendo bancos, corredores, compañías de seguros y cooperativas de crédito. Es a través de la supervisión que el banco realiza el seguimiento de la salud financiera del sistema. Finalmente, el banco central controla las relaciones del real con otras monedas. Cualquier entrada o salida de monedas extranjeras en Brasil, ya sea a través de inversiones, exportaciones e importaciones, deben estar registrados en el Banco Central.

La interna

En los ocho años del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, le tocó a Henrique Meirelles (N. de la R.: venía de ser el Nº1 global de Bank Boston), mantener la inflación en 4,5%, con una tolerancia de dos puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo. Era un objetivo ambicioso para un país que, hasta principios de los años ’90, vivía con tasas inimaginables de 1.000% al año. Meirelles libró varias batallas internas con el gobierno y quedó muchas veces expuesto.

Quien implementó el régimen de metas de inflación en marzo de 1999, fue el presidente del Banco Central que antecedió a Meirelles, Arminio Fraga.

En una conversación en su despacho del barrio carioca Leblon, en enero, comparó su gestión a la Meirelles. Dijo que él había trabajado en un ambiente externo hostil: enfrentó crisis como la Argentina en 2000, el Septiembre Negro -causada por el derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York – y las turbulencias financieras causadas por la elección de Lula, que puso en pánico al mercado. Internamente, sin embargo, el ambiente era agradable.

«Tuve el apoyo de todo el gobierno desde presidente Fernando Henrique Cardoso hasta el ministro Pedro Malan, de Finanzas», dijo Arminio Fraga.

«Ya Henrique Meirelles», continuó, «vivió una situación inversa.» Tenía un escenario externo favorable, pero con la salida de Antonio Palocci del Ministerio de Finanzas, quien sirvió como apoyo, comenzó a ser atacado por otras ramas del gobierno petista.

Dos de los más críticos de la política de tasas de interés para contener la inflación, que aplicaba Henrique Meirelles, fueron

> el ministro de Finanzas, Guido Mantega, y

> Luciano Coutinho, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, BNDES.

Ambos se identifican con el ‘desarrollismo’, que prioriza el crecimiento económico actual a costa de mantener tasa altas de inflación.

En el segundo mandato de Lula, Meirelles participaba de reuniones en el Palacio Presidencial en situación de desventaja. Sus interlocutores eran el Jefe de Gabinete, Dilma Rousseff, Mantega, Coutinho y los economistas Luiz Gonzaga Belluzzo y Antonio Delfim Netto, quienes se desempeñaron como asesores ad hoc de Lula.

Meirelles estaba cansado de escuchar bromas de Delfim Netto y los desafíos a las altas tasas de interés realizados por Belluzzo.

En la crisis de 2008, cuando el Banco Central elevó las tasas de interés en septiembre, lo que resultó en una contracción de la economía, Lula llegó a pensar en sustituir a Meirelles por Belluzzo. Luego dio un paso atrás por temor a que su salida complicara aún más las perspectivas económicas.

Sin embargo, las tasas de interés bajaron. Y la economía se recuperó más rápido de lo esperado.

Dilma consideró llevar a Luciano Coutinho, quien fue su profesor en la Universidad de Campinas, para el control del Banco Central. Ella continúa consultándolo sobre asuntos que van desde la política industrial a macroeconomía.

Pero lo mantuvo en el BNDES.

Meirelles fue quien sugirió al presidente Lula el nombre Tombini para que le sucediera a finales del año pasado.

El sucesor

Director de Normas y Organización del Sistema Financiero del BC, Tombini actuó como mediador del Banco Central con el Ministerio de Finanzas. Él asistió a una reunión del Planalto y se ganó la simpatía de la ministra Dilma. Sus principales cualidades son ser desconocido, conciliador y venir del la máquina del banco. «Se relaciona mejor con el equipo económico que su predecesor; su relación con Mantega y Coutinho es pacífica», dijo Luiz Gonzaga Belluzzo en su departamento en Sao Paulo a finales de febrero.

Durante la dictadura, Ernane Galvêas fue dos veces presidente del Banco Central y ministro de Finanzas. En la actualidad él asesora a la Confederación Nacional de Comercio de Rio.

Para Ernane, la proyección internacional de Meirelles, quien fue presidente del Bank Boston (N. de la R.: esa designación, en su momento, disolvió los pronósticos negativos sobre una eventual moratoria de la deuda pública brasileña), daba credibilidad al Banco Central. Pero fue la misma proyección molestaba a parte del equipo económico de Lula.

«Meirelles fue un as de diamantes y Tombini una sota de basto», dijo Galvêas, quien pensó un poco más y continuó: «Pero no ser tan estrella es hasta mejor para el trabajo en grupo. Tombini es respetado, solamente tiene que demostrar sus cualidades».

En otras palabras, cumplir con las metas de inflación: no se trata sólo de números, sino que también depende de las creencias y expectativas, la imagen, las alianzas políticas, marketing.

Es necesario que los grandes banqueros y los industriales, los economistas consultados por la prensa y algunos políticos de renombre tengan confianza en el presidente del Banco Central y crean que la meta de inflación anunciada con un año de antelación por el gobierno tenga una buena oportunidad de ser cumplida. Si el empresario, el comerciante y el profesional entendieran que la inflación no superará el límite, tendrán que ajustar sus precios en torno a ese índice.

Como se trata de la lógica de los objetivos, el Banco Central debe contar con mecanismos precisos para controlar todas las variables que pueden influir en la tasa de inflación. Entran allí no sólo la recopilación de precios de los alimentos, productos industriales, ropa, matrícula escolar, energía, sino también la expansión del crédito, gasto, tipo de cambio, precios del mercado internacional y, por último, pero no menos importante, el comportamiento la economía mundial. Una aceleración del crecimiento en China, como sucede ahora, puede aumentar el precio de las materias primas como la soja y el hierro o afectar a los precios aquí dentro.

La inflación

El economista Altamir Lopes, un goiano sonriente de cabello blanco, está al frente del Departamento Económico del Banco Central. Tiene a su mando 160 analistas, que se extienden por más de mil metros cuadrados del 10 piso del edificio de cristal negro. Lopes caminó entre las mesas, señalando los terminales de computadoras. Allì se acumula una cantidad absurda de información. Son 16 000 series de seguimiento periódico que incluyen precios, oferta de producto, consumo, exportaciones, importaciones, crédito, mercado internacional, resultados fiscales, deuda pública, superávit primario, interés.

Las regionales del banco central, instaladas en seis capitales de los estados, también hacen un estudio completo de precios, oferta de bienes y consumo, situación de bienes raíces y alquiler. «Nuestra base de datos está entre las mejores del mundo», se jactó Lopes. Todos estos datos se cotejan todos los días. «Nosotros nos despertamos y nos vamos a dormir con los números. Tenemos que saber a tiempo hacia donde se dirige la economía».

Al lado de los dominios de Altamir Lopes está el Departamento de Estudios Económicos, que llegó a dirigir Tombini durante la administración de Arminio Fraga. Allí, cientos de otros analistas se encargan de hacer las proyecciones sobre el efecto de todos estos datos sobre la inflación. Simulan la tasa de interés más apropiada para mantener la inflación dentro del objetivo. Los técnicos también estiman el impacto de otras medidas en el mercado, como la contención o el intercambio o expansión y crédito. «Esta transparencia de los datos es que la que da credibilidad a los objetivos de la política», dijo Lopes. «Necesitamos que los agentes económicos confíen en que no estamos maquillando la inflación, como tantas veces sucedió a menudo en el pasado”.

Además de las estimaciones realizadas por sus entrenadores, todas las semanas Banco Central consulta a 100 instituciones – incluyendo bancos, gestores de activos, intermediarios y consultores – para saber que proyecciones están haciendo para la economía. Estos datos se publican en el boletín Focus, que está disponible en el sitio del banco. Esta consulta al mercado se considera inadecuada por economistas de diferentes credos. Ellos estiman que los analistas financieros privados tienden a reaccionar de forma interesada o irracional, a muchos acontecimientos económicos y terminan distorsionando las expectativas de tasas de inflación, de cambio y de interés. En enero, muchas de las instituciones consultadas por el Banco Central se equivocaron en sus pronósticos.

Cada 45 días, todas esas informaciones, proyecciones y escenarios son sistematizados y llevados a los directores y el presidente del Banco Central, en el marco de una reunión del Comité de Política Monetaria. Ahí el Copom aumenta, mantiene o reduce las tasas de interés. Otros mecanismos también se utilizan para medir la inflación. En diciembre, por ejemplo, el Comité tomó medidas llamadas «macro-prudenciales» en la jerga financiera. Llegaron en la forma apriete en el crédito de los bancos, produciendo una mayor demanda para que puedan prestar. El objetivo era aumentar el costo del crédito y reducir así el consumo. Cuando el consumo disminuye, los precios tienden a ser complacientes. Todas las medidas adoptadas por el Comité de Política Monetaria se explican en un acta divulgada días después de la reunión. Escrita en un lenguaje abstruso, el acta es interpretada y reinterpretada por los grandes bancos, tratando de ver entre las tendencias de las líneas en el mediano y largo plazo.

El mediano y largo plazo son la materia prima del Banco Central. Los datos se compilan para sustentar los hechos económicos para adelantarse a los hechos económicos y así detectar las desertoras y casi metafísicas «expectativas inflacionarias». Fue debido a este mecanismo que el banco central elevó las tasas de interés en enero. Desde la segunda mitad del año pasado, las proyecciones apuntaban a una subida de la inflación, que se confirmó a principios de este año.

Una parte de la proyección tuvo que ver con el aumento de los precios de las materias primas. La otra, con el gasto público que el mercado evaluaba, la tendencia sería a crecer en el gobierno de Dilma. Los analistas acertaron en el tema de las commodities, pero se equivocaron en no creer que el gobierno tomaría medidas para contener el déficit. Como más gatos tienden a presionar a la inflación, se estima que el índice saldría de la meta. «Fue un error de cálculo en el mercado», dijo un ex director del banco. «En el informe de septiembre, el banco central ya había señalado que habría una reducción del gasto público. Esto se confirma con el anuncio de la reducción de R$ 50.000 millones en los gastos del gobierno, anunciado en febrero. No había inflación, y la mera expectativa de inflación «ue suficiente para que los intereses fueran altos, para reducir de esa manera la ansiedad.

Los gastos públicos son generalmente vistos como los villanos de las políticas de estabilización. Todos los anteriores planes económicos bajados en Brasil desde 1986, dicen los liberales, fracasaron, debido a la falta de control de las cuentas públicas. De nada ayuda elevar las tasas de interés por tiempo indefinido, si en el otro extremo el gobierno no para de gastar. Por eso, los economistas ortodoxos miran con desconfianza cuando el control de la inflación se concentra en el Banco Central.

La crítica a los gastos públicos resurgió con la crisis del 2008, cuando el Tesoro hizo transferencias de dinero al BNDES y a la Caja Económica para estimular, a través de préstamos y de fomento de las dos instituciones, el crecimiento económico. Dado que los recursos no se obtuvieron mediante el aumento de ingresos o reducción de gastos, el Tesoro tuvo que emitir títulos para financiar esas operaciones. «No sirve que el Banco Central quiera controlar la inflación aumentando los intereses, del otro lado, cuenta con 38 ministerios queriendo gastar», dijo el director de un banco de inversión. «Es una política de riesgo. En algún momento la economía estallar».

La oposición

José Serra es el crítico más antiguo y consistente de la política de tasas de interés. En una conversación en la oficina de su casa en Alto de Pinheiros, con las bibliotecas cubiertas de libros, especialmente de literatura (pero también un estudio de León Trotsky anotado hasta la última página), desmanteló la tesis de que los intereses «siderales» como él los clasificó, son instrumentos eficaces para control de la inflación. «Eso es una falacia que puede ser demostrada empíricamente: los interés brasileños, desde hace muchos años, son los más altos del mundo y este largo período, la inflación se agravó más de una vez», dijo.

Y continuó: «La gran suba de interés estimula la entrada de dólares, que dan valor al cambio. Como resultado, las importaciones son más baratas, las exportaciones más caras en términos de dólares, los precios caen y el consumo aumenta. No son los intereses que están manteniendo la inflación a través de la caída de la demanda, sino el tipo de cambio sobrevaluado. Las intereses descomunales son realmente efectivos para aumentar la deuda pública y el desequilibrio fiscal».

Para quien fue el candidato del PSDB en la elección presidencial, la política de metas de inflación tendría que ir acompañada de disciplina fiscal, con recortes en los gastos corrientes y en los subsidios, y además de sociedades de verdad con el sector privado en las inversiones, lo que no se está haciendo por el gobierno de Dilma Rousseff.

Luiz Gonzaga Belluzzo sigue la misma línea de razonamiento: con intereses del 12% no hay manera de sostener el tipo de cambio. Parte del dinero que entra en Brasil, dice él, es para la especulación en la bolsa y en el mercado financiero. El dólar bajo estimula la importación, que en última instancia afectará a la industria nacional. «Se está dando una distorsión que se traducirá, en el futuro, en pérdida de empleo industrial», dijo Belluzzo. «Las exportaciones que están creciendo son las de commodities, de productos básicos y no productos industriales».

Otra vez Meirelles

Henrique Meirelles, se sienta junto a una de las mesas de una confitería ruidosa en el bairro dos Jardins, en São Paulo. Pidió una ‘empada’ (N. de la R.: especie de pequeña tarta), que no tocó y, luego, un helado de coco, que devoró. Él prefiere no hablar de economía porque dejó el BC hace poco tiempo. Teme porque todavía pueda influir en las expectativas del mercado.

Sin embargo, se sientió cómodo para hablar de inflación y de déficit público. «El mayor riesgo es que la inflación supere a la meta», dijo. Y esto es lo que obliga al Banco Central a elevar las tasas de interés. «Cuando la inflación vuelva a la meta, caen las tasas de interés y el déficit se reduce».

En cuanto a que Banco Central trabaja con las mayores tasas de interés en el mundo, Meirelles fue sintético: «La forma de tener una tasa de interés en Brasil que se acerque a las padrones internacionales a través del tiempo es seguir manteniendo la inflación en el blanco. En la medida en que esto suceda, los premios de riesgo va a caer y las tasas de interés serán cada vez más bajas».

Queda, sin embargo, la pregunta: diecisiete años después de la estabilización de la economía, la tasa de interés de Brasil es exorbitante. Con la crisis de 2008, los intereses cayeron desde muy alto a casi cero en decenas de países. Y en Brasil, bajo el pretexto de mantener los precios siguen exorbitantemente altos.

Antonio Gustavo do Valle ocupa la Dirección de Liquidaciones y Control de Operaciones del Crédito Rural. En su sala, en el piso 21 del Banco Central, trató de dar una explicación mientras dibuja arabescos en una hoja de papel. «Tenemos un pasado inflacionario enorme», dijo. «Hay mucha cosa indexada en la economía: ahorro, deudas de los estatales y municipios, impuestos. Esto termina alimentando la inflación».

De bermuda, zapatillas y anteojos de sol, disfrutando su último día de vacaciones, el economista João Sicsú, director de macroeconomía en el Instituto de Investigación Económica Aplicada, IPEA, dio una explicación psicológica, durante una conversación en un café en Río de Janeiro, el brasileño es adicto a las altas tasas de interés. «Hay interés de que la tasa sea alta porque muchas personas se benefician», dijo. «¿Cómo puede uno imaginarse a una tasa de interés de 1 o 2% al año, como sucede en la mayoría de los países, si los intereses de la cuenta de ahorro, aquí, por ley, tienen que ser del 6% anual? Esto establece un piso para la caída de las tasas”.

Nadie pone en duda que el capital financiero es el primer y principal beneficiario de la política de intereses altos. Como, desde el retorno de los civiles al poder, la gran mayoría de los presidentes y directores del Banco Central ocupó cargos importantes en los bancos y fondos de inversión antes y después de trabajar para el gobierno, están quienes sostienen que el interés inmediato de ellos explicar la elección por los interés altos. «Ellos llegan al Banco Central contaminados por el pensamiento del mercado financiero», dijo un consultor. Comentario más mordaz hizo el administrador de un gran fondo de inversión en forma de una pregunta: «Con intereses bajos, como directores del BC, ¿encontrarían empleo en los bancos privados?».

La Casa

Bajo la presidencia de José Sarney, todos los siete presidentes del Banco Central vinieron del mercado financiero y a él volvieron. Lo mismo ocurrió con los dos comandantes del BC en la corta administración de Fernando Collor, Ibrahim Eris y Francisco Gros. Bajo la presidencia de Itamar Franco, tres de los cuatro presidentes vinieron de universidad o del servicio público y uno del mercado. Al dejar el BC, se fueron al sector privado.

En los ocho años de Fernando Henrique Cardoso, tres de los cuatro presidentes del banco procedieron del mercado, pero después todos se fueron a instituciones financieras. En el gobierno de Lula, Henrique Meirelles, ya no era presidente del Bank Boston y al final de su cuarentena, volverá a ocupar una función pública o será una Autoridad Olímpica (N. de la R.: los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016).

«Hoy en día, casi ningún economista investiga por cuenta propia», me dijo el consultor. «Los mejores estudiantes van a las instituciones financieras que pagan mejores salarios».

En este contexto, la actual dirección del Banco Central es una excepción en las últimas décadas: no sólo el presidente como la mayoría de los directores son funcionarios de carrera de la institución. Este cambio fue posible porque, de acuerdo con Antonio Gustavo de la empresa Vale, desde el Plan Real el banco promueve concursos y selecciona a los maestros y los doctores para sus cuadros. «Antes no había tanta gente especializadas», dijo. «Ahora, para darle seguimiento a la política de metas de inflación, es necesario temer economistas muy bien preparados».

El Banco Central cuenta con 4.700 empleados, la mayoría con grados de maestría y doctorado. Para mantener a sus empleados actualizados, la institución ha puesto en marcha la Universidad de Banco Central de Brasil, UniBacen, que funciona dentro del edificio, en colaboración con otras universidades. Ofrece estudios de postgrado en la contabilidad y en derecho económico de la regulación financiera.

Brasil fue el último país de Occidente en tener un Banco Central. Su creación fue autorizada sólo bajo el régimen militar, a través de la legislación aprobada al 31 de diciembre de 1964. El banco comenzó a operar formalmente en el año siguiente, a pesar de la resistencia de los políticos, empresarios y banqueros, que por más de un siglo consiguieron impedir la existencia de una institución que controlara la moneda y el sistema financiero. La relación al mismo tiempo promiscua y anárquica del Estado con el sector bancario explicaba esa reacción.

En el libro de Política Monetaria: ideas, experiencias y evolución, el economista carioca José Júlio Senna presenta un panorama detallado de la política monetaria Brasileña en los últimos dos siglos. Él informa que con la llegada de la familia real portuguesa en 1808, acompañado por un séquito de 15.000 personas, fue necesario gastos para desarrollar la infraestructura de Río de Janeiro. Para financiar esos gastos, se fundó un banco público con capacidad de emitir moneda, el Banco de Brasil, que comenzó a operar a finales de 1809.

El nuevo banco surgió con muchos privilegios, como el de ser el intermediario del Tesoro, hacer transferencias de algunos impuestos a los accionistas y cobrar préstamos bancarios, como que fueran créditos del Estado. Las cédulas del Banco de Brasil tendrían una aceptación general y no se estipuló ningún límite de emisión. La garantía de las emisiones de billetes fue dado por las reservas en monedas de oro depositadas en el banco. Sucede que se realizaron en un volumen mucho mayor a las reservas, lo que devaluó el dinero. La crisis se agravó con el regreso de la familia real y la corte a Portugal en 1820. Antes de embarcar, Dom Joao VI recogió toda la reserva metálica y se la llevó con él.

En el siglo XX, buena parte de los países europeos, siguiendo el ejemplo de Suecia e Inglaterra, comenzó a crear sus bancos centrales, dándoles la tarea de controlar a los bancos y mantener el poder de compra de la moneda. En Brasil, la desorganización del sistema es comparable a la de los Estados Unidos, que hasta principios del siglo pasado no tenía banco central: el control contradecía los principios liberales. Sin un regulador, los bancos abrieron de la noche a la mañana- y quebraron con la misma facilidad. La juerga acabó por comprometer el funcionamiento del sistema. Y terminó en 1913, cuando el presidente Woodrow Wilson ordenó la creación de un banco central: el Federal Reserve.

Aquí, el Banco de Brasil fue reformado en 1907, y con el tiempo, la institución fue adquiriendo poderes: actuaba simultáneamente como banco central, banco comercial, banco de fomento y agente del Tesoro. Cada vez que se pensaba en la creación de un banco central, dejando al Banco de Brasil sólo con las funciones de banco comercial, hubo objeciones desde diversas esferas de la élite. El sector rural y la industria estaban en contra porque tenían miedo de perder el crédito abundante. El Banco de Brasil no quería perder el derecho de emisión, que fortalecía artificialmente a la caja. Los banqueros temían por el control. Y los propios gobiernos resistían: temían que el control en la emisión de moneda expusiera sus deficiencias fiscales.

En 1945, al fin del gobierno de Vargas, la inflación llevó a Octavio Gouvea de Boulhões a proponer la adopción de mecanismos para frenar la emisión de dinero y el déficit público. Para el economista, fue fundamental la existencia de una organización por encima del Banco de Brasil, de modo que las actividades del banco central y del banco comercial ejercidas por el BB no fueran tan confusas. Conociendo las resistencias, Boulhões trató de hacerla más agradable: le llevó al entonces ministro de Finanzas, Souza Costa, la idea de crear la Superintendencia de la moneda y del crédito, la SUMOC, lo que sería el embrión del Banco Central.

El SUMOC nació debil. El Banco de Brasil continuó realizando las funciones típicas de un banco central. En la nueva entidad, caía la regulación del sistema financiero. En 1954, el SUMOC adquirió más poder. Era el gobierno de Café Filho, en el cual, Eugenio Gudin ocupaba el que el Ministerio de Finanzas, Octavio Bulhões, la dirección de SUMOC y Clemente Mariani, presidencia del Banco de Brasil. El trío tenía formación ortodoxa y trabajaba sintonizadamente. Entonces, fue posible transferir a SUMOC los depósitos obligatorios de los bancos, que eran recogidos por el Banco de Brasil y usados en la expansión del crédito.

Con Juscelino Kubitschek, el Banco de Brasil reinó y los gastos se salieron de control. Como quería invertir en infraestructura y en la construcción de Brasilia, el Presidente ignoró el programa de estabilización monetaria de su ministro de Finanza, que establece metas para la expansión de las operaciones del Banco de Brasil. La cuenta llegó después: en 1959, la inflación saltó del 15% al ​​40% al año. Cuando Jânio Quadros asumió el cargo, esbozó medidas para intentar contener los precios, que no fueron a ninguna parte a causa de su renuncia. La turbulencia del gobierno de João Goulart impidió toda política de estabilización. Cuando los militares dieron el golpe, la inflación caminaba al 165% por año.

El mariscal Castello Branco, al asumir la presidencia, señaló a Roberto Campos para Planificación y a Octavio Bulhões para Finanzas. Ambos estaban destinados a luchar contra la inflación, lo que significa impedir que el Banco de Brasil emitiera moneda. Fue entonces que el Banco Central, idealizado veinte años antes, se instituyó finalmente. Nació de un acto dictatorial con la finalidad de fortalecer al estado, pero al reglamentar las querellas entre la élite burguesa, racionalizó y modernizó la economía. Por la legislación que la creó, su presidente y directores tendrían mandato fijo. Sería un Banco Central independiente, en los moldes de los europeos.

Su primer presidente fue Denio Nogueira. Pero la independencia fue de corta duración, como relata Senna en su libro. Con la sucesión de Castello por Costa e Silva, Roberto Campos, el nuevo dictador, a petición del que salía, para salir a sugerir que el futuro presidente ponga fin a los rumores de sustituiría al presidente al Banco Central. En la conversación, Campos le recordó que la ley estipula un mandato fijo para que los líderes del banco, y agregó que el Banco Central era el guardián de la moneda. La respuesta de Costa e Silva resume lo que sería la creación a partir de entonces: «El guardián de la moneda soy yo». El 31 de marzo de 1967, Ruy Leme asumió la dirigencia en lugar de Denio Nogueira.

Los gobiernos militares fueron también, desarrollistas. Querían gastar, y el Banco Central no tenía poder para el control de la moneda. Brasil se endeudó en dólares para financiar las inversiones. En 1979 llegó la segunda crisis del petróleo y el precio del barril saltó de US$ 12 a US$ 32. La suba del combustible provocó una inflación mundial. En los Estados Unidos, la tasa saltó del 9% a principios de este año a 13% en agosto. En diciembre de 1980, Paul Volcker, el presidente del Federal Reserve subió la tasa de interés de EE.UU. de 13% a 22%. Con la mayor parte de su deuda externa vinculada al dólar, Brasil quebró en cámara lenta. A finales de la década, la deuda externa de Brasil era de US$ 100.000 millones, y no había reservas para pagarla.

Emilio Garofalo hijo es secretario ejecutivo de la Cámara de Comercio Exterior del Ministerio de desarrollo, Industria y Comercio Exterior. En los ’80, estuvo al frente del Departamento de Operaciones Internacionales del Banco Central. Instalado en su sala, en el 7mo piso del Ministerio, recordó lo desesperante que fue ese período para que el Banco Central. «Se decidió que el Banco Central se ocuparía de la deuda externa», dijo. «Era un desastre. Ni nosotros ni los acreedores, sabíamos a ciencia cierta las dimensiones de la deuda. Además, había deudas de los estados y municipios adquiridas fuera de control, que también pasaron a ser negociadas por el Banco Central. Como no había computadora, las se hacían en las máquinas de calcular mecánicas, accionadas manualmente. Las planillas se hacían a mano.»

El oro

Cuando se descubrió oro en Serra Pelada, el gobierno creyó, erróneamente, que sería la solución definitiva a la deuda. El gobierno creó un aparato, encabezada por el Servicio Nacional de Informaciones, el INS, el Banco Central, la Casa de la Moneda, la Policía Federal y la Caja Económica Federal, para sacar el oro de la mina. «Como la Caja tenìa un departamento de embargo, algunos de expertos se encargaron de comprobar que el oro fuera auténtico», dijo Garófalo.

El oro llegaba en avión comercial desde Belén, una vez a la semana al Banco Central. Una vez, los agentes de la Policía Federal descubrieron que había tres ataúdes en el avión. El SNI planteó la posibilidad de que fueran ladrones, escondidos para robar el metal. Se retiró los ataúdes del avión y cuando fueron abiertos, se constató realmente contenían difuntos. La desconfianza en relación a Brasil era tal que sólo los exportadores solo liberaban el petróleo de los buques amarrados en el puerto de Santos tras recibir un comunicado de JP Morgan avisando que el oro de Serra Pelada ya estaba depositado en la cuenta para el pago de la importación.

Una mañana de 1990, durante el gobierno de Collor, el nuevo director del Área de Relaciones Exteriores del BC, Antonio Claudio Sochaczewski, entró en la sala de Garofalo con una simple duda. Quería saber cuál era la parte de intereses a pagar por los acreedores en ese mes. «El me dijo que el Tesoro tenía una información y que el Banco Central otra y quería saber cuál de las dos era la correcta», contó Garófalo. «Yo le dije, a su pesar, que probablemente ninguna de las dos estuviera correcta».

Fue recién en 1994, en el gobierno de Itamar Franco, que el Banco Central comenzó a tomar forma. Con Fernando Henrique en Finanzas y Pedro Malan en el Banco Central, la deuda externa fue renegociada con los acreedores y transferida al Tesoro, que comenzó a dar seguimiento a los pagos.

El grupo de economistas de la PUC, entre ellos Gustavo Franco, Edmar Bacha y Winston Fritsch, quien había diseñado el Plan Real y estaba integrando el gobierno, tenía un diagnóstico listo: para que el plan fuera exitoso, era necesario terminar con el Consejo Monetario Nacional, considerado el corazón de control financiero. Todos los ministros tenían asiento en el CMN, además de representantes de los bancos y de las industrias. Y todos reclamaban gastos que, en regla, aprobados en las reuniones. Como el Tesoro no tenía recursos, el Banco Central emitía dinero sin la devolución de los ingresos para pagar los gastos.

En un almuerzo a principios de enero, Gustavo Franco contó que el equipo económico que elaboraba el Real le pidió a Henrique Hargreaves, el ministro de la Casa Civil, que convenciera a Itamar Franco a cambiar la composición del Consejo Monetario Nacional. Se sugirió que estuviera compuesto por el ministro de Economía y el presidente del Banco Central. Hargreaves volvió con la respuesta de Itamar: para el Presidente, no existía consejo de solamente dos. Decidieron incluir al Ministro de Planificación. «Fue la primera vez que el país presidió el Consejo con vistas a la estabilización de la moneda», dijo Franco. «Es increíble que Brasil sólo haya comenzado a tener un Banco Central operando formalmente cerca del final del siglo XX».

Otro problema eran los bancos estatales que hacían lo que querían los gobernantes. Los gobernadores fueron convocados e informados de que las instituciones con dificultades tendrían que ser vendidas o liquidadas. La reacción fue terrible. El gobernador de Río de Janeiro, Marcelo Alencar, fue uno de los pocos que aceptó la privatización de «su» banco, el Banerj.

Mario Covas, de Sao Paulo, pospuso como pudo el final del Banespa, aunque el banco tuviera un agujero monumental. El gobernador de Espírito Santo llegó a ofrecer una casa de campo al Banco Central para pagar las deudas del banco estatal.

Gustavo Franco señaló que uno de los momentos más tensos de su paso por el gobierno fue cuando decidió realizar una inspección en el Banco de Brasil. «Enviamos 150 técnicos para la sede del Banco de Brasil», dijo. «No querían dejarlos entrar. Dijeron que allí el Banco Central inspecciona nada. El personal del Banco Central entró por la fuerza».

En junio de 1995, Gustavo Loyola fue ascendido a presidente del Banco Central. Especializado en las regulaciones bancarias, habría identificado que una caída drástica de la inflación podría exponer la debilidad del sistema bancario. Era necesario sanear el sistema antes de que hubiera una falta de dinero generalizada. Fue armado un programa de saneamiento de los bancos privados, el Proer. Solamente quedarían en el sistema las instituciones con «salud, liquidez y solidez», como decía el comunicado del Banco Central. En el momento había 3.400 entidades financieras operando a través de 23.500 sucursales. El número de bancos alcanzó los 300. Con Proer, más de la mitad fue vendida o liquidada.

Después de poner en condiciones y de capitalizar los bancos, el Banco Central fijó una serie de normas para el funcionamiento de las instituciones financieras de acuerdo con las recomendaciones del Banco de Compensaciones Internacionales, el BIS, el banco central de los bancos centrales. En muchos casos, las medidas de seguridad adoptadas por el banco brasileño fuero más allá de lo que exigía el BIS. «Adoptamos medidas que fortalecieron a nuestras instituciones financieras», dijo Gustavo Loyola, en la sede de la consultora, Tendencias.

El Departamento de Operaciones de Banca y Sistema de Pagos está en el piso 15 del Banco Central. Allí funciona el seguimiento de reservas. Todas las transacciones realizadas por los 158 bancos brasileños son proyectadas online en pantallas y terminales de computadores. Solamente en transferencias entre cuentas corrientes – los Teds –son cerca de 100.000 operaciones al día. También aparece en las pantallas tanto un pago millonario, realizado por una empresa a un banco, como una simple retira de R$10 en un cajero automático.

Lo más importante para los técnicos, sin embargo, es evaluar el nivel de crédito de cada institución. A través de la pantalla, es posible percibir decir si está con problemas de liquidez. Si esto ocurre, el saldo negativo aparece registrado en rojo. «Hacemos un seguimiento de cada segundo que pasa en el sistema», dijo el jefe del departamento, Ricardo Pereira de Araujo. «Somos como una torre de control del banco.»

Otra de las funciones del sistema, implementada a fines de la gestión de Arminio Fraga, es evaluar el nivel de crédito de las instituciones. En la práctica, se están prestando demás o de menos. Esta información es fundamental para predecir el comportamiento del consumo y su impacto en la inflación. Todas las transacciones bancarias que puedan afectar a la inflación, y por lo tanto el sistema de metas, que se efectúa, se llevan para análisis del Comité de Política Monetaria.

El 15 de septiembre de 2008, tras el colapso de Lehman Brothers en Estados Unidos, los analistas en la sala de control de las reservas del BC comenzaron a percibir, a través del sistema, que estaban saqueando exageradamente en muchas instituciones. «Hubo mucho rescate tempranamente del CDB y de otras aplicaciones», contó Gustavo Antonio de Vale. El viernes, la situación se agravó. «Era un problema de falta de dinero en el sistema y no un problema de patrimonio. Las instituciones estaban sanas, pero estaban sufriendo por el mismo pánico del mercado».

El diagnóstico fue una crisis. «Estaba claro que, si no actuábamos rápidamente, podría haber un quiebra», dijo Vale. El domingo, Henrique Meirelles regresó de Nueva York y convocó a una reunión para ese mismo día en São Paulo, en su casa. Allí, los directores decidieron que las medidas que serían anunciadas el lunes. El Banco Central liberó los compulsorios de los bancos para inyectar más recursos en el sistema y ​​también aseguró la compra de carteras de de crédito de las instituciones en dificultades por instituciones más grandes.

Pero el reglamento fue el que, a fin de cuentas, evitó la quiebra de las instituciones. Algunas de las reglas adoptadas en Brasil hace quince años están siendo sugeridas por el BIS ahora para ser adoptadas en todo el mundo. En Brasil, por ejemplo, hay un límite por el cual las instituciones no pueden realizar préstamos superiores a su patrimonio, lo que no existía en Europa y en Estados Unidos. «Así que muchos bancos quebraron: estaban operando muy por arriba de su patrimonio», dijo Loyola. En los EE.UU., la quiebra del Lehman Brothers arrastró 273 instituciones financieras.

Otra de las medidas adoptadas por el Banco Central de Brasil es la de hacerse cargo del patrimonio de los administradores de instituciones quebradas para el pago de sus deudas, lo que aumenta la responsabilidad de los administradores. «Si la medida estaba vigente en Europa y en Estados Unidos, tal vez los directivos de las instituciones financieras no lo habrían hecho tantas operaciones arriesgadas para aumentar sus ingresos», dijo Gustavo Loyola.

Parte de la responsabilidad del sistema de la quiebra en 2008 se le atribuye al ex presidente de la Federal Reserve, Alan Greenspan. El habría permitido que al mercado correr libremente, sin reglas estrictas. Greenspan cree que enyesarlo le sacaría la «creatividad». Su creencia era que el mercado se regularía a sí mismo y que el instinto de sobrevivencia evitaría que el sistema fuese usado mal. Yo estaba equivocado. «Es una cuestión cultural de los estadounidenses la de no intervenir en el mercado. Sólo los seres humanos tienen debilidades «, dijo Loyola.

La crisis ha reafirmado algunos lugares comunes. La primera es que todas las veces que hay un periodo de auge, el mercado se vuelve imprudente por confiarse. Por eso, debe haber una regulación y supervisión. Pero la mayoría de los bancos centrales del mundo no se ocupa de la vigilancia. Ellos se ocupan, principalmente, de la política monetaria. «Los bancos centrales asumieron la idea de que era sólo la estabilidad de precios lo que interesaba», dijo Belluzzo. «Eso es imperdonable». El Banco Central de Brasil es uno de los pocos en el mundo en llevar a cabo dos funciones. Después de la crisis, otros bancos centrales, como el de Inglaterra, también están asumiendo el rol de vigilancia.

El monitoreo en Brasil, sin embargo, está lejos de ser efectivo. Tanto que el Banco Central no percibió el enorme faltante de R$ 4.300 millones (US$ 2.437 millones) en el Banco Panamericano, propiedad de Silvio Santos. Para no quebrar, el Panamericano había vendido una parte a otra caja y luego otra parte al Banco BTG Pactual. El sistema es eficiente para darse cuenta de la falta de liquidez inmediata. Las faltas patrimoniales, que son escondidas en el balance general, se descubren con la supervisión en el en el lugar. A veces, cuando llega, ya es demasiado tarde
Fuente: urgente24

La inflación y los datos que molestan a los K

La consultora Economía y Regiones, que conduce Rogelio Frigerio, consideró que en lo que va del año los precios de los alimentos de la canasta básica han aumentado el 31,1 por ciento, echando por tierra los índices inflacionarios que marca el Indec morenizado. Malestar en el gobierno tras los datos de la empresa privada.
La canasta básica de alimentos y bebidas, aquella que se utiliza para medir el nivel de indigencia del país, aumentó 3,1% en septiembre y acumula un incremento superior al de la inflación general, del 31,1%, según la consultora Economía & Regiones (E&R).

La firma que dirige el economista y legislador electo del Pro Rogelio Frigerio estimó, además, que la inflación alcanzó el mes pasado el 24,1% interanual. E&R no publica su medición mensual del Índice de Precios desde que fue intimada por la Secretaría de Defensa al Consumidor y multada con $ 500.000 por difundir datos de inflación alternativos a los del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Según otras fuentes privadas, la inflación habría rondado el 1,8% mensual en septiembre, aunque ningún economista quiso difundir sus datos con mención de la fuente. El Indec publica desde hace un año y medio una inflación mensual promedio de entre 0,7% y 0,8% y registra una evolución interanual del IPC del 10%.

Para E&R, los precios de los alimentos se aceleraron luego de un agosto calmo, en el que habían aumentado apenas 0,5%.

Según su relevamiento, la suba de la canasta alimentaria estuvo liderada por los aumentos de precios de: embutidos (16%), legumbres (12,1%), pescados (6,1%), carnes blancas (5,6%), productos envasados (4,9%) y frutas (3,4%).

En cambio, se verificaron baja de precios en los rubros cereales (-15,1%), endulzantes (-2,5%); y aderezos (-1,7%).

E&R estimó la fuerte suba en la canasta alimentaria a pesar de que lácteos, verduras, hortalizas, bebidas, carnes rojas y aceites no registraron variaciones significativas en sus precios.

La consultora consideró que una familia tipo necesitó en septiembre ingresos por $ 2.340 para no caer en la pobreza, tal como se desprende de su cálculo de la Canasta Básica Total. Según el Indec, una familia requiere $ 1.347,33 para superar la línea de pobreza.

La línea de indigencia, definida por la cobertura de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), está en el orden de $ 1.265 por familia, para E&R. A datos de agosto, el Indec fijó ese valor en menos de la mitad: $ 609,56 mensuales.

E&R consideró en su reporte sobre inflación que «as actuales anclas antiinflacionarias no son sustentables en el mediano plazo».

La consultora de Frigerio relacionó la expansión de la base monetaria impulsada por el Banco Central con la suba de precios. Pero aclaró: «Detrás de esta política monetaria tan expansiva, interactúan otros mecanismos que evitan la espiralización de los precios: Tanto la política de subsidios económicos»que contiene el costo de los servicios públicos, de la energía, del transporte y de algunos alimentos básicos; «como la actual fuga de capitales funcionan como herramientas antiiinflacionarias, contrarrestando los efectos de la actual expansión monetaria».

Según la consultora, los subsidios y la fuga de capitales atenúan esa esperada «espiralización», aunque esas anclas no pueden perdurar en el tiempo.

Así y todo, evaluó: «Resulta llamativo que la expansión de la base monetaria no espiralice el aumento de los precios en una economía saturada».

Autor de Nota: El Cronista

LA ÚLTIMA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO PARA COMBATIR LA SUBA DE PRECIOS


INTIMIDACIONES A PERIODISTAS QUE HABLEN Y ESCRIBAN SOBRE INFLACIÓN. En el día de hoy, diario El Cronista revela sobre la última estrategia del gobierno para combatir la inflación: intimidar el periodismo que hable sobre ella.
El director periodístico del diario, Fernando González, indica que envalentonados con el porcentaje conseguido en las últimas elecciones primarias, algunos funcionarios parecen estar convencidos de que pueden impulsar medidas disparatadas, subidos al caballo del éxito en las urnas y tener impacto en el ambiente judicial.

“Sólo de este modo se entiende el oficio que recibió El Cronista en el que un juez (Alejandro Catania, titular del Juzgado en lo Penal Económico Número 4) solicita los nombres, las direcciones y los teléfonos de contacto de los periodistas que suelen informar sobre los índices de inflación. La medida, que incluye a quien esto firma y al menos a una decena de periodistas más de este diario, es claramente intimidatoria y constituye un cercenamiento a la libertad de expresión consagrada en la Constitución Nacional”, expresa González en ese matutino.
Hay que recordar que ya en 2006, el Gobierno nacional comenzó a practicar cambios en las mediciones del Indec y en el personal técnico encargado de llevar a cabo esa tarea, siendo que incluso algunos de ellos denunciaron presiones destinadas a manipular las cifras del índice de precios al consumidor. Desde entonces, los medios de comunicación sulen informan la evolución mensual de la inflación que suministra el Indec, pero también los índices estimados por las provincias, las consultoras privadas y las universidades que se dedican a hacerlo. Muchas veces, dichos resultados indican el doble de los resultados oficiales.
Frente a estos indicadores y según varios estudios y encuestas, se demostró que la opinión pública descree en los índices del Indec, si bien no influye en el voto, y que ni los gremios ni el FMI realiza sus mediciones basados en los datos oficiales.
“El descrédito en el que cayó el Gobierno por estas prácticas lo llevó a designar un director técnico a cargo del Indec (Norberto Itzcovich, habitual columnista de El Cronista); llevó al Congreso a elaborar también un índice de precios propio. Y llevó al ministerio de Economía a iniciar una negociación con técnicos del Fondo Monetario Internacional para explorar la elaboración de un nuevo índice de precios en el futuro”, indica el diario.
Así, considera que esa medida judicial implica “distraer tiempo y fondos de todos los ciudadanos para averiguar datos personales de los periodistas que informan sobre esta puja de datos que se da en la Argentina desde hace cinco años. Con métodos que retrotraen a los tiempos más oscuros de la dictadura militar, se busca intimidar al periodismo (el pedido incluye a El Cronista pero también a Ámbito Financiero, Clarín, La Nación y Página 12) con un objetivo que se ve venir desde lejos: lograr que se consigne sólo la información del Indec, es decir, que a la ciudadanía sólo le lleguen los datos del gobierno de turno”, finaliza González.
A pesar de que González nombra a otros medios, El Cronista fue el único que denunció la medida de Catania.

Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas

La inflación de las provincias duplicó al INDEC


Las cifras oficiales de inflación de agosto que difundieron las provincias duplican los números del INDEC. Los porcentajes de Jujuy, Mendoza y Tierra del Fuego se acercan más al 1,87% del IPC Congreso que al 0,8% del INDEC para Capital y GBA.
Las primeras cifras oficiales de inflación de agosto de las provincias más que duplican los números del INDEC. Y son muy coincidentes con las de las consultoras privadas cuestionadas y multadas por el Gobierno, como viene sucediendo en los últimos 4 años, según publicó el diario Clarín.

En Jujuy, el mes pasado, los precios subieron el 1,6%; en Mendoza el 1,7%, y en Tierra del Fuego, el promedio de Ushuaia y Río Grande, el 1,97%. Estos porcentajes son más cercanos al 1,87% difundido por las consultoras privadas a través del IPC Congreso que del 0,8% del INDEC para Capital y GBA.

En todos los casos, los precios de los alimentos y de la ropa – dos rubros que en forma proporcional más consumen los asalariados y los sectores de menores recursos – subieron más que el promedio . Por ejemplo, en Jujuy con un 1,6% en promedio, Alimentación y Bebidas aumentó el 1,8% e Indumentaria el 1,9%.

Estas diferencias se agrandan para los primeros 8 meses del año. Así, entre enero y agosto, la inflación en Mendoza fue del 14,6%, según la Dirección de Estadística e Investigaciones Económicas (DEIE) de esa Provincia. Para el INDEC fue de sólo el 6,4% , lo que equivale a una brecha del 128%.

Las diferencias se repiten para los últimos 12 meses porque en Mendoza el IPC suma un 22%, contra un 9,8% del INDEC. Y también con la particularidad que Alimentos y Bebidas, con el 28,8%, e Indumentaria con el 32,3%, superan holgadamente el promedio.

En Tierra del Fuego las diferencias son más marcadas porque la inflación promedio (que mide las ciudades de Ushuaia y Río Grande) para los últimos 12 meses a agosto fue del 30,8%, más que triplicando el dato del INDEC.

Así persiste la brecha entre los índices de precios oficiales provinciales y los del INDEC. Y es de tal magnitud que, desde que comenzó la “manipulación” estadística, el INDEC acumula un alza de los precios del 47,8% y el promedio provincial ronda el 150%: una brecha de más del triple.
Fuente: lapoliticaonline.com

La inflación reduce la asignación universal

La suba generalizada de precios en la economía doméstica redujo en un 10% el beneficio de la Asignación Universal por Hijo (AUH) desde su lanzamiento y le permitió al Estado ahorrar unos $ 1.000 millones, indicó un estudio privado. El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) señaló que los aumentos anunciados por el Gobierno para la AUH «apenas compensan -transitoriamente- la erosión que produce la inflación» en el beneficio social. La inflación alta tiene asociada muy negativas secuelas económicas y sociales.
Desde el punto de vista de las posibilidades de progreso económico, uno de sus principales efectos negativos es el desaliento a las inversiones productivas y la menor propensión al ahorro en moneda doméstica, ya que exacerba el consumo y la compra de dólares. Desde el punto de vista de la equidad social, la inflación es un activo redistribuidor regresivo del ingreso porque opera en contra de los hogares más pobres que tienen menos accesos a mecanismos para eludir o moderar la desvalorización de sus ingresos. «Por estas razones, las sociedades que se guían por una visión progresista de largo plazo velan por la estabilidad de precios», remarcó el Instituto, de corte crítico con la política económica del kirchnerismo. En ese marco, la evolución en la Asignación Universal por Hijo desde su creación permite ilustrar, según el estudio de Idesa, que el beneficio ha perdido impacto por el avance de los precios. La Asignación Universal por Hijo fue creada en noviembre de 2009 con un monto de $ 180. En setiembre de 2010 fue aumentada a $ 220 y en setiembre de 2011 a $ 270; es decir, un incremento total del orden del 50% en casi dos años. Según los datos oficiales de la Provincia de San Luis, el crecimiento de los precios al consumidor en el mismo período fue de aproximadamente 51%.
(NA)

Inflación: ganó la estrategia K, y la opinión pública culpa a los empresarios


No es desconocido el alto nivel de inflación desacelerada con la que tendrá que asumir Cristina en un seguro segundo mandato, por supuesto con un mayor avance del gobierno sobre la economía, pero no es el único tema que deberán afrontar los empresarios. En el próximo mandato tendrán que tener en cuenta uno más importante: su “culpabilidad” en la inflación.

Según publica la revista sobre relaciones públicas, Imagen, existe una encuesta de Express Poll que muestra que para el 63,2 por ciento de 780 casos en la ciudad de Buenos Aires, la causa de la inflación está en los empresarios y comerciantes que suben los precios.
Según el estudio, solo el 17,9 por ciento ve la culpa en el gobierno y menos aún (11,3 por ciento) cree que son los sindicatos, con sus elevadas exigencias de aumento de sueldo, los responsables del alza de precios descontrolada.
Es sabido que en la Argentina conviven diversos índices de inflación. El oficial, elaborado por el gobierno, el cual afirma que la inflación es alta y sostenida, pero no desbordada, con menos de 9 por ciento, mientras que consultoras privadas, amenazadas con demandas penales por el gobierno, la estiman cerca del 25 por ciento anual.
Otro dato significativo que arrojó la encuesta de Express Poll es que, si bien solo un 6 por ciento de los encuestados dice que la inflación lo afecta “mucho”, un 61 por ciento afirma que lo afecta “bastante”, en tanto un sorprendente 30 por ciento dice no sentirse afectado por la inflación en lo más mínimo.
“Habría que ver qué significa ‘bastante’ para los que dijeron que los afecta. Es evidente que la inflación no fue un issue que afectó la intención de voto para Cristina”, explicó el fundador de Express Poll, lo que muestra el éxito de la estrategia del gobierno kirchnerista de imponer a la opinión pública su “relato” sobre la inflación, a la vez que pone en evidencia la falta de comunicación del empresariado para explicar que la inflación es una consecuencia de la política económica del gobierno.
“Aquí, en la China y en cualquier parte, la inflación es fruto de la política económica, fiscal, monetaria y de ingresos, y hace cuatro años, ante la misma pregunta, la mayoría todavía entendía que la causante de la inflación era la política económica. Esto es el resultado de años de silencio empresario ante un issue que se veía venir”, dijo el periodista Diego Dillenberger, en su programa sobre comunicación empresaria y política (Canal Metro). “Como quedó más claro que nunca que Cristina Kirchner ganará las presidenciales de octubre, los comunicadores empresarios deberán reflexionar cómo abordarán este issue, porque en los próximos cuatro años habrá más inflación y al gobierno le será fácil señalar a los empresarios como los culpables”, agregó el conductor del programa dominical.
Mientras que la inflación nacional es la más alta de la región y una de las más levadas del mundo, los economistas sostienen que las causas principales son los excesivos reclamos salariales que superan la inflación del año anterior, colocándole al alza de precios un piso cada vez más elevado, el incesante aumento del gasto público y la emisión descontrolada de moneda.

Fuente: José María González/periodicotribuna.com.ar

La inflación de agosto fue de 0,8 por ciento, según el Indec

De esta forma, la inflación acumulada en el año llegó al 6,4 por ciento y en los últimos doce 12 tuvo un incremento del 9,8 por ciento, siempre según cifras oficiales. El rubro Alimentos y Bebidas experimentó un incremento del 0,6 por ciento y el que más subió fue Atención Médica y Gastos para la Salud, con el 3,3 por ciento seguido por Indumentaria, 1,3.

El costo de vida de agosto registró una suba del 0,8 por ciento, informó esta tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

De esta forma, la inflación acumulada en el año llegó al 6,4 por ciento y en los últimos doce 12 tuvo un incremento del 9,8 por ciento, siempre según cifras oficiales.

El rubro Alimentos y Bebidas experimentó un incremento del 0,6 por ciento y el que más subió fue Atención Médica y Gastos para la Salud, con el 3,3 por ciento seguido por Indumentaria, 1,3.

Por otra parte, los rubros Educación y Equipamiento y Mantenimiento del Hogar tuvieron una suba del 0,9 por ciento; Transporte y Comunicaciones, 0,8; Vivienda y Servicios Básicos, 0,4 y Esparcimiento, 0,3.

La cifra oficial de inflación resultó menos de la mitad del 1,87 por ciento relevado por consultoras privadas y difundido por los principales bloques de la oposición en la Cámara de Diputados, un indicador conocido como «Inflación-Congreso».

El INDEC informó también que el costo de la construcción registró un alza del 2 por ciento y los precios mayoristas crecieron, 0,9.
por NA

La faena cayó 30% y anticipan un ajuste entre los frigoríficos

CICCRA señaló que la crisis en la industria frigorífica “pone al sector en la necesidad de acordar un redimensionamiento” y dvirtió que muy probablemente sigan subiendo los precios de la carne al consumidor en los próximos meses.

A pesar de que los ganaderos llevan ya quince meses reteniendo sus vacas en el campo para recomponer el stock bovino, la profundidad de la crisis de la carne ha sido de tal magnitud que en los frigoríficos no existe ningún síntoma de recuperación.

Todo lo contrario, según un informe de la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), la oferta total de carne se contrajo casi 10% en los primeros siete meses del año respecto de igual lapso de 2010. Pero si la comparación es con 2009, el ajuste fue de casi 30% .

“Fueron los peores primeros meses de los últimos veintidós años”, resumió el informe mensual de CICCRA, para dar cuenta de que desde la crisis hiperinflacionaria de 1989 no se registraban números tan malos en una de las principales industrias argentinas.

Y es que en el periodo enero-julio, al compás de la menor oferta de carne, también siguieron cayendo el consumo interno y las exportaciones .

En el primer caso la contracción fue de 11,7% (hoy cada argentino come 54,4 kilos anuales de carne, un 22% menos que hace dos años, con lo cual los uruguayos pasaron al frente como mayores consumidores de carne per capita). Los embarques al exterior, en tanto, retrocedieron más del 20% y no eran tan bajos desde la reaparición de la aftosa, allá por 2001.

En este estado de situación, CICCRA auguró que “la crisis de la industria frigorífica es de una profundidad inédita y desgraciadamente será muy prolongada”. Y auguró que “las empresas que tengan menos respaldo económico-financiero se verán en muy graves problemas ”.

CICCRA señaló que la situación “pone al sector en la necesidad de acordar un redimensionamiento , tarea que deberemos realizar y acordar con los entes públicos correspondientes”.

Además advirtió que muy probablemente sigan subiendo los precios de la carne al consumidor en los próximos meses, ya que desde enero pasado el incremento del valor de los novillos fue de 17,9 por ciento, mientras que la carne en el mostrador tuvo una variación de 11,6 por ciento, debido a la caída del consumo.

“Si las lluvias primaverales se mantienen dentro de los parámetros normales para la época, los precios al consumidor podrán tener nuevos aumentos, probablemente por encima de la tasa de inflación”, arriesgó la entidad.
Fuente: clarin.com

Inflación de julio fue del 1,6% en Mendoza y duplicó a la nacional

Las vacaciones de invierno y la Copa América empujaron la inflación en Mendoza durante julio. El índice de precios del consumidor (IPC) local marcó una suba del 1,6% con respecto a junio. Este número es el doble del porcentaje que informó a nivel nacional el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC): 0,8% (ver aparte).

Los rubros alimentos y bebidas, educación y esparcimiento fueron los que mayor incidencia tuvieron en la suba de precios.

Según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), la suba registrada durante julio se debió principalmente a fenómenos estacionales.

Su titular, María Inés Crisafulli, analizó los rubros que mayores subas mostraron durante julio.

Verduras, más caras
Las variaciones más importantes estuvieron dadas por productos como las berenjenas y los zapallitos, con un incremento por encima del 70%. Las chauchas y los choclos superaron el 50% de aumento, mientras que la acelga y el ají subieron 34% y 44% respectivamente.

“Aquí se ve claramente cómo estos productos, que no se dan en Mendoza en esta época del año y fueron los que más aumentaron. De la misma manera, la indumentaria mostró bajas por la finalización de la temporada invernal, principalmente en la ropa de mujer”, analizó Crisafulli.

Turismo y espectáculos
La funcionaria remarcó que el rubro esparcimiento también fue fundamental para la suba general registrada en julio.

En este punto, turismo (10,26%), transporte por turismo (7,04%) y alojamiento y excursiones (17,13%) fueron tres de los servicios que más aumentaron.

Situación similar se dio con cines y teatros (4,66%), revistas (3,13%) y artículos para deportes (0,45%).

“Julio incluye las vacaciones de invierno con un incremento en los precios de las actividades recreativas, como el cine y todo lo relacionado con turismo; este año, además, Mendoza fue sede de la Copa América y ambas cosas se tradujeron en un gran número de turistas. Por eso todo lo vinculado con el entretenimiento mostró estas variaciones”, dijo Crisafulli.

Escuelas y academias
La educación también colaboró para que el IPC se disparara durante julio. En líneas generales aumentó 1,6%, e ítems tales como las escuelas privadas, los artículos de librería y las cuotas de academias fueron los que más variaciones mostraron.

Fuente: http://www.diariouno.com.ar/

La inflación de julio fue 0,8%, como un año atrás

El atraso de un día hábil del Indec en difundir la variación del Índice de Precios al Consumidor no alteró la práctica de los anteriores 15 meses de estimar un aumento entre 0,7 y 0,8 por ciento. Fue la mitad de lo estimado por los estudios privados que informan a la oposición.
El aumento de los precios al consumidor estuvo impulsado en el mes por indumentaria (1,9%), esparcimiento (1,3%), y equipamiento del hogar (1%) y alimentos (0,8%), cada uno según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Por el contario, mostraron variaciones menores atención médica (0,2%), transporte y comunicaciones y servicios varios (0,4%).

Con el resultado de julio, en siete meses de 2011 la inflación trepó a 5,5%, mientras que la tasa interanual se sostiene en 9,7 por ciento.

También mostró escasa oscilación, como ocurrió en los pasados doce meses, en el segmento mayorista, al acusar una suba de 0,9%.

Los productos agropecuarios se encarecieron 1,2%, con 3,2% en los agrícolas y 0,4% en los ganaderos, estimó el Indec.

La inflación en el segmento de los productos manufacturados fue similar, aunque en su interior sobresalieron las alzas de 1,8% de los productos refinados de petróleo y 1,5% de papel y sus derivados.

En los primeros siete meses el aumento de precios mayoristas fue 7,3% y 12,5% en comparación con julio de 2010.

Fuente: infobae.com

El INDEC postergó para el lunes el dato de la inflación del mes de julio

El polémico Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) pospuso hoy la divulgación del índice de la inflación del mes de julio que había anticipado ayer y que daría a conocer hoy. Esto se conoció el último día hábil antes de que se produzcan el domingo las elecciones primarias que instrumentó el Ejecutivo Nacional en todo el territorio nacional, incluida la provincia de Buenos Aires. Según la oposición parlamentaria el dato ronda en un 1,62 %.
La inflación oficial de julio que estaba programada ser dada a conocer hoy será revelada recién el lunes, informó esta tarde, antes de las 16, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

Una hora antes de tener que difundir el dato, el organismo -intervenido por la presidenta Cristina Fernández desde el 2007- sólo informó que su polémico Indice de Precios al Consumidor se conocerá recién el lunes.

Si bien ayer se había anunciado que el dato sería dado a conocer públicamente hubo una contraorden, aparentemente por la proximidad de las elecciones primarias del próximo domingo 14 de agosto.

El dato es esperado sobre todo por los legisladores nacionales que hace días dieron a conocer un cálculo propio en el que manifiestan que la escalada de precios en julio fue de un 1,62 por ciento.

En forma similar los parlamentarios opositores el Ejecutivo Nacional estimaron, gracias al trabajo de ocho consultoras privadas, que la inflación interanual fue del orden de un 23,6 por ciento.
Fuente: mdzol.com

Los Precios Hoy

Somos un grupo de economistas que todos los días registra los precios de un listado de productos en dos grandes supermercados de Buenos Aires y los publica en este sitio.

(incluye precios que entran y salen de oferta)

Estos índices se calculan en base al costo de una canasta fija de productos. Los datos comienzan el 1ro de diciembre de 2007, cuando comenzamos a monitorear los precios en supermercados de Buenos Aires.

La inflación anual es el cambio porcentual en el promedio del índice en los últimos 30 días con respecto al promedio del mismo período el año anterior. Las series comienzan en diciembre de 2008 porque se necesitan 365 dias para computar esta estadística.

La inflación mensual es el cambio porcentual en el promedio del índice en los últimos 30 días con respecto al promedio del mismo período el MES anterior. Por ejemplo, el día 17 de febrero de 2010 calculamos el promedio entre el 17/2/2010 y el 17/1/2010 y lo comparamos con el promedio entre el 17/1/2010 y el 17/12/2009.

El 1er día de cada mes la inflación mensual coincide con la estadística tradicional que computa el INDEC (y otras consultoras) comparando meses calendarios (febrero vs enero, etc). Reportamos estos valores en la siguiente tabla:

Fuente: InflacionVerdadera.com es un proyecto del Billion Prices Project @ MIT

En esta sección mostramos un resumen de nuestras principales estadísticas, basadas en la evolución diaria de dos índices propios de inflación:

Un índice de Alimentos y Bebidas, equivalente al 31% del IPC.
Un índice de la Canasta Básica Alimentaria, como el que el INDEC usa (o usaba) para calcular el nivel de indigencia

En la sección Novedades hacemos un análisis periódico de los datos. En la secciones de Precios, Aumentos y Caídas se pueden ver detalles de precios individuales. Finalmente, en Metodología y Preguntas explicamos cómo lo hacemos y cómo podés ayudarnos.

Dale gracias a la incertidumbre por no tener más inflación

¿Si el dinero circulante en manos de los argentinos creció cerca del 40% sólo en los últimos 12 meses, cómo es que la economía argentina está creciendo a no más del 8% anual y la inflación real se ubica en el 21% anual? En esta nota te explicamos por qué está pasando esto.
Te has hecho esta pregunta simple. ¿Si el dinero circulante en manos de los argentinos creció cerca del 40% sólo en los últimos 12 meses, cómo es que la economía argentina está creciendo a no más del 8% anual y la inflación real se ubica en el 21% anual? Suena imposible. Aunque la explicación hay que buscarla más por el lado de la incertidumbre y el temor, que lleva a los argentinos a gastar menos y a refugiarse mucho más en el dólar y en los bancos.

Es justamente la tendencia a refugiarse en el dólar y la incertidumbre que lleva a quienes tienen algo de dinero a guardarlo en el banco (“por lo que pueda pasar”) lo que explica por qué la demanda no está mucho más encendida de lo que hoy se muestra. Pero para entender mejor lo que está pasando, conviene ir por partes:

¿Qué está pasando con el dinero?
Según información del Banco Central al 22 de julio de 2011, último dato disponible, la base monetaria, que es todo el dinero circulante y el que está en cuentas a la vista en el banco, alcanza los $186.501 millones. Esto es un 39,4% más que los $134.962 millones que había para la misma fecha pero de 2010, según datos del Central.
Pero esto no es todo. En manos de los argentinos al 22 de julio hay dinero circulante (billetes y monedas) por $127.947 millones. Esta cifra representa un aumento del 40,7% en relación con los $91.771 millones que había hace exactamente un año en el país.

¿Qué pasa con la inflación y el crecimiento de la economía?
Si el dinero circulante crece a un ritmo anual del 40%, sólo pueden ocurrir dos cosas: que el crecimiento de la economía sea proporcional o bien que la inflación se dispare debido a la sobreoferta de billetes. Pero ninguna de estas dos cosas está ocurriendo.

Según datos oficiales, la actividad económica creció durante mayo el 8,1% en relación a igual mes del año pasado, informó el Indec. Además, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) mostró en mayo un crecimiento del 1,5% en comparación con abril y acumuló un alza del 8,9% en los primeros cinco meses del año.

Tampoco hay una inflación acorde a un crecimiento del dinero circulante del 40%. Según datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), en Mendoza la inflación acumulada a junio (últimos 12 meses) alcanza sólo al 21,1%. Casi la mitad de lo que crece el dinero en circulación.

La pregunta del millón: ¿Adónde va el dinero?
Teniendo en cuenta que las tasas de inflación en los últimos meses se vienen moderando, es evidente que el mayor dinero circulante no se está destinando completamente al consumo. Por eso, los precios no están subiendo tanto como podrían hacerlo. ¿Adónde va entonces? La respuesta viene por el lado de la fuga de capitales y el nivel creciente de depósitos bancarios.

Según un informe del Banco Central, la salida de capitales durante el primer semestre llegó a U$S9.801 millones. La cifra representa un 86% de la fuga de divisas de todo el año pasado, cuando totalizó U$S11.410 millones. En el segundo trimestre, puntualmente, la salida de capitales alcanzó los U$S6.125 millones. Esta fuga es la más elevada desde 2008 para un solo trimestre, lo que marca el nivel de incertidumbre y temor que existe. El Central, claro está, justificó este comportamiento como “lógico de períodos electorales”.

Pero el Banco Central también dio una pista de adónde puede estar yendo también el dinero: a depósitos a plazo fijo en dólares.

Tomando datos oficiales del Banco Central, el stock total de depósitos a plazo fijo en el país al 22 de julio alcanza los $206.537 millones, esto es un 40,7% más que los $146.777 millones que había en el sistema a igual fecha de 2010.

Por la incertidumbre, los argentinos están asegurando sus ahorros en dólares, por lo que salen del sistema, ya sea porque van al colchón o bien porque se guardan en plazos fijos en dólares. Lo cierto es que salen del sistema, por lo tanto, dejan de presionar sobre la demanda (la gente no lo gasta) y esto hace que los precios no suban tanto.

¿Qué pasará después de las elecciones?
Nos guste o no, el “equilibrio” entre fuerte emisión de dinero y baja inflación relativa (teniendo en cuenta el contexto) se mantiene sólo mientras la incertidumbre siga llevando a que las familias y las empresas de Argentina dolaricen sus ahorros y excedentes. Qué pasará luego de las elecciones es el gran interrogante. De momento, dos cosas. Develado el misterio sobre quién ganará, la incertidumbre tal vez se disipe y gran parte de los excedentes hoy en dólares se volcará al consumo, lo que terminará por acelerar las actuales tasas de inflación. La otra opción puede ser que, ya consolidado el nuevo gobierno, la emisión de dinero enfríe su crecimiento en un intento por contener la demanda para quitarles presión a los precios internos. Pero esto, claro está, dependerá de una decisión del nuevo gobierno.

Por Federico Manrique

mdzol.com

Por la inflación, $100 de hoy valen $48,6 de 2007

Desde el 10 de diciembre de 2007, cuando asumió Cristina Fernández la presidencia, la cantidad circulante de billetes de $100 se duplicó, al pasar de $582,3 millones a $1.283 millones. Sólo en los últimos meses, el Banco Central pasó de inyectar 35 millones de billetes de $100 en abril-mayo a imprimir 116 millones durante junio- julio.
El billete más grande del país sufrió durante los últimos cuatro años el mayor deterioro en su poder de compra desde que emergió, hace exactamente 20 años, en la economía local. Pero acentuó aún más su debacle durante 2011 por el fuerte incremento en el costo de vida y el ascenso nominal de los salarios, lo que obligó al Banco Central a acelerar el ritmo de impresión de moneda. El organismo pasó de inyectar 35 millones de billetes de máxima denominación durante el bimestre abril-mayo a imprimir 116 millones (más del triple) durante el período de junio- julio, destaca hoy el diario El Cronista.com.
El avance no tuvo precedentes en estas últimas dos décadas de la Argentina. Desde el 10 de diciembre de 2007, cuando Cristina Fernández asumió la Presidencia de la Nación, la cantidad circulante de billetes de $ 100 en el sistema se duplicó, al pasar de los $ 582,3 millones a los $ 1.283 millones. “El esfuerzo de esta política expansiva tiene como objetivo mantener la liquidez necesaria en el sistema para asistir al Tesoro y acompañar los fuertes aumentos salariales sin que se sienta un impacto en las tasas de interés”, comentó un consultor que, en las últimas semanas, se aferró al silencio conventual para evitar las multas de Moreno.

En sus oficinas prefieren eludir cualquier mención al crecimiento en los niveles de emisión. Más que nada porque éste guarda, dicen, una estrecha relación con un tema de lo más sensible: la inflación. De acuerdo con los índices de precios provinciales que miden La Pampa, San Luis, Santa Fe, Entre Ríos, Chubut, Neuquén, Misiones, Tierra del Fuego y Salta, el avance del costo de vida fue, en promedio, de un 105,7% entre 2007 y 2011.

La dinámica redujo el poder de compra del billete al punto de que, hoy sólo puede adquirirse con $ 100 lo mismo que, en diciembre de 2007, se consumía con menos de $50.

Buzzi: «El campo no es responsable de la inflación»

El titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, aseguró hoy que el campo “no es responsable de la inflación” que vive la Argentina y culpó del aumento de precios al Gobierno y los grandes grupos concentrados “amigos” del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

“No somos los responsables de la inflación, somos los grandes perdedores. Nos siguen gobernando para los grandes grupos concentrados”, enfatizó en diálogo con Radio 10.

Buzzi criticó al Ejecutivo nacional y provincial por acordarse de los problemas del sector antes de las elecciones y “tratar de capitalizarlos”, en referencia a las decisiones tomadas respecto al tema trigo y volvió a quejarse por los problemas que provocan a productores locales el ingreso de carne porcina desde Brasil.

Hoy, los ruralistas vuelven a las protestas en las rutas de Entre Ríos. Habrá concentraciones en Paraná, Chajarí y Colonia Elisa. Serán presididas por Hugo Biolcatti por la Sociedad Rural (SRA), Buzzi y Alfredo de Angeli por FAA.

El sector busca transmitir a los automovilistas que productores y consumidores son las “víctimas” del modelo político económico actual.

Fuente: cronista.com

«Tenemos inflación para todos»

El candidato presidencial Hermes Binner lamentó en La Matanza que «hasta ahora sólo tengamos \’inflación alta para todos\'», en alusión a los nombres de los programas que impulsa el gobierno nacional.

El precandidato a presidente por el Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, lamentó hoy que «hasta ahora sólo tenemos ‘inflación alta para todos'» en alusión a los nombres de los programas que impulsa el gobierno nacional, y aseguró que «algunos hablan de cambio para que nada cambie».

«La inflación es el impuesto más injusto que existe porque a los que más golpea es a los que menos tienen. La inflación corroe los sueldos de los trabajadores, de los jubilados», aseguró y lamentó que «hasta ahora, lo que tenemos es ‘inflación alta para todos'».

Binner acompañó hoy a su aliada Margarita Stolbizer durante una recorrida por el partido bonaerense de La Matanza en el marco de la campaña electoral para las primarias abiertas.

«Nuestro primer objetivo es bajar la inflación lo más posible. Que podamos disminuir la pobreza en un camino de desarrollo económico, como lo hace Uruguay, como lo hace Brasil. Brasil todos los años mejora sus indicadores, y nosotros ni indicadores confiables y serios tenemos», destacó el gobernador de Santa Fe.
Asimismo, aseguró que busca «mejorar la calidad institucional de la Argentina» y añadió que «algunos hablan de cambio para que nada cambie, nosotros impulsamos un cambio en positivo».

Por su parte, Stolbizer señaló que «es posible gobernar para que todos vivamos en un país previsible y más justo, solo hay que animarse a cambiar», y agregó que «primero perder el miedo y luego dar el paso porque entre todos, podemos hacer que este Frente Amplio y Progresista exprese un cambio cultural donde la política vuelva a significar poder para que los ciudadanos vivan mejor».

En un comunicado, expresó que «hay que terminar con esa visión resignada del roban pero hacen. Nosotros vamos a demostrar que se pueden hacer cosas sin robar. La honestidad es la marca de gestión de Hermes Binner».

Durante la recorrida también estuvieron el postulante a intendente de ese partido, Jorge Ceballos, y los candidatos diputados nacionales Victoria Donda, Sebastián Cinquierrui, Ricardo Cuccovillo y Víctor de Gennaro.
Según se informó, Binner y Stolbizer visitarán mañana los partidos de Vicente López y Morón.
Fuente: lapoliticaonline.com

El FMI dice que la Argentina no contestó el informe de inflación

SANTANDER.- Pese a que ya pasaron tres meses desde que fue entregado en Buenos Aires, el Fondo Monetario Internacional aún no recibió «ninguna respuesta» del gobierno argentino al informe que elaboró el organismo sobre la elaboración de un nuevo índice nacional de inflación para el país, pedido por la administración Kirchner.

Así lo reconoció en esta ciudad el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre, quien considera a ese proceso clave para que la Argentina normalice su relación con el mundo. Sin embargo, no pareció tener muchas expectativas de obtener esa respuesta, por lo menos en breve. «Espero al menos que no archiven las recomendaciones sin evaluarlas», dijo.

Eyzaguirre participó ayer de la jornada de cierre del seminario para América latina que el Banco Santander organizó en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, un ex palacio veraniego de la familia real española con espectacular vista al mar Cantábrico.

El economista chileno recordó que, aunque pretenda evitarlo, es posible que la Argentina se tope con el FMI al intentar cerrar su meneado acuerdo con el Club de París. «Lo usual es que el Club nos consulte tras recibir una oferta, pero no me corresponde decirlo en nombre de ellos. Lo que trato de explicar es el procedimiento», se atajó.

Al analizar la situación actual de la economía argentina, recurrió a la imagen de una «sartén con el aceite hirviendo», avalando la teoría de un posible recalentamiento sobre la que advirtió recientemente el semanario inglés The Economist. Y aconsejó que el país debería abrevar en su experiencia de la Belle Epoque para evitar caer en la tentación de repetirla.

El consejo del encargado del Fondo para la región fue suscripto aquí por varios de sus colegas economistas que tomaron parte de la última jornada del seminario. Eyzaguirre dio por concluida la polémica sobre si el cambio en la economía mundial es coyuntural o estructural, a favor de esta última postura.

Dijo que el mundo está ante un largo ciclo de materias primas con muy buenos precios porque el hecho de que China haya migrado de un modelo de crecimiento que privilegiaba su sector externo a otro que tiene el foco en su mercado interno hace que estemos frente a «una especie de segunda revolución industrial», pero con eje en las commodities .

Incluso, arriesgó que los tiempos del dólar barato se alargarán, tras comentar que recientemente había cerrado la revisión de la economía de Estados Unidos en los términos del artículo 4° y que ella le permitió concluir: «Esa economía va a seguir creciendo débilmente por años, en el orden del 2%, lo que obligará a mantener políticas monetarias laxas».

De allí que alertó que la «tentación» de los gobiernos de la región por mantener tasas de crecimiento elevadas será «alta», e hizo un llamado para ir confluyendo hacia políticas fiscales y monetarias con un sesgo anticíclico, para confluir hacia tasas de expansión compatibles con el potencial de desarrollo de cada economía.

Aprovechar la experiencia
Eyzaguirre advirtió sobre el riesgo de desperdiciar el ciclo, y citó como ejemplo el caso argentino y su desaprovechado boom de fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando el país se posicionó entre los más ricos del mundo, aunque sólo una especie de aristocracia tuvo la oportunidad de capturar esos beneficios.

«Deberían tener presente esa experiencia y no dejarse llevar por el facilismo de los altos precios de las commodities , porque está visto que crecimientos exacerbados no solucionan problemas estructurales como la desigualdad.»

En la misma línea, aunque desde otros puntos de vista, se habían pronunciado antes los economistas Ernesto Talvi (Ceres, Uruguay), Liliana Rojas Suárez (Perú) y el argentino Miguel Kiguel (EconViews), convocados con Eyzaguirre a examinar cómo se distribuye la renta y la financiación en la región, y las tendencias de cara al futuro.

Talvi había abierto la jornada explicando que el motor de la economía mundial se había trasvasado a los países emergentes, pero no del mismo modo en todos. De hecho, dijo que, entre los de la región, había dos bloques: uno en torno a México y otro en torno a Brasil (en el que ubicó a la Argentina), siendo ese último el más beneficiado.

Pero advirtió que se vienen «cuellos de botella», básicamente «por la escasez de mano de obra calificada y la alta incidencia de mano de obra no preparada», ya que en materia de calidad educativa «peleamos el descenso: hablo de gente que sabe leer y escribir, pero es funcionalmente analfabeta».

Rojas Suárez había advertido que, a diferencia de 2007 (la base con que superó sin mayores remezones la crisis de Lehman Brothers), la región se ha vuelto más vulnerable a un posible cambio en el clima financiero internacional.

Kiguel, por su parte y para alivio de Eyzaguirre, pronosticó que la Argentina va hacia un aterrizaje suave de su economía «por las inconsistencias y desbalances sectoriales, como el que muestra en el sector energético, que ha acumulado en los últimos años». Pero resaltó que no hay condiciones para repetir una crisis «en los términos tradicionales en los que el mundo espera de nosotros por nuestra historia de volatilidad».

DIXIT
«Está visto que crecimientos exacerbados no solucionan problemas estructurales como la desigualdad»
Nicolás Eyzaguirre
Director del FMI hemisferio occidental

Fuente: lanacion.com

«Que venga a multarnos»

La diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich desafió a Guillermo Moreno a que vaya al Congreso a multar a los legisladores que dieron a conocer el índice de inflación de mayo que refleja el promedio de las consultoras privadas.

«Vamos a ver ahora si nos multa Moreno, que venga a multarnos», azuzó la ex ministra de Trabajo del gobierno de Fernando de la Rúa, quien consideró que «no puede haber censura» y aseguró que el Congreso es «un canal de transmisión» para la difusión de los datos de consultoras sobre el Indice de Precios al Consumidor (IPC).

En declaraciones a Radio 10, Bullrich sostuvo que «las consultoras están con miedo, pero no con miedo físico, con miedo de que les cobren multas y les destruyan las empresas» por dar a conocer las mediciones de la inflación, que en mayo alcanzó 1,5 por ciento, según se anunció ayer en el Parlamento, aunque hoy se informarán los datos oficiales del INDEC.

De esa manera, la legisladora por la Coalición Cívica defendió el IPC que elaboraron las consultoras privadas multadas por el secretario de Comercio, que ayer calcularon una suba de precios interanual de 23,5 por ciento.

«Nosotros vamos a ser un canal de transmisión porque creemos que en la Argentina no puede haber censura», remarcó Bullrich, quien precisó que el número difundido ayer surge de que «los datos son muy similares, porque las consultoras han estandarizado sus métodos de medición».

Aseguró que esta publicación se dará a conocer «mes a mes», y remarcó que hay «una gran cantidad de jueces que utilizan la inflación que no publica el INDEC para los juicios de alimentos y el pago de indemnizaciones por despidos».

«Lo que hemos hecho es evitar la censura», concluyó la diputada.
Fuente: lapoliticaonline.com

Moyano: «La inflación es un problema y nadie la puede negar»

El jefe de la CGT aclaró que prefiere “esta inflación a la deflación de la década del 90” pero aclaró que igualmente resulta “el gran déficit del modelo” y que es un problema que no se puede negar. También pidió actualizar la asignación universal por hijo.

Hugo Moyano dijo que «la inflación es el gran déficit del modelo, es un problema y nadie la puede negar» y, por otra parte, le pidió al Gobierno nacional «actualizar» el valor de la Asignación Universal por Hijo de 220 pesos.

«Esta inflación a la deflación de la década del ´90, cuando se cerraban establecimientos y se perdían permanentemente fuentes de trabajo y conquistas», diferenció.

En una exposición de casi una hora y media en la Universidad de Belgrano, Moyano respondió preguntas de los alumnos, hizo mención de varios temas de actualidad y volvió a referirse a los efectos de la suba de precios entre los asalariados.

Moyano compartió el panel con el ex árbitro y titular del SADRA, Guillermo Marconi, y el diputado nacional y secretario general del gremio de los canillitas, Omar Plaini.

«El 80 por ciento de los salarios más bajos de los trabajadores va al consumo de alimentos. Nadie inventa, hoy tenemos una inflación que no beneficia a nadie, ni a los trabajadores ni a los empresarios», afirmó.

Para afrontar esta suba de precios y los efectos sobre los asalariados, Moyano consideró que «no solo la Asignación Universal por hijo se tiene que actualizar, sino otras asignaciones. Lo lógico es que aumenten».

En cuanto al proyecto de reparto de ganancias de las empresas impulsado por el diputado Héctor Recalde y que la presidenta Cristina Kirchner dejó de lado, Moyano indicó que la iniciativa estaría en función de la productividad de la compañía y prometió «insistir más» para que sea aprobado por el Congreso.

Consultado sobre el poder que tiene el gremio de camioneros para paralizar el país, el sindicalista señaló que «para hacer un paro hay que convencer a los trabajadores, hay que tener un motivo».

En ese mismo sentido, sostuvo que «no es que un día me levanto mal y decido hacer un paro» y añadió que antes «estaba de moda ser patotero, pero ahora no y si se toma una medida gremial no es de patotero».

Frente a los alumnos, Moyano reveló que su intención era demostrar que no es «el ogro que dicen los medios» sobre su persona.

Al responder otra pregunta acerca de si se puede gobernar sin el apoyo de la CGT, Moyano indicó que no interesa el partido que esté a cargo del Ejecutivo sino que «no hagan políticas que perjudiquen a los trabajadores».
Fuente: lapoliticaonline.com

Por la inflación y la suba salarial se vuelve a pagar más por Ganancias

En 2011 habrá 1,3 millón de trabajadores alcanzados por este impuesto. El Gobierno ajustó 20% el mínimo no imponible, pero su efecto quedó licuado.
Con la firma de la mayoría de las paritarias y al ritmo que están subiendo los precios, también este año la inflación y los salarios vuelven a aumentar más que el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. Y así, aunque el poder adquisitivo de los trabajadores no tendrá mayores cambios, más empleados están siendo alcanzados por ese impuesto y los que ya pagaban vuelven a pagar más.

En 2010, la inflación, según las cifras oficiales de las Provincias, fue del 26,1% y el sueldo promedio de los empleados en blanco subió el 24% , en tanto el mínimo no imponible, que ya venía con un fuerte retraso, subió menos: un 20%. El año pasado según la AFIP, a 1,2 millón de trabajadores – equivalente al 16,9% del total registrado – le descontaron del sueldo el Impuesto a las Ganancias. En proporción es casi un 75% más del 9,7% que tributaba en 2001.

Este año la historia se repite porque los salarios y la inflación real marchan parejos en torno del 25% anual , y el Gobierno aumentó el mínimo no imponible un 20%. En consecuencia, más trabajadores – no menos de 1.300.000 – quedarán alcanzados y los que ya pagaban pagarán más por ese impuesto.

Pero más grave aún es que desde la tan criticada reforma de José Luis Machinea del año 2000 – pasaron 11 años – se mantienen sin modificaciones las escalas a partir del cual se aplican las alícuotas del impuesto. Y eso determina que la mayoría de los que pagan estén alcanzados no por la tasa más baja del 9% sino por alícuotas sustancialmente más altas, por encima del 19%.

Lo que está pasando este año era fácil de prever . Con la suba del 20% del mínimo no imponible, anunciada en abril, una parte de los que tributaban Ganancias dejaron de sufrir descuentos o pagaron menos. Pero a medida que se fueron actualizando los salarios con las paritarias o los aumentos de las empresas, esos contribuyentes están volviendo al “redil” de Ganancias con la misma o mayor carga impositiva que antes. A fin de mes, con el pago del medio aguinaldo , se sentirá con fuerza esta mayor presión tributaria.

Por ejemplo un trabajador soltero que, luego de los descuentos de jubilación y salud, en 2010 ganaba $ 6.000 mensuales. El año pasado le retuvieron por Ganancias $ 1.650, con una alícuota del 14%. Si en 2011 obtiene un 25% de suba salarial similar a la inflación, pagará por Ganancias $ 2.743 anuales, un 66% más, y ya estará alcanzado con la tasa del 19%.

El mayor alcance de Ganancias sobre los asalariados se produjo luego de 2008. Ese año el 10,8% de los trabajadores estaba alcanzado por ese impuesto y en 2010 trepó al 16,9%: casi medio millón de empleados más. Lo que pasó es que entre 2009 y 2011 el minino no imponible aumentó el 44%, en tanto los salarios y la inflación crecerán más del 80%.

A esto se agrega la falta de actualización de las escalas sobre las que se aplican las alícuotas – no se mueven desde hace 11 años. Si se ajustaran por la inflación, la mayoría de los que hoy pagan seguirían pagando pero con la tasa del 9%, en lugar del 14, 19 o 23%.

Este año pagan Ganancias los solteros que tienen un ingreso de bolsillo de más de $ 5.782 mensuales y los casados con 2 hijos que cobran en mano más de $ 7.998 mensuales.

Según estudios oficiales, para mantener el mínimo no imponible de un trabajador casado y con dos hijos en los mismos términos reales que en 2001 debería ser de $ 10.464, más del 30% por encima del valor actual . Y las escalas deberían ajustarse más de 400%.

Servicios inmobiliarios

El sector de servicios inmobiliarios verificó en el año fiscal 2009 un crecimiento en su nivel de facturación que se tradujo en un aumento en el pago del impuesto a las Ganancias, según un informe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

El titular del organismo recaudador, Ricardo Echegaray, indicó que la facturación en el 2009 evidenció “un crecimiento superior al 22,1 por ciento” comparado con el nivel del año anterior.
“El incremento en las ventas se registró desde el 2005 hasta el año pasado y esa tendencia es acompañada por el Impuesto a las Ganancias determinado”, destacó en un comunicado. Asimismo, adelantó que la facturación en el 2010 aumentó 34 por ciento con respecto al año anterior.

En cuanto al pago realizado por este sector en el impuesto a las Ganancias, el monto determinado aumentó de 696 millones de pesos en 2008 a 801 millones de pesos en 2009.
Fuente: clarin.com

En inflación, Argentina es la peor de todas

El Instituto de Finanzas Internacionales, que agrupa a los principales bancos del mundo y tiene sede en Washington, EE.UU, relevó en un informe que la Argentina presentaría una inflación del 25,8%, frente al 22,9% de 2010. Con estos datos, el país se ubicará muy por encima del promedio mundial del 3,9%, y del 8,4% previsto para América latina para este año. Esperan un crecimiento del 5,5%.
En un mundo con más presiones inflacionarias, la Argentina presenta las peores perspectivas, con una suba de precios proyectada del 25% para este año, según un informe difundido ayer por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según sus siglas en inglés).

El IIF, que agrupa a los principales bancos del mundo, relevó en un informe que la Argentina presentaría una inflación del 25,8%, frente al 22,9% de 2010.

El instituto dirigido por Charles Dallara, que no podrá ser multado por el Gobierno por tener su sede en Washington, indicó que la inflación de la Argentina se ubicará muy por encima del promedio mundial del 3,9%, y del 8,4% previsto para América latina para este año.

Para Brasil, la cifra de suba de precios es del 6,6%, y para México, del 3,1%, por debajo del promedio previsto para Europa emergente (5,1%), Asia-Pacífico (5,1%) y Africa (6,9%).

En cuanto a los pronósticos de crecimiento, el IIF prevé que la Argentina crezca 5,5%, por debajo del 6% previsto del Gobierno. La mejora en el PBI superará a la de Brasil (4%) y la de México (5%).

Para el año próximo, el IIF pronosticó un crecimiento del 4,4 %, apenas por encima del promedio regional del 4,3 por ciento.

Estas proyecciones se combinan en un estudio de 30 economías, en el que se prevé que este año se modere la fuerte suba en el flujo de fondos a los mercados emergentes registrada en 2010. El estudio pronostica que América latina atraerá US$ 254.700 millones, mientras que en 2012 rondará los 238.000 millones de dólares.

En tanto, la inversión extranjera directa rondaría los US$ 100.000 millones este año, frente a los US$ 90.000 millones de 2010 y los 60.000 millones en 2009.

Fuente: La Nación

Temor mundial a la inflación desplomó las materias primas

Los precios de las materias primas se desplomaron ayer en los mercados globales. China e Inglaterra emitieron informes que dieron cuenta de su preocupación por la inflación, lo que llevó el precio del petróleo por debajo de los 99 dólares y erosionó el valor de la soja y el oro.
El Banco Central de Inglaterra dijo que la inflación podría alcanzar 5% en 2011, más del doble del objetivo fijado en 2%. Mientras tanto, China reportó que el aumento de precios fue de 5,3% en abril, en términos interanuales.

Los analistas creen que el recalentamiento de los precios minoristas llevará a China, el mayor comprador de materias primas, a restringir más su política monetaria y a moderar su crecimiento.

El mal clima global repercutió también en Argentina, donde la cotización de la soja perdió ayer $ 20 respecto del día martes, y la Bolsa de Buenos Aires perdió 1,06%.

Los combustibles, los metales y los granos no pudieron evitar la caída generalizada de las materias primas, ya que el petróleo cedió ayer 5,46% a 98,2 dólares el barril WTI, el oro cayó 1% a 1.500 unidades la onza troy en Londres, y la soja para entrega en mayo 2012 cedió aquí 0,5% a 305,5 por tonelada en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba). La oleaginosa, fuente de divisas para el país, cayó 16,2% en lo que va del año en el Matba.

La semana pasada, los commodities sufrieron la peor baja de precios de los últimos años, lo que encendió las alertas sobre un posible final para la época de la “burbuja alimentaria” que se da desde el año 2008, con precios récord para los alimentos a lo largo de todo el mundo.

En Wall Street, el promedio industrial Dow Jones perdió 1%, el selectivo índice S&P500 retrocedió 1,11% y el tecnológico compuesto Nasdaq mermó 0,93%. En la región, el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo, Brasil, perdió 1,8%, y el Merval porteño retrocedió 1,06%.

Commodities. La de ayer fue una mala jornada para los granos, ya que en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) la soja para mayo 2012 operó con una baja de 1,5 dólar a 305,5 U$S/TN.

El trigo a enero 2012 mejoró 50 centavos a 192,5 U$S/TN, mientras que el maíz para abril 2012 cedió 1 dólar a 179 U$S/TN, y el girasol no cotizó.

En este punto influyó la mala performance del mercado de referencia de Chicago, que además de las malas noticias internacionales sufrió el impacto del último informe de la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos (Usda), que avisó sobre bajas en las exportaciones de soja y maíz por parte de ese país.
Fuente: www.agenciacna.com

ADE apelará la multa que recibió de Guillermo Moreno por medir la inflación

El presidente de la asociación, Mariano Caucino, así lo adelantó en diálogo con Radio 10. Cuestionó la sanción del secretario de Comercio Interior por su medición de los precios, que ascendería a $500.000.
La Asociaciónde Dirigentes de Empresas (ADE) apelará la multa que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, le aplicó por medir la inflación y que asciende a un total de 500.000 pesos.

Así lo adelantó el presidente de ADE, Mariano Caucino, en diálogo con el programa Cada Mañana de Radio 10, para luego lamentar la disposición que aplicó Moreno alegando “falta de rigor científico” para realizar un relevamiento sobre la suba de precios.

«El país lamentablemente se pierde oportunidades porque con la mentira se generan menos inversiones», advirtió el dirigente empresarial.

Asimismo, criticó con dureza a Moreno al sostener que el funcionario «pretende imponer su locura en toda la vida argentina».

La sanción a ADE se agrega a las ya aplicadas a otras consultoras y a un fundación por supuestas inexactitudes en los relevamientos sobre la evolución de los precios.

En la resolución, se señala que «la asociación tiene un plazo de diez días hábiles para abonar la multa y que la medida sólo podrá ser apelada ante la misma autoridad que impuso la sanción».
Fuente: infobae.com

La inflación de abril, la más alta en los últimos nueve años para ese mes

Según estimaciones de la consultora FIEL, el Índice de Precios al Consumidor aumentó los pasados 30 días un 2,2%, lo que representa la suba más importante desde 2002. Otras mediciones privadas también dan cuenta de un crecimiento del costo de vida entre el 1,9 y 2,2% durante abril.
El último informe del Banco Ciudad, que utiliza el IPC elaborado por la Fundación FIEL, indica que los precios de los bienes y servicios aumentaron en abril un 2,2%, variación similar a la de marzo, que fue del 2,3%.

No obstante, remarca que la cifra de abril es la más alta, para ese mes, desde 2002. El año pasado, por ejemplo, el costo de vida había trepado un 1,7%, respecto de marzo, ejemplificó el informe, que publica el diario El Cronista.

Este resultado también lo comparten otras consultoras, cuyos sondeos arrojaron un aumento del IPC de entre el 1,9 y 2,2%, añade el matutino.

La Educación, con el 6,1% de aumento, y la Indumentaria, con una suba de los precios de la ropa del 3,9%, respecto de los valores de marzo, fueron los rubros que más crecieron en abril y generaron que se disparara la inflación, según el relevamiento de Fiel.

Detrás se ubican los gastos de Vivienda (3,7%), las alzas de los alimentos (2%) y el rubro Equipamiento del hogar, con el 1,8%.

Por su parte, la consultora Economía y Regiones (que al igual que FIEL fue multada porla Secretaríade Comercio Interior por las cifras que difunden) señaló que la carne aumentó desde abril de 2010 al mes pasado un 68,4%.

En tanto, el titular de Econviews, Miguel Kiguel, opinó que la inflación en la Argentina «entró en zona de riesgo: hemos perdido la posibilidad de controlarla sin que se nos desboque». Para Kiguel, el año concluirá con un alza del costo de vida del 25%.
Fuente: infobae.com

INFLACIÓN, EN UN AÑO 300%

Amigos, no dispongo del dinero suficiente para encargar un estudio privado sobre la inflación a una empresa dedicada a esos menesteres.
Mi cálculo de inflación es bien casero, el costo no afecta mi economía, además me encanta porque me las como a todas,
Hace exactamente un año, la docena de facturas estaba a $ 7,00 (Siete pesos)
Hoy, 7 de mayo del 2011, pagué la docena de facturas a $ 22.00 (Veintidos pesos)
Si el cáculo no me falla, en un año subió un 300 %.
Las mismas facturas, en la misma panadería y tan ricas como siempre.
Esperemos que el gobierno corrija esta disparada de precios y anuncie el plan «FACTURAS PARA TODOS»
Un abrazo, Pepe
Fuente: José Marmol

Inflación y sobrestock, las causas de la desaparición de China del mercado de soja

El gobierno chino dejó de comprar soja en la región: primero Argentina y ahora Brasil, dejaron de recibir los pedidos de quien fuera su principal cliente. Detrás de esta decisión se esconde la preocupante inflación que golpea al gigante asiático y que fue definida por la cúpula del PC Chino como la principal amenaza a la estabilidad de su sistema político.
El Gobierno Central de China ha tomado en los últimos días una sorprendente decisión que descolocó a muchos actores del mercado de granos: frenó las compras de aceite de soja provenientes de Brasil, tal como lo publicó este domingo La Política Online.

Pero, ¿cuáles son los motivos de esta medida del gigante asiático, similar a la que tomó con la Argentina hace ya más de un año? Para poder develar estos interrogantes LPO se comunicó con diversos especialistas del sector agropecuario.

Enrique Erize es codirector de la consultora Nóvitas y hace poco tiempo realizó una gira de tres semanas a China junto a un grupo de 32 productores argentinos y uruguayos (que contó con el apoyo de ambas cancillerías y de compañías exportadoras).

En diálogo con este medio, el analista dijo que “últimamente China ha estado comprando aceite de soja muy por encima de sus necesidad y sus expectativas durante los meses de diciembre, enero, febrero, e inclusive marzo”.

Según Erize, este aluvión de compras -especialmente a Brasil- fue producto de una estrategia del Gobierno chino por temor a un fracaso productivo en Sudamérica por la presencia del fenómeno climático “La Niña” (finalmente el clima no fue un problema).

“Lo que está ocurriendo ahora es precisamente lo contrario: China restringió las compras de aceite de soja porque tiene stock suficiente y quiere enfriar la inflación debido a los altos precios que está registrando la soja”, agregó el entrevistado.

Por caso, las exportadoras y aceiteras pagaron el martes por la soja en la zona de Rosario unos $ 1270 por tonelada con descarga contractual, aunque hubo algunos rumores de mejores precios que llegaron hasta los $ 1290. Y se esperan subas dado que los productores no muestran interés en realizar negocios a estos niveles de precios ante la expectativa de que el mercado climático externo generé volatilidad favorable para las cotizaciones.

Como sea, las fuentes explicaron que es de esperar que cuando se agote el stock disponible, China reestablezca las compras de aceite de soja de Brasil ya que, cerrado el mercado argentino por los conflictos por las medidas anti-dumping, no le quedarán más alternativas.

La última esperanza

En ese marco y según confirmaron fuentes oficiales, en las próximas semanas visitará la Argentina el ministro de Comercio de China, Chen Deming, para intentar destrabar el interminable conflicto aceitero con nuestro país, entre otros temas que tratará.

En este sentido, Alberto Rodríguez, director ejecutivo del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), comentó a LPO que “esperamos con gran expectativa esta visita para poder resolver el problema y restablecer las exportaciones”.

“Por lo que sabemos, en los últimos meses China ha estado comprando aceite de soja en forma diferente a lo habitual”, señaló Rodríguez alimentando así la hipótesis de sobrestock por parte de ese país como plan para frenar la inflación.

La visita del ministro de Comercio chino se producirá luego de la llegada del ministro de Agricultura en noviembre pasado, cuando todo parecía indicar que las relaciones comerciales con ese país se reestablecerían rápidamente.

Por su lado, la estrategia argentina en el marco de estas reuniones será “desojizar” la relación con China, sabiendo que si no se levantan las restricciones a productos de ese país, muy difícilmente el gigante vuelva a comprar en grandes volúmenes aceite de soja.

De hecho, y en referencia a esta visita, la propia ministra de Industria, Débora Giorgi, afirmó públicamente que “la Argentina viene planteando un trabajo para ampliar el acceso de nuestros productos a China y así diversificar sus exportaciones”.

La inflación como un peligro estructural

Los altos precios que para los productores de soja argentinos son muy tentadores, para China representan la imperiosa necesidad de tomar ciertos recaudos y evitar así que la inflación se descontrole y genere inconvenientes de índole social.

Para tener una idea de lo que representan los aumentos de precios en esa nación, la semana pasada más de 1000 camioneros se concentraron en Shangai en el puerto más importante de China, en rechazo a las recientes subas que registraron los combustibles.

Esta inusual protesta en un régimen tan policial como el chino refleja el riesgo que representa la inflación para la estabilidad social y política en China, un país con más de 1300 millones de habitantes, que en su enorme mayoría ganan sueldos bajísimos en los que la inflación puede causar estragos.

Tan grave es este tema para las autoridades chinas que en el último encuentro del Comite Central del Partido Comunista -máximo organismo político-, el tema excluyente fue la inflación y como combatirla.
Fuente: lapoliticaonline.com

América latina: la inflación gana el primer round

La inflación y la sobrevaluación monetaria siguen siendo los principales dolores de cabeza económicos para la región. Los diferentes gobiernos latinoamericanos llevan seis meses peleando por disminuir el crecimiento de los precios y la fortaleza de sus monedas pero hasta ahora es poco lo que se ha logrado.

Los organismos internacionales, como Fondo Monetario Internacional, ha propuesto que Latinoamérica recurra a mayores subidas de las tasas de interés para prevenir “la aceleración del sobrecalentamiento” que amenaza el crecimiento sostenible.

Nicolás Eyzaguirre, director para la región del FMI, considera que la posibilidad de un sobrecalentamiento planea sobre Latinoamérica impulsado, principalmente, por el alza de precios de los alimentos y la llegada de flujos de capital.

Ante estas presiones inflacionarias que comienzan a percibirse, Eyzaguirre reconoció que “está claro que en la mayoría de los países deberán aumentarse las tasas de interés para prevenir una aceleración del sobrecalentamiento y la inflación”.

Incluso, Eyzaguirre alentó la puesta en práctica de otras medidas como los controles de capital, tan criticados en otras ocasiones por el propio FMI: “el gran volumen de estos flujos de capital hace que en ocasiones no se puedan prevenir a las economías del descarrilamiento con las tradicionales medidas monetarias y fiscales…Estamos inmensamente preocupados respecto a la inflación y no existe una situación bajo la cual el Gobierno baje su guardia cuando se trate de controlar la inflación”.

Brasil emprende una cruzada nacional contra la inflación

Donde esa preocupación por la inflación parece sentirse más es en Brasil. Dilma Rousseff ha convertido la guerra a la inflación en su prioridad número uno.

La inflación anual en Brasil se aceleró a mediados de abril y quedó cerca del límite establecido por el Gobierno: el índice a 12 meses aumentó a un 6,44 por ciento, rozando la meta oficial del 6,5%. El Banco Central ha fijado para Brasil una inflación que ronde entre el 4,5 y el 6,5%.

Esto provocó que el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central de Brasil subiera el mes pasado su tasa de interés referencial, llamada Selic, en 25 puntos base hasta alcanzar el 12%. Se trató del tercer alza consecutiva de la tasa en este año 2011.

“La implementación del ajuste de las condiciones monetarias por un periodo suficientemente prolongado es la estrategia más adecuada para garantizar la convergencia de la inflación a la meta en el 2012”, dijo un comunicado del Copom.

Dilma Rousseff se ha comprometido a aplicar “todas las medidas” que considere necesarias para contener la inflación. Durante dos días consecutivos, Rousseff habló con contundencia sobre su determinación de frenar el alza de los precios: ”no tendremos reparos en tomar todas las medidas, repito, todas las medidas, que juzguemos urgentes y necesarias”.

El gobierno brasileño además ha anunciado a lo largo de estos últimos meses recortes fiscales por 30.000 millones de dólares y medidas que apuntan a enfriar la fuerte demanda de los consumidores y las entradas de fondos extranjeros.

“Estamos inmensamente preocupados respecto a la inflación y no existe una situación bajo la cual el Gobierno baje su guardia cuando se trate de controlar la inflación”, declaró Rousseff

Por su lado, el gobernador del Banco Central de Brasil, Alexander Tombini, defendió la decisión de Brasil de imponer ciertos controles a los flujos de inversión: “Los grandes flujos de capital tienen el potencial de poner en riesgo la estabilidad financiera de la economía”, manifestó Tombini.

México, prudencia expectante

En México la inflación no causa aún alarmas aunque el gobierno de Felipe Calderón está a la expectativa. La inflación anualizada se aceleró levemente en abril aunque se encuentra situada en el 3.21%, cuando en marzo estaba en el 3.04% . El Banco Central espera que la inflación al final de 2011 oscile entre el 3% y 4%.

Si los espertos han ido subiendo las previsiones inflacionarias de Brasil para 2011 (ahora se sitúa en el 6.37% cuando la semana pasada estaba en el 6.34% y hace un mes en 6.02 por ciento), con México la han rebajado por segundo mes consecutivo hasta 3.87% desde el 3.92%.

La marcha de la economía mexicana y su nivel actual de inflación son adecuados, dijo el recién nombrado subgobernador del banco central, Manuel Ramos Francia. “Lo que puedo comentar es que actualmente las condiciones se ven razonablemente bien tanto en materia de crecimiento como inflación”, dijo Ramos Francia.

Por eso, a diferencia de Brasil, el Banco de México acordó el mes pasado mantener estable su política monetaria para proteger el fuerte crecimiento de su economía. Banxico dejó en 4.5% .a tasa referencial de interés, nivel que ha mantenido desde julio de 2009.

Ello sin dejar de prestar atención al comportamiento de los precios de materias primas a nivel global: “todos los miembros de la Junta coincidieron en que derivado del mayor dinamismo de la economía mexicana, la holgura en la actividad económica que ha contribuido a atenuar las presiones inflacionarias, ha seguido cerrándose, inclusive más rápido de lo previsto”.

Colombia y Chile suben los tipos

Pero México es una excepción, pues el resto de países de la región están elevando sus tasas de interés para luchar contra la inflación. Es el caso de Colombia, donde el Banco de la República decidió a finales de abril incrementar las tasas de interés en 25% y elevarlas hasta 3,75 por ciento.

La Junta Directiva ratificó que habrá más incrementos en los tipos de referencia este año.

El gerente José Darío Uribe señaló que la decisión fue tomada teniendo en cuenta el gran dinamismo de la economía, el crecimiento en los créditos hipotecarios y la situación que viven los mercados internacionales. La inflación en Colombia al cierre del presente año estará en torno al tres por ciento.

En Chile se ha seguido esa misma política pues el Banco Central de Chile acordó por unanimidad en abril subir la tasa en 50 puntos base.

El presidente del Banco Central de Chile, José de Gregorio, señaló que “el riesgo principal en materia inflacionaria se relaciona con el tamaño, persistencia y propagación del shock del precio de las materias primas, especialmente del petróleo”, añadió De Gregorio.

El presidente del banco emisor chileno afirmó que se están tomando medidas preventivas para evitar “la incubación de presiones inflacionarias” y calculó que al cierre de 2011 la tasa se situará en un 4,3 %, lo que supone 1,3 puntos más que en 2010.

Una preocupación extendida

En Perú, el ministro de Economía y Finanzas, Ismael Benavides, ha reconocido también que la inflación sigue acelerada y que se espera un aumento cercano a 0.5% en abril. Con ello, el resultado entre enero y abril supera el 2% y alcanza en doce meses el 3,34% (en enero fue del 0.39, en febrero del 0,38, en marzo del 0,70 y en abril del 0,68 %).

El gobierno de Alan García ha tomado varias iniciativas para contrarrestar esa espiral como recortar el gasto público en 1,450 millones de soles.

En Uruguay, el gobierno de José Mujica, como el de Dilma Rousseff, está muy preocupado por la inflación. El jueves pasado, el Presidente dedicó su programa de radio precisamente a este tema: “hay que lidiar con la inflación. Es un asunto difícil, no existen recetas mágicas, no hay soluciones instantáneas, pero ojo, hay herramientas”.

La definió como “una lacra” para los asalariados y los jubilados así como para los empresarios. Para el Presidente “ninguna política antiinflacionaria va a resultar perfecta, ni es neutral. Va a afectar siempre a alguien, se haga lo que se haga”.

Uruguay es, después de Argentina y Venezuela, el país latinoamericano con inflación más alta (ahora está en el 8,17%).

Asimismo, los países más pobre de la región se verán muy golpeados por la inflación debido a su dependencia del precio de los alimentos lo cual provocará por ejemplo que suban este año más de un 10 por ciento los precios en Bolivia y Honduras.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha señalado que esto provocará un incremento en la tasa de inflación de más del 5 por ciento en esos países. Guatemala y República Dominicana también verán aumentada su tasa de inflación en la misma proporción debido al alza generalizada del coste de la comida.

Panamá, Perú y Bahamas registrarán por su parte una inflación entre 2 y 5 puntos porcentuales superior a la que habrían tenido sin el impacto del alza de precios internacionales de los alimentos, asegura el texto.

Los malos alumnos

Argentina y Venezuela son los malos alumnos de la región pues en ambos la inflación luce mucho más alta que en el resto. Según los especialistas, la inflación venezolana -cerca del 28%- se ve impulsada por la presencia de un mercado negro de divisas que afecta a los precios de los productos importados. En Argentina se debe, sobre todo, a su fuerte crecimiento económico.

Venezuela ha registrado en los últimos cinco años la mayor tasa de inflación de la región a pesar de tener control de precios y de cambios desde el 2003. En los últimos 12 meses los precios se han incrementado 27,4%, lo que ha afectado al poder de compra, en particular el de los sectores más pobres del país.

La reciente decisión del presidente Hugo Chávez de elevar en 25% el salario mínimo y un promedio de 45% a los trabajadores de nivel medio y alto del sector público presionaría la inflación, advirtieron el miércoles pasado economistas y críticos del gobierno. Con la cercanía de las elecciones presidenciales, todo indica que Chávez estimulará el consumo para asegurarse a su electorado.

Esa es la idea que sostenía en el diario El Universal, Luis Vicente León: “ese impulso del consumo será con seguridad uno de los principales objetivos del Gobierno de cara al próximo evento electoral, pues, como se ha visto en el pasado, le trae beneficios en términos de popularidad. No debemos olvidar la importancia que tiene el gasto en consumo final (privado más público) para la economía del país, dado que actualmente representa casi el 90% del PIB nacional. No sorprendería entonces que en los próximos meses o durante 2012 se incrementen las becas y aportes otorgados a los beneficiarios de las misiones, se den más y mayores subsidios e incluso se regalen o se financien electrodomésticos o cualquier otro tipo de productos. Dinero en manos del Gobierno habrá para cubrir esos gastos. La pregunta es si habrá productos para atender esa demanda”.

Igualmente, la cercanía de unas elecciones, como las argentinas de octubre de 2011, provocará el mismo efecto en este país. En Argentina los datos oficiales del gobierno de Cristina Kirchner señalan que en 2010 la inflación fue del 10,9%, aunque economistas privados afirman que la inflación alcanzó cerca del 25 por ciento.

Según el diario La Nación “la inflación real se estabilizó peligrosamente en torno al 2% mensual. De acuerdo con el promedio de las mediciones privadas, en el mes que acaba de terminar el costo de vida volvió a registrar un alza que oscila entre 1,8 y 2%, en línea con los niveles alcanzados en el primer trimestre del año, pero con el agravante de que abril es un mes tradicionalmente de baja estacionalidad. La buena noticia es que en el último mes los alimentos dejaron de ser el principal motor en la suba de precios y, de hecho, algunas mediciones privadas mostraron una leve baja en la canasta básica de alimentos y bebidas que determina el índice de indigencia”.

Autor de Nota: Infolatam