La suba generalizada de precios en la economía doméstica redujo en un 10% el beneficio de la Asignación Universal por Hijo (AUH) desde su lanzamiento y le permitió al Estado ahorrar unos $ 1.000 millones, indicó un estudio privado. El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) señaló que los aumentos anunciados por el Gobierno para la AUH «apenas compensan -transitoriamente- la erosión que produce la inflación» en el beneficio social. La inflación alta tiene asociada muy negativas secuelas económicas y sociales.
Desde el punto de vista de las posibilidades de progreso económico, uno de sus principales efectos negativos es el desaliento a las inversiones productivas y la menor propensión al ahorro en moneda doméstica, ya que exacerba el consumo y la compra de dólares. Desde el punto de vista de la equidad social, la inflación es un activo redistribuidor regresivo del ingreso porque opera en contra de los hogares más pobres que tienen menos accesos a mecanismos para eludir o moderar la desvalorización de sus ingresos. «Por estas razones, las sociedades que se guían por una visión progresista de largo plazo velan por la estabilidad de precios», remarcó el Instituto, de corte crítico con la política económica del kirchnerismo. En ese marco, la evolución en la Asignación Universal por Hijo desde su creación permite ilustrar, según el estudio de Idesa, que el beneficio ha perdido impacto por el avance de los precios. La Asignación Universal por Hijo fue creada en noviembre de 2009 con un monto de $ 180. En setiembre de 2010 fue aumentada a $ 220 y en setiembre de 2011 a $ 270; es decir, un incremento total del orden del 50% en casi dos años. Según los datos oficiales de la Provincia de San Luis, el crecimiento de los precios al consumidor en el mismo período fue de aproximadamente 51%.
(NA)