Decenas de heridos en los enfrentamientos en Alejandría, Suez y El Cairo, donde se han repetido los choques de ayer en Tahrir
La oficina los Hermanos Musulmanes en la ciudad de Ismailia, en el noreste de Egipto, ha sido incendiada este viernes coincidiendo con las movilizaciones que se han registrado en El Cairo, Suez y Alejandría contra el presidente del país, Mohamed Mursi -que procede de este grupo islamista-, con motivo del segundo aniversario de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak. Según varios testigos, un grupo de jóvenes ha irrumpido y saqueado las oficinas del Partido Libertad y Justicia -brazo político del movimiento- antes de incendiarlas.
En los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes antigubernamentales en las citadas localidades han resultado heridas varias personas, según informa el diario estatal «Al Ahram». Los choques de anoche en la céntrica plaza Tahrir, epicentro de las protestas de 2011, se han repetido este viernes. Allí se han concentrado miles de personas, de las que al menos cuatro han resultado heridas, según el balance del servicio de ambulancias del Ministerio de Sanidad, Mohamed Sultan, lo que eleva a 29 el número de afectados desde que comenzaron las protestas ayer.
En la capital se están desarrollando tres marchas distintas que han partido tras la oración del viernes de tres puntos distintos y prevén confluir en Tahrir antes del anochecer. Otras cuatro marchas tienen previsto confluir delante del palacio presidencial para protestar contra los Hermanos Musulmanes y el presidente Mursi.
En Alejandría, segunda ciudad del país, los enfrentamientos han tenido lugar frente a la sede de la gobernación provincial, hasta donde habían llegado los manifestantes. Los agentes han empleado gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, algunos de los cuales han arrancado adoquines para lanzárselos a los policías. Las autoridades han informado ya de una treintena de heridos.
También ha habido enfrentamientos en Suez entre cientos de manifestantes y las fuerzas del orden frente a la sede de la gobernación. Los agentes comenzaron a lanzar gases lacrimógenos cuando la marcha se acercaba al edificio, y ha habido algunos heridos, según un manifestante, citado por Reuters.
La respuesta del Gobierno llegó a través de Facebook, donde el Ministerio del Interior lanzó la siguiente advertencia: «No habrá hostilidad entre vosotros y nosotros siempre que os abstengáis de cualquier sabotaje o ataque contra establecimientos policiales».
Alerta máxima
El ministerio emitió ayer una alerta de máxima seguridad de cara a las protestas. El Ejecutivo ha desplegado a la Policía frente a los edificios públicos, comisarías, estaciones de tren, aeropuertos, embajadas y sedes del Gobierno de todo el país. Además, ordenó la transferencia de todos los reos a las prisiones centrales y que se asegure el armamento presente en las mismas de cara a potenciales asaltos contra las cárceles con el objetivo de liberar a los internos.
Esta mañana, Interior dijo en un comunicado haber abortado un intento de manifestantes de irrumpir en la sede de la Academia de Ciencias, en las inmediaciones de la plaza Tahrir. El Ministerio explicó que algunos manifestantes tiraron cócteles molotov y piedras contra los policías cerca de un muro levantado en la céntrica calle Qasr el Aini, que conduce a la plaza, lo que llevó a los policías a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los agresores. A consecuencia de los disturbios, se desató un pequeño incendio en un centro de adiestramiento del Ministerio de Industria egipcio, junto a la Academia de Ciencias, pero fue controlado por los bomberos, según la nota.
Interior añadió que continuará su labor de proteger las instalaciones públicas y privadas, y abortará cualquier intento de «violar la legitimidad». Ya ayer, algunos manifestantes intentaron destruir uno de los muros erigidos cerca del Parlamento y la sede del Consejo de Ministros, en el centro de El Cairo, pero las fuerzas de seguridad han vuelto a construir la parte derribada.
Los disturbios también se extendieron a las puertas del Tribunal Supremo, donde otro grupo prendió fuego a un vehículo policial.
Por otra parte, en Port Said, cientos de seguidores radicales del equipo de fútbol local asaltaron las instalaciones del puerto marítimo para protestar contra la sentencia que previsiblemente se dictará el sábado sobre los enfrentamientos de febrero de 2012 en el estadio de esta ciudad, en los que murieron más de 70 personas.
Revolución inacabada
Partidos y movimientos opositores no islamistas habían convocado para este viernes varias marchas antigubernamentales, que debían salir desde el distrito de Shubra, la plaza Ramses y los barrios de Imbaba y Maadi, en El Cairo, hasta la emblemática Tahrir. Entre los convocantes están el Partido de la Constitución, del premio nobel de la paz Mohamed el Baradei; la Corriente Popular Egipcia, del izquierdista Hamdin Sabahi; el Partido Egipcios Libres; el Wafd; los naseristas; los socialistas y los movimientos Kefaya y Jóvenes del 6 de abril.
Más que de celebración, estas marchas tendrán un tono reivindicativo, ya que los participantes quieren insistir en los objetivos de la revolución y protestar contra «la pobreza, la subida de precios, la inseguridad y mala administración». «No lo vemos como una celebración. Esto será una nueva oleada revolucionaria que mostrará a Hermanos Musulmanes que no están solos, que hay otras fuerzas que pueden posicionarse contra ellos», ha dicho el fundador de uno de los grupos de mayor relevancia durante la revolución, el Movimiento 6 de Abril, Ahmed Maher.
Para rebajar las tensiones, la formación islamista anunció que no enviaría a sus seguidores a Tahrir durante la jornada debido a los últimos enfrentamientos entre seguidores y detractores del grupo en el lugar en manifestaciones simultáneas.
Las críticas se centran en el predominio de Hermanos Musulmanes en el Gobierno y el Parlamento, formación a la que acusan de controlar las instituciones para llevar a cabo su programa político, independientemente de las necesidades de la población y los compromisos de la revolución. El último motivo de las protestas ha sido la victoria del ‘sí’ en el polémico referéndum constitucional, tercer triunfo de los islamistas en las urnas desde la revuelta que acabó en febrero de 2011.
Fuente: ABC