Nuevo juicio por la megacausa ESMA: juzgan «vuelos de la muerte» y el asesinato de Dagmar Hagelin
En lo que constituye el proceso con mayor número de casos y acusados por crímenes cometidos durante la dictadura militar, el Tribunal Oral Federal Número 5 dio comienzo esta mañana a un nuevo tramo del juicio por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en el que se juzgarán 789 hechos, entre ellos los llamados «vuelos de la muerte».
En la sala de audiencias de los Tribunales de Retiro, volvieron a sentarse en el banquillo de los acusados, entre otros, el ex jefe de Inteligencia del Grupo de Tareas G.3.2, el represor Jorge «El Tigre» Acosta»; el ex capitán Alfredo Astiz y Adolfo Donda, a la vez que está previsto que declaren unos 900 testigos.
También integran la nómina de 68 acusados altos oficiales navales, de Prefectura y Gendarmería; de la Policía Federal, un oficial del Ejército y los pilotos y auxiliares navales que participaron de los llamados «vuelos de la muerte», ocurridos entre 1976 y las postrimerías de la dictadura, cuando los prisioneros eran arrojados vivos al mar.
Entre las víctimas se encuentran las primeras Madres de Plaza de Mayo y las dos monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon.
Durante este tercer tramo del proceso también se juzgará el asesinato de la adolescente sueca Dagmar Hagelin.
Entre los acusados con distintas responsabilidades por su participaciòn en esos vuelos se encuentran Miguel Angel García Velazco, Mario Daniel Arru, Julio Alberto Poch, Emir Susul Hesso y Ricardo Ormello, un mecánico aeronáutico sospechado de ser uno de los auxiliares que empujaban a las victimas al mar.
También se encuentra entre los acusados el ex secretario de Hacienda de la dictadura Juan Alemman, uno de los dos civiles sometidos a juicio, en este caso por su participación en la apropiación ilegal de valiosas tierras en Mendoza, que formaban parte de las «chacras de Coria».
En el recinto donde se desarrolla el juicio, en los tribunales federales de Retiro, los familiares de los acusados se ubicaron en la bandeja inferior, en tanto que los familiares de las víctimas y dirigentes de organismos de derechos humanos lo hicieron en la parte superior de la sala.
Familiares de los acusados colgaron carteles en las inmediaciones de tribunales para reclamar una «memoria completa» y cuestionar los juicios contra represores.
Aproximadamente a las 10,30 el presidente del TO5, Daniel Obligado, dio por iniciada la audiencia con la lectura de los nombres, los grados y los cargos que ocupaban al momento de los hechos y la posterior lectura de cada una de de las 789 violaciones por las cuales de los acusa, en su mayoría privaciones ilegales de la libertad, torturas y asesinato de las victimas, la mayoría de ellas sometidas a condiciones inhumanas de vida.
Cecilia Pando, dirigente de los familiares de los represores que comenzaron a ser juzgados desde esta mañana, provocó incidentes en la sala de audiencias cuando ingresaban los reporteros gráficos para registrar imágenes de los acusados.
Pando levantó su mano e hizo un gesto obsceno hacia ellos y le pidió a la Policía que retire a los fotógrafos que tenían en su indumentaria escudos que los identificaban como cercanos a los organismos de derechos humanos.
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