Para la Corte, el Estado no debe perseguir al que piensa distinto
Lo planteó su presidente, Lorenzetti. Y criticó que “los dirigentes se pelean” mientras “los problemas no se solucionan”. En un repaso de los principales temas judiciales para este año, pero con un claro mensaje político, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, planteó ayer que “no se puede perseguir desde el Estado al que piensa diferente”.
Delante de los restantes miembros del máximo tribunal, Lorenzetti defendió también el “equilibro de poderes” porque, dijo, “los jueces deben proteger a los individuos y se deben evitar los abusos de toda clase de poder”. Además, llamó a trabajar por un modelo que “evite que las tragedias ocurran” y aseguró que la Constitución “obliga a los prestadores de servicios a brindar un trato digno”, en un inequívoco mensaje por la tragedia de la estación Once.
En una sala de audiencias repleta, en el majestuoso edificio de los Tribunales, Lorenzetti destacó que “la concentración de decisiones no puede ser un modo de actuar en nuestras instituciones”, ya que “tenemos que escuchar a todos”. Y remató: “Es mejor la inteligencia colectiva que la individual”. El magistrado además señaló que el reparto de la publicidad oficial “también puede afectar la libertad de expresión”.
Lorenzetti cuestionó a los “dirigentes que se pelean públicamente” mientras que “los grandes problemas no se solucionan”. En ese sentido, el presidente de la Corte explicó que es necesaria una “maduración política”. “Hay una tendencia a que los problemas se trasladen. Tenemos que hablar de políticas de Estado que arreglen los conflictos que aquejan a la gente común, que todos los días va a trabajar. Debemos tener un diálogo institucional serio”, resaltó.
Del acto de apertura del año judicial participaron los demás jueces del Tribunal y magistrados de otras instancias judiciales. También estuvieron el presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza; el titular de la Auditoría General; Leandro Despouy; y los ministros de Justicia de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, Julio Alak y Guillermo Montenegro.
Otro de los ejes del discurso fue la igualdad de género y el trabajo que está realizando la Corte a través de la Oficina de la Mujer y de la labor de sus colegas Carmen Argibay y Elena Highton. “Muchas de las tensiones sociales tienen que ver con la exclusión social”, dijo.
En referencia a las audiencias por el tema de la vivienda y la contaminación del Riachuelo, sostuvo: “La mejor manera de resolver conflictos es escuchando distintas voces. Por eso los debates en las audiencias públicas de la Corte han sido tan importantes. Nuestra gente no pide grandes cosas además de que la justicia sea rápida, imparcial y que las sentencias sean en un tiempo razonable”, reflexionó.Lorenzetti también habló sobre el programa de Acceso a Justicia, la creación del programa Gobierno Abierto, de los fallos sobre delitos de lesa humanidad y sobre las medidas adoptadas para agilizar las causas.
“Necesitamos un modelo que juzgue a quien tiene enfrente con imparcialidad, cualquiera sea el poder que ostente. Hagamos este esfuerzo. Vale la pena”, concluyó.
Fuente: La Razón