En diálogo con Hoy, un exempleado de Aerolíneas Argentinas dio cuenta de los manejos oscuros que existen dentro de la empresa. Se agudiza la interna de la juventud K.
La renovación política implica no sólo un recambio generacional, sino una modificación en las prácticas. El clientelismo es una de las abominables herramientas que ha venido utilizando la clase dirigente argentina durante muchos años, y que en su desarrollo clásico genera un mecanismo de disciplinamiento de trabajadores a través de la extorsión, por el que se obliga a las personas con relación de dependencia a adoptar distintos tipos de decisiones a cambio de beneficios, como puede ser un puesto de trabajo.
El discurso oficial que intenta mostrar a La Cámpora como lo “nuevo” de la política se cae a pedazos por donde se lo mire. El conflicto de Aerolíneas Argentinas (AA) sacó a relucir el tinte reaccionario de los jóvenes K, quienes a partir de uno de sus referentes y gerente general de la empresa, Mariano Recalde (foto), cuestionaron el reclamo de los trabajadores que exigían las inversiones en
mantenimiento prometidas. Las protestas sacaron a la luz los manejos turbios que el Gobierno nacional, a través de su “juventud”, realiza en la aerolínea.
En diálogo con Hoy, Víctor Maiola, exempleado de AA, denunció haber sido despedido por negarse a transferir el 10% de su sueldo a la caja de la agrupación que comanda Máximo Kirchner. “Lo que denuncié fue que Hernán Pascua, referente de Diversia, es el que se encargaba de meter los currículum de Aerolíneas a cambio del 10% del sueldo”, señaló Maiola, quien, al negarse a realizar dicho aporte, fue despedido. “No hubo ninguna queja con respecto a mi conducta laboral”, agregó el damnificado, que durante la entrevista intentó remarcar responsabilidades individuales y excluir a sectores del Gobierno nacional de dicha operación.
¿Quién es Pascua?
Como asegura el denunciante, Pascua es el máximo referente de Diversia, que representa una de las tendencias dentro de La Cámpora y se encarga de motorizar los debates concernientes al género. En el último tiempo ha logrado importante relevancia, tras la aprobación del matrimonio igualitario y la media sanción del proyecto de ley sobre identidad de género. “Sé que la gente que está con Pascua y está trabajando en el área de La Cámpora, y a su vez está en Aerolíneas, aporta ese 10%”, agregó Maiola, quien dio cuenta de una práctica generalizada dentro de la empresa.
“Estoy haciendo esto para lograr mi reincorporación. Estoy defendiendo mi derecho, porque no me parece que sea justo que se le impida parte del sueldo a una persona, y menos que si esa persona se niega, la dejen sin trabajo. No lo avalo para nada, pero si me hubiesen dicho que había que poner una donación mensual, me parece perfecto”, concluyó el extrabajador.
La interna que vuelve a resurgir
La agrupación que genera tensiones dentro del justicialismo, ya sea con el sindicalismo o con los intendentes del Conurbano, está en un momento particular hacia el interior de su propio armado, donde las aguas empezaron a dividirse entre el fundador de la organización, Máximo Kirchner, y el diputado electo por la Ciudad de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque (foto). Según trascendidos, el despido de Maiola estaría atravesado por dicha interna, ya que el extrabajador era parte activa de La Cámpora y en definitiva el conflicto obedece a la dinámica propia de la agrupación ultrakirchnerista.
En una agrupación con cero trayectoria, pero con una gran caja estatal (ya sea en cargos como fondos), la división es inevitable. En La Plata se da un claro ejemplo de ello. El primer candidato a concejal que asumirá por la lista de Guido Carlotto es Martín Alaniz, dirigente de La Cámpora local, quien despojó al alakismo del primer lugar de la lista. Más allá de que la dirección de la organización en la ciudad esté hegemonizada por Larroque, Alaniz es del riñón de Máximo y habría sido éste quien a partir de su apellido habría terminado imponiendo las postulaciones, pese a estar en inferioridad de condiciones respecto de su contrincante interno.
Recalde y Schiavi pegaron el faltazo
Por segunda vez en apenas dos días, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, faltaron sin aviso a la comisión parlamentaria bicameral de Reforma del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones para exponer sobre la situación de la empresa estatal.
A raíz del faltazo de los funcionarios, el presidente de la comisión, el diputado radical Rubén Lanceta, y legisladores opositores que integran el cuerpo resolvieron enviar una carta a la presidenta Cristina Fernández para reclamar la presencia de los funcionarios en su calidad de jefa del Poder Ejecutivo.
Cabe señalar que el martes pasado, Lanceta, que termina su mandato al frente de la bicameral el próximo 10 de diciembre, había citado a Recalde y a Schiavi junto a los gremialistas del sector aeronáutico Ricardo Cirielli (técnicos) y Jorge Pérez Tamayo (pilotos), pero los funcionarios no concurrieron a la reunión.
Piden intervención de la AGN para conocer la situación
Los diputados Rubén Lanceta (UCR) y Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur) y el senador Eugenio Artaza (UCR), integrantes de la comisión bicameral de Seguimiento de Empresas Privatizadas, pidieron ayer la intervención de la Auditoría General de la Nación (AGN) para conocer el manejo de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas. “Pedimos que intervenga la auditoría para conocer el estado de la línea de bandera”, explicó Solanas, e indicó que “fue bien recibida la solicitud”. Fue durante un encuentro que los legisladores mantuvieron ayer con el titular de la AGN, Leandro Despouy, a quien le recordaron haber hecho en los últimos seis meses la comisión, que elevó más de veinte pedidos de informes tanto al presidente de la empresa, Mariano Recalde, como al secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, sobre distintos aspectos del funcionamiento de la aerolínea sin ningún éxito.
El reclamo se basa en el artículo 14 de la ley 23.696, que establece que la referida comisión debe ser informada de manera permanente sobre el estado de las empresas privatizadas.
Solanas explicó que se trata de una “acción conjunta” para que intervenga la AGN a través de una auditoría a Aerolíneas.
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