Aunque cueste creerlo, estamos hablando de un delito de AGIOTAJE (Art. 300, inciso 1 del Código Penal de la Nación) que fue cometido nada menos que por las autoridades de la Caja de Valores S.A., con la complicidad de todo el directorio del Mercado de Valores de Buenos Aires S.A.
La causa, en la cual soy querellante en representación de Norberto Gysin (Ex Agente de Bolsa y ex Presidente de ambas instituciones, del Merval en el año 1999 y de la Caja en los años 2003, 2005 y 2007), tramita por ante el Juzgado en lo Penal Económico Nro. 1 a cargo del Dr. Ezequiel Berón de Astrada, y se inició a raíz de mi denuncia formulada el 6 de noviembre de 2009, que ante la contundencia de las pruebas colectadas, motivó que fuera aceptado en el rol de querellante en marzo del corriente año, con el patrocinio letrado del Dr. Pablo Argibay Molina La causa tiene el Nro. 950/09.
El delito fue cometido entre los días 23 y 26 de diciembre de 2008, cuando la Caja de Valores S.A., hizo bajar artificialmente el precio de cotización de las acciones de Instituto Rosenbusch S.A. desde un precio de cierre anterior de $2,40 por acción al valor de $1,33 en tan sólo dos días de operaciones, ocasionando una baja del 44,58% en la especie mientras que cualquiera de los índices bursátiles habían subido entre 0,50% y 1,3% para las fechas mencionadas.
El motivo de dicha maniobra fue cobrar una caución no garantizada por el mercado, donde esa entidad era acreedora de una suma de $ 2.589.000 y que tenía como garantía la cantidad de 1.947.913 acciones de Instituto Rosenbusch S.A.
La caución de referencia se encontraba impaga y/o no renovada, por cuanto la firma Gysin y Cía. Soc. de Bolsa que hacía las veces de intermediaria en esa operación, se encontraba suspendida para operar en el mercado desde el 24 de noviembre de 2008, afectada por las bajas que se habían producido en todos los mercados del mundo a raíz de la crisis hipotecaria generada en EEUU.
Como se puede apreciar, la garantía estaba tomada a un valor promedio de $1,3294 por acción, y cuando fueron concertadas las operaciones a mediados de noviembre de 2008, el valor de la acción oscilaba entre $2,40 y $2,50.
Ante la imposibilidad de afrontar en forma directa el pago y/o renovación de la referida caución, y a efectos de salvaguardar el patrimonio propio y el de sus clientes, el Sr. Gysin se contactó con el Sr. Rodolfo Balestrini (Presidente de Instituto Rosenbusch S.A.), a fin de interesarlo en la compra de dicho paquete accionario.
El Sr. Balestrini se mostró interesado en comprar solamente 1.500.000 de acciones al precio de $2 por cada una, operación que alcanzaba y sobraba para cancelar el crédito a favor de la Caja, que como ya he manifestado anteriormente no superaba los $2.600.000.
Ante esa situación el Sr. Gysin lo puso en contacto con dos directores del Merval, que luego de atender a Balestrini y verificar su intención de compra, sorpresivamente cortaron todo diálogo y esperaron el momento en que el Presidente de la sociedad se ausentara del país, cosa de público conocimiento para los operadores bursátiles debido al deber de informar este tipo de situaciones que tienen todas las empresas cotizantes.
El Sr. Balestrini viajó a Egipto por razones de negocios en el período comprendido entre el 21 de diciembre de 2008 y el 7 de enero de 2009.
Todos estos datos referentes al ofrecimiento de compra y al viaje de negocios realizado, fueron confirmados en sede penal por el propio Balestrini, el día 11 de mayo de 2010, cuando fue citado a prestar declaración testimonial por el Juzgado interviniente.
Continuando con el relato de la maniobra, los imputados pergeñaron que si ellos se hacían de las acciones a un precio menor al ofertado por Balestrini, luego tendrían un comprador “declarado” a $2, por lo que durante la rueda del 23 de diciembre operando en combinación entre varios agentes de bolsa cuyos operadores y/o directivos integraban los directorios de las dos entidades mencionadas, lograron destruir el valor de cotización de $ 2,40 a $1,47, provocando una baja para ese día de operaciones de 38,75% en el valor de la especie ROSE.
Al día siguiente, y ya con el camino despejado para operar en forma directa al valor de $1,33, por implicar esta baja un porcentaje de 9,52% con respecto al cierre del día anterior y de esa forma eludir el llamado a plaza que requiere el mercado cuando una variación de precio supera el 10% (Ya sea al alza o a la baja), los imputados vendieron para la Caja de Valores S.A. la cantidad de 1.942.000 acciones de ROSE a $1,33 y compraron para el mismo comitente Caja de Valores S.A. la cantidad de 1.593.532 acciones, realizando de esa forma una operación ficticia ya que el comprador y el vendedor estaba constituido en forma simultánea por el mismo comitente.(CAJA DE VALORES S.A.)
El agente de bolsa que operó la venta de la totalidad de las acciones fue Claudio Porzio (Tesorero de la Caja de Valores S.A.) y por la compra actuó Jorge Collazo, a través de la intervención de la firma INTERVALORES de la cual es directivo. Cabe señalar que Jorge Collazo al momento de los hechos era Vicepresidente de la Caja y en la actualidad ejerce la Presidencia.
El AGIOTAJE propiamente dicho comenzó el 23 de diciembre de 2008, con la intervención concertada de varios agentes cuyos operadores integraban el directorio del Merval (Claudio Péres Moore, Héctor Bagnardi, Ernesto Allaria, entre otros) y terminó el día 5 de enero de 2009, ya que los imputados presionaron a la baja del papel durante las tres ruedas siguiente al 26 de diciembre (29 de diciembre, 2 y 5 de enero de 2009) para evitar el rebote en la cotización.
Esta maniobra es similar a la de un acreedor hipotecario que en lugar de subastar la propiedad que garantiza su crédito al valor de mercado que corresponda, para de esa forma percibir su dinero y permitir que el deudor obtenga la deferencia entre dicho valor de mercado y su deuda, arbitra los medios contratando a la famosa “LIGA”, para quedarse con la propiedad por el valor de su crédito, independientemente que su acreencia equivalga al 55% del inmueble que garantizaba la operación, porcentaje similar al del caso que nos ocupa.
La intención de los imputados, y a ello se debe que se vendieron y compraron a sí mismos la cantidad de 1.593.532 acciones, era venderle al Sr. Balestrini esas mismas acciones al valor de $2 cuando este regresara de su viaje a Egipto.
El interés del Merval y de la Bolsa de Comercio, asociación civil que también “hizo la vista gorda” ante esta maniobra, es que ambas entidades son propietarias de casi el 100% del paquete accionario de la Caja de Valores S.A. (Cada uno tiene el 49,98% del capital de la Caja), y la utilidad que significaría esa compraventa para su controlada les interesaba en demasía, ya que de esa forma hubieran podido contabilizar en sus balances las ganancias obtenidas por su controlada, que en este caso hubiera significado un monto de más de UN MILLÓN de pesos de haberse concretado su propósito.
Este negocio se vio frustrado, ya que a su regreso de Egipto, el Sr. Balestrini no se prestó a convalidar lo planeado por los imputados, ya que la baja irracional provocada en la cotización, motivó que numerosos accionistas formularan quejas ante el directorio de Rosenbusch con el agravante de que uno de ellos, la empresa BOMAC de Nueva Zelandia (Líder mundial en cuanto a la provisión de elementos para la sanidad animal) que había suscripto un 10% del capital de Rosenbusch a un valor de $3,10 tan sólo nueve meses antes de la maniobra denunciada, se negó a seguir realizando las nuevas inversiones que tenía planeadas en la empresa Rosenbusch en Argentina, hasta que se aclarara la situación que había provocado semejante baja en la cotización de la acción.
A raíz de esta situación, y ante el daño ya consumado, el Sr. Balestrini decidió no beneficiar a los autores de la maniobra, ya que en realidad la compra que él había ofrecido realizar durante el mes de diciembre, tenía como único fin darle una mano a Norberto Gysin para colaborar con la liquidación del referido paquete accionario, y no adquirir dicho paquete como una decisión estratégica. Debo señalar que el Sr. Balestrini es poseedor de casi el 60% del paquete accionario de ROSE, y las acciones involucradas representaban solo un 5% del capital de la sociedad.
Este accionar delictivo, también está siendo investigado por la Comisión Nacional de Valores, en el expediente que lleva el Nro. 1171/2010, que fuera iniciado en el mes de julio del corriente año a raíz de la denuncia que formulé también ante ese organismo.
El agravante de toda esta situación, es que los personajes involucrados en la maniobra integran el directorio de la sociedad depositaria de la mayoría de los títulos que operan en nuestro mercado (CAJA DE VALORES S.A.) y de la otra sociedad que debe velar por la transparencia y legalidad de las operaciones que se conciertan en el mercado accionario (MERCADO DE VALORES DE BUENOS AIRES S.A.).
En la actualidad, todos los imputados deberán ser llamados a prestar declaración indagatoria de acuerdo a los términos del Art. 294 del Código Penal de la Nación lo que implicaría que, de aplicarse el reglamento operativo vigente, deberían ser suspendidos en forma inmediata en todos sus cargos, ya sea como directivos de ambas sociedades y también en su actividad de agentes de bolsa.
Los defensores de los imputados, los Dres. Alberto Piotti y Jorge Sandro, están tratando por todos los medios de proponer al tribunal interviniente, la realización de diligencias que solo tienen como objetivo provocar dilaciones en la investigación de la causa, ya que la única forma de que sus defendidos no sufran una condena debido a la contundencia de las pruebas obrantes en la causa, es lograr la prescripción de la acción penal, que opera a los dos años de cometido el delito.
Por lo tanto, ante la proximidad del 26 de diciembre de 2010, o el 5 de enero de 2011 según considere el Tribunal como fecha de finalización de la maniobra, solicitan medidas de prueba innecesarias, instruyen a los testigos a fin de que dilaten su concurrencia a prestar declaración en el juzgado, piden puntos de pericia que nada tienen que ver con el delito, etc.
* Contador Público Nacional.
Fuente: Por Oscar Enrique Danza* para el Informador Público