El efectivo cotiza alto: más comercios cuelgan el cartel «no se aceptan tarjetas» por trabas en cadena de pagos
En un escenario de caída del consumo, incremento de costos y alta inflación, el dinero en mano vale oro. Empresarios y dueños de locales explican su situación y cuentan el «detrás de escena» de las famosas promociones al contado
En momentos en que los comercios están necesitados de liquidez, cada vez es más común ver promociones por pago en efectivo.
La tendencia de ofrecer algún descuento para quienes abonen con billetes contantes y sonantes arrancó con la indumentaria, rubro en el que el tarjeteo y las cuotas son habituales. Pero luego, se fue extendiendo a otros ámbitos.
Así las cosas, si pagan en efectivo, los consumidores hoy acceden a interesantes rebajas, ya sea en locales de ropa como en casas de decoración, mueblerías y hasta en restaurantes, por mencionar algunos ejemplos.
De esta manera, los clientes ya saben que si «sueltan» sus pesos en lugar de apelar a las tarjetas, pueden llegar a lograr un ahorro de entre un 10% y un 20% en determinados productos y servicios.
Estos beneficios responden a una clara razón: son consecuencia de una serie de complicaciones en el sector comercial, debido al contexto inflacionario y a las dificultades derivadas de la cadena de pagos.
«Las marcas tienen que salir a comprar materia prima o productos y, para hacerlo, precisan el dinero en mano», explica Fabián Castillo, presidente de la Cámara de Comercio del Calzado y Afines.
El problema es que estas dificultades por la falta de liquidez se dan en un contexto en el que el consumo está lejos de reaccionar. Y el escenario se agrava aun más en el caso de las marcas que comercializan artículos que no son de primera necesidad, ya que los argentinos tienden a postergar las compras de productos que no son imprescindibles.
«Lo que cae más fuertemente es la adquisición de todo aquello menos indispensable», destacan al respecto desde la firma Kantar Worldpanel.
En tanto, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) destacan que las ventas en comercios minoristas sufrieron una caída del 8,8% en junio, siendo éste el sexto mes en el que se registra una baja.
Y agregan, en la misma línea, que «no hubo ningún rubro minorista que haya escapado a la caída».
En busca de cash
Los clientes que ingresan a los comercios no son los únicos que reciben un «premio» por pagar con billetes en lugar de apelar a otras alternativas.
Los dueños de los locales son el primer eslabón de la cadena de descuentos en efectivo, ya que el uso de cheques para cancelar compromisos con proveedores tiene su «castigo».
Según cuenta a iProfesional un reconocido empresario del rubro del calzado, con varios locales en shoppings porteños, «si uno realiza las operaciones con fabricantes utilizando cheques a 45 o 90 días, hay que pagar un importe más elevado».
En cambio, quienes cancelan todo «cash» pueden recibir descuentos especiales, de entre un 10% y un 15%, una quita nada despreciable en momentos de baja rentabilidad y de caída de ventas en volúmenes.
Esta rebaja, a su vez, resulta clave, dado que es la que se traslada al precio al público y es la que permite a los empresarios ofrecer las famosas «promos cash» que los clientes ven en las vidrieras.
No obstante, debido a que en la Ciudad de Buenos Aires la Ley 3.504 prohíbe explícitamente que a un mismo artículo se le apliquen dos precios según sea el medio de pago, los comerciantes se mueven en una «delgada línea roja», dado que deben dejar en claro que se trata de una promoción específica para beneficiar al consumidor y no un «castigo» por pagar con tarjeta.
Los más chicos, complicados
La necesidad de tener dinero en mano se vuelve aun más marcada en el caso de los locales más chicos y con menos espaldas.
Según explicó el gerente de una cámara empresaria, que pidió off the record, «los propietarios de los comercios que trabajan con tarjetas reciben el dinero por la operación de venta recién a los 20 días de concretada. Y esto, lógicamente, les genera complicaciones en la cadena de pagos».
Al respecto, Castillo agrega que este delay también afecta al desempeño del negocio, dado que «no sólo ocasiona demoras para cancelar compromisos con los proveedores, sino que también puede producir retrasos en sueldos y alquileres».
Esto se convierte en un problema mayor si se tiene en cuenta que, en el caso del rubro indumentaria, al día de hoy, 7 de cada 10 operaciones se realizan con plásticos.
En la actualidad, los expertos ponen la lupa sobre dos cuestiones que hacen que el efectivo «cotice» aún más: por un lado, la inflación, que se prevé se mueva en torno al 35% para 2014, según el consenso de consultoras privadas. Por otro, la mencionada merma en el consumo, que acumula una baja de casi 7% en lo que va del año.
Por esta confluencia de factores, «el dinero en mano hoy vale mucho», afirma Castillo.
Para las marcas de indumentaria, el panorama se agrava aun más si se considera que deben comenzar con el «operativo liquidación» de las prendas correspondientes a la campaña otoño-invierno, antes del inicio de la próxima temporada.
«Las empresas ya están pensando en el verano, dado que les queda sólo un mes por delante de vidriera de invierno», cuenta Castillo.
«No se acepta tarjeta»
A las «promos cash» se suma el hecho de que, en los últimos meses, se fue haciendo más frecuente para los argentinos toparse con limitaciones a la hora de usar la tarjeta para pagar una comida en un restaurante.
Al igual que en el caso de la indumentaria, el rubro gastronómico es uno de los principales perjudicados por el uso de plásticos bancarios.
Es por eso que son varios los locales que optaron por no permitir abonar con tarjeta y colgaron el cartel de «sólo efectivo».
Además de las complicaciones para cumplir con la cadena de pagos, en el caso de los restaurantes se suma el hecho de que el esparcimiento es una de las categorías más afectadas por la baja del consumo.
Sucede que «hoy los argentinos salen menos a comer afuera, porque este es uno de los gastos que primero se corta en momentos de pérdida de poder adquisitivo», apunta Guillermo Barbero, ejecutivo a cargo del área Financiamiento al Consumo de la firma First First Corporate Finance Advisors.
El desafío de atrapar desde la vidriera
Más allá de la necesidad de hacerse de cash, hay otro motivo que impulsa a las empresas a promocionar a «viva voz» sus descuentos en efectivo.
Es que, principalmente en los casos de las marcas que no tienen alianzas con los bancos, las promos al contado funcionan como un fuerte imán para invitar a las personas a ingresar al local.
En momentos como este, «es vital captar al cliente y hay que seducirlo desde el precio de la mercadería», dice Castillo.
Por otra parte, además de las rebajas por abonar en efectivo, otra de las estrategias a las que las marcas echan mano es la de apelar a los «descuentazos» pero de corta vigencia.
En este punto, Amodei indica que «hoy es un momento en el cual están ganando protagonismo las acciones ‘one shot'».
Otra de las apuestas que se hacen en indumentaria para estimular las ventas y liquidar prendas de otoño-invieron son los «happy hours», en las que los shoppings ofrecen beneficios de hasta un 50%.
Por ejemplo, hace un par de sábados, los centros comerciales del grupo IRSA (Alto Palermo, Patio Bullrich, DOT Baires Shoppings, entre otros) entre las 18 y las 22 horas brindaban importantes rebajas a quienes se acerquen a comprar.
En la invitación a participar de la jornada de rebajas, se utilizó el término «Liquishopping».
Además, en cada centro comercial se efectuaron promociones puntuales.
Por otra parte, desde el sector supermercadista también admiten una preocupación por el escenario actual y señalan que están enfocados en «levantar el consumo» a través de acciones de marketing.
Según lo explica a iProfesional Fernando Aguirre desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), «el consumo hoy está muy quieto y todos los que pueden intentan subir la apuesta con los descuentos que otorgan».
Fuente: iProfesional