Gas: Luces de alertas sobre el suministro boliviano
Versiones circulantes en la prensa del vecino país aseguran que sus reservas se han reducido notablemente poniendo en riesgo los compromisos contraidos. Tales versiones indican que Bolivia se quedaría sin gas en 2020, 6 años antes de cumplir su contrato con la Argentina.
Sin dudas, cómo cubrir la creciente demanda de gas, industrial y domiciliario, es una de las mayores preocupaciones del Gobierno Nacional. La producción local del fluido sigue cuesta abajo y las principales alternativas se basan en la importación.
Desde hace varios años, una de esas alternativas es el gas de origen boliviano. Pero en las últimas semanas se han abierto una serie de interrogantes en torno a si en el corto plazo Bolivia podrá seguir siendo una alternativa fiable.
La 1ra de las luces rojas se prendió a finales de septiembre. El balance final sobre el suministro de ese mes cerró con un déficit del 200 mil m3 diarios respecto al mínimo establecido en el contrato renegociado este año. Desde el vecino país argumentaron que el poder calórico de su gas permite cumplir con lo pactado aún enviando menos volumen. De este lado de la frontera prefirieron no expresarse.
La 2da de las señales de alerta es una versión que circuló en los medios bolivianos: habría una notable disminución de las reservas gasíferas lo que pondría en riesgo los acuerdos contraídos por el gobierno de Evo Morales. Según publicó durante el fin de semana el diario Los Tiempos, el informe solicitado por el Ejecutivo boliviano a la consultora Ryder Scott Petroleum Consultants mostraría que las existencias gasífera en el vecino país cayeron 24,60 trillones de pies cúbicos (TCF) que había en 2004 a los actuales 8,35 TFC. Es decir, una retracción de 15,25 TCF en 6 años.
El gobierno boliviano señaló en las últimas horas que la información divulgada no es oficial y que Ryder Scott aún no ha entregado el documento sobre la certificación de las reservas. El diario Los Tiempos cita como fuente al analista Hugo Granados «que tuvo acceso al documento». Según el diario, el experto calculó que a este paso las reservas se reducirían a 0 en 2020, «un año después de concluido el contrato de exportación a Brasil».
Y aunque Brasil puede que no sufra las consecuencias de esta reducción, es muy distinto el caso de la Argentina. La renegociación del contrato para la compra de gas establece que 2020 será apenas un poco más de la mitad del acuerdo que entró en vigencia en mayo último.
Durante ese año, en el que Bolivia se quedaría sin gas, según las especulaciones, la Argentina debería recibir un máximo de 25,7 millones de m3 diarios del fluido y un mínimo de 18 millones.
Hay que tener en cuenta, además, que el suministro boliviano será de suma importancia para abastecer a las provincia del norte argentino a través del Gasoducto del Nordeste (GNEA) cuyo 1er paso, el Gasoducto Juana Azurduy ya comenzó su construcción en ambos países.
En el gobierno argentino no apostarían a un escenario extremo. Hay promesas de millonarias inversiones en exploración el vecino país. Aunque teniendo en cuenta los antecedentes con Bolivia, se toman recaudos. La importación de GNL a través de buques se ha vuelto un actor central de la estrategia energética nacional. A la embarcación que opera desde hace 2 años en Bahía Blanca se sumará una terminal en Escobar y el gas regasificado que aportará la planta binacional que se proyecta en conjunto con Uruguay.
Durante septiembre, según datos oficiales, la demanda argentina de gas se cubrió con mayores aportes de GNL en comparación con las importaciones desde Bolivia. En el mediano plazo, y teniendo en cuenta las alertas que se reciben desde el vecino país, ¿terminarán las importaciones de GNL suplantando totalmente al gas natural boliviano?
Biodiesel
Hay otra estrategia para reducir la dependencia del gas. Según publica la web 26Noticias.com.ar, el Gobierno está tentando a las generadoras de electricidad con mejores precios para su producción si éstas utilizan biodiesel en lugar del escaso fluido. El sitio de noticias cita una nota de la Secretaría de Energía (la nº 6018) que señala que por cada megawatt (Mw) generado a partir del biocombustible se pagaría unos US$30 más de lo que se paga actualmente con la producción convencional (alrededor de US$120 por Mw).
El plan bien podría llamarse ‘Electricidad Plus’, por su parentesco con los programas oficiales ‘Gas Plus’ y ‘Petróleo Plus’, que pagan mejores precios a la producción de los nuevos yacimientos de esos hidrocarburos.
El biodiesel no sólo cubriría el faltante de gas sino también ayudaría a reducir las importaciones de fuel oil y gasoil subsidiadas destinadas a abastecer a las usinas cuando el aumento de la demanda hace imposible alimentarlas con gas.
Mal humor y año electoral
Para el gobierno es muy importante en el año electoral no generar malhumor con la escasez de gas. Las más afectadas, como se vio en el último invierno son las industrias. Debido a las restricciones, la performance fabril se vio negativamente afectada durante los meses más fríos del año.
Las quejas del sector no quedan al margen. «De tener asegurada la materia prima (el gas) no dudaríamos en invertir para expandir la capacidad de producción de nuestro complejo de Bahía Blanca hasta el millón de toneladas de polietileno por año, pero lamentablemente el gobierno se muestra fuertemente decidido a priorizar el consumo residencial, lo que nos paraliza», admitió en declaraciones al diario bahiense La Nueva Provincia el presidente de la empresa química Dow Argentina, Rolando Meninato.
Para que las industrias no se «paralicen» o por lo menos eviten daños en sus instalaciones por la falta de gas, el Gobierno las obligará a abonar un contrato regido por el mencionado programa ‘Gas Plus’, o sea a un precio mayor. Según informa el sitio La Política On Line, una resolución de la Secretaría de Energía dictamina que a partir de este mes las industrias deberán pagar US$6 por millón de BTU de gas para garantizarse el «mínimo técnico» que requieren las fábricas.
Fuente: Urgente24