Matteo Renzi convence desde el Senado y encara la Cámara de los Diputados
Las encuestas señalan que convenció a la gente, mientras que fue acogida con frialdad por los senadores, defraudados porque actuó como si estuviera en un programa de televisión.
El nuevo primer ministro Matteo Renzi no deja de sorprender. Después de haber obtenido la confianza del senado a la una de la madrugada, con 169 votos a favor, y 139 en contra, esta mañana a las 7 lanza su primer tweett: “Ok el Senado, ahora la Cámara. Después se inicia a trabajar en serio. Mañana escuelas, trabajadores, empresarios y alcaldes en Treviso”. Luego Matteo Renzi se ha presentado en la Cámara de Diputados donde no tendrá ningún problema en obtener también la confianza, porque su Partido Democrático tiene una amplia mayoría. Renzi se ha presentado en la tribuna del gobierno llevando un ordenador. Era la primera vez que lo hacía un jefe de gobierno. Su puesto esta extra colmado: se mezclan papeles con el portátil, teléfono y tablet.
Programa de gobierno y mitin
Los medios destacan hoy el flojo discurso del primer ministro en el Senado, una mezcla entre mitin electoral y presentación de programa de gobierno, una intervención improvisada, con solo cuatro apuntes, como nunca se había visto en la cámara. Los senadores lo acogieron con frialdad, y muchísimas críticas a su discurso. Se comprende que fuera así, porque les anunció que están llamados a desaparecer porque el Senado se transformará en cámara de las autonomías, con los escaños ocupados por presidentes de las regiones y alcaldes que no cobrarán ningún sobresueldo, porque solo percibirán el salario de presidente regional o alcalde.
En contraste con la frialdad y duras críticas en el Senado, las encuestas señalan hoy que Matteo Renzi sí convenció a la gente. En efecto, el primer ministro se dirigió a la gente que lo seguía en televisión, sin preocuparle los senadores, a los que en cierta forma maltrató y humilló, porque el sentido de su discurso fue éste: «vosotros no entendéis lo que digo, porque sois el pasado, mientras yo represento a los italianos con propuestas novedosas y de cambio».
Coste astronómico para las reformas
La crítica fundamental que se hace a Renzi es que su discurso ha sido demasiado general, lleno de promesas de cambio, pero sin concretar cómo afrontará el coste de su programa. Hubo bellas palabras, muy repetidas, como «coraje», «sueño», «visión», «audacia», «velocidad», «innovación», pero se quedaron vacías de contenidos. No hubo novedad en la relación de sus reformas: la constitucional, la del trabajo, la reforma de la administración pública, la fiscal y la justicia. Renzi anunció tres compromisos inmediatos: el desbloqueo total de las deudas de la administración pública con las empresas, a las que debe al menos 70.000 millones de euros; se constituirá un fondo para las pequeñas y medianas empresas que no logran acceder al crédito; y finalmente la reducción del 10 % del coste del trabajo para las empresas.
Hoy se hacen cálculos de que sus reformas y promesas costarían unos 100.000 millones de euros, una cifra astronómica, incompatible con un país con una deuda de 2,1 billones de euros (el 133 % del PIB), y que este año debe acudir a subastas de deuda pública para financiarse por una cantidad también estratosférica: 400.000 millones de euros. Además de ser un discurso vacío de datos, tuvo también muchas lagunas, en especial la referida a política exterior, completamente ausente en su intervención.
Actuó como si estuviera en televisión
Está por ver si en su discurso de hoy en la Cámara, en réplica a los diputados que están participando en el debate, se muestra más concreto. Ayer se esperaba que el joven primer ministro aprovechara la ocasión para pronunciar un discurso histórico, que lo hubiera consagrado como gran líder del partido Democrático y hombre de las instituciones, después de la conspiración de palacio que montó para echar con una «puñalada» política a su antecesor Enrico Letta. Pero Matteo Renzi defraudó a muchos porque actuó como si estuviera en un programa o debate de televisión, donde siempre es un maestro. Hoy se le presenta una nueva oportunidad.
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