
El fiscal secuestró psicofármacos y jeringas en el departamento de “El Conde”. Su exnovia sufrió una crisis de nervios y llantos. Hoy indagan otra vez al acusado
Con sus manos aferradas a los dos rosarios que le pendían del cuello, Vanessa Rial volvió al escenario del horror. La acompañó su padre. Se llevó su ropa. En un momento, no pudo más y se quebró. El fiscal allanó durante siete horas el departamento del ingeniero en sistemas Jorge Cristian Martínez Poch de calles 23, 58 y 59. Secuestró medicamentos psicotrópicos y analgésicos, jeringas y agujas hipodérmicas.
Con estas evidencias queda acredita la última calificación legal incorporada a la causa: la de abusos sexuales calificados en perjuicio de la abogada Rial.
Por ese cargo, el fiscal Marcelo Romero indagará hoy a las 8 al detenido. Luego, sumará esas probanzas al pedido de prisión preventiva, en el que se acusó al “Conde” de haber mantenido cautiva a su pareja y haber abusado sexualmente de ella y de dos de sus hijas cuando eran niñas.
Los medicamentos fueron encontrados durante el allanamiento realizado ayer en el departamento del imputado donde vivía Martínez Poch (49) y Vanessa (38).
En el operativo, del que participaron efectivos de la DDI y la Policía Científica, se secuestraron esos psicofármacos y jeringas lo que en principio corrobora los dichos de la víctima en torno a que el imputado la drogaba para luego abusar sexualmente de la mujer.
Esos elementos secuestrados junto a dos computadoras (una del imputado y otra de la víctima) y numerosos CD, DVD y pendrives, que serán analizados por la Justicia, complican aún más la situación procesal del DJ, luego de que el fiscal amplió la imputación a “abuso calificado”.
Martínez Poch había sido detenido por «privación ilegal de la libertad doblemente agravado por violencia y amenazas en perjuicio de su pareja» y por «corrupción de menores agravada por violencia, amenazas, intimidación y coerción y abuso sexualmente ultrajante para las víctimas” del que habrían resultado víctimas dos de sus hijas cuando eran menores, según declararon ellas ante el fiscal.
Sin embargo, cuando la pareja del imputado amplió la declaración relató que le suministraba psicofármacos para concretar los abusos sexuales, por lo que el fiscal pidió la ampliación de la imputación al juez de garantías Jorge Moya Panisello.
El magistrado hizo lugar a ese pedido, por lo que hoy a las 8 Martínez Poch será indagado por el delito de “abuso calificado” y luego el juez de garantías deberá resolver si le dicta la prisión preventiva.
Una testigo clave
Patricia, una vecina que vive en el edificio del acusado, contó que “escuchaba continuamente golpizas e insultos” y que en reiteradas oportunidades Martínez Poch la amenazó diciéndole que la iba a matar.
“Creo que si sale va a hacer una masacre, va a matar a otras personas. Este tipo es un psicópata”, manifestó la mujer, quien además aseveró que declaró todo ello en sede judicial, en el marco de la causa. Además, la mujer hizo una duras acusaciones contra algunos supuestos vecinos que «serían cómplices” del acusado. “No sólo el tipo la emborrachaba y la drogaba (a la víctima), también algunos vecinos, a quienes ya he denunciado”.
La vecina detalló algunos maltratos a los que Vanessa era sometida y sostuvo que más de una vez subió hasta el segundo piso para intentar parar la extrema violencia que ejercía Martínez Poch sobre la víctima.
Incluso, “El Conde”, como era conocido en el ambiente de la noche, le escribió en la puerta de su departamento “No More”, en una clara amenaza para que dejase de entrometerse en lo que el presunto psicópata llamaba al vínculo “una relación hermosa y caótica”.
“Será difícil superar este infierno”
Eduardo, papá de Vanessa no dudó en calificar la casa de Martínez Poch como «casa maldita» y admitió que la propia víctima, presente en el allanamiento, se encuentra «muy mal psicológicamente». «Va a ser muy difícil de superar todo este infierno, pero había que sacar a la luz toda esta podredumbre en la que me hija estaba metida», aseveró.
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