En Cuba las investigaciones más recientes realizadas sobre la prevalencia del Alzheimer estiman que existen alrededor de 150 000 personas con enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, cifra que se elevará a 273 000 personas en el año 2030
“Un nuevo medicamento chino para el Alzheimer ha pasado a pruebas clínicas, después que los estudios en animales resultaran positivos, mejorando la memoria, las habilidades cognitivas y desacelerando el progreso de la enfermedad”, anunciaban las noticias en días recientes.
Si bien son alentadoras, la realidad es que aún no existe una cura definitiva para los síntomas del padecimiento que en 1906 describiría el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer, y llevaría su nombre. Más de un siglo después, las demencias y en particular el Alzheimer siguen siendo un desafío para los sistemas de salud, social y económicos del mundo.
Sobre este trastorno progresivo y degenerativo del cerebro —que se desarrolla en un periodo de años, y provoca un deterioro de la memoria, el pensamiento y la conducta de la persona, al tiempo que produce una disminución de las funciones intelectuales lo suficientemente grave como para interferir con la capacidad del individuo para realizar actividades de la vida cotidiana— Granma conversó con el doctor Rodolfo Bosch Bayard, Especialista de I y II grado en Medicina Interna y Máster en salud pública y envejecimiento, del Departamento de estudios de Alzheimer, de la Facultad Finlay Albarrán, Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
Las causas conocidas de demencias superan las 60, y la más común de todas es el Alzheimer, seguida por las demencias vasculares. “Es justamente la demencia la primera causa de discapacidad en adultos mayores (11, 2 %), en una proporción mayor que la enfermedad cerebro vascular (9.5 %), las enfermedades músculo esqueléticas (8.9 %), la enfermedad cardiovascular (5.0 %) y el cáncer (2.4 %); y es la mayor contribuyente de dependencia, necesidades de cuidado, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador. La prevalencia de síndrome demencial oscila entre 6.4 y 10.2 % en la población de 65 años y más, con un predominio en el sexo femenino”, señaló el profesor Bosch.
De acuerdo con el especialista, en Cuba las investigaciones más recientes realizadas sobre la prevalencia del Alzheimer estiman que existen alrededor de 150 000 personas con enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, cifra que se elevará a 273 000 personas en el año 2030. Anualmente se añaden 28 570 casos nuevos como promedio.
Explicó el entrevistado que la demencia —que constituye la séptima causa de muerte en Cuba—, está asociada a diversos factores de riesgo, en particular la edad avanzada, los ictus, ser portador de uno o dos alelos de la apolipoproteína E4, un marcador de susceptibilidad, signos de Parkinsonismo, menor nivel educacional y Deterioro Cognitivo Leve. ¿Puede prevenirse?, preguntamos.
“La prevención de la demencia comienza desde la concepción, evitando el bajo peso al nacer, y después durante toda la vida, con una alimentación y estilos de vida saludables, incluyendo la práctica de ejercicio físico. Si se lograra controlar la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la obesidad en la edad media de la persona, el tabaquismo, la depresión y el deterioro cognitivo en un 10 al 25 % en la edad media de la vida, podría prevenirse potencialmente la prevalencia de enfermedad de Alzheimer”, sostuvo el doctor Bosch.
Tener un alto nivel de escolaridad y mantenerse activo mentalmente es un factor protector que retarda la aparición de la enfermedad de Alzheimer, por ello es muy importante participar el trabajo de las Universidades y las Cátedras del Adulto Mayor, añadió.
Entre los síntomas y señales de alarma que pueden indicarnos estar en presencia de una demencia o del Alzheimer están la pérdida gradual de la memoria, afectación de la capacidad para ejecutar tareas cotidianas, desorientación y empobrecimiento del lenguaje, manifestaciones del comportamiento como agresividad física y verbal, alucinaciones e ideas de daño, y la pérdida de iniciativa. Los expertos advierten sobre la necesidad de que estos no pasen inadvertidos y considerados erróneamente como parte “normal” del envejecimiento, para garantizar diagnósticos a tiempo y una mejor utilización de recursos terapéuticos.
Si existe un padecimiento que pone a prueba la paciencia, dignidad y afecto de la familia y los cuidadores, ese es el Alzheimer, en tanto estos serán testigos de la pérdida de las capacidades intelectuales de su ser querido, y dedicará muchas veces parte de su vida a brindar afecto y cuidados a esa persona, que con el progreso de la enfermedad puede que llegue a no reconocerlo.
En nuestro país, cerca del 90 % de las personas con demencias son atendidos en las casas, razón por la cuál es tan importante la labor del cuidador, enfatizó el doctor Rodolfo Bosch Bayard. “Los estudios realizados en la población cubana, muestran que por cada paciente hay dos familiares afectados por el cuidado, el 40 % tienen que abandonar total o parcialmente su trabajo para cuidar al enfermo y el 50 % de estos cuidadores presenta alguna afectación psicológica”, dijo.
Entre los principales problemas que manifiestan los cuidadores, el especialista mencionó los padecimientos de salud, la disminución de sus horas de sueño, reducción de su tiempo libre, imposibilidad para salir de vacaciones y no tener tiempo para visitar amistades.
Al respecto, puntualizó algunos consejos dirigidos a los cuidadores para la atención al paciente con demencia, como son tratar de conservar la independencia del paciente permitiéndole realizar sus actividades de la vida diaria la mayor parte del tiempo. “Algunas actividades planeadas pueden elevar el sentido de la dignidad y el autoestima de Ia persona, dándole un propósito y un significado a la vida”.
Evitar comentarios de su situación delante de otras personas y discusiones en la familia o con el enfermo; mantenerse activo física y mentalmente, teniendo en cuenta que el ejercicio apropiado dependerá de las condiciones de la persona, paro lo cual puede consultar al médico de familia; y utilizar métodos auxiliares de memoria como calendarios, relojes grandes para que el enfermo tenga noción del tiempo, son otras recomendaciones.
Asimismo, el especialista destacó la utilidad de la integración de los pacientes a los círculos de abuelos en los primeros estadios de la enfermedad, y la necesidad de prevenir los accidentes en el hogar. “Debe protegerse el paso por lugares peligrosos, mantener una buena iluminación del hogar de día y de noche, evitar la deambulación nocturna y colocar pasamanos para que el paciente pueda sostenerse. Si el paciente tiene cierto grado de limitación física debe bañarse sentado y es recomendable elevar 10 cm la taza del inodoro”, explicó el entrevistado, quién subrayó además que no se recomienda hacer cambios grandes en el domicilio ni que el anciano tenga que estarse mudando constantemente, pues eso contribuye a que se desoriente.
“La persona que cuida un paciente con demencia debe conocer la enfermedad, sus etapas, para estar preparadas en los cuidados que se deben brindar, y por otra parte contar con las herramientas para ocuparse de su auto cuidado”, llamó la atención el experto.
Al respecto refirió que en la primera etapa de la enfermedad las principales manifestaciones son la pérdida de la memoria, dificultades con el lenguaje, la desorientación, pues incluso pueden perderse en lugares conocidos, la dificultad en tomar decisiones, y el manejo de las finanzas.
En la etapa intermedia hay mayor dificultad para que la persona viva sola, sea más dependiente para sus actividades de la vida diaria como cocinar, vestirse, comer; ya no debe salir sola de la casa porque se pierde. Ya en la etapa tardía tiene dificultades al comer, no reconoce a familiares, amigos, se pierde dentro de la casa, presenta incontinencia urinaria y fecal y dificultad para caminar que puede llegar a confinar al paciente a la cama.
Para el doctor Bosch Bayard, es importante lo que podemos hacer desde el hogar, por ejemplo en cuanto a la estimulación cognitiva, “una alternativa de tratamiento que ha tenido resultados comparables con los fármacos específicos para la demencia. Existen programas de estimulación cognitiva, pero también se recomiendan una serie de tareas que pueden realizarse en las propias casas, en dependencia del grado de deterioro cognitivo”.
En ese sentido ejemplificó la pertinencia de reforzar diariamente qué día es, mes año, en qué lugar se encuentra, cómo se llaman los familiares en caso de que lo haya olvidado, hacer historias de la vida; a partir de fotos antiguas de la familia tratar de recordar todo lo que pasó ese día, comparar animales, frutas; asociaciones de letras, hacer cálculos sencillos, dibujar, colorear láminas, entre otros.
Asimismo mencionó la musicoterapia; ya que la música estimula zonas del cerebro relacionadas con las sensaciones, los movimientos, la memoria, las emociones y la conducta, por lo que en los pacientes con deterioro cognitivo se recomienda que escuchen la música de su época que les agrade, o música instrumental a un volumen adecuado. “Esto puede realizarse al menos una hora diariamente y puede acompañarse de canto y el baile”, dijo.
También es aconsejable que la persona con deterioro cognitivo disfrute de juegos como dominó, ajedrez, scrable, juegos didácticos u otros de preferencia del paciente.
Pero si bien es importante saber cuidar a la persona que padece la demencia, igual de necesario es que el cuidador “se cuide”, para no perjudicar su salud y tener la mejor calidad de vida posible; todo ello beneficiará al adulto mayor cuidado. “La dedicación de muchos cuidadores a la atención de la persona mayor dependiente los lleva en ocasiones a asumir situaciones y riesgos excesivos. El cuidador debe preocuparse por su salud, su alimentación, hacer ejercicios físicos (muchas veces resulta difícil sacar el tiempo para ello), salir de la casa, visitar amistades, dormir lo suficiente”, reflexionó el especialista.
“La persona que cuida debe saber pedir ayuda y saber aceptarla, pues generalmente piensa que es el único o el más capacitado para atender a su familiar y no permite que otro asuma esta función; debe aprender a planificar su tiempo adaptándolo a las demandas de la persona que cuida. Es muy importante que el cuidador aprenda a controlar el enfado, la tristeza, la depresión y alejar los sentimientos de culpa por querer hacer las cosas de una mejor manera; para lo cual es muy recomendable la práctica de ejercicios, escuchar música, bailar, asistir a los grupos de ayuda, hacer ejercicios de relajación…”.
“La familia debe cooperar para que no se recargue todo el trabajo del cuidado en una sola persona; y evitar que este se sobrecargue, facilitándole horas de descanso para que el mismo pueda salir de paseo e incluso tener sus vacaciones”, concluyó.
Se trata de cuidar, sin abandonar nuestro propio cuidado.
Fuente: http://www.granma.cu/todo-salud/2015-05-31/los-cuidados-del-alzheimer