Entre el Sarmiento y el Mitre se pasó de 140 millones en 2011 a 25,5 millones en 2013; ponen molinetes
La venta de pasajes en los trenes metropolitanos controlados por el Estado cayó drásticamente a partir de 2011. Desde la tragedia de Once, los molinetes del Sarmiento y el Mitre giraron en falso, sin correlato en la recaudación. En esas líneas, la cantidad de boletos vendidos pasó de un total de 140 millones en 2011 a 25,5 millones en 2013, según datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) hasta noviembre pasado. Es decir, un 81,7% menos de usuarios pagó su viaje.
El año en que la formación del Sarmiento embistió el andén de la estación cabecera fue un punto de inflexión en esa línea: pasó de 88,6 millones de boletos vendidos a 39 millones en 2012 y a 10,5 millones en 2013.
El derrumbe no se explica por la deserción del pasaje en un transporte que sumó 55 muertes en apenas 16 meses. Fue el Estado el que consintió que el Sarmiento se convirtiera, de hecho, en un servicio prácticamente gratuito. Algo similar ocurrió en el Mitre, que en dos años redujo sus ventas de 51,4 millones de boletos a casi 15 millones.
Ahora, el Ministerio del Interior y Transporte quiere cambiar esa realidad, común a otras líneas, e instaló nuevos molinetes en las líneas Sarmiento y Mitre para desterrar el hábito progresivamente y extender el demorado sistema SUBE.
En la Argentina, los trenes dependen de los subsidios millonarios del Estado y no del pago de los usuarios. En conjunto, el Sarmiento y el Mitre, estatizados en septiembre, recibieron $ 1292 millones entre enero y octubre de 2013, contra los $ 1129 millones que les transfirió el Estado en todo 2012.
En el detalle de las transferencias al sistema ferroviario, sólo la línea Roca supera el caudal de fondos de las líneas Sarmiento y Mitre, con $ 1334 millones en los primeros diez meses de 2013.
La escasa actividad en las boleterías no se refleja en una disminución real de los pasajeros transportados. Desnuda, por el contrario, la inexistencia de una cifra fehaciente de la cantidad de personas que aborda las formaciones a diario.
El escaso porcentaje que decide pagar por un servicio deficiente recibe un premio -también basado en los subsidios- a su voluntad: la tarifa mínima de $ 1,10 se mantiene desde fines de 2012 para los usuarios que utilizan la SUBE. Lo que contrasta con la actualización, por caso, del cuadro tarifario de los colectivos urbanos, donde la tarifa más baja alcanzó los $ 2,50 en la Capital, pese a que también siguen recibiendo subsidios.
A diferencia de los colectivos, la instalación de las lectoras de SUBE tardó en implementarse en las estaciones de tren, y el cobro quedó relegado hasta hace poco tiempo.
En el Sarmiento, las máquinas llegaron hace un par de meses. En el Mitre, comenzaron a funcionar ayer, en las cabeceras de Retiro y Tigre. Hasta marzo próximo, cuando se estima completar la instalación de 200 máquinas en las estaciones, se cobrará la tarifa mínima.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, emitió recientemente un comunicado basado en un curioso recorte estadístico: anunció un incremento de 23,3% interanual en la venta de boletos durante la primera semana de enero. «Es importante ir recuperando la cultura de pagar el boleto en el tren, porque el mismo empezará a volver muy pronto a los pasajeros con la llegada de ferrocarriles 0 km que duplicarán la frecuencia y en la remodelación de las estaciones que mejorarán definitivamente la calidad del servicio», dijo.
PROMESAS OFICIALES
El funcionario tiene por objetivo multiplicar la capacidad de transporte en el Sarmiento y en el Mitre.
Para el primero, llegarían 25 formaciones nuevas desde China. La primera, anunció el propio Randazzo, ya se encuentra embarcada y arribaría al país a mediados de febrero. Mientras tanto, siguen funcionando en paralelo los colectivos que complementan el servicio desde el accidente que dejó 52 muertos en Once, en febrero de 2012.
En cuanto al Mitre, el compromiso consiste en triplicar su capacidad a partir de la compra de 30 nuevas formaciones que, según la estimación oficial, llegarían al país este primer semestre para solucionar los problemas de antigüedad y número. El plan incluye, además de obras de infraestructura, completar la compra de coches y locomotoras para la línea San Martín. Las inversiones, dicen cerca de Randazzo, ayudarán a recomponer la recaudación, diezmada en las boleterías.
Otro indicador de la caída en las boleterías surge del relevamiento de servicios públicos del Indec. En el último informe disponible, con datos hasta noviembre, el transporte de pasajeros en trenes urbanos está entre las principales bajas de 2013. «El total de pasajeros en el servicio urbano bajó 17,2%. La mayor suba se dio en el tren Belgrano Norte, con el 9,4%, mientras que la mayor baja se dio en el Sarmiento, con el 71,9%», precisa el organismo oficial. Al analizar la evolución mensual, «la mayor suba se registró en el tren Belgrano Norte, con el 13,8%, mientras que la mayor baja se dio en el tren Mitre con el 58%», detalla el Indec.
En el informe, el Belgrano Norte, operado por Ferrovías, parece una excepción en un sistema de escasos controles. Con un total de 30.722.364 pasajeros hasta noviembre pasado, superó la marca de pasajes vendidos en todo 2012.
Además de la falta de control en los molinetes, otro condicionante fue la reducción de las frecuencias, tanto en el Sarmiento como en el Mitre, por tareas de mantenimiento en vías y formaciones. En la línea cuyo principal ramal une Once con Moreno, «los trenes se redujeron de 25 a 12, y la frecuencia se extendió hasta los 20 minutos», detalló el jefe gremial de la línea Sarmiento, Rubén «Pollo» Sobrero.
Tras el estrepitoso fracaso del sistema de transporte bajo la órbita del ministro de Planificación, Julio De Vido, el desafío quedó en manos de Randazzo, meses después de la tragedia de Once. En septiembre pasado, el funcionario firmó el traspaso de los ferrocarriles Sarmiento y Mitre al Estado. El Sarmiento había sumado otra tragedia: dos trenes chocaron en Castelar, con el saldo de tres muertos y cientos de heridos.
La operación fue asignada a la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento SA (Ugoms), y la administración de las obras de recuperación y mantenimiento, a la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado y a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado.
Antes, se habían estatizado los ramales San Martín, Belgrano Sur y Roca. En todos, los registros de pasajeros muestran bajas, aunque las más fuertes entre 2012 y 2013 se dieron en los más recientemente estatizados, cuya gratuidad contaba con el aval oficial..
Fuente: La Nación