Trituradora y sentido comúnValladares no quiere hablar, pero hablan los documentos. Hasta los más inocentes revelan cómo era el laberinto represivo que él conducía. En «Detalle de las necesidades de carácter inmediato formuladas al señor SIDE el 031630 MAR 77 (�el 3 de marzo del 77 a las 16.30?) el coronel menciona el Operativo Enseñanza, nombre original y no menos irónico del Operativo Claridad. Valladares firma un pedido a la SIDE. Allí solicita una motorola «para el enlace vehicular con esta Central», «una línea teletipográfica (con máquina y operador) y luego aparece una lista muy precisa: «Sistema de intercomunicación para 5 corresponsales. «Sistema encubierto de grabación para interior. «Máquina fotográfica Minox. «Trituradora de papeles. «Máquina de fotos tipo Reflex 35 mm con flash, o similar «Grabador con chupete para teléfono. Aparece además una nómina de once auxiliares de inteligencia. La Asesoría de Comunicación que encabezaba Valladares estaba dividida en cuatro departamentos. El encargado del departamento «B», Jorge Horacio Romero envió un memorándum a Valladares para anunciarle las normas impuestas en su área «teniendo en cuenta la importancia que tiene una excelente conducta por parte del personal de este tipo de Organismos». �Qué se esperaba del personal de inteligencia? El punto F dice: ·»Deberá ponerse especial cuidado en callar expresiones como «SIDE», «INTELIGENCIA», «SECRETO», «CONFIDENCIAL», «SERVICIOS DE INTELIGENCIA», «COMUNIDAD INFORMATIVA», «SERVICIOS», «FICHADO», no siendo esta enumeración taxativa y pudiéndose agregar a esta nómina, otras que el sentido común de cada uno aporte para el mejor cumplimiento de esta orden». Sin embargo, la propia orden refleja una densa desconfianza sobre el sentido común de los agentes secretos. Además, allí se menciona la carpeta con «material para TRITURAR»: ·»Esta carpeta deberá ser guardada bajo llave, y vaciada por lo menos dos veces a la semana en la máquina trituradora». La orden incluye hasta los papeles carbónicos: «serán TRITURADOS, nunca tirados en el cesto papelero». Pese a todo, el coronel Valladares asegura que no hay nada que ocultar. Orden de infiltrarEl general Albano Harguindeguy era ministro del Interior pero asumió interinamente Cultura y Educación. En noviembre de 1978 emitió la resolución 1650 en la que ordena que el organismo encabezado por Valladares centralice toda la información sobre «la detección» de «agentes propiciantes de la subversión y/o el terrorismo». �Qué hacer una vez que se detectaba a alguien a quien se creía peligroso? El punto 4.1.1. de la resolución de Harguindeguy dice: ·»Las autoridades educativas, culturales y de ciencia y tecnología deberán informar las novedades sobre la detcción de agentes o presuntas actividades subversivas a que diere origen el personal a sus órdenes, a las autoridades militares de su jurisdicción». La forma de detectar enemigos ya había sido detallada por Valladares en uno de sus informes de mayo de 1977 donde, al hablar de la estrategia antisubversiva, propone: ·»Volcar el centro de gravedad específico, sobre los ciclos primario y secundario. En el primero, operar preferentemente a través de los cuadros de preceptores a seleccionar». Con respecto a la Universidad, planea crear «una red confidencial de reunión de información». Además ordena: ·»Infiltrar y penetrar las organizaciones CTERA, FAUDI, FRANJA MORADA Y MOR, especialmente». El primero es el gremio docente, y las otras son agrupaciones estudiantiles. El punto g) del trabajo dice que hay que «prever la dopción de un esquema de búsqueda dentro de las áreas de Cultura y de Ciencia y Tecnología», y explica de qué modo en el punto h): ·»Apelar, para estructurar el sistema de reunión de información, al aporte de los miembros de la familia del personal militar, de las fuerzas de seguridad y policiales, que se desempeñen en el sector educacional». Consultado sobre estas cuestiones, el ex ministro Bruera dijo a Clarín: «�Y para qué carajo íbamos a querer infiltrar a CTERA, Franja Morada y esas cosas, si en ese momento no aparecían ni a placé? El problema podía ser Montoneros, pero tampoco estaban porque después de que Perón los echa de la plaza (en mayo de 1974) entraron en una bancarrota impresionante». Las dudas de Bruera parecen razonables, pero reflejan que lo razonable no estaba incluído en estos planes: aunque en los informes se hablase de «terroristas» y «subversivos», las acciones militares apuntaban contra cualquier persona opuesta, aún potencialmente, al Proceso. (Investigaciones recientes han revelado, por ejemplo, que más del 90 por ciento de los desaparecidos no eran guerrilleros)..
Cómo detectar al oponente
Volviendo a la «detección», el secretario de Educación Gustavo Perramón Pearson difundió una Directiva sobre infiltración subversiva en la enseñanza. Dice que «la agresión marxista» está «infiltrada en las aulas» para «inclucar conceptos que ponen en tela de juicio los valores fundamentales que sustentan la civilización occidental y cristiana». Su conclusión: ·»Del análisis de esta acción se puede determinar, con claridad, la conformación de un circuito cerrado de autoalimentación en el cual las ideas inoculadas en el ciclo primario, son profundizadas en el secundario y complementadas en el terciario, revirtiéndose el rol pasivo inicial de alumnos, en rol activo como docentes». Perramón Pearson proponía acciones de control sobre los docentes, detectando «fines subversivos» de acuerdo, entre otros, a estos indicios: » Tendencia a modificar la escala de valores tradicionales (familia, religión, nacionalidad, tradición, orden, jerarquía). » Desnaturalización del principio de la propiedad privada. » Utilización interesada de la doctrina social de la Iglesia para alentar la lucha de clases. En el punto III, Procedimiento a seguir, dice qué hacer cuando se compruebe que los docentes «imprimen a sus clases una orientación de índole subversiva»: ·»El Rector o Director interrogará al docente para aclarar si los conceptos vertidos en su clase han sido producto de una clara convicción ideológica o de un desconocimiento de la realidad que se vive en el país». Si se trataba de convicción, el rector debía labrar un acta con declaración de testigos para iniciarle un sumario al docente, e informar a la subsecretaría de Educación (de allí el informe pasaría a Valladares). Si lo del docente había sido un «consecuencia de desconceptos o falta de información», había que «clarificarle al educador la situación» y «advertirle que deberá extremar su cautela en los enfoques ideológicos a fin de no lesionar la formación de los educandos, desde el punto de vista del interés nacional». Los colegios eran vigilados e investigados. Sobre cómo se hicieron las cosas, hay un párrafo revelador en un informe del 18 de octubre de 1977 enviado a Valladares por el subjefe II de Inteligencia, coronel Juan Pablo Saa. Al describir la intervención militar (Ejército) en el Instituto Leo Bovisio, de Córdoba (por las supuestas actividades de una secta), se informa: ·»Asimismo, se hace constar que dicho procedimiento fue realizado en forma legal y dado a conocer (sus resultados) a la opinión pública en el orden nacional». La necesidad de hacer constar por escrito la legalidad de un procedimiento, revela la magnitud que tuvieron los operativos ilegales de represión en aquellos años. Otro documento de la Operación Claridad involucra a la Iglesia. Valladares sugiere «implementar un servicio especial de control sobre los establecimientos privados del ciclo secundario, preferentemente los religiosos». Una fuente que participó en la Asesoría en aquellos años aseguró a Clarín que los colegios católicos no aceptaron incorporar a gente de la SIDE en misiones de este tipo, lo cual motivaba quejas amargas del coronel. Los rectores de escuelas privadas tampoco tenían suficiente «tono moral» según Valladares.
Alfonsín, Grosso y Obeid
El 31 de octubre el general Cristino Nicolaides envió un memorándum a Valladares desde el Comando en Jefe del Ejército, solicitando «evitar la difusión del folleto EL TAMBOR DE TACUARI y/o secuestrar los distribuídos, en el ámbito educacional, el que ha sido editado por el Centro de Estudios ACCION ARGENTINA». Se lo cuestiona porque «se hacen críticas sutiles a la situación actual del país para confundir las mentes del público al cual va dirigido (estudiantes nivel primario y secundario ciclo básico)». El informe dice que Acción Argentina es un centro cercano al socialismo: «En torno al mismo han confluído, aunque sin establecer una alianza formal, figuras del tenor de RAUL ALFONSIN, OSCAR ALENDE, elementos del PCA (Partido Comunista Argentino), etc. Vale decir, representantes del sector político considerado ‘izquierda intelectual'». Luego aparece una ficha de Guillermo Estévez Boero originada en la SIDE, acusándolo de haber viajado a países socialistas, ser comunista, firmar solicitadas y ser dirigente del Partido Socialista Popular. Otra forma de comprender cómo veían el mundo los militares es un parte de la Side sobre el suboficial Celestino Eugeni. El antecedente del «09 Jun 56» lo incluye en el «complot terrorista», la forma de designar el levantamiento del general Juan José Valle contra la Revolución Libertadora El actual gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, también tuvo su parte en la Operación Claridad. En marzo de 1979 el general Luciano Jáuregui, comandante del Cuerpo II de Ejército, envió sus antecedentes a Valladares, quien los había solicitado. Describe los apodos de Obeid («Cebolla o Turco»), su militancia en la Juventud Peronista, su ruptura con el sector más duro de ese grupo para alinearse con la JP «Leales a Perón». Obeid fue detenido tras el golpe, y liberado en abril de 1977. Pidió que le dejasen terminar su carrera de Ingeniero Químico. En abril de 1982 se lo autorizó a reincorporarse a la Universidad. Obeid se lo agradeció por carta a Valladares ya que «su intervención fue decisiva en este caso». En la carta Obeid aprovecha para mencionar «mi sensación de alegría y orgullo por el operativo de recuperación de las Islas Malvinas que llevaron adelante las Fuerzas Armadas» y finaliza con la fórmula «Dios proteja siempre a Ud. y a los suyos». El ex intendente Carlos Grosso también aparece en las carpetas, por su actuación en 1973 al frente de la DINEA (Dirección Nacional de Educación del Adultos). La fórmula del informe «estrictamente secreto y confidencial» es ésta: ·»Grosso, Carlos Alfredo: Ex jesuita. Marxista. Impuso en dicha dirección una orientación basada en las teorías educativas de PAULO FREIRE, marxista brasileño que actuó como asesor del ex presidente chileno SALVADOR ALLENDE». En otros documentos Grosso es acusado de planear campañas «para educar analfabetos e infiltrar ideas marxistas». En las carpetas de la DINEA de la última etapa del Proceso aparecen los datos de algunos «informantes». Uno de los casos es curioso. Una profesora de Danza Folklórica con cursos y seminarios de: Matemática Moderna, Educación de Adultos, Lectoescritura Inicial, Dislexia Escolar, Psicomotricidad y Educación Sexual, sin omitir un Seminario de la Creatividad.
Martín Fierro y Scilingo
A fines de 1978 Horacio Guarany volvió a la Argentina, lo que motivó un parte de la SIDE. Se menciona que Guarany firmó una solicitada por el fin de la guerra en Vietnam (1968) y otra contra la dictadura de Augusto Pinochet (1973). Se menciona que fue autor de canciones de «apoyatura a la subversión ideológica» tales como Recital a la Paz y Recital a la Infancia. «Se estima conveniente seguir de cerca sus actividades a effectos de que el causante no pueda volver a difundir, a través de sus actuaciones, mensajes ideológicos comprometidos con la subversión marxista». El «memo» incluye una copia del volante que promocionaba la reaparición de Guarany en el Club Atlanta, de Junín, junto a conjuntos que ya no están de moda: Los Duques Negros y Los Espectros. El siguiente parte (enero de 1979) está dedicado al actor Carlos Carella. Se lo califica como «Fórmula 4», el mayor grado de peligrosidad en los informes de la SIDE, se enumeran solicitadas firmadas por él y se plantea también «seguir de cerca sus actividades a efectos de evitar que pueda convertirse en un ‘COMUNICADOR LLAVE’ que sirva, posteriormente, a la difusión de mensajes con connotaciones ideológicas ajenas a nuestro sentir nacional». Sin embargo el parte de la SIDE nació «al tomarse conocimiento que recientemente se presentó con su versión escénica de MARTIN FIERRO». La documentación posiblemente sea infinita. En algunos casos sólo sirve para ver en qué se gastaban las partidas secretas. Hay un informe secreto de enero de 1980 sobre «infiltración a una secta esotérica» en Bahía Blanca. Se dice que «la vida privada de algunos de sus miembros denota lo pernicioso de sus actividades». Se menciona el programa de estudio (las materias eran «El bien y el mal», «Karma» y «Seres infernales» entre otras). Los «servicios» detectaron a todos los adherentes, incluyendo a María Adela Scilingo, hermana del marino que el año pasado confesó haber participado en los vuelos que su arma organizaba para arrojar a personas al mar. La califican en 1973 como «incursa en actividades de extrema izquierda, participa en pegatina de afiches», y en 1978 sólo «miembro de la secta esotérica». En un libro que está preparando, Scilingo habla del caso, revelando que su hermana estaba en Montoneros y él planteó el asunto al teniente de Navío Raúl Pueyrredón: «Por ser egresado de la Escuela de Inteligencia usó sus contactos para que Maia fuese investigada pero no detenida». La esposa de Scilingo, Marcela, había estudiado con Maia y dijo a Clarín: «Ella siempre fue una bohemia, se metió por esnobismo, pero nunca se involucró en la lucha armada. No se hablaba con mi marido, pero fue por poco tiempo. Murió hace dos años».
�El fin de la historia?
Las carpetas incluyen papeles con delaciones. Un ejemplo es el de la señora Enriqueta Tirado de López, analista auxiliar técnico docente, quien le informa a Valladares sobre una docente de la que dice: «Elemento marxista muy peligroso por la actividad y cargo que desempeña». Un parte de información asegura que «El Instituto de Bioquímica de Obligado 2490 que dirije el Dr. LELOIR será la sede de la conducción del movimiento de las izquierdas». También hay un «memo» del general Reynaldo Bignone (julio de 1980) analizando la revista Línea, dirigida por José María Rosa, a la que no considera «intrínsecamente» subversiva pero sí «corrosiva para el cuerpo social y contribuyente al accionar subversivo». Otro informe, del responsable de Comunicación Social del comando en Jefe, coronel Alberto Schollaert, informa sobre el envío de 500 posters «PROTEGER ES QUERER» y 1.000 obleas autoadhesivas «UNIDOS Y EN LIBERTAD». Cada tanto aparecen cartas de Valladares reclamando fondos, o planeando un curso para docentes organizado por la SIDE con materias como «Bases formativas para la integración objetiva del ser nacional», para superar la caída del «compromiso con el Proceso» y del «tono moral» de los docentes. Hay también un informe secreto de febrero de 1980, escrito por el secretario de Información Pública Antonio Llamas en el que acusa justamente a los Medios de Comunicación Social por las críticas a la situación económica, y a los organismos de derechos humanos por sus denuncias en el exterior. Valladares estuvo en su cargo hasta el 2 de diciembre de 1983, una semana antes de que asumiera el nuevo gobierno democrático. En marzo de 1983 le había enviado una nota al coronel Miguel Van der Broekk, del Cuerpo de Ejército III, informa que Inteligencia seguía controlando a los sospechosos. Y reflexiona: ·»Como ve Ud., el ciclo se cierra y la fuerza Ejército en ningún momento pierde el control sobre los subversivos o presuntos subversivos». Todo esto es sólo una parte de los documentos, y los documentos son sólo una parte de lo que ocurrió. El coronel Valladares sostiene que para hablar de esta historia hay que dejar pasar más tiempo, para comprender mejor. Pasaron 20 años, y cada vez se comprende mejor. Pero no por lo que se oculta, sino por lo que sale a la luz. Se trata de decisiones: encarar la realidad, o taparla. Acercarse cada vez más a la verdad, o hundirla en el olvido. Cada uno puede decidir qué es lo mejor para mirar, de aquí en más, al futuro. |