PUEDEN LEERLOS EN ESTA NOTA DE ARCHIVO
http://edant.clarin.com/diario/96/03/24/claridad.html
Los archivos de la represión cultural
General Balza
«Hay que reconocer el horror del pasado»
Historiador Potash
«Ahora nadie quiere ser el padre del golpe»
La condena y el poder
Escribe Eduardo van der Kooy
La «Operación Claridad» Por primera vez se conocen los archivos secretos que revelan el mecanismo utilizado tras el golpe militar para la «depuración ideológica» en el ámbito cultural, artístico y educativo. La actuación de los servicios de inteligencia, las listas negras, los desaparecidos de esas listas. En un reportaje exclusivo, el general Martín Balza reconoce la existencia de la «Operación Claridad» y explica cómo funcionó la doctrina de la seguridad nacional como argumento para el golpe de 1976.
Cómo se organizó la Operación ClaridadDos de las carpetas que forman este archivo (tituladas Sistema e Informe sobre la estructura funcional) sirven para reconstruir la historia. Tras el golpe, se creó en el Ministerio de Cultura y Educación (MCE) un organismo de inteligencia encubierto bajo el nombre Recursos Humanos. Así se lo recordaba a Jorge Videla el primer ministro de Educación del Proceso, Ricardo Pedro Bruera, en un memorándum «estrictamente confidencial y secreto» del 23 de noviembre de 1976: ·»La radicalización del accionar opositor de docentes, alumnos y no docentes en el quehacer educativo y de los elementos actuantes en el ámbito cultural y científico técnico, adquiere una importancia tradicionalmente relevante sobre lo cual resulta ocioso insistir». ·»Se creó entonces bajo el encubierto nombre de Recursos Humanos un área que funciona como dependencia del Departamento de Asesores del Ministro». ·»Imprescindible complemento (…) es el aporte de un grupo de personas especialistas en tareas de Inteligencia, destinados a manejar los aspectos técnicos del tema en cuestión. La necesidad aludida ha sido gestionada ante las autoridades de la SECRETARIA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO (SIDE), quienes la han cubierto a entera satisfacción del suscripto». El verdadero sentido del mensaje de Bruera a Videla aparece en el anteúltimo párrafo, con el mismo lenguaje de memorándum: ·»El MCE necesita contar con una partida de fondos secretos que permita afrontar los gastos que insume el pago de los servicios del personal técnico y la creación de toda la infraestructura de apoyo a la labor informativa (pago de informantes ocasionales) todo lo cual ha sido evaluado por la SIDE y propuesto a su Excelencia para su aprobación». Otro documento llamado La estructura orgánica funcional, revela que el jefe de «Recursos Humanos» contó con un Estado Mayor en el que participaban tres delegados de las Fuerzas Armadas y un enlace técnico de Inteligencia. Allí se ordena usar una segunda máscara: ·»Adoptar, como cobertura, el cargo de ‘Jefe de Asesores del Gabinete Ministerial’ (resolución 449)». Ese «Jefe de Asesores» fue el coronel retirado Agustín Camilo Valladares, compañero de promoción y amigo del general Roberto Viola. El propio Valladares es autor de muchos de estos documentos de lectura densa y fascinante a la vez, incluyendo el que explica en el punto «m que «Por la Resol. N 456/78 se designó al infrascripto como Asesor de Comunicación Social». Traducción: en el año ’78 Valladares pasó a comandar la Asesoría de Comunicación Social, nueva cobertura de los servicios de espionaje en el área educativa. Permaneció en el cargo hasta fines del Proceso. En 1981 su principal obsesión aparecía en otro documento (Informe sobre la situación): ·»El ministerio propuso en 1979 y 1980 acrecentar la reunión de información, no solamente por ser una exigencia del PEN, sino por la circunstancia de que psicológicamente es conveniente acelerar la erradicación de ideólogos terroristas. La realidad del espectro sectorial nos muestra que, si bien los activistas terroristas fueron eliminados, quedan aún, especialmente en los niveles terciario y secundario, los activistas ideológicos». Las palabras están ahí: un miembro de un centro de estudiantes de un secundario, o un docente opuesto al Proceso, podía ser considerado «activista ideológico», equivalente en el texto a uno de los «ideólogos terroristas», que deben ser «erradicados» aunque también se utiliza la palabra «eliminados». Un opositor a la dictadura terminaba siendo considerado un terrorista, incluso en los memorándums de 1981, cuando ya no había guerrilla. El coronel Valladares actuaba obedeciendo órdenes. Por eso seguía en guerra, en medio de la Operación Claridad. Allí también se centralizaron las conocidas listas negras, aunque quedan dudas sobre si eran elaboradas en la SIDE y enviadas a Valladares, o si había cierta autonomía para elaborarlas. Es sabido que los canales de televisión se repartían entre la Armada, Ejército y Aeronáutica. Pero un artista podía estar prohibido en uno y habilitado para actuar en otro. Fuentes que actuaron cerca de Valladares aseguran que los informes incluían a escritores como Julio Cortázar o Jorge Luis Borges, aunque en diferentes niveles. Cortázar estaba en la «Fórmula 4», la gente considerada más peligrosa. Borges estaba en la «Fórmula 1», sin «antecedentes marxistas» pero que convenía «seguir de cerca». Según la fuente, Ernesto Sábato figuraba como «Fórmula 3». Es sabido que hubo nóminas similares con otros actores (Héctor Alterio, Norma Aleandro, Norman Briski), escritores y periodistas (Osvaldo Bayer, Rogelio García Lupo, Abelardo Castillo, Dalmiro Sáenz). En el material obtenido por Clarín hay una de esas listas, y se informa textualmente: ·«La nómina surgió de una serie de expedientes enviados por la J III OP del EMGE (jefatura III de Operaciones del Estado Mayor General del Ejército), producidos por dicho organismo en el marco de la llamada Operación Claridad». La orden de Viola
Uno de sus antecedentes documentados más importantes es la «DIRECTIVA DEL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO Nro 507/78», con firma y sello de Roberto Eduardo Viola, entonces Jefe del Estado Mayor General del Ejército. Allí se plantea que las leyes para lograr la «inhabilitación y despido del personal jerárquico o de cuadros docentes o no docentes, laicos o confesionales, enrolados o simpatizantes de la ideología marxista no han logrado los resultados deseables». Entre las causas se menciona: ·»No haberse logrado la total comprensión del problema por parte de los rectores, decanos, supervisores y docentes de todos los ciclos de enseñanza, quienes se han mostrado poco dispuestos a asumir tareas y responsabilidades acorde con las exigencias que impone el Proceso de Reorganización Nacional». Por lo tanto el informe ratifica que «interesan fundamentalmente aquellos informes referidos a: a) Funcionarios y directivos que, mediante acción o inacción favorecen la infiltración. b) Docentes religiosos o laicos que impriman a sus clases una clara o encubierta orientación marxista». El documento explica luego que se deben reunir hasta «Datos de familiares» de «cada causante». Luego define la relación entre los Comandos de Zona, la Jefatura III de Operaciones, la Jefatura II de Inteligencia, la forma de encarrilar la información entre el sector miitar y el ministerio de Educación. Un ítem del informe es breve. Dice «Velo: mantiene su encubrimiento de OPERACION CLARIDAD», y más abajo: «SERVICIOS PARA APOYO DE COMBATE, de acuerdo con lo establecido en la directiva del CJE (comando en jefe del Ejército) 504/77 (Continuación de la ofensiva contra la subversión durante el período 1977/78)». La firma es de Viola. Es interesante mencionar que en ninguno de estos documentos aparece la palabra «guerra» para referirse al accionar antisubversivo, término que apareció mucho después, cuando lo encubierto empezó a conocerse, y y los responsables del gobierno militar intentaron justificar los crímenes por los cuales se los acusaba. |
Trituradora y sentido comúnValladares no quiere hablar, pero hablan los documentos. Hasta los más inocentes revelan cómo era el laberinto represivo que él conducía. En «Detalle de las necesidades de carácter inmediato formuladas al señor SIDE el 031630 MAR 77 (�el 3 de marzo del 77 a las 16.30?) el coronel menciona el Operativo Enseñanza, nombre original y no menos irónico del Operativo Claridad. Valladares firma un pedido a la SIDE. Allí solicita una motorola «para el enlace vehicular con esta Central», «una línea teletipográfica (con máquina y operador) y luego aparece una lista muy precisa: «Sistema de intercomunicación para 5 corresponsales. «Sistema encubierto de grabación para interior. «Máquina fotográfica Minox. «Trituradora de papeles. «Máquina de fotos tipo Reflex 35 mm con flash, o similar «Grabador con chupete para teléfono. Aparece además una nómina de once auxiliares de inteligencia. La Asesoría de Comunicación que encabezaba Valladares estaba dividida en cuatro departamentos. El encargado del departamento «B», Jorge Horacio Romero envió un memorándum a Valladares para anunciarle las normas impuestas en su área «teniendo en cuenta la importancia que tiene una excelente conducta por parte del personal de este tipo de Organismos». �Qué se esperaba del personal de inteligencia? El punto F dice: ·»Deberá ponerse especial cuidado en callar expresiones como «SIDE», «INTELIGENCIA», «SECRETO», «CONFIDENCIAL», «SERVICIOS DE INTELIGENCIA», «COMUNIDAD INFORMATIVA», «SERVICIOS», «FICHADO», no siendo esta enumeración taxativa y pudiéndose agregar a esta nómina, otras que el sentido común de cada uno aporte para el mejor cumplimiento de esta orden». Sin embargo, la propia orden refleja una densa desconfianza sobre el sentido común de los agentes secretos. Además, allí se menciona la carpeta con «material para TRITURAR»: ·»Esta carpeta deberá ser guardada bajo llave, y vaciada por lo menos dos veces a la semana en la máquina trituradora». La orden incluye hasta los papeles carbónicos: «serán TRITURADOS, nunca tirados en el cesto papelero». Pese a todo, el coronel Valladares asegura que no hay nada que ocultar. Orden de infiltrarEl general Albano Harguindeguy era ministro del Interior pero asumió interinamente Cultura y Educación. En noviembre de 1978 emitió la resolución 1650 en la que ordena que el organismo encabezado por Valladares centralice toda la información sobre «la detección» de «agentes propiciantes de la subversión y/o el terrorismo». �Qué hacer una vez que se detectaba a alguien a quien se creía peligroso? El punto 4.1.1. de la resolución de Harguindeguy dice: ·»Las autoridades educativas, culturales y de ciencia y tecnología deberán informar las novedades sobre la detcción de agentes o presuntas actividades subversivas a que diere origen el personal a sus órdenes, a las autoridades militares de su jurisdicción». La forma de detectar enemigos ya había sido detallada por Valladares en uno de sus informes de mayo de 1977 donde, al hablar de la estrategia antisubversiva, propone: ·»Volcar el centro de gravedad específico, sobre los ciclos primario y secundario. En el primero, operar preferentemente a través de los cuadros de preceptores a seleccionar». Con respecto a la Universidad, planea crear «una red confidencial de reunión de información». Además ordena: ·»Infiltrar y penetrar las organizaciones CTERA, FAUDI, FRANJA MORADA Y MOR, especialmente». El primero es el gremio docente, y las otras son agrupaciones estudiantiles. El punto g) del trabajo dice que hay que «prever la dopción de un esquema de búsqueda dentro de las áreas de Cultura y de Ciencia y Tecnología», y explica de qué modo en el punto h): ·»Apelar, para estructurar el sistema de reunión de información, al aporte de los miembros de la familia del personal militar, de las fuerzas de seguridad y policiales, que se desempeñen en el sector educacional». Consultado sobre estas cuestiones, el ex ministro Bruera dijo a Clarín: «�Y para qué carajo íbamos a querer infiltrar a CTERA, Franja Morada y esas cosas, si en ese momento no aparecían ni a placé? El problema podía ser Montoneros, pero tampoco estaban porque después de que Perón los echa de la plaza (en mayo de 1974) entraron en una bancarrota impresionante». Las dudas de Bruera parecen razonables, pero reflejan que lo razonable no estaba incluído en estos planes: aunque en los informes se hablase de «terroristas» y «subversivos», las acciones militares apuntaban contra cualquier persona opuesta, aún potencialmente, al Proceso. (Investigaciones recientes han revelado, por ejemplo, que más del 90 por ciento de los desaparecidos no eran guerrilleros)..
Cómo detectar al oponente Volviendo a la «detección», el secretario de Educación Gustavo Perramón Pearson difundió una Directiva sobre infiltración subversiva en la enseñanza. Dice que «la agresión marxista» está «infiltrada en las aulas» para «inclucar conceptos que ponen en tela de juicio los valores fundamentales que sustentan la civilización occidental y cristiana». Su conclusión: ·»Del análisis de esta acción se puede determinar, con claridad, la conformación de un circuito cerrado de autoalimentación en el cual las ideas inoculadas en el ciclo primario, son profundizadas en el secundario y complementadas en el terciario, revirtiéndose el rol pasivo inicial de alumnos, en rol activo como docentes». Perramón Pearson proponía acciones de control sobre los docentes, detectando «fines subversivos» de acuerdo, entre otros, a estos indicios: » Tendencia a modificar la escala de valores tradicionales (familia, religión, nacionalidad, tradición, orden, jerarquía). » Desnaturalización del principio de la propiedad privada. » Utilización interesada de la doctrina social de la Iglesia para alentar la lucha de clases. En el punto III, Procedimiento a seguir, dice qué hacer cuando se compruebe que los docentes «imprimen a sus clases una orientación de índole subversiva»: ·»El Rector o Director interrogará al docente para aclarar si los conceptos vertidos en su clase han sido producto de una clara convicción ideológica o de un desconocimiento de la realidad que se vive en el país». Si se trataba de convicción, el rector debía labrar un acta con declaración de testigos para iniciarle un sumario al docente, e informar a la subsecretaría de Educación (de allí el informe pasaría a Valladares). Si lo del docente había sido un «consecuencia de desconceptos o falta de información», había que «clarificarle al educador la situación» y «advertirle que deberá extremar su cautela en los enfoques ideológicos a fin de no lesionar la formación de los educandos, desde el punto de vista del interés nacional». Los colegios eran vigilados e investigados. Sobre cómo se hicieron las cosas, hay un párrafo revelador en un informe del 18 de octubre de 1977 enviado a Valladares por el subjefe II de Inteligencia, coronel Juan Pablo Saa. Al describir la intervención militar (Ejército) en el Instituto Leo Bovisio, de Córdoba (por las supuestas actividades de una secta), se informa: ·»Asimismo, se hace constar que dicho procedimiento fue realizado en forma legal y dado a conocer (sus resultados) a la opinión pública en el orden nacional». La necesidad de hacer constar por escrito la legalidad de un procedimiento, revela la magnitud que tuvieron los operativos ilegales de represión en aquellos años. Otro documento de la Operación Claridad involucra a la Iglesia. Valladares sugiere «implementar un servicio especial de control sobre los establecimientos privados del ciclo secundario, preferentemente los religiosos». Una fuente que participó en la Asesoría en aquellos años aseguró a Clarín que los colegios católicos no aceptaron incorporar a gente de la SIDE en misiones de este tipo, lo cual motivaba quejas amargas del coronel. Los rectores de escuelas privadas tampoco tenían suficiente «tono moral» según Valladares. Alfonsín, Grosso y Obeid El 31 de octubre el general Cristino Nicolaides envió un memorándum a Valladares desde el Comando en Jefe del Ejército, solicitando «evitar la difusión del folleto EL TAMBOR DE TACUARI y/o secuestrar los distribuídos, en el ámbito educacional, el que ha sido editado por el Centro de Estudios ACCION ARGENTINA». Se lo cuestiona porque «se hacen críticas sutiles a la situación actual del país para confundir las mentes del público al cual va dirigido (estudiantes nivel primario y secundario ciclo básico)». El informe dice que Acción Argentina es un centro cercano al socialismo: «En torno al mismo han confluído, aunque sin establecer una alianza formal, figuras del tenor de RAUL ALFONSIN, OSCAR ALENDE, elementos del PCA (Partido Comunista Argentino), etc. Vale decir, representantes del sector político considerado ‘izquierda intelectual'». Luego aparece una ficha de Guillermo Estévez Boero originada en la SIDE, acusándolo de haber viajado a países socialistas, ser comunista, firmar solicitadas y ser dirigente del Partido Socialista Popular. Otra forma de comprender cómo veían el mundo los militares es un parte de la Side sobre el suboficial Celestino Eugeni. El antecedente del «09 Jun 56» lo incluye en el «complot terrorista», la forma de designar el levantamiento del general Juan José Valle contra la Revolución Libertadora El actual gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, también tuvo su parte en la Operación Claridad. En marzo de 1979 el general Luciano Jáuregui, comandante del Cuerpo II de Ejército, envió sus antecedentes a Valladares, quien los había solicitado. Describe los apodos de Obeid («Cebolla o Turco»), su militancia en la Juventud Peronista, su ruptura con el sector más duro de ese grupo para alinearse con la JP «Leales a Perón». Obeid fue detenido tras el golpe, y liberado en abril de 1977. Pidió que le dejasen terminar su carrera de Ingeniero Químico. En abril de 1982 se lo autorizó a reincorporarse a la Universidad. Obeid se lo agradeció por carta a Valladares ya que «su intervención fue decisiva en este caso». En la carta Obeid aprovecha para mencionar «mi sensación de alegría y orgullo por el operativo de recuperación de las Islas Malvinas que llevaron adelante las Fuerzas Armadas» y finaliza con la fórmula «Dios proteja siempre a Ud. y a los suyos». El ex intendente Carlos Grosso también aparece en las carpetas, por su actuación en 1973 al frente de la DINEA (Dirección Nacional de Educación del Adultos). La fórmula del informe «estrictamente secreto y confidencial» es ésta: ·»Grosso, Carlos Alfredo: Ex jesuita. Marxista. Impuso en dicha dirección una orientación basada en las teorías educativas de PAULO FREIRE, marxista brasileño que actuó como asesor del ex presidente chileno SALVADOR ALLENDE». En otros documentos Grosso es acusado de planear campañas «para educar analfabetos e infiltrar ideas marxistas». En las carpetas de la DINEA de la última etapa del Proceso aparecen los datos de algunos «informantes». Uno de los casos es curioso. Una profesora de Danza Folklórica con cursos y seminarios de: Matemática Moderna, Educación de Adultos, Lectoescritura Inicial, Dislexia Escolar, Psicomotricidad y Educación Sexual, sin omitir un Seminario de la Creatividad. Martín Fierro y Scilingo A fines de 1978 Horacio Guarany volvió a la Argentina, lo que motivó un parte de la SIDE. Se menciona que Guarany firmó una solicitada por el fin de la guerra en Vietnam (1968) y otra contra la dictadura de Augusto Pinochet (1973). Se menciona que fue autor de canciones de «apoyatura a la subversión ideológica» tales como Recital a la Paz y Recital a la Infancia. «Se estima conveniente seguir de cerca sus actividades a effectos de que el causante no pueda volver a difundir, a través de sus actuaciones, mensajes ideológicos comprometidos con la subversión marxista». El «memo» incluye una copia del volante que promocionaba la reaparición de Guarany en el Club Atlanta, de Junín, junto a conjuntos que ya no están de moda: Los Duques Negros y Los Espectros. El siguiente parte (enero de 1979) está dedicado al actor Carlos Carella. Se lo califica como «Fórmula 4», el mayor grado de peligrosidad en los informes de la SIDE, se enumeran solicitadas firmadas por él y se plantea también «seguir de cerca sus actividades a efectos de evitar que pueda convertirse en un ‘COMUNICADOR LLAVE’ que sirva, posteriormente, a la difusión de mensajes con connotaciones ideológicas ajenas a nuestro sentir nacional». Sin embargo el parte de la SIDE nació «al tomarse conocimiento que recientemente se presentó con su versión escénica de MARTIN FIERRO». La documentación posiblemente sea infinita. En algunos casos sólo sirve para ver en qué se gastaban las partidas secretas. Hay un informe secreto de enero de 1980 sobre «infiltración a una secta esotérica» en Bahía Blanca. Se dice que «la vida privada de algunos de sus miembros denota lo pernicioso de sus actividades». Se menciona el programa de estudio (las materias eran «El bien y el mal», «Karma» y «Seres infernales» entre otras). Los «servicios» detectaron a todos los adherentes, incluyendo a María Adela Scilingo, hermana del marino que el año pasado confesó haber participado en los vuelos que su arma organizaba para arrojar a personas al mar. La califican en 1973 como «incursa en actividades de extrema izquierda, participa en pegatina de afiches», y en 1978 sólo «miembro de la secta esotérica». En un libro que está preparando, Scilingo habla del caso, revelando que su hermana estaba en Montoneros y él planteó el asunto al teniente de Navío Raúl Pueyrredón: «Por ser egresado de la Escuela de Inteligencia usó sus contactos para que Maia fuese investigada pero no detenida». La esposa de Scilingo, Marcela, había estudiado con Maia y dijo a Clarín: «Ella siempre fue una bohemia, se metió por esnobismo, pero nunca se involucró en la lucha armada. No se hablaba con mi marido, pero fue por poco tiempo. Murió hace dos años». �El fin de la historia? Las carpetas incluyen papeles con delaciones. Un ejemplo es el de la señora Enriqueta Tirado de López, analista auxiliar técnico docente, quien le informa a Valladares sobre una docente de la que dice: «Elemento marxista muy peligroso por la actividad y cargo que desempeña». Un parte de información asegura que «El Instituto de Bioquímica de Obligado 2490 que dirije el Dr. LELOIR será la sede de la conducción del movimiento de las izquierdas». También hay un «memo» del general Reynaldo Bignone (julio de 1980) analizando la revista Línea, dirigida por José María Rosa, a la que no considera «intrínsecamente» subversiva pero sí «corrosiva para el cuerpo social y contribuyente al accionar subversivo». Otro informe, del responsable de Comunicación Social del comando en Jefe, coronel Alberto Schollaert, informa sobre el envío de 500 posters «PROTEGER ES QUERER» y 1.000 obleas autoadhesivas «UNIDOS Y EN LIBERTAD». Cada tanto aparecen cartas de Valladares reclamando fondos, o planeando un curso para docentes organizado por la SIDE con materias como «Bases formativas para la integración objetiva del ser nacional», para superar la caída del «compromiso con el Proceso» y del «tono moral» de los docentes. Hay también un informe secreto de febrero de 1980, escrito por el secretario de Información Pública Antonio Llamas en el que acusa justamente a los Medios de Comunicación Social por las críticas a la situación económica, y a los organismos de derechos humanos por sus denuncias en el exterior. Valladares estuvo en su cargo hasta el 2 de diciembre de 1983, una semana antes de que asumiera el nuevo gobierno democrático. En marzo de 1983 le había enviado una nota al coronel Miguel Van der Broekk, del Cuerpo de Ejército III, informa que Inteligencia seguía controlando a los sospechosos. Y reflexiona: ·»Como ve Ud., el ciclo se cierra y la fuerza Ejército en ningún momento pierde el control sobre los subversivos o presuntos subversivos». Todo esto es sólo una parte de los documentos, y los documentos son sólo una parte de lo que ocurrió. El coronel Valladares sostiene que para hablar de esta historia hay que dejar pasar más tiempo, para comprender mejor. Pasaron 20 años, y cada vez se comprende mejor. Pero no por lo que se oculta, sino por lo que sale a la luz. Se trata de decisiones: encarar la realidad, o taparla. Acercarse cada vez más a la verdad, o hundirla en el olvido. Cada uno puede decidir qué es lo mejor para mirar, de aquí en más, al futuro. |
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Textos e investigación: Sergio Ciancaglini, Oscar Raúl Cardoso, María Seoane Colaboraron: Mariana García y Alejandro López Lépor |