Montevideo (PL) El Mercado Común del Sur (Mercosur), que surgió en los años 90 como un acuerdo aduanero entre cuatro países, podría muy pronto duplicar su membresía, lo cual es una aspiración de las fuerzas populares del continente y un temor de las derechas políticas de la región.
Inicialmente integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, hoy Venezuela es miembro pleno y está a punto de asumir la presidencia pro témpore del bloque, al que ya expresaron su adhesión también, entre otros, Bolivia y Ecuador.
Entre los varios organismos subregionales y regionales de integración, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y, más recientemente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el Mercosur está convocado a su renovación.
Interrogantes y propuestas sobre el Mercosur surgieron tras la visita al Uruguay el 7 de mayo (y luego Argentina y Brasil) del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien volverá a aquí el 28 de junio para encabezar el bloque, en una cumbre de Jefes de Estado.
Allí, el presidente uruguayo José Mujica, quien compartió varias horas con Maduro en Montevideo y quien asistió a su asunción presidencial en Caracas, le entregará esa responsabilidad, tras ostentarla durante los últimos seis meses.
En Montevideo, ambos centraron sus reflexiones, más allá de destacar un conjunto de importantes acuerdos de cooperación bilateral, en las urgencias de la integración regional ante el auge de grandes agrupaciones políticas y económicas de países en el mundo.
Cada cual a su manera, llamó a dinamizar los procesos que contribuyen a la integración, como, por ejemplo, el Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre), e insistieron en que este es el momento de «seguir por la huella, aún fresca, del recientemente fallecido Comandante Hugo Chávez».
Mujica, un exguerrillero uruguayo de 78 años de edad, tiene una visión crítica del Mercosur, basada en sus propias experiencias como gobernante. Maduro, un exempleado del transporte público venezolano, de 51 años, con amplia experiencia como canciller de Chávez, también.
Sin embargo, los dos mandatarios insistieron en la necesidad de fortalecer el bloque: Maduro repitió varias veces que el Mercosur «tiene que cambiar para convertirse en un poderoso espacio de unión de Sudamérica y el continente, en el gran espacio geoeconómico de la región».
Mujica dijo que hace 30 o 40 años «ni se nos podía ocurrir tener a Unasur, que determina que gobiernos de naturaleza política muy distinta, se sientan, discuten y acuerdan. Nunca tuvo nuestra América Latina eso».
Y, alertó: «No cometamos el error de volver atrás cuando hemos dado un salto de esta naturaleza».
Recordó asimismo que el «proceso independentista estuvo muy alejado de las coordenadas de los viejos fundadores» y citó el planteamiento de que «hicimos muchos países porque no pudimos gestar la Patria común que es nuestra América».
Mujica consideró que esa es «una larga deuda pendiente, cuya concreción, muchos de nosotros, los más viejos, no veremos, pero no significa que, por no verla, no tengamos que tenerla planteada como una estrella en un horizonte de marcha».
A su turno, Maduro precisó que, efectivamente, «el siglo XIX fue el de la división, a pesar de que conquistamos la primera parte de la Independencia». El siglo XX -agregó- fue el de la dominación imperial, de las dictaduras, del saqueo de nuestros países, y el siglo XXI es el de la liberación».
Ratificó la disposición venezolana de seguir el camino de la construcción de un mapa estratégico integral en lo comercial, industrial, agrícola, energético, cultural, humano y «de unión profunda de nuestros pueblos».
Estamos listos, apuntó, para aplicar todos los mecanismos del Sucre que sean necesarios. Todo lo que facilite el comercio, las inversiones y demás asociaciones.
En respuesta, Mujica subrayó la importancia de la presencia de Venezuela en el Mercosur, especialmente, «para superar asimetrías (entre sus miembros) y para lograr relaciones mucho más estables y más simétricas de acuerdo con las naturales diferencias que existen en esta comunidad de pueblos».
Eso significa -agregó- tolerar, comprender y hacer viables caminos que parecen imposibles. La diversidad necesita ser respetada y eso tiene que ser el patrimonio común de esta América.
Que quede como en el viento un recuerdo, un abrazo tendido en el tiempo, exclamó Mujica, las múltiples presencias entre nosotros, del compañero Chávez.
Maduro, al despedirse del Uruguay, recordó que Chávez siempre hablaba del Mercosur como «el gran motor económico de una nueva geopolítica sudamericana» y agregó que «construyó una nueva identidad latinoamericana que abrió una nueva época en un continente que se integra».
Queremos un nuevo Mercosur social, con proyectos de apoyo e inversión. No hay que dejar dormir proyectos justos, porque a una época histórica le llega su momento, alertó Maduro.
*Corresponsal de Prensa Latina en Uruguay.