Soldados e insurgentes sirios volvieron a enfrentarse en distintas partes del país, mientras que el enviado de la ONU, Kofi Annan, urgió al gobierno a ser el primero en deponer las armas para facilitar una salida pacífica al sangriento conflicto de más de un año.
El presidente sirio, Bashar Al Assad, aceptó esta semana un plan de paz elaborado por Annan que incluye una exigencia de alto el fuego, pero la oposición lo recibió con reservas y la violencia no dio hasta ahora ninguna señal de remisión.
Ayer, Al Assad prometió no ahorrar esfuerzos para que la misión de Annan sea un éxito, pero le pidió al enviado que obtenga un compromiso expreso de la oposición armada de que también frenará sus ataques contra las fuerzas de seguridad y otros objetivos, una exigencia respaldada hoy por China.
Sin embargo, el vocero de Annan dijo hoy que es el gobierno sirio quien debería dar este primer paso.
«El gobierno debe cesar primero y luego discutir un alto en las hostilidades con la otra parte», dijo el portavoz Ahmad Fawzi en declaraciones a periodistas en Ginebra.
«Apelamos a la parte más fuerte a hacer un gesto de buena fe.
El plazo es ya», señaló el portavoz de Annan, citado por la cadena BBC.
Desde que fue nombrado enviado para Siria, Annan ya visitó Egipto, Turquía, Qatar, China y Rusia, y ahora planea viajar también a Irán -un aliado de Siria- y a Arabia Saudita, aunque de momento no tiene decidido en qué fecha, agregó Fawzi.
Más temprano, grupos de la oposición siria informaron de nuevos combates y hechos de violencia en la norteña provincia de Idlib, en la provincia central de Hama, en ciudades del este del país y en suburbios de Damasco.
El grupo Comités de Coordinación Local (CCL), con sede en varias ciudades de Siria, dijo que 15 personas murieron en acciones del Ejército en diferentes partes del país.
Los CCL y otra organización opositora, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, informaron de intensos enfrentamientos en la ciudad oriental de Deir el-Zour y en suburbios de Damasco entre las localidades de Zamalka y Arbeen.
Como todos los viernes desde el inicio de la revuelta contra Al Assad, hace un año, miles de sirios salieron a protestar a las calles luego de las plegarias semanales, en esta ocasión para denunciar también una resolución de apoyo al plan de Annan aprobada ayer por la Liga Arabe en una cumbre en Bagdad, Irak.
En tanto, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se reunió con el rey Abdullah de Arabia Sudita en Riad al inicio de una gira regional para discutir la crisis en Siria.
La visita llega antes de un encuentro de los 60 países que conforman el llamado «Amigos del Pueblo Sirio» que se celebrará este fin de semana en Estambul, Turquía, para tratar de ayudar a la oposición siria, que está fracturada por las fuertes discrepancias entre los distintos sectores que la componen.
Estados Unidos considera a Al Assad responsable de la crisis y exige su renuncia.
El plan de Annan pide una inmediata tregua diaria de dos horas para permitir el paso de ayuda humanitaria y las evacuaciones médicas.
El plan también contempla un alto el fuego permanente, pero luego de que el Ejército sirio retire sus armamentos pesados de las ciudades y localidades, que las fuerzas del gobierno y la oposición detengan los enfrentamientos y la ONU establezca una misión de supervisión.
La ONU estima que más de 9.000 personas murieron en el conflicto.
El gobierno sirio dice que esas cifras se basan en informes de la oposición y las impugna por tendenciosas y unilaterales.
Al Assad sostiene que el levantamiento es un complot de países hostiles a Siria e instrumentado por islamistas radicales que reciben armas y dinero desde el exterior, una visión de la crisis compartida también por Rusia, un aliado de Damasco.
Hoy, China apoyó la exigencia de Al Assad de que los insurgentes deben hacer un compromiso público de que frenarán los ataques e iniciarán un diálogo con el gobierno, algo que rechazan.
«Nos gustaría llamar a la oposición siria a dar respuestas lo más pronto posible para crear las condiciones para abrir un diálogo y frenar la violencia», dijo el vocero de la Cancillería china, Hong Lei, en conferencia de prensa en Beijing.
China y Rusia vetaron dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU por considerar que condenaban sólo a Al Assad por la violencia -y no a la oposición- y abrían una puerta a una intervención extranjera, algo que los dos rechazan de plano.
por Agencias