El fiscal dio por finalizada la investigación y presentó el requerimiento de elevación a juicio. El hecho ocurrió en julio del año pasado cuando el acusado manejaba por General Paz sin anteojos y alcoholizado.
Un conductor que en julio pasado provocó un accidente en la avenida General Paz, a la altura del barrio porteño de Villa Devoto, en el que un niño de 3 años murió luego de salir despedido de un auto, irá a juicio oral acusado de haber causado el hecho mientras conducía a 115 kilómetros por hora, alcoholizado con al menos 1,69 gramos de alcohol en sangre y sin los anteojos que le exigía su licencia de conducir.
El fiscal de instrucción Pablo Recchini dio por concluida la investigación por la muerte de Nicolás Bautista Jara (3) y presentó ante la jueza Fabiana Palmaghini el requerimiento de elevación a juicio para el imputado Juan Manuel Sánchez Villar (31).
En el dictamen -al que accedió Télam-, el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción 44 solicitó que Sánchez Villar sea juzgado por el delito de «homicidio culposo agravado por haber sido cometido mediante la conducción imprudente de un vehículo automotor» -que tiene una pena de 2 a 5 años de prisión-, en concurso ideal con las «lesiones leves culposas», que sufrieron los padres de la víctima.
Sánchez Villar llegará al debate en libertad ya que fue procesado pero sin prisión preventiva el 11 de septiembre pasado por la jueza Palmaghini, quien, además, le trabó un embargo sobre sus bienes por un millón de pesos.
El hecho ocurrió cerca de las 8 del 27 de julio de 2014, en avenida General Paz -mano al Riachuelo- y el cruce con la bajada de avenida San Martín, a la altura de Villa Devoto.
El fiscal Recchini dio por acreditado que Sánchez Villar, quien conducía una camioneta Kia Sportage, dominio GDS 574, embistió en su parte trasera a un Fiat 147, patente BEU 981, en el que transitaban Gastón Hernán Jara, su mujer Lorena Cecilia Monzón y su hijo Bautista.
El accidente ocurrió cuando la familia había salido de Tigre, donde vive, y circulaba en caravana detrás de un micro donde iba su hijo mayor, de 7 años, rumbo a un torneo de Taekwondo en la localidad bonaerense de San Justo, partido de La Matanza, del que iba a participar.
De acuerdo a un peritaje de la División Ingeniería Vial Forense de la Policía Federal Argentina, lo declarado por testigos y lo que quedó registrado en los videos de Autopistas del Sol, la camioneta Kia iba a alta velocidad y se pasó de los carriles rápidos hacia el lento de la derecha, donde impactó al Fiat 147 de la familia Jara.
Ante esta colisión, el auto comenzó a dar trompos hasta impactar con una columna de iluminación, momento en el que Bautista, que viajaba con su mamá pero sin cinturón ni silla para niños en el sector trasero, salió despedido por la luneta y golpeó su cabeza contra el asfalto en la banquina.
El niño fue trasladado por una ambulancia privada que pasaba por allí hasta el Hospital Thompson de San Martín, donde no había neurocirujano, y de allí al Eva Perón del mismo partido bonaerense, donde falleció a las 9.45 de aquel día.
La autopsia concluyó que la muerte fue producida por «traumatismos múltiples, fractura de cráneo y policontusión visceral».
Varios testigos que se acercaron al lugar luego del accidente declararon en la causa que Sánchez Villar «no se podía mantener en pie», que «olía a mucho alcohol» o que «se cayó al piso» cuando descendió del rodado.
El informe de laboratorio reveló que el imputado tenía 1,69 gramos de alcohol en sangre y 2,42 en orina, es decir, que había bebido entre tres y cinco veces el máximo de lo permitido, 0,5.
Según el requerimiento del fiscal, el peritaje final determinó que, al momento del impacto, el Fiat 147 circulaba a 57,6 kilómetros por hora, mientras que la camioneta del imputado lo hacía a 115,2, superando el máximo permitido que, de acuerdo a la cartelería, era de 80 en ese sector de la General Paz.
Otro de los elementos que evaluó el fiscal Recchini para agravar la figura del homicidio culposo fue que Sánchez Villar, además de estar ebrio y de conducir a superando la velocidad máxima, lo hacía «sin los anteojos que su habilitación a conducir exigía».
En su indagatoria, Sánchez Villar se negó a declarar pero justificó la ausencia de sus lentes acusando a Jara padre de haberlo golpeado en el rostro y destrozarle los anteojos.
Sin embargo, Recchini señala en su dictamen que en el lugar del hecho «no se secuestraron lentes algunos pertenecientes a Sánchez Villar» y que son varios los testigos que declararon que no le vieron al imputado lentes colocados cuando bajó de la camioneta.
Durante el juicio, la familia Jara intentará un cambio de carátula a «homicidio simple con dolo eventual», una figura más grave y con una pena de 8 a 25 años de cárcel, lo que no lograron imponer durante la instrucción.
Fuente: Online-911