El mundo de comienzos del siglo XXI, se caracteriza por el desarrollo de nuevas amenazas de carácter transnacional, que tienen una estrecha interrelación entre los emergentes problemas económicos, sociales, medioambientales y los problemas de seguridad; en esta línea hay que subrayar el auge de la delincuencia organizada transnacional y el narcotráfico; destacando que nuestro País no es ajeno a estas amenazas, muy por el contrario, concientizándonos que nos encontramos en una etapa denominada “violencia Social”, así como años atrás tuvimos la primera llamada “violencia política”; y sin querer ser portador de malas noticias, augurar en un futuro la tercer etapa de “violencia económica”.
Este fin de semana, se alzaron voces críticas y de apoyo, al Secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, tras sus polémicas declaraciones, luego de un incidente delictivo de los tantos, donde había relacionado la inseguridad en Argentina con la inmigración; dijo “que los delincuentes extranjeros que vienen a delinquir, se vuelvan a su país de origen”, hablando puntualmente que si alguien viene y roba, tiene que ser extraditado; “Tenemos leyes argentinas que nos permiten expulsar a los que delinquen y son extranjeros, apliquémosla”.
Su superior jerárquico, la Ministro de Seguridad de la Nación, María Cecilia Rodríguez, respaldó los dichos de Berni, expresando como fundamento “Nosotros lo que hemos visto a través de inteligencia criminal y las cifras que tenemos es que sí ha aumentado, lamentablemente, el porcentaje de extranjeros involucrados en delitos en este último semestre es del 19%.
Se puede o no estar de acuerdo con el Secretario Berni, generalmente la “opinión pública” valora los resultados de la realidad cotidiana, que a la luz de los hechos son deficientes; ya que la inseguridad –“violencia social”- en nuestro País tiene índices muy elevados, nunca vistos; pero quien esto escribe, si bien no comparte las declaraciones del Secretario de Seguridad, porque considera que no es la única solución, reconoce pese a no estar de acuerdo con su gestión, que es un funcionario voluntarioso que trabaja sin descanso, con una actitud pocas veces vista, ante la “problemática” que nos afecta a todos.
Al respecto, veamos a continuación, un breve análisis y consideraciones generales sobre los factores seguridad y migraciones.
Seguridad y migraciones
Al analizar la cuestión de las migraciones y las implicancias para la seguridad de los flujos migratorios transnacionales; la primera consideración que debería hacerse es que se trata de un fenómeno natural, casi constante en la historia humana y en términos generales muy positivo, aunque puede generar problemas de seguridad.
Al analizar los riesgos de seguridad que genera en un país la llegada de un considerable flujo de inmigrantes hay que evitar dos errores opuestos, el de considerar infundado cualquier temor que en este sentido puedan manifestar sectores de la opinión pública, y el de considerar que todo temor tiene fundamento.
Interpreto, que existen cuatro motivos por los que una comunidad inmigrante puede crear problemas de seguridad al país receptor:
a) La actividad de los inmigrantes contra el gobierno de su país de origen puede representar un factor de tensión internacional. Es el caso bastante frecuente del grupo armado que emplea el territorio de un país extranjero y recurre al apoyo de sus compatriotas en él asentados para impulsar acciones contra el gobierno de su propio país.
b) Grupos de inmigrantes pueden representar una amenaza directa para la seguridad del país receptor. Esta amenaza puede venir de grupos terroristas o de organizaciones delictivas comunes, y en algún caso la distinción entre un tipo y otro no es nítida, porque organizaciones armadas de finalidad política cometen a menudo delitos comunes, como atracos o tráfico de drogas, para financiarse.
c) Pueden producirse conflictos xenófobos si ciertas comunidades inmigrantes son percibidas como una amenaza para el bienestar social del país receptor. Es frecuente que los inmigrantes provoquen resentimiento debido a la percepción de que ocasionan un incremento de la delincuencia, quitan puestos de trabajo, conducen a un descenso de los salarios, o restan recursos sociales a la población local en temas como sanidad, educación o seguridad social.
d) Por último debe tenerse presente la posibilidad de que la inmigración sea percibida como amenaza a la identidad cultural del país receptor. La xenofobia puede surgir directamente de la percepción de que los recién llegados ponen en cuestión la homogeneidad lingüística, religiosa o de costumbres de la población local. Y debe considerarse que la identidad cultural parece representar a la vez una necesidad básica de las personas y un factor potencialmente generador de violencia, en forma de nacionalismo excluyente o fundamentalismo religioso. Esa derivación violenta del sentimiento de identidad surge de una percepción, fundada o no, de que la misma se halla amenazada.
La Ministro Rodríguez, dijo que en el último semestre el porcentaje de extranjeros involucrados en delitos era del 19%. No se puede caer en la interpretación simplista de atribuir mecánicamente el incremento de la delincuencia al porcentaje de extranjeros involucrados en delitos, ya que todo dependería del lugar y del período que se considere. El eje, sería una política orientada a asegurar derechos atendiendo a que las personas son fines en sí mismos como titulares de derechos y no objetos para la producción de políticas de seguridad. Lo que en consecuencia necesita el País es una modificación y reestructuración integral de las políticas de seguridad, y no apuntar a lo Legislativo, las leyes están, los Jueces deben aplicarlas; para todo ello, para generar los cambios necesarios, el gobierno del cual la Ministro forma parte, tiene las herramientas necesarias.
Un aspecto clave, ante tanto delito, muertes y falta de solución efectiva, que día a día nos golpea a todos, de la peor forma posible, es que la comunidad se involucre directamente en el desarrollo de políticas de seguridad, ya sea en el diagnóstico y en la construcción colectiva de soluciones, aporte que no reemplaza el rol policial. Seria participación con capacidad de diagnóstico, control y fiscalización efectiva, sobre cómo funcionan las fuerzas de seguridad y las autoridades políticas en relación con la seguridad. Es necesario que el Estado, las organizaciones, los expertos y los académicos discutan un modelo alternativo.
Conclusiones
Concluyo que la explicación habría que buscarla en dos fenómenos que son distintos entre sí, por un lado el auge de la delincuencia organizada transnacional, y por otro lado los factores criminógenos que inciden en las poblaciones inmigrantes.
Los ciudadanos estamos seguros, cuando tenemos un Estado que se ocupa de los fenómenos de violencia, de las causas de la violencia y la criminalización de la violencia; si la región lucha contra el narcotráfico, contra los traficantes de personas, contra la delincuencia organizada y nosotros como Estado no estamos a la altura de la lucha, no es descabellado que vengan para acá. Así estamos, la seguridad es un bien escaso en la Argentina.
Oscar Dufour/informadorpublico.com