Cientos de personas se movilizaron anoche en Hurlingham para pedir que Candela Rodríguez, de 11 años, apareciera sana y a salvo, y que lo mismo suceda con Maira Sosa, de 17, de la que nada se sabe desde hace once días. Las autoridades intensifican la búsqueda, aunque, en el primer caso, lo hacen con la angustia de saber que “es demasiado chica como para que se haya ido sola”, admitió a Trama Urbana una alta fuente de la investigación.
Familiares, amigos y vecinos de las chicas participaron de la movilización que recorrió las calles de esa comuna del noroeste del Conurbano antes de concentrarse en la plaza central, con fotos y pancartas pidiendo su aparición.
A Candela Rodríguez la vieron por última vez el lunes pasado, cuando salió de su casa ubicada en Coracero y Bustamante, para reunirse con amigos de un grupo de niños exploradores.
Maira Sosa, en tanto, salió de su vivienda en el Barrio San Alberto a las 9 de la mañana del sábado 13 de agosto, para ir a su trabajo. Desde entonces, nada más se supo de ella.
Antes de la manifestación, numerosos vecinos, amigos y compañeros de escuela permanecieron muchas horas frente a la vivienda de Candela, para acompañar a sus familiares y organizar la colaboración en su búsqueda.
Una de las cosas que hicieron fue pegar infinidad de carteles con la foto de esta chiquita y los números a los que hay que llamar para aportar datos: son el (011) 4665-7651 o 4662-1947, y se garantiza reserva.
Algunos vecinos comentaron que cuando la Policía rastrilló el lugar de la desaparición, los perros llegaron a la esquina y no se movían de allí.
“Eso es lo que nos hace suponer que a Candela se la llevaron de acá, porque es en el único lugar donde los perros identificaron su olor”, aseguró Betiana, tía de la nena.
“Me la robaron de la esquina, salió unos segundos para reunirse con sus amigos y no supe más nada”, lamentó la madre de Candela, Carola Labrador, quien confirmó que “se recibieron llamados, pero no hay nada firme” (ver aparte).
Con ella se entrevistó ayer el jefe de la Policía bonaerense, Juan Carlos Paggi, quien dijo en una conferencia de prensa que “hoy somos todos padres de Candela y lo único que nos mueve es restituirla lo antes posible al seno familiar”.
Paggi agregó que “acá está toda la plana mayor de la fuerza; el ministro de Seguridad de la Provincia, Ricardo Casal, charló con los padres y puso todos los recursos posibles a disposición de esta búsqueda”, y advirtió que “cuando llegan llamados que no son serios, terminan desvirtuando la investigación”.
En una exposición junto a Carola, el jefe policial apeló “a la sensibilidad de la gente y a aquellos que decidan arrojar algún tipo de datos pedimos que lo hagan con seriedad y piensen que esto les puede estar ocurriendo a ellos, que se pongan en el cuero de los padres”.
El ministro de Seguridad descartó oportunamente que la desaparición de la niña pudiera vincularse con la situación de su padre, encarcelado por un caso de piratería del asfalto.
Casal confirmó que la búsqueda de Candela era “intensa” y “hay varias pistas, estamos avanzando, es un trabajo que es supervisado por el fiscal”.
Representantes del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, la Central de
Trabajadores Argentinos y organizaciones no gubernamentales,
como Red Solidaria, también se acercaron para ayudar y sumarse a los reclamos.
“Maira y Candela, Maira y Candela”, coreaba en las calles y la plaza la multitud que anoche rodeó de solidaridad a las familias de las chicas, bajo la consigna “Con los chicos no”.
La canallada, en medio del drama: decenas de llamadas falsas
El jefe de la Policía bonaerense, Juan Carlos Paggi, contó los últimos detalles de la investigación tras una reunión que se llevó a cabo en la comisaría 2° de Villa Tesei, donde la plana mayor de la seguridad provincial montó el comité de crisis para dar con el paradero de la nena.
“Estamos trabajando todas las hipótesis que llegan a nuestra mesa de trabajo”, sostuvo Paggi, quien confirmó que se recibieron llamadas que daban falsas expectativas sobre la niña.
En la noche del martes se recibió una comunicación en la casa de una menor que dijo ser Candela y resultó una mentira, pero “fue una de las tantas llamadas, y no dejamos de lado ninguna”, aseveró el jefe policial. “Apelo a la sensibilidad de la gente y a aquellos que decidan arrojar algún tipo de datos pedimos que lo hagan con seriedad y piensen que esto les puede estar ocurriendo a ellos, que se pongan en el cuero de los padres”.
El jefe policial reconoció que “sin duda que hay llamados que son muy positivos y los estamos siguiendo en nuestra línea de trabajo, pero cuando llegan llamados que no son serios, terminan desvirtuando la investigación hacia otros lados”.
Sobre la desaparición de la menor, Paggi informó que “hicimos el recorrido con perros rastreadores y más de 250 registros domiciliarios con la ayuda de la gente”.
“Paralelamente -añadió-, se han hecho otro tipo de diligencias y se ha dado respuesta investigativa a las miles de llamadas que se realizaron con presuntos datos sobre el paradero de Candela”.
“La situación del padre no tiene nada que ver”
El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal (foto), aseguró ayer que trabajan en “varias pistas” para dar con el paradero de Candela Rodríguez y anticipó que pueden producirse novedades en las próximas horas. “Tenemos mil hipótesis, algunas han sido desechadas, pero en principio no podemos dar más información”, agregó el ministro, y advirtió que “en absoluto” el caso puede vincularse con la situación del padre de la niña, detenido en el penal de Magdalena, donde purga una condena por “piratería del asfalto”.
Con respecto a las pistas que se tienen, la madre de Candela contó que a las 15.30 del lunes pasado, ”una viejita que estaba en cama escuchó desde su casa una brusca frenada de un vehículo y gritos” en la esquina de la vivienda de la niña, donde ella esperaba que unas amigas la pasaran a buscar para ir a una reunión de boy scouts en la parroquia San Pablo Apóstol, de Hurlingham. Consultada sobre la situación del padre de la menor, Carola Labrador respondió: “No vengo a hablar del padre y no tengo problemas familiares. A mi hija me la robaron”. Definió luego a Candela como una nena “buena, estudiosa y abanderada de su escuela primaria”, al punto que recibió ”una beca para empezar la secundaria”. Ratificó luego que la chiquita mide 1,65 metros y al momento de desaparecer lucía un “tapadito negro, pantalón azul y zapatillas de jean All Star”.
A la búsqueda están abocadas 330 personas de la Policía bonaerense y la Gendarmería.
“Que tengan piedad y me la devuelvan”
Carola Labrador, la mamá de Candela, imploró ayer: “Por favor tengan piedad, destruyeron a toda mi familia, hay gente muy mala”, y solicitó a los que se llevaron a su hija que “la devuelvan”.
“Quiero agradecer la colaboración de la Policía. Quiero que sepan que me están llegando llamadas con mucha mala intención que me destruyen a mí y a toda mi familia”, añadió afligida, en una improvisada conferencia de prensa frente a su casa.
Según relató, la Policía rastreó cada llamada recibida y desafortunadamente siempre se trató de datos falsos. “Ya tuvimos 200 llamadas con mentiras. Todas esas personas van a tener problemas”, agregó llorando. Consultada sobre qué cree que pasó con su hija, dijo que no sabe qué pensar.
Fuente: diariohoy.net