Marito Baracus es uno de los personajes argentinos más famosos del portal YouTube. Su creador, Juan Arnone, dice que se dedica full time a la producción de contenidos audiovisuales para su canal y que vive de eso. Además, cuenta cómo la exposición le cambió la vida.
“Hace varios meses que no sé lo que es un fin de semana. Me levanto a la mañana y edito hasta 12 horas seguidas. Un video que dura dos minutos puede demandar hasta una semana de producción. Es un gran trabajo, pese a que la gente cree que el youtuber es un boludo que está en su casa”. Quien firma el encomillado es Marito Baracus, uno de los youtubers más famosos de la Argentina, productor de contenidos audiovisuales para casi medio millón de seguidores. En realidad, quien habla, ya sin gestos exagerados ni movimientos festivos como los que hace en la Web, es Juan Arnone (28 años), el hombre detrás del personaje, que busca desterrar el imaginario popular sobre el mundo de los youtubers. “Hay chantas como en todos lados, pero también hay chicos que laburan el doble o el triple que yo”, aclara.
-¿Se puede decir que vivís de ser youtuber?
-Vivo de YouTube, aunque en la Argentina el youtuber hace su negocio fuera del portal. Vos tenés que buscar tu propia publicidad, además de la que recibís de la misma página.
-Ahora que tomaron notoriedad en los medios, ¿te gustaría desembarcar en la televisión?
-Por ahora me encanta la independencia que tengo en Internet, aunque no lo descarto. Hay que buscar un equilibro entre lucrar y vivir de lo que te gusta. Y lo que a mí me gusta no es compatible con la televisión de hoy.
-¿En qué te cambió la vida el hecho de ser conocido?
-Cuando empecé era más del palo de estar sentado, estudiando todo el día. Después YouTube me dio cierta exposición. Y hay lugares que tengo que evitar, como los boliches. Pero el espíritu del youtuber siempre fue relacionarse con la gente y así me he hecho muchos amigos.
-¿Qué opina tu familia de este fenómeno que se desató?
-Al youtuber suelen mandarlo a laburar, es la típica, pero yo tuve suerte. Mi vieja contadora siempre me dijo que le escapara a la oficina y sea feliz.
-¿Y para tus amigos sos Juan o Marito?
-A la mayoría de mis amigos trato de meterlos en este mundo para que estemos todos en la misma. No da salir y que me agarren sólo a mí. Igualmente tengo muchos amigos que fui conociendo desde los primeros encuentros, cuando éramos sólo 40.
No fue necesario que Juan cursara ninguna carrera de producción audiovisual para que se hiciera camino en la Web como Marito. Su curiosidad por la tecnología y la inspiración de “Alejo y Valentina”, la primera serie animada de Internet que llegó a MTV, fueron el puntapié inicial de lo que hoy es el canal de Marito Baracus. También trabajó como asistente de producción y editor en Canal 7 y América.
En su sitio oficial, Marito publica doblajes humorísticos y videos de archivo con contenido actual, pero no exhibe su rostro. Además, colabora con la producción de otros youtubers.
-¿Cómo difundiste los primeros videos siendo desconocido?
-El primer empujón me lo dio Alejandro Szykula (creador de “Alejo y Valentina”), que subía en su espacio las cosas que yo hacía.
-¿Trabajás solo o te ayudan?
-En el canal principal trato de mantener el espíritu youtuber original, que es hacer todo: guionar, producir, etcétera. Para lo que es ficción hay un equipo técnico, pero es más complejo.
-¿Se piensa en la posibilidad de que YouTube pase de moda en el futuro, como ocurrió con el Fotolog, MSN y otros portales?
-Me han hecho bastante esta pregunta. Pero la diferencia con los floggers, por ejemplo, es que entre los youtubers hay artistas, directores, productores, cantantes, bandas… y todo eso queda y puede ir mutando a otro medio.
-¿Por qué creés que el Rubius generó semejante revolución?
-Tiene mucho carisma y además los pibes se ven reflejados en su forma de ser. También pienso que está muy bien trabajado desde el marketing, lo que permitió que llegara a los medios.
-¿Hay rivalidad entre ustedes?
-Eso es un problema cultural, pero en general con los primeros youtubers somos todos amigos.
-¿Qué opinás de los chicos que se obsesionan y pasan todo el día frente a la pantalla?
-Tiene mucho que ver con la educación que traen por parte de sus padres. También es verdad que si yo hago un canal de humor, no puedo cortar para dar un mensaje serio porque a la gente no le importa. El pibe que entra para divertirse, entra para divertirse. Pero siempre que hablo fuera del personaje, me gusta transmitir que somos chabones normales, iguales a todos.
Fuente: La Razón