El bicho, conocido como “chinche de encaje”, deja a los árboles sin hojas. Buscarán frenar la peste con un fuerte insecticida.
Alrededor de 1.500 jacarandás, que representan el 10 por ciento de todos los que hay en plazas, parques y veredas porteñas, están siendo afectados por una plaga que los deja sin hojas, lo que encendió la alarma y desató la preocupación del Gobierno, que lanzó un plan de emergencia para combatirla.
“Nos encontramos con algo desconocido. Es la primera vez que esto sucede en Buenos Aires y tampoco encontramos bibliografía de situaciones similares en otras partes del mundo”, admitió la directora del Jardín Botánico, Graciela Barreiro. Y detalló: “A diferencia de otros árboles, lo normal es que el jacarandá, en esta época, esté repleto de hojas, porque las pierde en primavera, cuando florece. Pero a fines de febrero notamos que los 51 ejemplares que tenemos se defoliaron”.
La falta de lluvias y el calor de los últimos meses son las causas que originaron la peste. “Creemos que este nuevo suceso, del cual no tenemos antecedentes, tiene que ver con la conjugación de distintos factores climáticos: altas temperaturas y baja humedad”, explicó Nicolás Quintana, a cargo de la Dirección de Espacios Verdes.
En busca de frenar la epidemia, desde el Ministerio de Ambiente resolvieron combatir la plaga con imidacloprid, un insecticida que también se usa en pipetas antipulgas para los perros. Como la fumigación está descartada por los riesgos que pueden traer a las personas, se probarán dos métodos diferentes para aplicarla: una opción es inyectando el insecticida al árbol, cuyo efecto tarda entre 24 y 72 horas y es necesario aplicar entre 5 y 6 jeringas por ejemplar. La otra es a través del riego, pero el efecto tarda una semana.
Fuente: La Razón