Por: Silvia Mercado smercado@infobae.com
Marcos Juárez es una pequeña ciudad de la pampa húmeda, con 27.000 habitantes, a 250 kilómetros al sudeste de la capital cordobesa. Sin embargo, sus residentes se consideran algo así como la vanguardia productiva de la mitad sur de la provincia de Córdoba, ya que desde la estratégica Estación Experimental Agropecuaria INTA Marcos Juárez, con su laboratorio de Biotecnología de Trigo y Soja y sus desarrollos de cultivares de alto rendimiento, proponen los modelos productivos exitosos para 6 millones de hectáreas.
El campo, claro, es el motor que empuja a la importante industria metalmecánica de la zona y al comercio. Allí, todavía duele la Resolución 125 y la visión «extractiva» de la producción que tienen los Kirchner: esperar por los dólares que dejan las retenciones a la soja sin dar nada a cambio, ni infraestructura en caminos ni respeto por la cultura de la gente del interior. Por eso a nadie le asombra la ausencia de un candidato a intendente kirchnerista en condiciones competitivaspara la elección que se realizará hoy. En cambio, hay lanzado un experimento. Se trata de la alianzaPRO/UCR «Juntos por Marcos Juárez», que postula al hijo de un histórico caudillo de la ciudad, el ingeniero agrónomo Pedro Dellarossa.
Su padre, Henry Dellarossa, conducía un partido vecinalista con el que fue seis veces intendente de Marcos Juárez. Murió en el 2009 y el vecinalismo sigue conduciendo la ciudad. Cuando Pedro decidió dedicarse a la política, eligió un camino propio, afiliándose al PRO, al que llegó impactado con el esfuerzo de Mauricio Macri por diferenciarse de un padre fuerte.
Esa empatía personal es lo que explica que el jefe de Gobierno porteño haya viajado tres veces a Marcos Juárez a respaldar a su candidato y el PRO se haya hecho cargo de la campaña de publicidad e, incluso, de alguna promesa: el Banco Ciudad financiará la construcción de 200 unidades habitacionales. «Nosotros pusimos la vaca y los radicales el pollo», dicen en el PRO.
EN MARCOS JUÁREZ NO HAY UN CANDIDATO A INTENDENTE KIRCHNERISTA EN CONDICIONES COMPETITIVAS
Pero hay algo más. En la provincia más antikirchnerista de la Argentina, un territorio con fuerte tradición radical, Macri es el dirigente de mejor imagen. Y una alianza entre la UCR y PRO pone en riesgo la continuidad del PJ en la gobernación, como lo reconocen incluso cerca del gobernador José Manuel De la Sota.
La importancia del experimento es de tal magnitud, que puede modificar las estrategias de muchos. Por empezar, de Luis Juez, que ya no es el referente de peso que era cuando le robaron la elección a gobernador, pero aún tiene influencia. Si Dellarossa gana hoy, se esforzará por callar cualquier crítica sobre Ramón Mestre, el intendente de Córdoba y por sumarse cuanto antes a la foto de la alianza PRO/UCR.
También del conjunto del PJ cordobés, hoy debilitado por duras internas y años de resistencia antikirchnerista. Hay quienes dicen que ante ese frente electoral, la única salida competitiva sería la reelección de De la Sota a la gobernación, para la que tendría que dejar de lado sus aspiraciones nacionales y su acuerdo de continuidad con Juan Schiaretti, quien lo antecedió en el cargo.
El peronismo cordobés necesita abortar el experimento PRO/UCR. Por eso se vio obligado a apostar fuerte en Marcos Juárez. No respaldó al candidato vecinalista, como otras veces, y apostó a un candidato propio, Daniel Fragazzini, que va a las elecciones de hoy con promesas de «50 cuadras de pavimento y 50 cuadras de cuneta» que el gobierno cordobés le aseguró para el primer año de gestión, con financiación del Banco de Córdoba.
La elección de hoy es clave para el futuro de la provincia de Córdoba. Puede ser el inicio de un nuevo ciclo político o la confirmación de que el aparato peronista sigue firme a pesar de los años de desgaste en el gobierno. De la Sota expresó su preocupación ante sus pares y se organizó una reunión en la quinta La Ñata, donde vive Daniel Scioli.
Suponiendo que una alianza UCR/PRO se consolide en Córdoba, ¿eso quiere decir que podrá reproducirse algo similar en otros distritos o a nivel nacional? El mismo Macri dice que no, cada vez que se lo preguntan. Y el presidente del PRO, Humberto Schiavoni, dice que él trabaja para «tener candidatos propios en todas las provincias».
Además, las realidades por distrito son muy diversas y las fechas de elecciones también, lo que le facilita a los viejos aparatos políticos despegarse de la suerte del FPV. Está claro que allí donde la UCR tenga un candidato competitivo para destronar al oficialismo, buscará el respaldo de los referentes nacionales con mejor imagen para ganarle al peronismo, se llame Sergio Massa, Mauricio Macri o Elisa Carrió. Aunque eso no sucederá donde el PRO tiene candidatos competitivos, como en Santa Fe o La Pampa. Es decir, no recurrirán a Massa ni a Carrió.
PARA EL ENCUESTADOR CARLOS FARA, UNA ALIANZA PRO/UNEN LE SUMARÍA A MACRI APENAS UN PUNTO
Salta a la vista que la estrategia del PRO es nacional y adaptada a lo distrital. Tienen un candidato a presidente y todo se ordena a partir de allí. En principio, tienen también una candidata a vicepresidente, Gabriela Michetti, y un candidato a jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Su gran debilidad es que carecen de candidato en provincia de Buenos Aires, y de estructuras distritales, pero creen arrastrar con la imagen de Macri a quien finalmente postulen como gobernador, ya que se vota en la misma fecha. Y confían en poder armar lo necesario en los distritos para cuando sea el momento de votar.
La UCR, en cambio, tiene dos candidatos a presidente y tres más candidatos por UNEN, ninguno competitivo. Para colmo, el encuestador Carlos Fara, firme impulsor hace pocos meses de la idea de que una alianza PRO/UNEN era prácticamente imbatible, ahora dice que a Macri sólo le sumaría un punto un acuerdo de esas características. «En un escenario donde compitan Massa, Scioli, Macri y Binner o Cobos, el hombre de Tigre encabeza con 29%, seguido por Scioli con 27%, Macri con 20% y Binner con 10%. Si es Cobos, suma 8%. Pero si Macri es el candidato también de UNEN, Massa sacaría 31%, Scioli mantiene 27% y Macri sólo sube un punto (21%)», asegura. Y agrega que percibe una operación que busca instalar la idea del triple empate entre «Massa, Scioli y Macri, a la que considero mentirosa».
Si esto es así, si la alianza PRO/UNEN es complicadísima en los distritos e inviable desde las encuestas (es obvio que sólo tiene alguna chance de concretarse si los electores reflejan esa necesidad), ¿a qué le temen los viejos lobos de mar del aparato peronista, siempre tan seguros del poder permanente que supieron construirse desde el regreso de la democracia?
Su terror tiene cara de mujer. Se llama Cristina Fernández de Kirchner. Y como saben que no quiere ser heredada por ningún peronista, la consideran una virtual jefa de campaña de Macri, el hombre del que hasta hace poco tiempo se ponía en duda su vocación política y en los últimos meses crece sin prisa, pero sin pausa.
Fuente: InfoBAE.com