Ávalos, de 37 años, era un francotirador condecorado; fue herido al resistirse a un robo en su casa, en Vicente López
Estaba considerado uno de los mejores hombres del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF). Sus superiores lo calificaron como un excelente francotirador. En ocho años participó en los más importantes allanamientos antidrogas y en numerosos operativos para destrabar tomas de rehenes. Pero, lejos de un peligroso operativo, el cabo Darío Ávalos se cruzó con la muerte en la puerta de su casa, en Villa Martelli, en el partido de Vicente López.
Ávalos, de 37 años y conocido con el apodo de «Onírico», murió ayer. No pudo resistir. Peleó hasta el final. Había sido herido de gravedad en la noche del miércoles pasado, cuando fue sorprendido por cuatro delincuentes armados en la puerta de su casa.
Según su legajo, había ingresado en la Policía Federal en junio de 2004. Se integró al GEOF en 2008. Era soltero y vivía con su padre. Su madre ya había fallecido. Ayer, entre sus superiores y compañeros no había consuelo por su asesinato.
«Era un virtuoso para el trabajo y como compañero era una excelente persona. Siempre tenía una sonrisa en la cara», dijo a LA NACION un jefe de Ávalos.
En sus ocho años de tareas en el GEOF, «Onírico» Ávalos recibió más de 15 beneplácitos por su desempeño en importantes operativos del grupo de elite.
En 2011 había hecho un curso de capacitación en el Ejército Argentino y, en 2013, se preparó como «tirador selecto».
«Era un excelente persona. Siempre se interesaba por hacer cursos de capacitación para ser mejor policía», dijo un ex compañero de la víctima.
Ávalos falleció ayer en el Complejo Médico Policial Churruca-Visca después de una complicación repentina en su recuperación, luego de ser intervenido quirúrgicamente por dos disparos.
El hecho sucedió el miércoles a las 19.50 en la puerta de la casa del policía de elite, en Talcahuano al 700, en Villa Martelli.
Fuentes policiales informaron que Ávalos fue interceptado por cuatro delincuentes armados. «Al ver que su víctima era personal policial, los ladrones abrieron fuego. «Onírico», hasta las últimas consecuencias, intentó resguardar su integridad y propiedad. Aun herido logró poner en fuga a los delincuentes, los que abandonaron en el lugar un vehículo y dejaron una de las armas con las cuales habría sido herido el policía», afirmaron voceros de la Federal.
«Se oyeron como diez tiros», recordó a los medios de comunicación una vecina poco después del hecho. Y dijo que después del enfrentamiento vio al policía baleado y a los delincuentes que huyeron a la carrera «dos para el lado de Las Heras y los restantes hacia Güemes».
Los delincuentes se movilizaban en un Chevrolet Cobalt que dejaron abandonado tras el ataque. El policía de elite tenía un Peugeot 207. Los investigadores aún no tienen determinado si los ladrones querían robar el auto o ingresar en la casa del uniformado.
Según las fuentes consultadas, Ávalos recibió dos balazos en «el lado derecho de la zona abdominal» y fue trasladado de urgencia al Hospital Municipal Bernardo Houssay, de Vicente López, donde quedó internado en estado grave.
Fue intervenido quirúrgicamente tres veces. Ayer, a las 2.20 murió. El velatorio comenzó anoche en la avenida Maipú y Villate, frente a la quinta presidencial de Olivos.
Hoy, sus restos serán inhumados en el panteón policial del cementerio de la Chacarita, a donde concurrirá la plana mayor de la Policía Federal..
Fuente: La Nación