Pegó primero con goles de Carniello y Fissore. Después marcaron Boselli, Gandín y Zapata.
Respira Atlético. Toma aire suficiente para transitar la semana con un poco de calma. Y festeja, claro que sí. Porque con esfuerzo y bastante sufrimiento, pudo sumar un valioso triunfo por 3-2 ante un devaluado Estudiantes de La Plata (tras un auspicioso y prometedor invicto de siete fechas, lleva cuatro sin ganar) y además alejarse de los puestos calientes de la Promoción.
Con jugadores formados en la cantera (ocho de los titulares), se propuso hacer de su estadio una fortaleza. Vaya si lo está logrando: desde la llegada de Rubén Forestello como entrenador, sumó el puntaje ideal en Rafaela.
En el análisis previo, el técnico puso como premisa que había que aprovechar al máximo los primeros quince o veinte minutos del partido y forzar el error defensivo de esa línea de tres a la que le iba a costar acomodarse en la cancha.
Sus jugadores así lo interpretaron y en ese lapso fue cuando Atlético tuvo un buen caudal ofensivo que complicó muchísimo. Estudiantes había comenzado mejor, llevando el juego a los laterales, especialmente por el lado de Enzo Pérez. Sin embargo, ese manejo de la pelota no tuvo continuidad ni generó riesgo ante el área de Guillermo Sara. Por el contrario, Atlético fue paciente y en la primera que tuvo a su favor no perdonó: de un envío desde el corner, Fabricio Fontanini aprovechó para fusilar a Andújar y tras la atajada del arquero tomó el rebote Oscar Carniello para abrir el marcador.
Pegó primero Atlético y pegó dos veces. Buena maniobra colectiva entre Darío Gandín, Iván Juárez y Sebastián Carrera, quienes manejaron el balón en la puerta del área, hasta que Juárez tuvo lucidez para tocársela a un iluminado Matías Fissore, quien le pegó desde la medialuna con un remate rasante y la clavó contra el caño derecho de Andújar. Golazo y aplausos.
Estudiantes no bajó los brazos. Paulatinamente hizo valer el peso de sus individualidades y Atlético, convencido de que el 2-0 era suficiente, aquietó el ritmo y en cierta medida se relajó. Por eso no extrañó que sobre el final del primer tiempo, el equipo de Juan Azconzábal llegase al descuento: centro al área chica, desinteligencia compartida entre Lucas Bovaglio y Guillermo Sara para que Mauro Boselli (anticipándose a Fabricio Fontanini) anotara de palomita.
Ida y vuelta en el comienzo del segundo tiempo. Leandro Desábato clavó un cabezazo en el palo y la pelota transitó por la línea hasta que la controló Sara. Como respuesta, otra pelota parada y dolor de cabeza para Estudiantes: agarrón de Leandro Benítez a Gandín, quien permutó el penal (cuarta definición en el torneo) en gol.
¿Tranquilidad?. Nada que ver. Duván Zapata metió otro cabezazo goleador tras un gran centro de Leonardo Jara y Estudiantes se puso a tiro del empate. Atlético sumó a Federico González para acompañar a Gandín, siguió Matías Fissore batallando en el medio y tuvo el respiro para aquietar el juego. Estudiantes se quedó sin aire ni ideas, con fallas en la defensa y muchos interrogantes a futuro.
Fuente: Clarín