Allí aún quedaba parte de los pilotes de hormigón que formaron el circuito, que incluyó la avenida de Mayo y Diagonal Norte.
A dos semanas de lo que fue la fiesta del TC 2000 en el Centro porteño, finalmente se completó el desarmado del circuito callejero. Restaban sacar los pilotes de cemento que estaban en la 9 de Julio y que habían funcionado como contención, en caso de accidentes.
Los trabajos para dejar en limpio el Centro comenzaron apenas terminada la carrera, que se llevó a cabo el domingo 1° de abril. Se desmontaron las estructuras como las gradas y los boxes, para luego pasar a lo más complicado, el retiro de los 6.200 metros de vallado de hormigón que se utilizaron para delimitar el perímetro de la competencia. Sin embargo, en los últimos días los automovilistas habían notado que los pilotes aún seguían en la arteria más importante de la Ciudad, lo que complicaba el tránsito.
“El lunes por la noche se retiraron los 143 muretes que faltaban sacar”, explicaron fuentes de la organización y producción del evento. Se trabajó de lunes a viernes por la noche y los fines de semana en jornada doble diurna para afectar lo menos posible al tránsito. Según recordaron las autoridades, el tiempo límite para desarmar todo el circuito era de 15 días, algo que se cumplió.
¿Por qué se dejó para el final la 9 de Julio? “Priorizamos la zona de la procesión de Semana Santa, que fue por Avenida de Mayo, y luego nos apuramos para liberar Diagonal Norte por los colectivos y los frentistas. La 9 de julio tiene menos impacto para el vecino, aunque mas impacto en la opinión publica”, aseguraron.
La competencia de TC 2000, que convocó a una multitud, se llevó a cabo entre el 31 de marzo y el 1° de abril. El circuito abarcó Avenida de Mayo, Diagonal Norte y la 9 de Julio.
Fuente: La Razón