La ropa de invierno viene con aumentos de hasta un 25%

El fuerte incremento se da en las marcas tradicionales como en las premium. Indumentaria y calzado lideran las subas. Los clientes buscan refugio en liquidaciones y promociones para no sentir tanto el impacto.

La ropa de invierno empezó a subir el termómetro de los porteños. Tanto las botas, los suéters, las camisas, jeans y todo tipo de abrigos llegan con aumentos que rondan un 15% en las marcas más tradicionales, y hasta un 25% en las premium.

La inflación, el aumento de los alquileres, del ABL y el encarecimiento de la materia prima, son algunas de las causas a las que atribuyen los aumentos de la ropa antifrío. Como si fuese poco, en muchos locales confirmaron que debieron extender las liquidaciones de indumentaria de verano debido a que parte de los productos de invierno por ahora descansan en la Aduana, por las trabas a las importaciones que impulsó el polémico Guillermo Moreno, Secretario de Comercio Interior.

Sin embargo, por el veranito otoñal que por ahora parece quedarse hasta fines de abril (las temperaturas máximas alcanzan los 25 grados), la vieja temporada todavía mantiene la liquidación. Por eso, a pesar de las subas, Vicente Lourenzo de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) asegura que “la temporada empezó bien, pero lo que es cierto es que los comerciantes arrancaron liquidando stock del año pasado, y necesitan subir los precios entre un 10 y un 15% porque les aumentaron el ABL y el alquiler, además de alzas en la materia prima”.

Mientras que desde la Cámara Argentina de la Indumentaria, aseguran que los productos salidos de fábrica subieron en promedio un 8%, comparando la actual temporada, con la misma del año anterior.

Lo cierto es que en los percheros de locales de moda conviven shorts, que se consiguen por $140, suéters que superan los $400 y los abrigos que rondan los $800. El calzado es otro de los rubros que recalentó las vidrieras: un par de botas tipo de montar no se consiguen por menos de $600.

Desde la CAME hacen un análisis de lo que se viene: “El empresario no está preocupado en perder facturación, sino en perder rentabilidad. Este año estamos frente a un mercado más moderado, un mercado más expectante, y esto se pudo ver cómo se comportó la gente en Semana Santa: hubo menos gente que se movilizó y las compras son cada vez más gasoleras”.

Mientras muchas empresas están pensando en retirarse de los grandes centros comerciales porque los números les dan en rojo, otras están apostando fuerte a las ya tradicionales promociones con los bancos. Algunas tarjetas ofrecen descuentos que llegan a un 25% promedio para comprar un día puntual de la semana. “La estrategia elegida es no tener que sufrir una temporada invernal con pocas ventas”, coinciden empresarios del sector.

Fuente: La Razón