Ocurrió en los últimos dos días en 513 entre 6 y 7, en la localidad bonaerense de Ringuelet, en el partido de La Plata. Las víctimas piden más vigilancia nocturna en la zona.
Los vecinos que fueron víctimas de la ola de saqueos, coinciden en el diagnóstico: «Es una sensación espantosa, te levantás y lo primero que hacés es mirar si te robaron algo», dijo uno de ellos. La situación no es para menos. En las últimas 48 horas, delincuentes entraron a robar tres veces en dos casas de una misma cuadra, de la calle 513 entre 6 y 7.
La seguidilla de hechos generó malestar e inquietud entre los habitantes de un sector de Ringuelet, quienes denunciaron que en los últimos meses ha recrudecido el delito. «No hay vigilancia nocturna -remarcan-, la zona parece liberada, pero la Policía tampoco tiene los recursos necesarios».
EN DOS CASAS
Para el docente Fernando Sánchez (35) y toda su familia, la traumática situación empezó el miércoles, hacia las 6, cuando poco después de levantarse, su padre -que tiene una casa detrás de la suya-, lo fue a buscar y le comunicó la desagradable novedad: «Vení que me entraron a robar», le dijo.
En rigor, los ladrones habían ingresado a un garage que comparten ambas propiedades. Sustrajeron dinero, un GPS, joyas, un maletín con documentación y otras pertenencias. «Abrieron los autos y sacaron todo de adentro», explicó.
Sin embargo, los damnificados poco después se enteraron que esa madrugada, y probablemente de manera simultánea, los mismos ladrones saquearon otra vivienda de la cuadra, ubicada frente a lo de Sánchez.
Fue en la casa del vendedor Ricardo Quinteros (52), quien explicó que los delincuentes entraron a su inmueble luego de forzar una ventana y se llevaron dos computadoras, carteras y otros efectos de valor.
Clic para ampliarAparentemente, los asaltantes actuaron con tal impunidad que se alternaban de una propiedad a la otra. Sacaban a la calle lo que planeaban robar, mientras que en las inmediaciones los esperaba al menos un tercer cómplice, que se ocupaba de llevar los elementos a su escondite.
Un vecino que había salido a correr y a esa hora pasó por la vivienda de Quinteros, vio como uno de los sospechosos saltaba el paredón para escapar de la propiedad. El hombre avisó a la Policía, y, poco después, fueron los propios efectivos quienes le tocaron timbre a Quinteros -que estaba durmiendo- y le explicaron que acababan de robar en su casa.
VENDIAN EL BOTIN
Para ejemplificar la impunidad con que se manejan los ladrones, las víctimas destacaron dos hechos. El primero fue que, según dijeron, después del robo los autores se quedaron merodeando por la cuadra. «La Policía identificó a uno, pero como no teníamos pruebas no lo pudieron llevar demorado», contó una de las víctimas.
Supuestamente, estaban esperando para llevarse el maletín que habían sacado de la casa de Sánchez y dejaron escondido en las inmediaciones. Pero finalmente el docente lo pudo recuperar antes. También Quinteros contó que «cuando salimos a recorrer, encontramos otras cosas que se les habían caído a los ladrones».
El otro hecho que destacaron los vecinos fue que, al día siguiente del saqueo, los delincuentes «estaban ofreciendo a la venta las computadoras que nos robaron en este mismo barrio», comentó Quinteros.
Para Sánchez, la seguidilla delictiva continuó ayer a la madrugada, cuando de nuevo entraron a robarle, aunque como las víctimas lo descubrieron a tiempo, el ladrón casi no pudo llevarse nada. El docente comentó que el asaltante regresó a llevarse una bicicleta de competición que no había podido sustraer el robo anterior.
Este complicado panorama obligó a Sánchez a colocar púas de protección perimetral en su casa. No obstante, todos los vecinos reclamaron mayor presencia policial y que las autoridades desplieguen las medidas necesarias para contener esta ola de robos.
Fuente: Online-911