El Sarmiento, con demoras y policías para cerrar las puertas

En el segundo día de intervención estatal, los retrasos fueron menores a los del miércoles. La prioridad fue la seguridad. “Por favor no trabar las puertas del tren”. El mensaje sale de los parlantes de la estación Once y resuena en todo el hall central. En el segundo día de la intervención estatal a las líneas Sarmiento y Mitre, a la estación llegó una tranquilizadora calma. Si bien las demoras se repitieron, aunque sin llegar a igualar los 45 minutos de espera promedio del miércoles, y ayer -cerca de las 18- las demoras rozaban los 30 minutos. Con la utilización de 18 formaciones, la intervención volvió a bajar indicaciones concretas, apuntando a la seguridad. Al quite de trenes que no cuentan con las condiciones necesarias para su tránsito (siete formaciones), ayer se sumó una orden estricta: no sale ningún tren si las puertas no están cerradas, algo que hace dos días seguía ocurriendo.

Según explicaron empleados de TBA, ayer se habilitaron los sistemas de enclavamiento de puertas, que impiden que la formación del tren arranque si es que algunas de sus puertas permanece abierta. Los mismos empleados confirmaron que ese sistema estaba desactivado para “impedir demoras”. Otra novedad fue que ayer funcionaron los trenes más nuevos con los que cuenta TBA. La exigencia de las puertas tiene mucho que ver con la utilización como prioridad de esas unidades. Las formaciones como la que provocó la tragedia del miércoles 22 carecen de un sistema de puertas en condiciones. Asimismo, para cumplir con las exigencias de seguridad, la Policía Federal colocó diez efectivos en los andenes para ayudar en el cerrado de las puertas.

Las autoridades de la intervención hicieron circular un comunicado interno en el que le solicitan a los empleados “prestar la colaboración” para los siguientes 13 días, como así también facilitar la documentación que sea solicitada por las autoridades.

En tanto, los pedidos de justicia siguen apareciendo en Once. Un grupo de jóvenes de la zona oeste del conurbano bonaerense buscan la manera de que los reclamos tengan su lugar “con arte y en paz”. Sobre láminas permiten que cualquier pasajero pinte su reclamo.

Fuente: La Razón