CARACAS, Venezuela – Los adversarios políticos del presidente Hugo Chávez tendrán por primera vez la oportunidad de escoger a un candidato presidencial único con el que esperan acabar con la invencibilidad en las urnas del mandatario, quien aspira ser reelecto por tercera vez.
En las elecciones primarias de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática –compuesta por unos 20 partidos de izquierda, conservadores moderados y tradicionales– pueden participar todos los electores registrados en el padrón electoral, unos 18 millones de venezolanos mayores de 18 años.
El ganador de las primarias del domingo deberá enfrentar a Chávez en las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
El quinteto de aspirantes ofrece a los electores una amplia gama de experiencia, juventud y veteranía y posturas diferentes sobre cómo encarar a Chávez que va desde aquellos que abogan por el diálogo y la reconciliación hasta los que lo confrontan abiertamente y aspiran llevar al mandatario a los tribunales por violar los derechos humanos durante su mandato.
«Las primarias… serán un buen termómetro para medir el sentimiento del electorado», dijo el directivo de la encuestadora local Datanálisis, Luis Vicente León.
En cuanto a las posibilidades de reelección de Chávez, Luis Pedro España, profesor de sociología en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, manifestó que las elecciones presidenciales de octubre serán «uno de los procesos comiciales más reñidos y parejos de nuestra historia».
Explicó que a diferencia del pasado, donde predominaba una conexión afectiva entre Chávez y la mayoría de los venezolanos, el mandatario es ahora blanco de críticas y muchos empiezan a impacientarse y poner en la balanza la relación promesas y resultados.
Contra la popularidad de Chávez
Chávez continúa siendo el político más popular de Venezuela, pero cada vez son más sus críticos debido a las dificultades que enfrenta su gobierno para resolver problemas apremiantes como la severa escasez de vivienda para los pobres, la mayor tasa de inflación de América Latina y el incremento de la violencia, que de acuerdo con cifras oficiales es 48 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que convierte al país en uno de los más violentos de la región.
En tanto, la desorganización y guerras intestinas que en el pasado debilitaron a los partidos opositores y minaron sus intentos de representar un fuerte desafío para Chávez parecen desterrados. Se prevé además que los que resulten derrotados en las primarias apoyen al candidato único de la oposición durante la campaña electoral.
Para hacer frente a este panorama, Chávez renovó sus programas sociales y reactivó otros –como un Fondo de Ahorro Familiar que proveerá 100 dólares al mes a familias en pobreza extrema con niños– para beneficiar a segmentos de la sociedad que según encuestas recientes tienen una baja participación en los procesos electorales y que se podrían ver estimulados a acudir a las urnas.
«La carga clientelar que tiene la política social en América Latina es un peso con el que hay que contar. No hay forma de que no se establezca un vínculo entre la ayuda, el subsidio o la atención de alguna demanda, con algún apoyo político», indicó España.
Sin embargo, en el caso de Chávez, «cada nuevo anuncio de otra nueva misión (social) no es sino la constatación del fracaso de la anterior; de lo contrario, mostrar los logros de las primeras sería la evidencia de una buena gestión y no sólo reeditar nuevas esperanzas con el anuncio de nuevos programas», agregó.
De los cinco candidatos que compiten por la candidatura presidencial, dos de ellos acaparan las preferencias del electorado: los gobernadores del estado central de Miranda, Henrique Capriles, y del rico estado petrolero de Zulia, Pablo Pérez.
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