Los seis nuevos ministros nombrados por el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, asumieron sus cargos con la promesa de consolidar las polémicas reformas emprendidas para salir de la crisis económica.
En el Palacio de la Zarzuela juraron ante el rey Juan Carlos I los seis titulares designados la víspera por Zapatero, como parte de la remodelación más profunda de su gabinete en seis años y a 17 meses de las elecciones generales en este país.
A juicio de analistas, con la renovación de su equipo ministerial, el jefe del Ejecutivo y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) buscará apuntalar su vilipendiado plan de austeridad para reducir el abultado déficit fiscal de España. Intentará, además, recuperar posiciones en los cada vez más adversos sondeos de opinión, que ubican al PSOE más de 10 puntos por debajo en intención de voto respecto al conservador Partido Popular (PP), principal de la oposición.
Según recientes encuestas, si los comicios se celebrasen ahora (serán a principios de 2012), el PSOE los perdería por casi 15 puntos porcentuales ante el derechista PP.
Para los propios entendidos, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien conservará ese puesto, se convirtió este jueves en el nuevo hombre fuerte del Palacio de la Moncloa (sede del poder central).
Pérez Rubalcaba ocupó la vicepresidencia primera y la función de portavoz de la Moncloa en reemplazo de María Teresa Fernández de la Vega, mano derecha de Zapatero desde que tomó las riendas de la administración socialista en 2004.
Ramón Jáuregui, Trinidad Jiménez, Valeriano Gómez, Rosa Aguilar y Leire Pajín asumieron, en ese orden, las carteras de Presidencia, Asuntos Exteriores, Trabajo e Inmigración, Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y de Sanidad.
Trabajo constante, austeridad y cohesión social fueron las señas de identidad del nuevo Ejecutivo destacadas por el flamante número dos del gobierno, tras recibir esta noche la batuta de manos de su antecesora.
Señaló que el recién estrenado equipo mantendrá los objetivos anteriores de recuperación económica y creación de empleo, en un país con 4,6 millones de desocupados y con un sindicalismo que acusa al gobernante PSOE de aplicar recetas de la derecha.
La continuidad también marcará la gestión al frente de la cancillería ibérica de Trinidad Jiménez, quien se mostró orgullosa del legado de su predecesor, Miguel Ángel Moratinos.
En su discurso de asunción, la nueva jefa de la diplomacia española identificó al multilateralismo y a la defensa de los derechos humanos como las banderas de la política exterior de los socialistas.
Ex secretaria de Estado para Iberoamérica (2006-2009) y hasta hoy ministra de Salud, Jiménez abogó por el respeto y el diálogo como mejor opción para llegar a acuerdos.
Fuente: Prensa Latina