Cristina Fernández de Kirchner el día martes brindó un discurso en la Casa Rosada pidiéndole al Reino Unido que “le dé una oportunidad a la paz”, en referencia al conflicto que atraviesan Argentina y el país europeo. Pero por qué la mandataria pide paz en este sentido y no para aquellos que son reprimidos a mansalva por expresarse en contra de la contaminación ambiental. Las represiones en Tinogasta y Belén en los últimos días son dos claros ejemplos que algunas luchas no le interesan o no le convienen al Gobierno nacional.
El Gobierno nacional intenta por la vía diplomática recuperar las Islas Malvinas, mediante reclamos ante la ONU y con el apoyo del Mercosur, Cristina Fernández de Kirchner apeló a la paz par intentar destrabar un conflicto que data de más de un siglo.
Una medida ejemplar la de la mandataria nacional esta de intentar recuperar la soberanía de las tan deseada, por todos los argentinos, Islas Malvinas.
A pesar de esto y lamentablemente el kirchnerismo deja de lado ese discurso de paz y diálogo para atacar a mansalva a simples manifestantes que lo único que intentan hacer, esté bien o no cada cual tendrá su opinión formada al respecto, es defender lo que para ellos es algo muy preciado; el medio ambiente y sus pueblos en los cuales ellos viven y vivieron sus ancestros.
Los turbios acuerdos firmados entre la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y las mineras internacionales dejan expuesto a los pueblos que reclaman por la salud de ellos y pensando en el futuro.
Parece que la paz en el kirchnerismo se termina cuando afectan los intereses de “sus amigos”. Famatina, Formosa y ahora Catamarca, entre otros, son los lugares en los cuales la paz no existe y el Gobierno tampoco intenta hacer nada para evitar la violencia con la que autoridades de los gobiernos provinciales, amigos del Poder y policías atacan a ciudadanos comunes que se interponen en la ruta con el fin de defender los recursos naturales.
La paz con la que Cristina Fernández de Kirchner pretende recuperar Malvinas no se vio expuesta en las muertes a campesinos formoseños por parte de “su gobernador” Gildo Insfran, ni tampoco en las últimas horas en Catamarca cuando su “amiga” Lucia Corpacci, gobernadora de la provincia decidió reprimir a los manifestantes que buscan que se frene la minería en La Alumbrera.
Los últimos hechos ocurridos en las localidades norteñas de Belén y Tinogasta y las palabras de la presidenta ayer lanzando un discurso pro minero dejan expuesta las intenciones de terminar con represión las luchas de los pueblos como Famatina, Andalgalá, Tinogasta, Belén, Esquel, Ingeniero Jacobacci, entre otros, para defender la contaminación que, para ellos, produce las diferentes mineras a cielo abierto.
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