El PRO sancionó la ley que limita las Juntas docentes en medio de serios incidentes

En un día cargado de violencia, la Legislatura porteña aprobó la modificación del estatuto de los maestros. Como en la suba del ABL, fue clave el apoyo de la Coalición Cívica. El Palacio Legislativo estuvo sitiado por manifestantes que agredieron a cuatro legisladoras del Pro, incendiaron una puerta y arrojaron gruesas piedras, ante la ausencia de la Policía Federal que liberó la zona.
La Legislatura porteña fue escenario una vez más de episodios de violencia por el conflicto del gobierno macrista con los gremios docentes, enfrentados por el proyecto que limita las Juntas que designan a los maestros de la Ciudad.

Pasada la medianoche, en una sesión maratónica que tuvo momentos de gran dramatismo cuando parecía que el recinto iba a ser invadido por manifestantes, el PRO alcanzó 30 votos (sólo necesitaba la mayoría simple), contra 27 y 3 abstenciones, y sancionó la ley que modifica el estatuto docente.

De esta manera, integrando un proyecto del legislador Sergio Abrevaya (Coalición Cívica), las 15 Juntas de Clasificación que designan docentes pasarán a ser 7 pero sólo tendrán la potestad de fiscalizar el proceso de designación, que estará a cargo de una oficina única que dependerá del ministerio de Educación.

Esa es la mayor crítica de los gremios, que durante todo el conflicto acusaron que ésa era una maniobra del PRO para designar docentes a dedo. El macrismo, por el contrario, sostiene que esta flamante ley es una iniciativa para acotarle el poder a los gremios en el mecanismo de designación de los educadores.

El giro de Abrebaya motivó la furia de la ibarrista María Elena Naddeo, quien en uno de los tantos cruces de la noche lo acusó de “traicionar a su propio partido”. Mientras que ante la extensa crítica de Eduardo Epszteyn, otro ibarrista, al proyecto, el macrista Martín Borrelli lo cruzó: “Epszteyn, tu ideología es la Money”.

La sesión de violencia

Tras el pedido de dos cuartos intermedios que retrasaron la sesión durante 3 horas y luego de cruces entre el público y los legisladores que LPO explicó en una nota aparte, los diputados aprobaron casi 70 proyectos sobre tablas, un número sólo entendible por tratarse de la última sesión ordinaria del año, en la que se suelen presentar una pila de expedientes antes de que pierdan estado parlamentario.

Luego del primer cuarto intermedio, la sesión se retomó tras una hora y media y el jefe de bloque del PRO, Cristian Ritondo, pidió otra interrupción por una hora más. Enseguida estalló parte del público presente. Entre ellos estaba Vilma Ripoll, que se la agarró con el jefe del interbloque K.

«Poné los huevos, Cabandié, hacen esto para que los docentes se vayan a la casa, pero esto se paga tarde o temprano», gritó Ripoll. Cabandié le respondió que él había conseguido que el proyecto de modificación del estatuto se tratara primero que nada en la sesión, para que la norma se tratara de día, con la presencia de los manifestantes fuera del Palacio Legislativo.

Al instante ingresó al recinto Francisco «Tito» Nenna a los gritos, diciendo que había gente del ministerio de Educación en el hemiciclo y exigiendo que por ende dejaran entrar a los secretarios generales de todos los gremios. Como el macrista Martín Ocampo le dijo que estaban en un cuarto intermedio, Nenna le dijo «no me tomés el pelo», agregando un cuadro de tensión a la espera.

Cuando finalmente se empezó a tratar el proyecto más polémico de la jornada, se acrecentaron los incidentes que se habían sucedido a la mañana con la agresión a cuatro diputadas del PRO y a un grupo de docentes -ambas repudiadas luego por el cuerpo-.

Con un edificio sitiado del que ni asesores ni periodistas pudieron salir hasta la madrugada, un grupo de manifestantes que el PRO identificó como pertenecientes al gremio Ademys, prendió fuego una de las puertas del Palacio Legislativo.

Ante la ausencia de la Policía Federal (lo que fue cuestionado por legisladores macristas), la Policía Metropolitana apagó el fuego con una manguera que terminó inundando el subsuelo del edificio. Esa inundación provocó inconvenientes con la transmisión televisiva de la sesión.

Por ese motivo, los legisladores de Proyecto Sur pidieron que la sesión pasara a un cuarto intermedio definitivo, pero el PRO se opuso de la mano del vicepresidente primero, Oscar Moscariello.

Luego de una interminable lista de oradores, en los momentos previos a la votación el clima dentro del recinto tuvo su momento de mayor tensión. Moscariello mostró una piedra enorme que los manifestantes usaron para romper las ventanas y los legisladores opositores volvieron a pedir la suspensión de la sesión, ante el rumor que corrió rápido que indicaba que la policía estaba reprimiendo con balas de goma disparadas desde el primer piso.

Fuente: http://www.lapoliticaonline.com/