Gimnasia no la metió ni de penal

Tras un encuentro pobrísimo desde donde se lo mire, Independiente Rivadavia de Mendoza le puso un freno a la intención de Gimnasia de sumar de a tres, cerrando con un empate sin goles en el Bosque que tuvo cero fútbol por ambos lados. Desde el arranque, los locales intentaron atropellar con todo a los mendocinos, justo en el día del debut como DT de Gustavo Zapata, confundido en un abrazo con Troglio en la previa (ambos fueron compañeros en River). Pero los jugadores vistantes respondieron con dos líneas de cuatro bien selladas, ideales para sacar de quicio a los delanteros locales que rebotaban allí como autitos chocadores.

De no ser por la mala costumbre de Vizcarra de hacer lucir a los arqueros rivales cuando dispone de un penal -falló otro, la fecha anterior por ejecutarlo con la misma displicencia- quizá todo hubiese cambiado cuando iban nada más que 22 minutos. Pero esa fue la acción más clara del Lobo durante el partido, y si el goleador falla con todo el arco a su merced, ¿qué le queda al resto del equipo? Los mendocinos vinieron a aguantar el partido, metidos en su terreno, donde trabajó a destajo el trío Mosquera-De Miranda-Brítez Ojeda, y solo inquietaron a Monetti con un par de remates lejanos.

Gimnasia nunca llegó al área rival. Nadie metió un pase de gol ni de casualidad, los centros los cabecearon los rivales y ni soñar que alguien desequilibrara con una gambeta cerca del arco rival. Es más: salvo el penal y una entrada de Vizcarra que conjuró Josué Ayala, después no hubo más nada para recordar. Y el que se fue más contento fue el Chapa Zapata que rescató un puntito.

Fuente: Clarín