El chino que llegó a la Argentina para ser uno de los máximos medallistas

Liu Song se convirtió en el héroe nacional ayer en Guadalajara. Llegó al país en 1995 y en tres años después se hizo ciudadano. Con ocho preseas en Panamericanos es el máximo medallista activo junto a Walter Pérez. Ayer ganó su primer oro. Conocé su historia

Parece raro, pero no. No es un cuento chino, ni una película de Sebastián Borensztein. Tampoco actúa Ricardo Darín. El gran protagonista de esta historia dorada es Liu Song, ese joven chino que a sus 27 años llegó a la Argentina proveniente de su provincia natal, Guangxi. Aquí lo esperaban sus padres, dueños de una lavandería y con casa en el Bajo Flores.

Allí trabajó con sus padres y cuando podía, acudía a los bares que contaban con mesas de ping pong, donde daba cátedra. Song llegó a ser octavo en el ránking chino de tenis de mesa, todo un número teniendo en cuenta la cantidad y calidad de jugadores que forman parte de ese recuento.

Las autoridades del tenis de mesa argentino le propusieron representar al país, y Song no dudó. El hincha de Boca, por su fanatismo hacia Diego Maradona, comenzó a jugar para Argentina en 1999, un año después de hacerse la ciudadanía. Llamativamente, hoy vive en Burdeos (Francia), junto a sus dos hijos, Cristina y Félix.

Song no se fue a Francia sólo por gusto, sino porque participa de torneos internos y de copas europeas con el S.A.G Cestas. Así y todo, el chino no se olvida de Argentina y sigue representando la país. Así ya acumuló cuatro Juegos Panamericanos y tres Olímpicos, que serán cuatro en Londres 2012.

Ayer sumó su primera medalla de oro en Panamericanos, pero, junto al ciclista Walter Pérez, es el máximo medallista argentino activo. Suma cinco preseas de plata y dos de bronce y se convirtió en un símbolo del deporte, además de ayudar constantemente a sus compañeros de equipo.

Por eso, ante ese tiro fallido de Marcos Madrid, Song salió disparado, corrió, saltó los caterles y dio una vuelta en el piso. Gritó desaforado. Se debía un oro para completar su película. No es cuento, es un sueño que quiere seguir viviendo. Londres lo espera.

Fuente: Infobae