Tras la presentación del fiscal Marcelo Tavolaro, este martes el juez de Garantías de Morón debe resolver el pedido de prisión preventiva para seis de los siete detenidos por el crimen de Candela Rodríguez. En la presentación que realizó el miércoles, el fiscal consideró que el asesinato fue por una «venganza no convencional» contra el padre de la niña.
El juez de Garantías de Morón, Alberto Meade, deberá resolver antes del martes el pedido de prisión preventiva para seis de los siete detenidos por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años hallada asesinada el 31 de agosto en la localidad bonaerense de Villa Tesei.
Según estipula el Código Procesal Penal bonaerense en el artículo 139, «todos los plazos son continuos y en ellos se computarán los días feriados», como lo fue el viernes en Morón y será el lunes a nivel nacional.
En tanto, la prisión preventiva será dictada dentro del quinto día de la solicitud del agente fiscal, de acuerdo con el artículo 158, es decir que como el fiscal Marcelo Tavolaro hizo su presentación el miércoles, el plazo se cumple el martes.
Las siguientes son las claves de la solicitud efectuada, siempre de acuerdo con la prueba colectada: Con respecto al crimen, el fiscal habla de «venganza no convencional», «vuelto» o «ajuste». Señala que en los códigos marginales la deslealtad y la traición son motivación más que suficiente para llevar adelante una acción semejante.
También sostiene que en principio la banda tal vez no tenía como fin matar a la niña, pero que la asesinó porque Candela conocía a las personas que la tuvieron cautiva e incluso podría haber habido alguien de su «entorno íntimo familiar o social» que no ha sido identificado.
Sobre quién ordenó matarla, el apuntado por la investigación es Héctor «Topo» Moreyra, con antecedentes por robo y manifiestamente enfrentado al padre de Candela por diferencias originadas a partir de vivir ambos del delito a lo largo de toda su vida.
Con relación al autor material, el principal sospechoso es Hugo Bermúdez, también ligado al delito y conocido de Moreyra y Rodríguez, con quien también tenía problemas de larga data.
De acuerdo a las pruebas que figuran en la causa, la habría asesinado presumiblemente con sus manos, le tapó la nariz y la boca y le provocó un paro cardiorespiratorio traumático.
El fiscal lo considera «psicópata sexual» porque según declararon sus amantes, les tapaba la boca y la nariz para gozar, el mecanismo de muerte de Candela. También lo acusaron de «someter a sus juegos sexuales a menores de edad cautivándolos con provisión de ropas y drogas».
Según la investigación, a la niña la mataron entre el 29 y el 30 de agosto en la casa ubicada en la calle Kiernan 992 de Villa Tesei, propiedad de la supuesta depiladora Gladys Cabrera, quien habría actuado como «cuidadora» y la habría alimentado. El cuerpo de Candela, en tanto, habría sido arrojado ente las 13.30 y 15.30 en un descampado situado a la vera de la autopista del Oeste.
Con respecto a si Candela fue secuestrada, el fiscal interpreta que la niña salió por su voluntad de su casa de Coraceros 2552 de Tesei, el 22 de agosto a las 15.30 para encontrarse con amigas y en el camino un número superior a tres personas se la llevó mediante un «engaño», tal vez con la promesa de comprarle algo, ya que la pequeña los conocía.
En este marco, a los detenidos no los acusa de «secuestro extorsivo», porque no hubo un pedido de dinero a cambio de liberar a la nena, especialmente debido a que se trataba de una familia pobre y con un padre preso. En este sentido, para el fiscal, la idea de la llamada que recibió la tía de la nena el 29 de agosto, era transmitir que si a la niña le ocurría algo el responsable era el padre, pero la decisión de matarla ya estaba tomada.
Los detenidos están acusados de «homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas», en el caso de Bermúdez como autor material y del resto como «partícipe necesario». Prevé una pena de prisión perpetua.
Fuente: InfoRegión