El apoyo de la dirigencia de Boca Juniors a Claudio Borghi es firme y fue la decisión del presidente Jorge Ameal, con el aval del resto de la conducción, la que sostuvo al director técnico, más allá de sus propias dudas, en las últimas horas.
Ningún integrante de la Comisión Directiva planteó disidencias en cuanto a la continuidad del cuerpo técnico y una de las razones es que no hay de momento otro nombre en carpeta, por lo que se apunta a la prosecución del actual proceso, aunque a nadie escapa que si no empiezan a aparecer resultados positivos, prontamente llegará un momento en que la situación se hará insostenible.
A pesar de que se ha mencionado al clásico frente a River Plate, previsto para el próximo 7 de noviembre, como fecha clave, lo cierto es que hasta el momento, Ameal y sus compañeros de gestión tienen en mente que Borghi se quede aún con un resultado negativo en tan trascendental cruce pero si Boca no suma puntos, los hechos podrían precipitarse.
El apoyo es explícito y concomitante con los dichos de Borghi en su conferencia de prensa del martes al responder, ante una pregunta, que desde la dirigencia nadie le cuestionó el esquema ni le sugirió variarlo, ya que el entrenador mantiene el poder absoluto en cuanto a la conducción del equipo.
En cambio, en la cena que Borghi compartió en la noche del lunes en Puerto Madero con Ameal, José y Fabián Beraldi, Marcelo London, Rómulo Zemborain y Matías Ahumada se le habría planteado al entrenador la inconveniencia de que sea él mismo quien siembra dudas sobre su continuidad ante algunos resultados adversos, como sucediera luego de perder con All Boys y se repitiera frente a la derrota con Lanús. En ese mismo sentido se habrían expresado los jugadores en la charla de veinte minutos que mantuvieron en la mañana del martes en el gimnasio de Casa Amarilla, antes de comenzar el entrenamiento: el pantel en pleno quiere que Borghi se quede y, de acuerdo con los trascendidos, se le señaló que cuando se pierde, no tiene por qué mostrarse inseguro acerca de la estabilidad de su trabajo.
Lo cierto es que el domingo, tras la caída ante Lanús, el director técnico, por propia voluntad, estaba más fuera que dentro de Boca pero si hoy sigue en el club es porque desde todos los demás estamentos que tienen que ver con el tema le llegó el apoyo explícito: la dirigencia, el plantel, sus compañeros, su propia familia y, asimismo, el público.
Al entrenador lo sorprendió gratamente el hecho de que, en todos los sondeos de opinión que se intentaron, una amplia mayoría se pronunció por su continuidad y por otra parte, se sintió gratificado por los aplausos y las expresiones favorables que le llegaron cuando dejó el campo de juego, expulsado, antes de comenzar el segundo tiempo del último domingo.
También se comenta que la palabra su propia esposa, en la intimidad de la familia, resultó decisiva haciéndole ver que había trabajado durante mucho tiempo con el anhelo de llegar a un sitio como el que ocupa ahora y que no es razonable dejarlo tan pronto.
Todas las expresiones de apoyo son genuinas y significan un aval muy importante para el director técnico, no obstante lo cual está claro que es urgente la necesidad de sumar puntos porque el cuadro de situación podría cambiar rápidamente si el equipo no crece en su rendimiento.
Fuente: ESPN