El DT inglés, rival en el debut del Mundial, estuvo en la tribuna. Dos tries de Imhoff salvaron la ropa.La última presentación de Los Pumas antes del Mundial -empieza en 16 días- fue con el muleto y, como la derrota 28-13 del primer equipo contra Gales, el sábado último, dejó más grises y negros que blancos a pesar del triunfo 21-15 sobre Worcester, club que la próxima temporada jugará en la Premiership de Inglaterra. En el Sixways Stadium hubo un espectador especial: Martin Johnson, entrenador del seleccionado inglés, rival de la Selección en el debut de la Copa (10 de septiembre). Luego de los dos partidos de Argentina, difícilmente se haya quedado preocupado.
Santiago Phelan puso en cancha a uno de los titulares (Leguizamón) que jugaron contra Gales, y sólo forzado por la baja de Alvaro Galindo. Fue una alineación similar a la que en el Mundial podría enfrentar a Rumania y Georgia, los rivales más accesibles, y que ante Worcester la parió. Arrancó bien, con ambición y ritmo, tratando de aplicar el plan de juego. Pero no pudo con la resistencia de los Warriors y cedió la iniciativa. Así, tras haber arrancado 3-0, Los Pumas se encontraron 3-9 por el pie del apertura Carlisle. Nico Sánchez, el 10 argento, metió 11 puntos con el pie pero se quedó corto en otros tres intentos a los palos. En el global, la Selección dio negativo en varios rubros: duelo en el contacto, orden defensivo, infracciones, pimienta en ataque… Al resultado lo salvaron dos jugadas que definió Juan Imhoff. La primera: Gonzalo Camacho quebró y se la dio al wing rosarino, que se las arregló contra cuatro rivales para apoyar en la bandera y poner al equipo 14-12. El local, que usó camiseta celeste y blanca parecida a la de Los Pumas (lucieron la suplente), se adelantó 15-14 con penal de Goode y lo fue a liquidar. Cuando tenía acorralado al rival, a falta de 6’, Imhoff interceptó una pelota y corrió más de 60 metros hasta el ingoal. Un doblete para rescatar el triunfo y meter presión por un lugar en el 15 del debut copero.
Fuente: Olé