El Consejo de Economía de Unasur se reúne para debatir una nueva arquitectura financiera

Los países de la UNASUR decidieron acelerar la creación de una nueva arquitectura financiera regional y el puntapié inicial será durante la próxima reunión del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas del bloque que se realizará en Buenos Aires el viernes, encuentro en el que los ministros de Economía de los países miembros terminarán de consensuar medidas concretas de integración y cooperación.

El viernes, el mismo día en que Estados Unidos tomó nota de que iba a recibir una rebaja histórica en su nota de riesgo de su deuda, los países de la Unasur se juntaron en Lima para armar una agenda común, que cobrará cuerpo el 12 de agosto.

Entonces se rubricará formalmente la firma del Plan de Acción, que va a dar lugar a «la aplicación de recomendaciones de medidas a los Presidentes, que a partir de ahora tendrán carácter vinculante, y que comenzarán a tomarse en conjunto», dijeron a Télam funcionarios que participaron del encuentro llevado a cabo en Perú.

Desde el punto de vista político, se trata de un paso histórico en la integración financiera regional. La voluntad política es elocuente, debido a que se armó en tiempo récord la reunión de ministros, luego del mandato de los presidentes apenas una semana antes que se reunieron en esta misma ciudad, preocupados por los efectos de un posible default de los Estados Unidos y la crisis de deuda que se viene expandiendo por varios países europeos.

Es que hoy, como no se recuerda en la historia, los países latinoamericanos gozan de relativa buena salud en sus cuentas fiscales, si bien fueron aplicando medidas de manera individual, que tuvieron como paraguas las recomendaciones del G20 durante los últimos tres años.

Pero debido a la propagación de la crisis, «el G20 está perdiendo liderazgo político mundial», coincidieron los ministros.

«Hay una toma de conciencia en la región, después de mucho tiempo, que los problemas que vienen del Norte pueden causar problemas exógenos que afecten a nuestras economías», explicó un miembro de la delegación argentina.

De esta forma se explica, agregó la misma fuente, cómo un país como Colombia, «se muestre más dialoguista y abierto con América Latina, y que Chile sorprenda con un acercamiento pragmático».

El ministro colombiano tiró sobre la mesa «la creación de una canasta de monedas locales ante la inestabilidad del dólar y el euro».

Así las cosas, se buscó confluir en acciones comunes en al menos dos o tres aspectos, que serán evaluados en Buenos Aires con el aporte técnico de los bancos centrales. Por un lado, se subrayó la preocupación de que la continuidad de la crisis pueda seguir produciendo una revaluación de las monedas provocando el ingreso de capitales golondrinas o una invasión de importaciones desde Asia.

El ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, se mostró enfático en este punto. Primero realizó un crudo diagnóstico de la situación económica mundial, al decir que en el norte «hay una crisis de confianza, lo que hace que los problemas no se resuelvan» a corto plazo, dijo, palabras más palabras menos, según pudo reconstruir Télam.

Es por ello que -continuó-, a raíz de la desaceleración de las economías en EE.UU. y Europa, hay temor a que se produzca una avalancha de ingreso de productos asiáticos que seguirán perdiendo mercados en el norte, hacia Sudamérica.

Las recientes medidas que tomó Brasil para resguardarse de la debilidad del dólar y protegerse su industria apuntan en este sentido.

Sin embargo, a nivel regional, los ministros enfatizaron que el problema se puede contrarrestar con el aumento del comercio intrarregional, que puede ser alentado con el uso de monedas locales para las exportaciones intrabloque, como comenzaron a utilizar la Argentina y Brasil, y analiza Uruguay.

Se busca también avanzar más allá en la integración productiva, generando inversiones regionales y aumento de la cadena de valor.

En segundo lugar, varios ministros, incluido el argentino Amado Boudou, defendieron el rol de una banca de financiamiento regional, tanto del Banco del Sur, cuya creación viene demorada en los parlamentos, como la Corporación Andina de Fomento (CAF). «Pese a las diferencias entre los países, nadie se opone a la creación del Banco de Sur, aún considerando que hay países del bloque que no son miembros».

Respecto a la CAF, todos resaltaron su utilidad en los últimos años de la crisis con el incremento del financiamiento hacia los países sudamericanos, que en el caso argentino la suba fue exponencial, al punto que para fines del 2010, su aporte al financiamiento terminó superando al del BID.

Otro aspecto que se destacó aquí es la utilización de las reservas. Algunos países como Perú, apuntaron a ampliar el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLR) que ya utilizan algunos países latinoamericanos, que es un fondo que opera de manera anticíclica ante eventuales shocks.

No faltará en el Plan de acción del Consejo menciones en contra de las calificadoras de riesgo y en contra de los fondos buitres, debido al creciente consenso -además de la Argentina- de que contribuyen a propagar la crisis financiera más grande que se recuerde.

Fuente: diariohoy.net