Todo el horror, en el juicio a una secta

Un verdadero relato de horror fue lo que se pudo escuchar durante la primera jornada del juicio oral y público en el que se juzga a los nueve acusados de matar, en un ritual satánico , a un nene de 12 años, Ramón González (“Ramoncito”). El hecho ocurrió en octubre de 2006 en esta ciudad del centro de la provincia. La madre de la víctima escuchó como su hijo fue drogado, violado y torturado , antes de que lo asesinaran y destrozaran su cuerpo. En la misma sala, estaban los imputados. Uno de ellos hizo gestos burlones a los periodistas que cubrían la audiencia.

El debate, que durará al menos cuatro meses, tiene sentado en el banquillo de los acusados a un grupo de hombres y mujeres liderados por la enfermera Martina Ventura, todos adoradores de San La Muerte . El autor material del crimen, Daniel Alegre, es el único prófugo de la causa, en la que resta por develarse quién financiaba a la secta.

En el extenso relato de los hechos leído durante el primer trámite del juicio, se dijo que la muerte de “Ramoncito” se produjo el 7 de octubre de 2006, entre las 22 y 24, en el marco de un crimen que tuvo el carácter de ofrenda.

Fue el corolario de un “plan macabro” que se inició cuando el nene fue secuestrado un día antes a la salida de la escuela y llevado a la casa de Ventura.

Allí, la enfermera y otra acusada, Patricia López, comenzaron a someter cruelmente a “Ramoncito”: mientras lo veneraban con oraciones, lo torturaban. Pero al mismo tiempo le aplicaban inyecciones en los testículos para que no sintiera dolor. Una tercera mujer, Ramona Gauna (considerada la testigo clave del caso) fue obligada a ser testigo del ritual. Y a dejar constancia de éste por escrito.

Los acusados escucharon el relato distendidos y casi indiferentes.

Algunos sonrieron . A sólo un metro de distancia estaba Norma González, la madre de “Ramoncito”, quien se quebró en sollozos varias veces, especialmente cuando fueron descritas las últimas horas de su hijo.

La muerte se habría ejecutado bajo los preceptos del libro “Puertos Satánicos”. La “ceremonia” del crimen ritual incluyó un velatorio en vida de Ramoncito, abusos físicos y cortes en distintas partes de su cuerpo. La investigación de los fiscales determinó que Daniel Alegre, el único prófugo de la Justicia, lo decapitó. Y que, luego, al cadáver le quitaron el cuero cabelludo y la piel de la cara. El cuerpo fue abandonado junto a las vías del tren y en una determinada posición de acuerdo al rito.

“Quiero Justicia, nada más. Que los que mataron a mi hijo paguen por lo que hicieron, que se pudran en la cárcel”, aseguró Norma González, La mujer dijo estar conforme con la investigación, pero reclamó el arresto de Alegre: “Siempre dicen que lo ven paseando por el barrio, pero nunca lo agarran”.

Fuente: Clarín