Comenzó a regir la norma que restringe los espacios habilitados para fumar. En la Ciudad primó la transgresión. Los fumadores dicen que “la ley es un poco invasiva de las libertades individuales” y que les llevará tiempo adaptarse.
Estamos en el horno. La ley me parece bárbara, pero estamos en el horno”. Mario observa la lluvia caer por la venta de un bar de Plaza Italia, repite la frase con pena y vuelve a pitar su cigarrillo, un placer que hace unas horas ya es una infracción. Desde ayer la nueva ley nacional antitabaco entró en vigencia, aunque con escasa aplicación y bastante desconcierto entre fumadores y no fumadores. “Es un poco invasiva sobre la libertad y la capacidad de elección. Porque los temas de la salud son una decisión propia. Pero también es cierto que uno afecta a los demás y la gente no entiende que se puede morir”, se explayó Mario y junto a él, Patricia, su amiga de 44 años, fumadora de un atado diario hace 20, le contestó: “Yo voy a fumar afuera más rápido y terminar el paquete cuando llegue a mi casa. Y si aumenta el precio, compro más baratos. Esto es un vicio, mi cuerpo me sigue pidiendo. Y esa ley eso no lo cambia”.
Fuente: El Argentino