Un pelotazo en contra

Delfino terminó con el ojo derecho en compota tras un pelotazo involuntario de Julián Velázquez. Desde ahí, el árbitro cometió errores, como cobrar un penal de la Avispa (su agresor) a Romero.

Qué pelotazo, mamita! Corrían 33 minutos del primer tiempo cuando Julián Velázquez rechazó desde el fondo. La pelota le dio de lleno en la cara a Germán Delfino, quien se encontraba a escasos metros del defensor de Independiente. El árbitro cayó nocaut. Después de cinco minutos, en el que fue atendido por Luis Chiaradía, el médico del equipo local, logró reponerse, con sangre en su nariz y el ojo derecho en compota. Pese a no tener la mejor visión, igual siguió dirigiendo.

¿Debió haber salido en el segundo tiempo en esa condición o hubiera sido más conveniente dejarle su lugar a Diego Ceballos, el cuarto árbitro? A juzgar por su actuación en los segundos 45 minutos, Delfino debería haberse quedado en vestuarios. Hasta ese fatídico pelotazo, el juez no había tenido problemas. Pero ya en la segunda parte cometió varios errores. Su mayor falla fue el penal inexistente que cobró a favor de Lanús. Justamente, el que forcejeó con Silvio Romero dentro del área del Rojo fue Julián Velázquez, quien recibió la amarilla por ese foul que no existió y encima llegó a la quinta y no podrá jugar ante Tigre.

En el final, tras el gol anulado a Independiente, los jugadores del local se le fueron al humo. Más fuerte que ese pelotazo nadie le iba a poder pegar…

Fuente: Olé