Si no juega la Promo, pega en el palo…

River necesita un milagro: descontarle dos puntos a Tigre o tres a Arsenal con seis en juego para llegar a un desempate. O esperar que Olimpo no h aga cartón lleno con Newell’s y Quilmes. ¡Mamitaaaaaa!

River vive al palo. Con el corazón en la mano y los testículos en el paladar. Su angustia no tiene límites. Contagia. Es un alma en pena y da pena verlo así. La gente alienta hasta que se le corta la respiración. El equipo no le transmite nada. La confusión domina el ambiente, la desesperación nubla el panorama y el frío congela la audacia y las ideas.

River vive al palo. Es un (im)paciente terminal que no puede consigo. Agoniza y ni siquiera logra un poco de paz cuando lo ajeno juega a su favor. Con la derrota de Tigre ante Huracán, la noche lo encontró con la posibilidad de que, triunfo mediante frente a Colón, ya no dependiera del resto para evitar la reválida por un lugar en Primera. Pero este equipo no aprovecha la Promoción.

River vive al palo. De la nada abandona la desazón para darle paso a la ilusión. Y como es de la nada que llega al empate, el azar parece definir su destino. El tiro en el palo de Pavone lo deja al borde del abismo, esos centímetros valen centésimas en el maldito promedio. Los hinchas se comen los nudillos y con sus dedos dañados de tantos nervios hacen cuentas impensadas para su historia. River hoy no está en Promoción pero Olimpo saldrá de toda la discusión si clava cartón lleno y, entonces, tendrá que descontarle aunque sea dos puntos a Tigre o tres a Arsenal para ir a un desempate para saber quién jugará el partido del terror.

River vive al palo. Aún está en la A, aunque ya se fija lo que pasa en la B Nacional. Entre Unión, San Martín de San Juan y Belgrano, uno ascenderá directamente junto con Rafaela y los otros irán a la Promo. A dos fechas del final, el Tatengue le saca tres puntos a los sanjuaninos y cinco al Pirata.

River vive al palo. Y su gente ya no canta el “palo bonito”. El palo le impidió tomar un poco de aire y lo dejó al borde de un palo cardíaco. Si no juega la Promo, pega en el palo.

Fuente: Olé