Alan Schlenker, uno de los ex líderes de la barrabrava de River Plate, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal 15 por el crimen del hincha Gonzalo Acro, cometido en 2007. “No tengo nada que ver con el asesinato. Cuando volví del Mundial de Alemania soñaba con bajarme del paravalancha y ser dirigente del club”, sostuvo con firmeza. En ese momento, mientras intentaba desvincularse de un hecho, interrumpieron la audiencia y le pidieron que se retire a una habitación contigua. Allí lo esperaba el fiscal de San Isidro, Patricio Ferrari, quien le informó que tenía una orden de detención en su contra por otro homicidio, cometido en 2001. Agentes de la Policía Bonaerense lo esposaron y quedó detenido.
El comisario Marcelo Peña, de la Delegación Departamental de Investigaciones de San Isidro, informó a la prensa que el imputado será llevado a declarar hoy, cerca de las 10, por el “homicidio agravado por el uso de arma” de Mario Sansi, perpetrado el 11 de mayo de 2001 en la villa Borges, de la localidad de Munro. Agregó que la víctima era “un habitante del asentamiento que terminó con varios disparos en su cuerpo y cayó muerto cuando iba rumbo al hospital para su curación”.
Según informaron fuentes policiales, Sansi era un narcotraficante que le vendía a William Schlenker, hermano de Alan. En la fecha del crimen, William le compró droga que consideró de “mala calidad”. Poco después volvió a reclamarle. Con la ayuda de otras personas, el narco lo golpeó y le dio un tiro. Cuando Alan se enteró, se dirigió enfurecido al lugar en busca de un ajuste de cuentas: encontró al agresor de su hermano y lo mató a balazos.
“Esto es una maniobra. Está todo orquestado”, dijo el abogado defensor, Mariano Cúneo Libarona, en diálogo con los periodistas que estaban en la puerta del tribunal. Libarona se mostró desconcertado con la detención y aseguró que es insostenible: “Es muy sospechoso este pedido de captura diez años después. Ellos estaban en los Estados Unidos haciendo un curso y lo pueden cotejar viendo sus pasaportes”.
La causa había sido iniciada por el propio hermano del acusado, quien denunció el balazo de Sanzi pero no la venganza de Alan.
Cuando se enteró de la orden, William se dirigió furioso hacia el padre de Acro y le dijo: “¿Qué mirás? Vas a terminar en una silla de ruedas”.
Fuente: La Razón