Italia dice que Gadafi está «acabado» pero el líder libio no quiere irse

BENGASI, Libia — El jefe de la diplomacia italiana, Franco Frattini, afirmó el martes que el régimen libio estaba «acabado» durante una visita a Bengasi, feudo de los rebeldes en el este del país, pero según la presidencia sudafricana Muamar Gadafi «no está dispuesto» a irse.

«El régimen de Gadafi está terminado. Debe dejar el poder y debe abandonar el país», declaró Frattini, que viajó a Bengasi para inaugurar un consulado italiano.

«Sus colaboradores lo han dejado, ya no tiene apoyo internacional, los líderes del G8 lo rechazan: debe irse», dijo en una rueda de prensa con el responsable de Relaciones Exteriores del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT), Alí al Esaui.

Italia, antigua potencia colonial en Libia, aboga por un exilio de Gadafi. Figura, junto a Francia, Qatar, Gambia, Senegal, Gran Bretaña y Jordania, entre los países que han reconocido al CNT como interlocutor legítimo en Libia.

Pero Muamar Gadafi «no está dispuesto a irse de su país», afirmó este martes la Presidencia sudafricana tras la visita de la víspera a Trípoli de su jefe de Estado, Jacob Zuma.

En su encuentro con Zuma, Gadafi «insistió en el hecho de que no estaba dispuesto a irse de su país, pese a las dificultades», informó la Presidencia sudafricana en un comunicado.

Sudáfrica exhortó asimismo el martes a un alto el fuego «inmediato» para permitir el diálogo entre las partes por boca de su ministra de Relaciones Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane.

Durante su entrevista, Gadafi y Zuma debatieron una «hoja de ruta» que prevé un alto el fuego, el cese de los bombardeos de la OTAN y la instauración de un período de transición que conduzca a elecciones democráticas.

El dirigente libio «está dispuesto a aplicar» este documento, según Zuma.

En cambio, la «hoja de ruta» fue rechazada por el CNT, que rehúsa dialogar mientras Gadafi esté en el poder.

El presidente sudafricano viajó el lunes a Trípoli para tratar con el coronel Gadafi una estrategia que le permita dejar el poder después de 42 años al mando.

Inspirada en las revueltas tunecina y egipcia, una insurrección estalló a mediados de febrero en Libia para exigir la salida del coronel Gadafi, que replicó con una feroz represión.

La iniciativa de Zuma se produjo en momentos en que la OTAN ha intensificado sus ataques contra Trípoli.

Según las autoridades libias, 11 personas murieron el lunes en bombardeos de la Alianza Atlántica en Zliten, a 150 km al sudoeste de Trípoli.

Sudáfrica ha sido por otra parte considerado por la prensa como un posible lugar de exilio para el líder libio.

En las últimas semanas, los apoyos extranjeros al régimen libio se han reducido de forma imparable. En especial, Rusia, aliado tradicional de Trípoli, se sumó recientemente a los occidentales que exigen la salida de Gadafi.

Por Jean-Pierre Campagne (AFP)