Entraron ayer a su casa, la ataron, la amordazaron y, mientras sus hijos dormían, la dejaron morir. Su cuerpo no presentaba lesiones visibles de bala o arma blanca. La policía investiga si falleció asfixiada o tras un infarto provocado por el momento de tensión. Se llamaba Laura Busato, tenía 49 años, era contadora y vivía con sus padres, mayores de 80 años, en el barrio porteño de Parque Chas. Ambos la acompañaban al momento del hecho.
El cadáver fue encontrado por su hija mayor, de 22 años, que vive en un PH en la misma propiedad. La joven recibió un llamado telefónico a las 6.30. Del otro lado de la línea estaba su abuelo, quien había conseguido desatarse y rápidamente se comunicó con su nieta para pedir auxilio.
En la vivienda, ubicada en la planta alta de Tasso 2685, detrás del hospital Tornú, vivían la contadora, sus padres y sus hijos de 8 y 9 años. La mujer estaba divorciada y su ex marido, Rubén, aseguró que el crimen fue cometido por dos ladrones. Uno estaba encapuchado. “Es una casa normal sin cosas de valor. No tienen ni un plasma. Solamente hay tres televisores que tienen veinte años cada uno”, comentó un familiar, sorprendido con la teoría del asalto. “La puerta de entrada es imposible de forzar y estamos investigando si alguien facilitó el acceso”, informaron fuentes policiales.
Un móvil de la seccional 39, con jurisdicción en la zona, acudió al lugar tras un llamado de la hija de la víctima al 911. Los investigadores creen que los delincuentes ingresaron al domicilio por la parte trasera, que da a la mitad de la manzana. El frente de la casa, donde antiguamente funcionaba una fábrica de medias y ahora una herrería, está totalmente enrejado.
La policía dispuso el traslado del cuerpo a la morgue judicial e inició los peritajes de rigor en la vivienda. Según los voceros, la primera impresión es que la mujer habría muerto por asfixia o tras un infarto y no presentaba heridas. La versión aún no fue confirmada por las autoridades ya que hasta ayer no se había realizado la autopsia.
Fuente: La Razón