Dos jóvenes fueron arrestados hoy en el centro porteño por su presunta vinculación con el asesinato del ex agente de inteligencia chileno. Una de las personas atrapadas por la policía sería un «taxi boy» y el otro su cómplice.
Dos jóvenes fueron detenidos hoy en el barrio porteño de Barracas, sospechados de ser los autores del asesinato del espía chileno Enrique Arancibia Clavel, ocurrido el pasado 28 de abril.
Fuentes policiales revelaron a Noticias Argentinas que ambos jóvenes fueron aprehendidos durante allanamientos realizados en un hotel en el que se alquilan habitaciones a extranjeros, situado en Avenida de Mayo 1385.
Allí se detuvo a un taxi-boy de 20 años y a su pareja, de la misma edad, uno de ellos paraguayo y el otro argentino, sospechados de haber matado a Arancibia Clavel, en un domicilio cercano al Palacio de Tribunales.
En el hotel se incautó una sevillana, que podría ser el arma homicida, y un teléfono celular, el cual los investigadores sospechan que podría ser del espía chileno, de 57 años, quien fue condenado por el crimen del ex jefe del ejército chileno general Carlos Prats y su esposa en Capital durante 1975.
El operativo lo realizó personal de Investigación Federal de Organizaciones Criminales (DIFOC) de Policía Federal e interviene en la causa el Juzgado de Instrucción número 45, a cargo de la doctora María Fontbona de Pombo.
Arancibia Clavel, ex agente de la central de inteligencia trasandina DINA y condenado por el crimen de Prats, fue asesinado por la espalda con un arma blanca.
Asimismo, en su domicilio se produjo un faltante de 30 mil pesos, ya que su pareja había declarado que la víctima tenía esa suma entre la moneda argentina y dólares.
Desde el principio se descartó que el asesinato haya sido por una vinculación política y todo se limitó a un hecho de inseguridad o un crimen pasional.
Según los investigadores, el homicidio se cometió entre las 14:30 y las 15:30 del 27 de abril pasado y el cadáver fue encontrado por el joven que se definió como una «pareja frecuente» de Arancibia Clavel, pero la familia del ex agente dijo no conocer a esa persona.
El encargado del edificio fue el último que vio con vida al espía chileno, ya que ese día, alrededor de las 10:00, lo observó salir al kiosco a comprar cigarrillos.
El ex espía fue condenado por la Justicia argentina a reclusión perpetua por los asesinatos del general Prats y su esposa en 1974, durante el exilio del militar chileno en Buenos Aires, pese a lo cual gozaba de libertad condicional.
En tanto, en 1978 fue apresado por estar acusado de espionaje en pleno conflicto entre Argentina y Chile por el Canal de Beagle, por el que ambos países estuvieron a punto de enfrentarse en una guerra que fue impedida por la mediación del Vaticano y en especial del Papa Juan Pablo II.
Fuente: El Argentino