Unos dos mil clientes de la sucursal Belgrano del Banco Provincia de Buenos Aires (Bapro) presentaron una demanda en la Justicia para reclamar 500 millones de pesos de indemnización por el daño que dicen haber sufrido, pese a que los boqueteros no les sacaron ni un peso en el cinematográfico robo a 136 cajas de seguridad ocurrido en enero pasado.
Según fuentes judiciales, los clientes presentaron una «acción de clase», en representación de la Asociación Consumidores Financieros, ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial 3 de la Capital Federal. El planteo no tiene antecedentes ya que los que están iniciando el juicio son precisamente las «no-víctimas».
Se trata de aquellos titulares de cajas de seguridad que no estaban entre los afectados dueños de los 136 cofres que fueron saqueados por una banda que accedió al corazón de la sucursal del Bapro de la avenida Cabildo 1999, en las primeras horas de este año.
Los ladrones llegaron hasta allí luego de un trabajo de inteligencia de varios meses, porque primero alquilaron un local vecino y luego cavaron un túnel que les permitió entrar al subsuelo de la entidad en el último fin de semana de 2010. Tuvieron la suerte de que las alarmas antisísmicas no les prestaron la debida atención y fue así como en la mañana del 2 de enero un grupo de personas fue filmado retirando bolsas de residuos de un local alquilado, en las que se llevaban el botín.
Ahora, unos dos mil clientes reclaman 50 mil pesos cada uno en concepto de ‘daño moral’ o «lo que en más estime Vuestra Señoría, y la suma adicional de 200.000 pesos, también a cada uno, en carácter de multa basada en el ‘daño punitivo'» por lo que consideran una supuesta negligencia exhibida por el banco, según establece la demanda.
El abogado Osvaldo Prato, vocero del estudio Arazi, Prato, Mariani de Vidal, Merola & Asociados, que impulsa la demanda, hizo pública la «acción de clase» y también la respuesta del Banco Provincia cuando se le anunció a la entidad la intención de esta indemnización por parte de los titulares de las cajas de seguridad no saqueadas.
Según los abogados, en un texto judicial, el Banco habría respondido: «Cabe preguntarse si lo que describe la demanda como desazón e incertidumbre de ciertas personas no es ni más ni menos que el delirio de un grupo homogéneo de sicóticos. Sicóticos que seguramente se angustian hasta el desvarío por supuestos de radiación, como el de los hornos de microondas, de los teléfonos celulares, o de los rayos gamma terrestres generados en una tormenta, y quisiera andar por el mundo con un contador geiger en la mano», difundieron los abogados.
Según la demanda judicial, «cuando trascendió la noticia del robo el ‘daño moral’ lo sufrieron el total de los 1.408 titulares de otras tantas cajas de seguridad existentes en el predio saqueado» que corrieron a la sucursal y se plantaron en las puertas para saber si eran parte de los robados. En el texto se aludió a las estadísticas de crisis cardíacas que se sufren en momento de estrés y se recordó el período de los «cacerolazos».
Así, la demanda añadió que «el resarcimiento que pedimos entonces aún para quienes no fueron afectados por el robo no constituye ninguna extravagancia jurídica».
Fuente: TN